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LA ARQUITECTURA ES CON LA GENTE

Análisis comparativo entre Bunker Roy y Simón Hosie

"Hacer más humana la arquitectura significa hacer mejor arquitectura y conseguir un


funcionalismo mucho más amplio que el puramente técnico"
Alvar Aalto

Y esa es precisamente la tesis de este ensayo, una arquitectura que se


conecte con su alrededor, que transforme sin borrar la historia, que evolucione
sin perder las costumbres y tradiciones, que se desarrolle en la manos de los
ancestros, que se desenvuelva entre los sueños y el pasado de sus habitantes,
que valore la cultura y que no transgreda las vivencias de su gente, que no se
imponga ante sus verdaderos dueños.

La filantropía afronta a gigantes de una manera no convencional; desde


el inicio de los tiempos, con el joven David y su honda, pasando por Dante y
su humanismo o por El Quijote con su caballería invencible y sus molinos de
viento, se ha logrado, materializar lo inimaginable. Ese pensamiento
complicado pero con un sentir sumamente comprometido, lo tienen Simón
Hosie y Bunker Roy. Tal vez por eso mismo, han llegado lejos.

Hosie y Roy buscan el verdadero valor del tiempo, en el tiempo perdido.


Han empeñado gran parte de sus vidas en un mal llamado “imposible”: re-
capturar del sentido de las cosas simples, de las personas del común, de las
personas menos favorecidas, las cuales tienen sus propias reglas de juego
mientras retan las contrarias y acartonadas representaciones de lo culto, como
conducta. Buscan quebrar las razones lícitas de lo sencillo, de lo que no brilla
pero tampoco opaca. Su principio de vida es simple: Ser y No Tener. Valor que
en nuestra época del capitalismo ascendente es un imposible, a menos que tenga
la fuerza irrenunciable de un legado, de la valorización del conocimiento que es
transmitido de generación en generación, de la recuperación de la historia;
sienten un gran respeto y afecto por las tradiciones del pueblo y la cultura
popular; hecho que se refleja en sus proyectos más significativos, los cuales
tienen una participación masiva de la comunidad desde la planeación hasta la
ejecución del proyecto en sí, se adentran en las historias de la gente, en sus
necesidades y en la realización de sueños. Conciben espacios donde los más
“pobres” pueden aprender, aportar, crear ideas y probarlas, donde la comunidad
tiene un aporte significativo en la recolección de datos y en la trasferencia del
conocimiento adquirido en las aldeas, un traspaso de habilidades y experiencias
que al final logran trasformar la calidad de vida y generan un progreso social,
además de una realización personal.

Bunker Roy habla de usar y dar valor a los conocimientos, experiencias,


tradiciones, habilidades y sabiduría ancestrales, habla de implementar el sentido
común de la comunidad y la metodología que siguen en la resolución de
problemas cotidianos, de llevar a la cima todos estos aspectos, muchas veces
olvidados y lograr un empoderamiento de esos pequeños pueblos sobre el
conocimiento adquirido en grandes campus universitarios. Una de las
pautas principales de Barefoot College, es que esta universidad reflejaría todo
lo que los pobres consideren importante; si los arquitectos lográramos
desarrollar un pensamiento al momento de diseñar, que se basara en lo que los
vecinos del proyecto consideran importante y necesario, dejaríamos de lado las
construcciones espectaculares inspiradas por el ego y en la sed de
reconocimiento y diseñaríamos motivados por el compromiso social pues la
arquitectura no debe ser para los arquitectos sino para la gente, esto nos debería
caracterizar y así lograr una construcción que represente la región en todos sus
aspectos, además de, claramente, cubrir las necesidades básicas y generar en la
comunidad un sentimiento de orgullo al poner los pies sobre el espacio que
pensamos especialmente para ellos.

Lo anterior tiene una estrecha relación con el pensar de Simón Hosie, una
arquitectura social y humana, una arquitectura local e inédita y sobre todo
comunitaria, sí, comunitaria, porque al involucrar a los habitantes se garantiza
la apropiación del proyecto y se evita un sentimiento de imposición, sino todo
lo contrario, se incentiva un sentimiento de pertenencia. Para lograr esto es
indispensable una mezcla en partes iguales de un sentir y de una racionalidad,
un sentir en valores, principios y tradiciones propios del arquitecto y del
entorno, sumado a una racionalidad, fruto de un potencial científico y funcional
que satisfaga las necesidades básicas y que cumplan con condiciones de
habitabilidad como primera instancia.

Para Hosie, la arquitectura define nuestro hábitat, condiciona la vida


misma; es por ello que es fácil entender por qué se debe involucrar a la
comunidad, es difícil que un proyecto defina a una región, el sentido del mismo
lo brinda la comunidad en el momento en el que es participe de él, cuando los
individuos se sienten identificados y representados, en el momento que ven
reflejados allí sus sueños y su pasado. Esto es una invitación abierta a una
arquitectura basada en las regiones, en la lógica de cada lugar, entender que es
verdaderamente importante allí. “La arquitectura debe pertenecer al entorno
donde va a situarse, y adornar el paisaje en vez de desgraciarlo.” Fran Lloyd
Wright

A todo esto se le puede denominar como arquitectura participativa o


social, arquitectura comunitaria, una arquitectura para la gente, que integra la
antropología, la sociología, la historia y sobre todo el trabajo con las
comunidades y que tanto en el sector privado como en el público, se enfoca en
obras que sean consecuentes con el entorno y con sus habitantes; para ello es
necesaria una investigación previa por medio de la convivencia, el dialogo y la
búsqueda de la riqueza cultural, para facilitar el desarrollo de mecanismos y
caminos que lleven a cabo el proyecto y encausarlo de la mejor manera.
Esto garantizará que la obra sea adoptada por la comunidad, que se
apropien de ella y la conviertan en parte de su cotidianidad, rechazando de este
modo la arquitectura plástica , inspirada en el azar, que al final, simplemente no
encaja con el entorno que los rodea, creando barreras entre los habitantes y la
obra. “La Arquitectura es acto social por excelencia, arte utilitario, como
proyección de la vida misma, ligada a problemas económicos y sociales y no
únicamente a normas estéticas. (...) Para ella, la forma no es lo más importante:
su principal misión: Resolver hechos humanos.” ― Carlos Raúl Villanueva

El diseño local o arquitectura comunitaria, invita a construir pensando en


el bien común, de una manera integrada y articulada entre resolución de
problemas cotidianos, el progreso social y la vinculación de procesos
ancestrales brindados por la comunidad, para así lograr un proyecto fácil de
digerir y con un corto proceso de adaptación, tanto para los habitantes como
para el ambiente que lo rodea, debe encajar a la perfección con el terreno, con
la naturaleza, con el clima del lugar, debe ser una construcción pensada desde
adentro y no pensada en oficina.

Bunker Roy dice que un profesional es alguien con una combinación de


competencias, confianza y fe. Nosotros como arquitectos debemos construir
una formación que nos brinde las herramientas necesarias, conocimiento sobre
diseño y sostenibilidad, debemos estar siempre a la vanguardia, sin que
vanguardia signifique olvidar las raíces y los materiales simples con la que el
entorno que vemos hoy fue levantado. También debemos llenarnos de
confianza, interiorizar nuestros proyectos, tener presente que en nuestro lápiz
tenemos la capacidad de transformar entornos, de mejorar la calidad de vida de
las personas involucradas en nuestra obra, pero que transformar no significa
transgredir, ni borrar historia. Y fe, no en el ámbito religioso, si no en el ámbito
de la insistencia, de la perseverancia.

“Pensar la arquitectura […] nos ayuda a no enamorarnos de la calidad


gráfica de nuestros dibujos, y a no confundirla con lo que constituye realmente
una cualidad arquitectónica.” Peter Zumthor.

Como arquitectos estamos instados a diseñar pensando de manera


sostenible, pero debemos alejar un poco la idea de que sostenible es sólo una
cuestión de economía, o de diseñar sin afectar el medio ambiente; una
arquitectura sostenible es aquella que su significado y cultura perdura en el
tiempo más que sus materiales, es aquella que no pierde su valor y que entiende
las necesidades de la sociedad que lo rodea y que fue construida con
participación ciudadana, conociendo las falencias arquitectónicas de la
población con miras a un progreso social.

Referencias

HOSIE, Simón. Carta abierta de un arquitecto. Proyectodiseño, pd. (Edición 61):19-25, 57-
58, Mayo 2009.

LEARNING from a barefoot movement [Videograbación] BUNKER, Roy. TEDGlobal.


Julio 2011. (19:07 min)

ARQUITECTURA, Comunidad biblioteca, arquitectura y show [Videograbación] HOSIE,


Simón. Minculturas. Junio 2009 (22.11 min)

SEMINARIO la arquitectura como proceso participativo en la obra de Simón Hosie.


[Videograbación] HOSIE, Simón. Facultad de Arquitectura UNALMED. Julio 2015

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