AVANCE EN EL PAIS

El algodón de azúcar y las ferias son conceptos inseparables, y es que, de hecho, no se

puede explicar de dónde viene sin hablar de ferias. Los primeros datos de esta dulce
nube rosa reconocida mundialmente como algodón de azúcar tienen su origen en Italia,
allá por el siglo X Cocineros del país tenían la costumbre de calentar azúcar para obtener
un fino caramelo líquido con el que cuidadosamente decoraban sus creaciones de
repostería.

La patente de la máquina de "Algodón de azúcar"

la registraron dos fabricantes de caramelos,
pobladores del condado de Davison en Nashville-
Tenesse, Estados Unidos: John C. Warton y
William J. Morrison, este último, un dentista de la
localidad.

Es así, como en el año de 1897, nace la máquina

capaz de fabricar esta conocida golosina, la cual
fue presentada por primera vez en la feria
mundial de Francia del año 1900, obteniendo un
rotundo éxito entre los consumidores de dulces,
misma que empezó a viajar por el Mundo a través
de los circos. Antiguamente los circos se
desplazaban de País en País por medio de
barcos, es decir, cada circo tenía su propio barco. Y el circo se conformaba de 3 pistas
quedando en la periferia la exhibición de animales en la parte frontal junto con la feria (lo
que hoy se conoce como los juegos mecánicos). Incluyendo dentro
de la feria lo que son: algodones, palomitas, globos, etc.

Pese a esto, la masificación mundial del "Algodón de azúcar" se

logró décadas después, cuando la empresa "Gold
MedalProducts", hiciera algunas modificaciones al invento.
Corrigieron ciertas características que hacían del diseño original, un aparato frágil y de
poca durabilidad, logrando que la máquina se tornara resistente al uso. Desde ese
momento, el "Algodón de azúcar" comenzó a fabricarse masivamente en todo el mundo,
volviéndose algo común hasta nuestros días, donde se encuentran en diversos sitios:
feria de diversiones, parques, e incluso, hasta en nuestros propios hogares.

En 1930 el circo Atayde trajo consigo a México 2 Máquinas de Algodón de Azúcar, siendo
el algodonero un inglés, dueño de las máquinas y trabajador de la empresa, y este a su
vez le vendió a Don Cruz Arroyo y Toriz en la ciudad de Puebla, una de ellas. Siendo así
la máquina de Don Cruz la primera máquina algodonera que entraba al País.

Desde 1930, el algodón se empieza a conocer de pueblo en pueblo y ciudad en ciudad

del estado de Puebla, para después propagarse por todo el País.