Vous êtes sur la page 1sur 2

SIETE HIPOTESIS SOBRE ESO QUE LLAMAMOS LO CHILENO

Carlos Flores Delpino

1
¿ Que es lo chileno? .¿ De que hablamos cuando hablamos de lo chileno ?. ¿ Porque
surge una cierta molestia cuando se piensa en la chilenidad ? ¿Porqué resulta poco
elegante pensar lo chileno?
Lo chileno , como cualquier despliegue de representación patria ( podríamos hablar
igualmente de lo argentino, lo peruano, lo brasileño ) es una noción fugitiva,
cambiante. La chilenidad se produce a punta de tantear y componer, de probar y
equivocarse.

2
Este conglomerado – institución, paisaje, historia - este conjunto de ritos, fantasias,
recuerdos y mitos que hemos llamado lo chileno, esta subjetividad particular que nos
inventa, que pareciera darnos una sensación de pertenencia, además de alimentar
deseos comunes y hacer presente la colectividad en la que nos desenvolvemos,
también es el terreno de producción de nuevos sentidos. Lo chileno además de ser
memoria, conciencia y puesta en escena ( es decir cultura) es una dimensión donde se
cuece y se expresa lo incierto, lo inédito; por ello no hay que considerarlo como un
espacio delimitado, sino como un continuo, un proceso dinámico que se concreta, se
cristaliza en concepciones, en instituciones, en colectivos, en acciones, pero como un
¨magma¨ que crece se deforma y se articula de múltiples maneras a través del tiempo.
Como todo lo viscoso, lo chileno nos atrapa cuando pensamos atraparlo, del
mismo modo como cuando al apañar un trozo de mantequilla nuestros dedos la
penetran y son penetrados también por ella al mismo tiempo.

3
La Chilenidad como parte de la subjetividad de los habitantes de un territorio se
inventa cada día , querámoslo o no, y se cruza con los mitos, recuerdos, orgullos,
traumas y vergüenzas nuestras, proliferando según necesidad y como proyecto a
exponer a la revisión pública que lo aceptará o rechazará con la elocuencia de su
presencia o abandono.

4
La subjetividad de los que vivimos en un mismo territorio, es producida a partir de la
acción imperceptible de lo que Guatari llama los conciertos colectivos de una
comunidad
( hospitales, colegios, cárceles, transporte urbano, servicios públicos, tribunales de
justicia televisión, prensa cine, conversaciones ) que elaboran silenciosamente un
nosotros , que aunque lo percibimos falso, lo aceptamos como verdadero al darnos
cuenta de que es lo único que tenemos.

5
A pesar de todo, es la insistencia y no la calidad de las proposiciones acerca de
nosotros mismos la que termina construyendo nuestra subjetividad. Para bien y para
mal, es la TV la que proporciona el principal material del relato que nos inventa como
chilenos.
6
Para inventar un país es necesario un narrador, alguien que profiera un discurso capaz
de producir el imaginario común que nos transforma en habitantes de un lugar. El país
no puede inventarse solo, lo inventa quien es capaz - persona, institución, modelo
educacional, norma, paisaje - de producir una narración, un cuento, una utopía, una
fantasía acerca de nosotros mismos, un acuerdo acerca de lo que nos gustaría ser , de
lo que fuimos o creímos que fuimos, de lo que estamos tratando ser, que se acople
estructuralmente con los gustos, traumas, recuerdos, envidias y deseos de nuestra
comunidad social hasta hacerse tragable, agradable y aceptable como relato posible de
llevar y reinventar. Como factor de cohesión. Como invento inestable y precario que
se pueda desplazar de un estado de animo a otro, de una convicción a otra. La
Chilenidad como parte importante de nuestra subjetividad es, entonces, incierta,
antojadiza. Producto del azar más que de la tradición. Y es bueno que sea así porque
debe irse inventando, contando, adaptando a nuestras necesidades. De este modo la
tradición y el patrimonio no deberían anclar el deseo del presente, deberían
combinarse hibridarse pero en función de la necesidad y no del respeto y la
santificación del pasado.

7
Lo Chileno en el cine debería surgir de la puesta en escena del
“ lado de adentro” de los que habitamos este territorio. Del invento aceptado de lo que
podríamos ser. Son irrelevantes los objetos, trajes, cantaritos de greda, chamantos,
modos de hablar, músicas o paisajes adheridos a historias banales que se intentan
exhibir como señales de un mundo nacional.

Vous aimerez peut-être aussi