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CORDOBA REBELDE EL CORDOBAZO, EL CLASISMO Y LA MOVILIZACION SOCIAL James Brennan Ménica Gordillo de 1a campane La Plata | 2008 CAPITULO 3 REBELION POPULAR, PROTESTA. Y¥ RADICALIZACION OBRERA: EL “CORDOBAZO” ¥ EL “CLASISMO” Entonces yo vi cuando otras compatieros lo levantatan y vique le brotaba a borbotones la sangre del pecko y, cuando lo lovantan. para ponsrlo acbre los hombros, vi que el compafiero afiojaba la cabeza y la dej6 caer. Entonces tuve la certeza de que el compafiero habia muerto. No lo sabia, después me entoré. Entonces yo me agacho y de los nervios, de la impotencia, del ‘miedo, haba zeventado las mandarinas que tenfa en las mands, Y fue una decisién colectiva, yo no se cémo sucade esto pero sf sucede que hay cosas que nos tocan a todos y nos hacen tomar ‘uma decisién comiin, pero nadie dio una ocden ni nada, pero to- dos avanzamos contra la policia. Yo tenia dos mandarinas re- ventadas en las manos, no tenia con qué defenderme, pero todos (Cestimonio de Fernando Solis, exapleado administrative de For- ja, planta de TKA-Renault en 1869, Cérdoba, 10-8-1989) Bn 1963, mientras trabajaba en la Fabrica Militar de Aviones, Pablo se enteré de que Industrias Kaiser Argentina estaba emplaando personal y pagaba mejores salerios que el que él recibia como mecénica en el complejo de las Industrias Aeronduticas y Mecénicas del Bstado. Un dia quo estaba libro, tomé un Smnibus hasia Santa Isabel y solicité trabajo en las plantas de Kaiser. Alli, la oficina de personal de IKA tomé una sencilla prusba de aptitud mecdnica y le informs que tenia buenas posibilidades de conseguir empleo en una de las fébricas, Paco después lo contrataron. Sin embargo, muy pronto Pablo quedié desilusic- nado cpa su nuevo trabajo al descubrir que los conocimientos de meci- nica que habia adquiride en la fébrica de aviones eran de poca utilidad en las Iineas de montaje de Kaiser. Cuando lo transfirieron a una linea en el departamento ée pintura, una tarea para la que tenia poca expe- os rieocia yen la que se sontia fuera de lugar, ou frustracién aumenté. ‘También se dio cuenta répidamente de que los salerios més altos tenfan un precio y que estaba trabajando “tres veces maa” que en la fabriea de aviones, dande los ritmos de producciéa y la marcha del trabajo eran relativamente lentes comparados con los que encontré en IKA. ‘Juan Baca también se habia sentido tentado por los salarios ‘mis altos y lo que 9@ reputaba como mejores condiciones laborales en el complejo IKA, donde los trabajadores distrutaban de la proteccién de un “verdadero singicate", que representaba sus intereses ante la empresa. Desde 1959 a 1086 habia trabsjado en el complejo Fiat, pero en 1967 pudo entrar a la planta de Kaiser en Persiriel como operario calificado de herramientas y matricec. Rn general se seatia complacido con el nuevo ‘empleo aunque, para su sorgresa, lo intranquilizg el gran mimero de activistaa sindicales con los que se encontzé en la planta, de muchos de los cuales sospechaba que eran de isquierda mas que peronistas, el grupo con el que se identificabe orgullosamente. En mayo de 1969 Juan Baca hacfa horas extras en casi todas las oportunidades que se le pre- sentaban, Las sumerosas buelgas de los dos vitimos afis y la pérdida resultante de dias de trabajo habian diaminuido su salario ueto. Como ‘able habia aprendide que, a posar de las ventajas aparentes, el empleo ‘en IKA-Renault también tenfa sus inconvenientes. En este caso, un sin- dicato més independiente y sensible también implicaba mds huelgas, la pérdida de dias de trabajo y problemas fnancieros para su familia. En 1966 Alberto dojé su casa en Villa Marfe, una préspera ciu- dad agricola de 1a provincia de Cérdeba, para comenzar sus ostudios ‘universitarios de Arquitectura. Bl dia de'su legada a la ciudad capital se vio eafrentado @ un corprendente despliogue callejero de trabajato- es mecéinicos, siendo testigo por primera vez en su vida de las huelgas sSindieales de las que los diarios argentinos hablaban continuamente. Se unié a la columna en marcha sin entender plenamente contra qué protestaban loa trabajadores. Su educacién politica quedé interrumpida al aii siguiente por el servicio militar obligatorio, que contribuyé a ins- talar en 61 un fuerte recslo hacia los militares. Cuando volvi6 a Gérdoba al ado siguiente, encontré a la ciudad notablemente cambiada, BI clima politico se habia endurecido y, on la Facultad de Arquitectura, lo que an- tes eran desacuerdes politicos amistosos se habian convertido abora on aisputas ideolégices. Los grupos de estudiantes reformisias que domi- ‘aban la politica universitaria cuando 61 se fue de Cérdoba babfan sido cclipsados por las mde recientes organizaciones marxistas y perunistes de iequierda, que se interesaban no sélo en proteger In autonomia uni vversitaria como lo habian hecho los grupos estudiantiles en los primeros fas de la dictadura de Ongan{e sino, también, on abogar portma trans formacién completa de la sociedad argentina, legaudo algunos de elloe a propugnar una revolucén socialist ‘Eduardo también esperaba empezar sus estudioe de Arquitec- tura A diferencia de Alberto legé a, Cérdoba después del yolpe y se cencontnd con el examen de ingreso que Ongania habia establecido en las 4 ‘universidades durante ou primer aio de gobierno. Hl presidente habia afirmado que ese examen era necesario para mejorar la calidad de la educacién superior en el pafs pero muchos, como Eduardo, crefan que no se trataba mas que de un intento por eliminar el legado de la Reforma Universitaria de 1918 pars restaurar, en cambio, la naturaleza elitiata de la universidad argentina de entonces y minar su eardeter de princi- pal instituciéa promotora de la movilidad social en ol pafs, Eduardo no aprobé el examen, no haber couseguido la admisiin en la universidad Je signifcd perder un ato y realizar un trabajo de tiempo parcial en la exipresa telefénica local. En 1968 logré aprobarlo y entré a le Facultad de Arquitectura, pero conservé su empleo en la cotapaifateleténica; las frustraciones por el afio perdido le pesarian durante mucho tiempo, re- forzands su desprecio contra un gobierno al que coasideraba cbitisia © ilegitimo. ‘rio Vaudagna, cura pérroco del barrio obrero de Los Plétanos yuna figura importante dentro del “Movimiento de Sacerdotes para el ‘Tercer Mundo", noté cambios significativos en su barrio hacia 1969. Su poblacién se componta caai enteramente de trabajadozes empleades en las industrias mecdnicas. # estimaba que més de la mitad trabajaba en elcomplejo IAME, otra parte considerable enlas plantas de IKA-Renault yuna pequefia cantidad en las mas distantes fabricas de Fiat. A pesar del cardcter obrero de la barriada, on alla-las barreras tradicionales on ‘tre estudiantes y trabajadores habfan sido rotas parcialmente. Las es iantes habfen comenzado a actuar como voluntarios on las actividades yerroquiales, viajando desde sus propios barrios a Los Plétanos para participar en sus programas de servicios comunitarios asi como para organizar debates, conferencias y discusiones politicas en la iglesia, Al principio, los trebajadores los recibieron con més recslo que gratitud, pero su presencia habfa pasado a cer parte de la vida parroquial Las vides muy diferentes de Pablo, Juan Baca, Alberto, Eduardo y el padre Vaudagua encontrarsa un vinculo exzepeional en su partici- pacién en el levantamiento del 29 y 89 de mayo de 1969, que més ade- lante ge conoceria como ol Cordobazo. Totes, cada uno por sus prepiss razoues, se unirian a la revuelta y experimentarian grados diversos de identificaciéa con la naturaleza de la protesta de aquellos dias, lo mismo que otros miles de habitantes de la ciudad, cada uno con su propia-his- toria perconal, La complejidad del Cordobazo y eu canicter de sronteci iniento distintivamente cordobés quedaron revelados en esa diversitad. El levantamiento también representaria un punto de inflexién en las ‘vidas de todos ellos, « causa de los profundas efectos que tendria sobre elpais. Ba efecto, el Cordobazo se exige como uno de los acontecimientos y divisoria de aguas histéricos genuinamente seminales en la Argentina del siglo XX. Su efecto politica inmodiato fue desacreditar a la dictadura de Onganfa y debilitar los fandamentos de lo que otrora parecia el més fuorte de todos los rogimenes posperonistas. Tanto dentro como fuera del gobierno, desencadené fuersas que obligarfan a Ongania a renum- 2

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