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¿Cómo se da el aprendizaje en los seres humanos?

Introducción

A lo largo de los años, muchos científicos e investigadores se han dado a la tarea


de analizar el proceso de aprendizaje en las personas. Son muchos los resultados
y los debates que éstos han generado debido a las diferentes opiniones que se
tienen acerca de cómo se origina el aprendizaje, sus diferentes teorías y principios,
cómo es que nuestro cerebro trabaja para obtener el conocimiento y generar
diversas opciones para almacenarlo y clasificarlo.
A decir verdad, yo nunca me había detenido a pensar en todo lo que he leído estos
últimos días. Debo de aceptar que lo que yo conocía acerca del aprendizaje y sobre
todo del cerebro es muy poco. Aunque es muy cierto que nadie conoce el cerebro
humano a la perfección, salvo la misma madre naturaleza que nunca deja de
sorprendernos con sus decisiones tan sabias.
El cerebro humano es el órgano más complejo y sorprendente de todo el cuerpo
humano, según mi opinión y la de muchos. A medida que pasen los años y la ciencia
y la medicina sigan avanzando, seguiremos descubriendo cosas nuevas y
fascinantes acerca de este complicado órgano. Mientras tanto, a lo largo de este
escrito trataré de explicar el proceso de aprendizaje que tiene lugar en nuestro
cerebro, así como el desarrollo de este órgano.

Desarrollo

¿Qué nos diferencia a los seres humanos de los animales? El razonamiento. Los
animales son capaces de construir sus hogares, buscar su propio alimento,
defenderse de sus predadores, criar a sus hijos y transportarse de un lugar.
Nosotros también podemos hacerlo, a diferencia de que el alimento lo cocinamos y
no lo comemos crudo, aprendimos a desarrollar armas y tecnología que ayuda a
“protegernos” de otras personas, aunque esto último no ha sido nada favorable para
la humanidad. También aprendimos a criar a nuestros hijos ayudándonos de otras
personas e instituciones como niñeras o guarderías y pudimos ser capaces de
generar medios de transporte tan avanzados que hemos traspasado las fronteras
de nuestro propio mundo y llegar hasta el espacio. Todo lo anterior ha sido posible
gracias a que hemos experimentado a lo largo de los años, nos hemos equivocado
y aprendido de esos errores para poder llegar a la perfección. Lo más importante es
que hemos aprendido.
El aprendizaje ha sido estudiado a lo largo del tiempo por muchos científicos y
autores. Ormrod establece dos definiciones con perspectivas diferentes acerca de
lo que es el aprendizaje:
“El aprendizaje es un cambio relativamente permanente en la conducta como
resultado de la experiencia.
El aprendizaje es un cambio relativamente permanente en las asociaciones o
representaciones mentales como resultado de la experiencia.” (Ormrod 2005, p. 5)
Es importante destacar que ambas definiciones toman en cuenta a la experiencia
como responsable de este cambio. También es necesario mencionar que la primera
definición se atribuye al conductismo el cual, según Ormrod (2005) se basa en las
respuestas, es decir, en el aprendizaje de conductas observables y tangibles. La
segunda definición hace alusión al cognitivismo, en éste hay un cambio interno, se
centra en los procesos de pensamiento implicados en el aprendizaje humano.
Cuando notamos un cambio en la conducta de una persona es porque se ha
producido un aprendizaje, no importa si tenemos una perspectiva conductista o
cognitivista, un cambio siempre es bueno.
A través de los años, se han realizado diversos experimentos acerca del aprendizaje
de las personas. Los resultados han permitido formular teorías y principios. Ormrod
(2005) señala que un principio de aprendizaje identifica factores específicos que
influyen en el aprendizaje y describe los efectos factores. Cuando un principio se
observa una y otra vez y soporta el paso del tiempo se llama ley. Las teorías nos
explican por qué los factores que influyen en el aprendizaje son importantes.
Las teorías del aprendizaje tienden a evolucionar, al contrario de los principios que
son estables a lo largo del tiempo. Las teorías tienen ciertas ventajas sobre los
principios. Una de ellas es que las teorías suelen ser muy concisas o parsimoniosas.
En segundo lugar, proporcionan el punto de partida para realizar nuevas
investigaciones. En tercer lugar, nos ayudan a comprender los resultados de una
investigación. Esto es, cuando interpretamos los resultados desde una perspectiva
teórica, éstos se tornan significativos. Por último, nos ayudan a diseñar contextos
de aprendizaje que faciliten al máximo el aprendizaje humano.
Hablando de las desventajas, son por lo menos dos. La primera, ninguna teoría
aislada puede explicar todo lo que los investigadores han descubierto sobre el
aprendizaje. En otras palabras, los fenómenos que no encajan en una perspectiva
teórica determinada, quedan excluidos de ésta. La segunda, las teorías tienen una
gran influencia sobre qué tipo de información se publica, limitando así el
conocimiento que se alcanza sobre el aprendizaje. Muchas veces, las teorías
pueden llegar a impedir el progreso hacia una comprensión eficaz del proceso de
aprendizaje. Ninguna teoría puede ser considerada definitiva. Tanto las teorías
como los principios nos ayudan, a nosotros los docentes, a mejorar nuestras
prácticas educativas y maximizar el aprendizaje de nuestros alumnos.
Ahora bien, así como el proceso del aprendizaje puede resultar complejo, el órgano
en el que éste tiene lugar lo es aún más. Ormrod describe al cerebro y su estudio
como:
“El cerebro humano es un mecanismo increíblemente complejo y los investigadores
tienen un largo camino que recorrer hasta llegar a comprender cómo funciona y por
qué no siempre funciona tan bien como debiera.” (Ormrod 2005, p. 14)
Nuestro cerebro es el órgano más maravilloso, complejo y misterioso de todo el
cuerpo humano. Esto es porque hasta la fecha nadie ha podido comprenderlo en su
totalidad. Todos reaccionan de diferente forma.
Este órgano está compuesto, en primer lugar, del sistema nervioso central, que es
el centro de coordinación, conecta lo que detectan nuestros sentidos con lo que
hacemos. En segundo lugar, del sistema nervioso periférico, que sirve como
mensajero, transmite información hacia distintas partes del cuerpo. Las neuronas
son el medio para que el sistema nervioso transmita la información. No se tocan
entre sí, se conectan por medio de sinapsis. De la misma forma, las neuronas
dependen de las células gliales para proporcionarles estructura y apoyo.
A lo largo de muchos años, los científicos han usado diferentes métodos para la
investigación del cerebro. Estudios con animales, estudios de casos de personas
con algún daño cerebral, por mencionar algunos. Éstos han hecho grandes
diferencias en la investigación de este órgano.
El cerebro tiene tres compuestos, el cerebro inferior, implicado en muchos procesos
fisiológicos básicos. El cerebro medio que apoya la visión y la audición. Por último,
el cerebro superior, que se divide en dos hemisferios el derecho y el izquierdo. El
hemisferio izquierdo está encargado del lenguaje y el cálculo matemático. El
hemisferio derecho al procesamiento visual y espacial. Ninguno de los dos trabaja
sin ayuda del otro. Están siempre conectados.
El desarrollo del cerebro comienza a finales del primer mes del desarrollo prenatal;
durante el segundo trimestre se forman la mayoría de las neuronas que una persona
tendrá a lo largo de su vida. Poco después de nacer, la reproducción de las
neuronas se incrementa de una forma espectacular, esto es para que los niños
tengan más sinapsis que los adultos. A lo largo de la niñez y la adolescencia, ocurre
la poda sináptica, que permite que las neuronas que no se usan sean desechadas
sin causar daño alguno. El cerebro se sigue desarrollando en la juventud y la edad
adulta, aunque en menor dimensión que en la niñez. Nuestros genes contribuyen
en gran parte a nuestro desarrollo neurológico. De ellos dependen, ciertas
enfermedades o trastornos hereditarios. Existen algunos períodos críticos en el
desarrollo del cerebro. No se sabe con certeza cual es la edad correcta para
aprender o desarrollar alguna habilidad, como el lenguaje. Los científicos han
descubierto que una persona puede seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida,
sin importar la edad.
Si bien es cierto que nuestros primeros años de vida son esenciales para el
desarrollo del cerebro, de igual forma lo es permanecer alejados de cualquier cosa
que pueda dañarlo, sustancias nocivas, radiación, etc. Esto no significa que sólo en
los primeros años seamos capaces de aprender algo, ya que podemos hacerlo a
cualquier edad. Esto es algo que los educadores deben tomar en cuenta, no sólo
en la niñez se aprende, nunca terminamos de aprender.

Conclusión

Esta lectura ha sido una de las más interesantes que he leído en toda mi vida. A
decir verdad, yo no tenía mucha idea de lo que conlleva el proceso de aprendizaje,
porque al fin y al cabo es algo que hacemos de forma inconsciente la mayoría de
las veces. El comprender como se constituye y desarrolla nuestro cerebro me ha
aclarado tantas dudas que tenía acerca de este maravilloso órgano, aunque no todo
se ha dicho en relación a él. La enseñanza más grande de esta lectura es que nunca
seremos lo suficientemente grandes (de edad) para aprender. Todos estamos en
constante aprendizaje.

Bibliografía
Ormrod, J. E. (2005). Aprendizaje Humano (4ª ed.) (pp.3-33). Madrid, España:
Pearson Prentice Hall.

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