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Moción de rechazo a la instalación de una macroplanta de biomasa en

Tenerife

(Para ser debatida en la Comisión Plenaria Sostenibilidad, Medio Ambiente, Política


Territorial, Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Cabildo Insular de Tenerife del
20.05.2016)

Contextualización del problema

Hace más de un año, la empresa mercantil Ence solicitó la concesión de 48.000 metros
cuadrados en el Puerto de la Luz (en Las Palmas de Gran Canaria), y una cantidad
equivalente en el puerto tinerfeño de Granadilla, para levantar sendas plantas de
biomasa para la producción de electricidad. La producción estimada de cualquiera de
ellas la convertiría en la mayor de sus características en el Estado Español, con
capacidad de generar hasta 70 megavatios al año. La materia prima para tales complejos
de combustión de biomasa sería madera y restos forestales procedentes del exterior del
Archipiélago, extraídos de bosques de países del África Ecuatorial en unos casos, o de
zonas forestales de países sudamericanos en la otra orilla del Atlántico, como Brasil,
Uruguay o Paraguay; de ahí la importancia de ubicar las plantas en los puertos.

El proyecto de Ence para el puerto de la Luz, el más maduro y avanzado (entre otras
razones porque el puerto de Granadilla está actualmente en fase de construcción),
fue estudiado y aprobado por el Comité de Inversiones, órgano colegiado de consulta y
asesoramiento del Gobierno de Canarias, en junio de 2015, elevando su propuesta al
Gobierno. Un mes después, la Consejería de Sanidad del mismo Gobierno emitía
un informe desfavorable en el que se advertía de graves riesgos para la salud y el medio
ambiente de la isla (http://100renovables.com/informe-negativo-planta-biomasa-gran-
canaria/). Sin embargo, a pesar de este informe, el Consejo de Gobierno encabezado
por el presidente del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, decidió validar en septiembre
la propuesta del Comité de Inversiones, declarando de interés estratégico, tanto el
proyecto en Las Palmas, como otro de similares características en Tenerife.

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Tras conocer el informe desfavorable de Sanidad, distintos  colectivos sociales
denunciaron esta instalación al considerar que la planta suponía un riesgo para la salud
pública. Según Sanidad, la calidad del aire podía verse gravemente afectada, no solo
durante la fase de construcción de la planta, sino también durante su funcionamiento
(24 horas al día, 340 días al año). Por su parte, desde el Cabildo de Gran Canaria se
señaló que, además del informe desfavorable de Sanidad, este proyecto no contribuiría
a alcanzar el objetivo que se ha planteado esa institución, que no es otro que la
soberanía energética insular, al tenerse que importar los materiales combustibles para
alimentar dicha planta desde otros países. También portavoces del Ayuntamiento de Las
Palmas de Gran Canaria  se posicionaron en contra  del proyecto, por el alto riesgo que
representaría contra la salud pública.

Sin embargo, en enero de 2016, el presidente de Canarias aseguró en declaraciones a la


cadena Ser recogidas por Europa Press que no habría planta de biomasa en el Puerto de
La Luz, afirmando textualmente que el Gobierno de Canarias "no autorizará jamás nada
que vaya a perjudicar la salud y el aire" de la ciudadanía, y que su Ejecutivo "será
absolutamente vigilante y escrupuloso con cualquier tipo de instalación de este tipo de
características. […] Tendrían que modificar mucho el proyecto. No cumple y no se podrá
hacer nada. Mucho tendría que cambiar para que los informes sean positivos"

(http://www.eldiario.es/canariasahora/energia/Clavijo-planta-biomasa-informes-
negativos-Sanidad_0_475602543.html). Las declaraciones del Sr. Clavijo en contra de la
planta incineradora  en Las Palmas de Gran Canaria se producían tras conocerse un
segundo informe de Sanidad, aún más tajante que el primero, que certificaba el impacto
negativo de las emisiones sobre la calidad del aire.

En parecidas fechas, el Sr. Carlos Alonso, presidente del Cabildo de Tenerife aseguró a
algunos medios de comunicación que el proyecto de planta de biomasa en Granadilla “no
es ni prioritario ni adecuado para el desarrollo energético de Tenerife”, y que la
corporación que preside ha emitido un informe negativo por los problemas ambientales
que presenta el transporte de madera del exterior, el cual "genera problemas
ambientales de huella de carbono" y un "gasto importante de combustibles” (http://
www.eldiario.es/tenerifeahora/sur/Alonso-Granadilla-adecuada-desarrollo-
energetico_0_478053300.html).

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Hace poco más de un mes se ha hecho público que Ence  Energía ha solicitado
formalmente la devolución del expediente del proyecto que tenía previsto desarrollar en
el Puerto de La Luz, renunciando de este modo a la instalación de esa incineradora de
biomasa. La propia Autoridad Portuaria de Las Palmas aseguró que la planta está
definitivamente descartada y que éste será uno de los temas a tratar en su
próximo  Consejo de Administración (http://100renovables.com/ence-renuncia-planta-
las-palmas/).

Sin embargo, la Autoridad Portuaria de Tenerife indicó a la misma fuente el pasado lunes
11 de abril que aún no ha recibido ninguna petición oficial de Ence para retirar su
proyecto en el puerto de Granadilla, lo cual deja abierta la posibilidad de que los planes
de la compañía tengan continuidad en nuestra isla. Por otro lado, la Consejería de
Sanidad no ha realizado ningún informe de salud del proyecto de Ence en Tenerife, pues
nadie se lo ha solicitado. En Gran Canaria, la solicitud fue realizada a instancias de la
Dirección General de Protección de la Naturaleza.

Biomasa: ¿alternativa energética sostenible para Canarias?

Con carácter general se puede afirmar que la combustión de biomasa no constituye una
buena alternativa para la producción de energía eléctrica en Canarias. Los proyectos
que se acaban de exponer no harían más que reproducir la grave dependencia
energética del exterior que ya padece nuestro Archipiélago, cifrada en estos momentos
entre un 94 y un 98 por ciento (dependiendo de si contabilizamos sólo la producción de
electricidad o si también consideramos la importación de combustibles para la
automoción). Importar residuos forestales para quemarlos y obtener electricidad no es
una ninguna alternativa endógena sino una mera diversificación de la dependencia que
ya sufrimos.

Aún en la hipótesis –errada, como luego explicaremos– de que utilizáramos los residuos
forestales que se pudieran extraer en las Islas, y algunos otros restos de madera, para
alimentar a esas eventuales plantas de biomasa, apenas daría para cubrir, en el mejor
de los casos, entre el 15 y el 20 por ciento de su demanda de combustible. Siempre se
requeriría de la importación de materia procedente de la Península, África Ecuatorial y
América del Sur. Se trata a todas luces de un proyecto insostenible, que no resulta
coherente con cualquier política seria que tenga como norte avanzar hacia la necesaria

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soberanía energética. Quemar madera pudiera resultar consistente en territorios bien
distintos al nuestro, como Escandinavia, que cuenta con recursos forestales
abundantísimos, con industria que los explota de forma bastante sostenible
(compensando la extracción con nuevas plantaciones de árboles) y que genera de paso
residuos madereros más que suficientes. En Canarias, en cambio, si de obtener energía
eléctrica se trata contamos con condiciones óptimas para aprovechar nuestro potencial
limpio, renovable y local de origen eólico, solar, y en menor medida marino; y con un
potencial extraordinario, pero cuya exploración aún está en ciernes, de energía
geotérmica (llamado a ser una de las principales fuentes de estabilidad y seguridad de
los sistemas eléctricos canarios).

El destino más razonable para la materia orgánica producida en el Archipiélago (ya sea
procedente de los residuos generados por las tareas de regeneración forestal actuales o
futuras, el que se debe recuperar de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos,
o el generado por el transporte de mercancías embaladas –caso de los palets de
madera–) no es otro que volver al suelo después de haber sido convenientemente
compostada. En efecto, la mayor parte de los suelos de Canarias (agrícolas y naturales)
padecen un déficit crónico de materia orgánica, lo que lastra su productividad, obliga en
su caso a compensar con costosas importaciones de fertilizantes importados y los vuelve
mucho más vulnerables a la erosión. Es por esta razón que el Cabildo Insular aprobó, en
el marco del Plan Territorial Especial de Ordenación de los Residuos (PTEOR) de Tenerife
la constitución de una Mesa de Fertilización Orgánica, una de cuyas tareas esenciales
consiste en velar por la recuperación de la materia orgánica contenida en los residuos y
su reconversión como fuente de fertilidad imprescindible.

En síntesis, la implantación en Tenerife de una planta de biomasa como la prevista no


resulta conveniente por los siguientes motivos:

- No soluciona la dependencia energética insular, ya que la mayor parte del


combustible procedería siempre de fuera de Canarias.

- Supone la instalación de una chimenea contaminante de 65 metros en el interior


de un Polígono Industrial, en el que permanecen trabajando durante su jornada
laboral algo más de un millar de personas (y un número aún mayor en el futuro).

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- Lleva aparejado el acúmulo a la intemperie de un ingente volumen de residuos
forestales procedentes de países tropicales, que supone un serio riesgo de
introducción de plagas y enfermedades foráneas (una amenaza que ya ha sufrido
la agricultura isleña, con graves consecuencias).

- Reproduce un modelo basado en grandes centrales de producción eléctrica, de


forma centralizada, cuando lo deseable sería avanzar en el sentido contrario:
hacia un modelo de generación distribuida, de mayor cercanía, más democrático
y en el que tengan cabida las pequeñas y medianas empresas canarias del sector
de las energías renovables.

- La declaración de interés estratégico de esta planta, así como otras decisiones


recientes relacionadas con la introducción del gas, ponen de manifiesto la falta
de planificación del Gobierno de Canarias en un tema tan crucial como la energía,
ya que todavía no ha definido un mix energético realista y bien articulado para
nuestra tierra.

Por todas las razones expuestas, el pleno del Cabildo Insular de Tenerife ACUERDA:

1. Rechazar el modelo de planta de producción eléctrica a partir de biomasa como la


solicitada por la empresa ENCE en el litoral de Granadilla, o cualquier otra que
respondiendo al mismo modelo pudiera presentar cualquier empresa, en cualquier
otro punto de la Isla.

2. Considerar como destino prioritario para la materia orgánica, procedente de


residuos de diferente naturaleza producidos en Tenerife, el de su recuperación,
correcto compostaje y utilización como fertilizante orgánico (regreso al suelo),
contribuyendo de este modo a compensar el grave déficit que éstos padecen.

3. Reimpulsar el funcionamiento de la Mesa de Fertilización Orgánica de Tenerife,


propuesta desde el modelo insular de gestión de residuos (PTEOR) como espacio
de deliberación y asesoramiento para la más correcta gestión de la materia
orgánica.

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El portavoz de Podemos en el Cabildo de Tenerife

Fernando Sabaté Bel

En Tenerife, a 13 de mayo de 2016.

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