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ÁMBITO DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO

En el apartado 1 del Art. 1 ,Ley 29/1998, de 13 de julio se señala que los Juzgados y
Tribunales del orden contencioso-administrativo conocerán de las pretensiones que se
deduzcan en relación con la actuación de las Administraciones públicas sujeta al Derecho
Administrativo, con las disposiciones generales de rango inferior a la Ley y con los
Decretos legislativos cuando excedan los límites de la delegación (vid. apartado 2 del Art.
82 ,Constitución Española).

De este apartado se deducen dos requisitos para que el orden contencioso-administrativo


pueda conocer de las pretensiones deducidas por los ciudadanos; es decir:

1. Que tengan por objeto una actuación de las Administraciones Públicas


2. Que esta actuación de las Administraciones Públicas esté sujeta al Derecho
Administrativo.

Esto es así, en la medida en que, “es evidente que a la altura de nuestro tiempo histórico
el ámbito material de la Jurisdicción quedaría muy incompleto si aquélla se limitara a
enjuiciar las pretensiones que se deduzcan en relación con las disposiciones de rango
inferior a la Ley y con los actos y contratos administrativos en sentido estricto. (…) Por
eso la nueva Ley somete a control de la Jurisdicción la actividad de la Administración
pública de cualquier clase que esté sujeta al Derecho Administrativo, articulando para
ello las acciones procesales oportunas".

En relación con todo lo anterior, el apartado 2 de dicho Art. 1 ,Ley 29/1998, de 13 de


julio señala que se entenderá, a estos efectos, por Administraciones públicas:

- La Administración General del Estado.


- Las Administraciones de las Comunidades Autónomas.
- Las Entidades que integran la Administración local.
- Las Entidades de Derecho público que sean dependientes o estén vinculadas al
Estado, las Comunidades Autónomas o las Entidades locales.

Además, tal y como señala en el apartado 3 del Art. 1 ,Ley 29/1998, de 13 de julio,
conocerán de las pretensiones que se deduzcan en relación con:

- Los actos y disposiciones en materia de personal, administración y gestión


patrimonial sujetos al derecho público adoptados por los órganos competentes del
Congreso de los Diputados, del Senado, del Tribunal Constitucional, del Tribunal
de Cuentas y del Defensor del Pueblo, así como de las Asambleas Legislativas de
las Comunidades Autónomas y de las instituciones autonómicas análogas al
Tribunal de Cuentas y al Defensor del Pueblo.

- Los actos y disposiciones del Consejo General del Poder Judicial y la actividad
administrativa de los órganos de gobierno de los Juzgados y Tribunales, en los
términos de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

- La actuación de la Administración electoral, en los términos previstos en la Ley


Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General.
El ámbito de la jurisdicción contencioso-administrativa es una cuestión capital, dado que
se trata de fijar el alcance del conocimiento y la competencia de esta jurisdicción. En este
sentido, la LJCA establece (artículo 1.1) que:

“Los Juzgados y Tribunales del orden contencioso-administrativo conocerán de


las pretensiones que se deduzcan en relación con la actuación de las
Administraciones públicas sujetas al Derecho Administrativo, con las
disposiciones generales de rango inferior a la Ley y con los Decretos Legislativos
en los términos previstos en el artículo 82.6 de la Constitución”.

De este precepto legal se pueden extraer las siguientes conclusiones:

1. El ámbito de la jurisdicción contencioso-administrativa se define con una cláusula


general —esto es, sin enumeración o lista de materias— y, por ello, a partir de la LJCA
de 1998 toda la actividad administrativa es susceptible de ser fiscalizada judicialmente,
como requiere el artículo 24 de la CE relativo a la tutela judicial efectiva.

2. La jurisdicción contencioso-administrativa conoce no solo de los actos administrativos


—es decir, de la actividad administrativa de carácter jurídico— sino también de la
actividad material de las administraciones públicas, en clara concordancia con el artículo
106.1 de la CE cuando se refiere al control de la “legalidad de la actuación
administrativa”.

En coherencia asimismo con este precepto constitucional, la LJCA prevé la fiscalización


judicial de la denominada “inactividad administrativa”, esto es, el control de la
inactividad de las administraciones públicas cuando estas están obligadas a realizar
alguna prestación y no cumplen con esta obligación.

3. Como se ha dicho con anterioridad, el control jurisdiccional de la actividad


administrativa alcanza los reglamentos y otras disposiciones generales de rango inferior
a la ley.

4. Dos son los requisitos que prevé el artículo 1.1 de la LJCApara que el orden
contencioso-administrativo pueda conocer de las pretensiones de los ciudadanos: (a) que
la actuación proceda de una administración pública, y (b) que esta esté sujeta al derecho
administrativo.

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