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CULTIVANDO LA ESPIRITUALIDAD EN LOS HIJOS

Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, Porque de ellos es el Reino de


los cielos”. (Mateo 19:13)

PORQUE ES IMPORTANTE QUE LOS NIÑOS TENGAN UNA RELACIÓN CON


DIOS
En la actualidad vemos como los jóvenes están siendo blanco del enemigo, un
constante ataque que muchas veces no termina bien, pues muchos caen en las
drogas, la rebeldía y sucesos penosos que marcan sus vidas para siempre. Es por
eso que resulta tan importante llevar a nuestros hijos a tener una verdadera relación
con Dios, una amistad real y genuina que le de bases solidas para crecer con
principios de amor, misericordia y verdad en el corazón, una labor que no será
completa si los padres no se involucran presentando un modelo adecuado a los
niños donde este implícita la oración, la búsqueda y la lectura de la palabra, pues
no olvidemos que los niños que aprenden a orar desde pequeños pueden desarrollar
una vida de oración poderosa y efectiva mejor que los niños a quien no se les
enseña.

LA LABOR DE LOS PADRES


La mayoría de los padres se esfuerzan por ser buenos proveedores, como se nos
enseña en (1 Timoteo 5.8). Pero Dios quiere que los padres provean mucho más que
las necesidades básicas de una vida física. Desea que también seamos capaces de
aportar el alimento espiritual que se requiere para llevar una vida correcta,
que produzca como resultado la vida eterna.
Repasemos cuidadosamente las instrucciones de Dios que se encuentran en el
capítulo 6 de Deuteronomio. Primero fijémonos en el versículo 5: “y amarás a Jehová
tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con toda tu fuerza”. Para poder
enseñar eficazmente el Camino de Dios a nuestros hijos, debemos empezar por
nosotros mismos y llegar a amar al Señor intensamente.
Continuamos el versículo 6 y 7: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino; y al acostarte, y cuando te levantes”. Este versículo nos
enseña a seguir hablando sobre ellas incesantemente.
Si aprende a hacer esto con sus hijos se sentirá enormemente inspirado y
recompensado al ver cómo sus hijos aprenden y crecen espiritualmente.

COMO ENSEÑARLES
Los niños son un regalo de Dios
Estamos conscientes del gran tesoro que son los hijos y del potencial que
representan. Tenemos una oportunidad que no tiene precio al cultivar sed de Dios en
nuestros hijos. El hogar es la influencia más poderosa para desarrollar el crecimiento
positivo emocional y espiritual. Cuide sus tesoros que no tienen precio, sabiendo que
en su inversión de tiempo y energía cosechará beneficios tremendos.

Primero, mírese a usted mismo


Mucho de lo que un niño aprende es asimilado más que aprendido. El reflejo de su fe
en Dios es una imagen duradera que formará el concepto de Dios en su hijo. ¿Está
su fe fundamentada sobre una lista de reglas y obligaciones? ¿Le falta a su vida
espiritual la vitalidad y autenticidad? Lo que su hijo debe ver en usted es una
dependencia profunda sobre Dios y sus expresiones consistentes del amor de Dios
en sus relaciones con los demás y sus elecciones cotidianas.

La actitud es más importante que los hechos


Las historias bíblicas no son suficientes. Recordar un conocimiento objetivo de la
Biblia no es un vaticinador correcto de la sensibilidad espiritual y de crecimiento. Las
creencias profundas de los niños mayores reflejan actitudes y sentimientos
establecidos durante los años preescolares. En realidad, las relaciones familiares de
confianza y del sentido de pertenencia son el fundamento de la habilidad de un niño
al depositar su completa confianza en Dios.

Use lenguaje sencillo


El mundo del niño es el aquí y el ahora, de lo que vea y conozca. La forma en la que
comprende las cosas es literal y concreta. Las palabras y frases de la Biblia que son
símbolos o metáforas tienen poco sentido para los niños. Por ejemplo, “en mi
corazón he guardado tus dichos” puede tener sentido e importancia para los adultos
pero no para los niños. Use palabras y frases sencillas y concretas cuando hable y
cante de Dios para ayudar a los niños en su vida espiritual.

Conecte las palabras de la Biblia a las experiencias y acciones del niño


Reconozca y aproveche las oportunidades naturales para señalarle a su hijo de
Dios. Las experiencias cotidianas traen oportunidades numerosas para transmitir la
fe a un niño. Responder a las preguntas o ideas de un niño puede guiar la
conversación hacia Dios. Palabras como “Me alegro que Dios trajo a Papi sin
incidentes a casa” o “Pidamos a Dios para que nos ayude a encontrar la calle que
buscamos” representan momentos cuando podemos enseñar y que puede tener una
importancia espiritual para un niño. Conectar sus palabras a las acciones de un niño
maximiza su impacto.
Haga que la Biblia sea parte de su vida familiar
La Biblia debe ser el centro de su hogar. Debe estar reconocida como la fuente de
verdad. ¿Cuántas veces su hijo le ve leer la Palabra de Dios? ¿Promueve leer y ver
los programas cristianos en su hogar? La Biblia en el idioma contemporáneo y
material relacionado con la Biblia puede cultivar el crecimiento y desarrollo espiritual
de un niño. Pruebe una noche en familia una vez por semana en su casa. Un juego
de Biblia y leer juntos historias bíblicas son modos de enfocar sobre lo espiritual
mientras se divierte en familia.
Necesitan de la iglesia como apoyo
Las relaciones son la clave del crecimiento espiritual. Usted y su hijo deben estar
conectados con los demás adentro de la familia de su iglesia que pueden proveer el
apoyo y aliento necesario para cultivar el crecimiento espiritual. La escuela dominical
puede ser un medio poderoso de llevar a su hijo con compañeros de su misma edad
para estudiar y aprender acerca de Dios a su nivel. ¡No deje de asistir a su
iglesia! En un mundo ajetreado y agitado, su familia no puede vivir sin esta vital
institución. Haga que la asistencia a la iglesia sea una rutina para usted y sus hijos.
BENEFICIOS DE QUE LOS NIÑOS TENGAN UNA RELACION CON DIOS

 Les permite crecer en la fe y enfrentar los temores y desafíos.


 Aprenden a agradecer a Dios por sus bondades.
 Les permite confesar sus pecados y pedir perdón.
 Aprenden a interceder por otros.
 Los niños aprenden a expresar con libertad sus sentimientos hacia Dios.
Introducción
¿Qué quería decir Pablo a los creyentes de Tesalónica al recomendarles que fueran
“firmes en la fe” o “firmes en el Señor”? Por una parte, él aconsejaba a los
tesalonicenses a que le buscaran el mejor lado a cada situación en que se
encontraran para dar siempre la gloria al Señor.
Este principio puede ilustrarse en los distintos cuadros que nos ofrece la naturaleza.
Por ejemplo, las flores más lindas suelen hallarse en medio de los pantanos más
impenetrables.
Lo mismo ocurre cuando uno camina por la acera de una calle entre viejos y casi
destruidos edificios de las grandes ciudades. En medio de las hendiduras del
concreto se pueden apreciar plantitas muy atractivas con diminutas florecitas que sólo
nos recuerdan la mano que las ha creado.
¿Quién no se detiene a admirar cómo se sostienen los árboles torcidos y casi
vencidos por los furiosos vientos a la orilla del mar? Sin embargo, permanecen allí a
través de los años. Es admirable la belleza de las flores que brotan en las inmensas
paredes que se levantan a los lados del Gran Cañón del Colorado. Allí los pequeños
arbustos lucen su colorido en medio de las más precarias circunstancias.
Lo que los cristianos podemos aprender de estos ejemplos d la naturaleza es que aun
en medio de las peores circunstancias puede florecer la vida cristiana más fructífera.
En medio de las tormentas más fuertes puede levantarse la vida cristiana como
testimonio firme del poder y del amor de Dios. Quizá haya situaciones precarias y
difíciles en las que no existan esperanzas de sobrevivir, pero la gracia y el poder de
Dios son suficientes para hacernos florecer donde no haya recursos materiales. Todo
esto puede ser una forma eficaz de atraer alas multitudes al conocimiento de Dios.
Tal como lo hicieran los cristianos tesalonicenses, permanezcamos firmes en el
Señor, creciendo siempre en fe y en amor para servirle con eficiencia.
Exposición Bíblica
I Firmes frente a las tribulaciones (1 Tesalonicenses 3:1-5).
A. El afecto de Pablo
Cierto cristiano se quejaba en una ocasión de que el nuevo pastor de su iglesia
durante su predicación parecía muy amable, atento y cuidadoso. Sin embargo, fuera
del púlpito era una persona totalmente diferente: descortés, desatento, indiferente y
difícil de ser abordado, hasta para saludarlo.

Pregunta: ¿Se adapta esta descripción al apóstol Pablo?


Pablo había sido acusado de predicar el evangelio sólo para ver qué podía sacar para
sí mismo. También se decía que no era nada afectuoso ni le importaba la situación de
los creyentes. Sin embargo, él se toma el tiempo y utiliza los medios necesarios para
enfatizar el hecho de que tanto él como sus colaboradores en el ministerio eran tan
tiernos y les tenían tanto aprecio estando ausentes como cuando habían estado
presentes en Tesalónica. Los creyentes de ese lugar no eran meros números en los
informes ministeriales del apóstol; estos hermanos constituían una verdadera
responsabilidad en su corazón.
Pregunta: Si fue posible enviar a Timoteo para que visitara a la iglesia de Tesalónica,
¿por qué razón no realizó la visita él mismo aunque fuera bajo el riesgo del martirio?
No tiene gloria el simple hecho de convertirse en un mártir nada más por querer serlo.
Dios quiere que estemos vivos para poder servirle; y si a lo largo del camino nos toca
morir por su causa debemos estar listos para ello.
Dos cosas se pueden decir acerca de Pablo en este punto. En primer lugar, si él se
hubiera arriesgado a volver a Tesalónica, no sabemos realmente cuánto bien habría
podido hacer allí. Lo que sí sabemos es que tanto en Filipos y Berea como en
Tesalónica la oposición había alcanzado proporciones de revueltas y levantamientos
muy serios. Para Pablo hubiera sido muy difícil, y para sus convertidos muy peligroso,
el que él tratara de ministrar el evangelio en tales circunstancias. Echando una mirada
retrospectiva, lo más seguro es que la sola presencia del apóstol en Tesalónica
habría puesto en grave peligro la vida de los creyentes. Dios conoce todas las cosas.
Quizá era mejor que Pablo permaneciera en Corinto porque su ministerio allí podría
ser más provechoso que en Tesalónica. Cualesquiera que hayan sido las razones,
podemos notar que Pablo no perdió tiempo y trató de hallar la manera de escapar. Es
evidente que este no era el momento en la voluntad de Dios para la muerte del
apóstol. Pero aunque él personalmente no podía hacer el viaje a Tesalónica, su deber
era buscar a la persona ideal para dicha misión.
B. La solicitud de Pablo
La preocupación de Pablo por la iglesia de Tesalónica se hizo tan intensa que
finalmente ya no pudo resistir más. El sentía la urgencia de saber cómo andaban las
cosas por allá. Por otra arte deseaba que estos creyentes se amaran en la fe. La
persona ideal para esta misión fue Timoteo, quien tendría que estar en Tesalónica
enseñando a los cristianos y dándose cuenta de la situación en que se encontraban
para traerle a Pablo un informe fidedigno. Este siervo de Dios iba a los tesalonicenses
para hacer lo mismo que deseaba hacer Pablo, a quien se le hizo imposible ir.
Pablo pudo haber asumido la posición egoísta de que él era el único capaz de realizar
ese ministerio. El pudo haberse dicho: “Bueno, si no lo hago yo, nadie podrá hacerlo
en Tesalónica. Si dejo que Timoteo vaya, quizá lo arruinará todo.”
Es un distintivo de grandeza el estar dispuesto a delegar en otros aquellas labores
que uno no puede realizar personalmente (aunque la persona delegada no parezca
tener la misma experiencia), con el firme propósito de llevar a cabo la obra del Señor.
Pablo tuvo mucho gusto en enviar a Timoteo, recomendándolo como “nuestro
hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo” (versículo
2). Con esta actitud, demostraba que no era egoísta, que amaba a los tesalonicenses
y tenía confianza en el ministerio del joven Timoteo.

Pregunta: ¿No era muy peligrosa esta misión?


No cabe duda de que la preocupación de Pablo aumentó al pensar en la posibilidad
de que Timoteo también enfrentara graves peligros al volver a la ciudad de
Tesalónica. No obstante, tanto él como Timoteo se olvidaron del peligro, pensando
más en el amor hacia los hermanos. Casi podemos imaginar la oración fervorosa que
estos dos grandes hombres de Dios hicieron antes de la partida de Timoteo.
Enseñanza práctica
Pablo no se sentía satisfecho con sólo ganar a la gente para Cristo y luego
abandonarla. El sabía que los recién convertidos necesitan ser fortalecidos en la fe y
en la vida cristiana diaria.
Esto lo debemos mantener muy presente en nuestra misión de ganar almas para el
Señor y para su obra. ¿Cuenta su iglesia con un programa sistemático de discipulado
para el establecimiento de los nuevos creyentesí ¿Se les está brindando a ellos
adiestramiento básico y aliento espiritual? Cuando se convierten niños que proceden
de hogares no cristianos, ¿qué se hace para conservarlos en la iglesia e ir ganando
gradualmente a sus familiares para el Señor?
Estos son asuntos muy importantes a los cuales se les debe prestar atención. Un
programa de evangelismo sólo es eficaz cuando se tiene seguidamente un buen
programa de discipulado y desarrollo cristiano. ¿Qué puede hacer usted, ya sea como
individuo o como arte de un grupo, para ayudar a su iglesia para que mejore este
aspecto? El evangelismo y el discipulado son responsabilidades de todo cristiano.
II. El crecimiento en la fe y en el amor (1 Tesalonicenses 3:6-10).
A. Un informe alentador.
Tratemos de ponernos en el lugar del apóstol Pablo. Imaginémonos sus emociones.
El ya había pasado por una serie de tribulaciones y mucha persecución. ¿Qué cree
usted que hubiera sucedido si, después de todo esto le hubieran llegado noticias de
que la iglesia de Tesalónica se había desmoronado?
Pablo seguía enfrentándose a múltiples dificultades, como se puede apreciar en el
versículo 7. Sin embargo, en medio de todas sus aflicciones, el informe que le trajo
Timoteo le produjo un inmenso regocijo. Ese informe no sólo manifestaba que los
tesalonicenses estaban firmes en el Señor sino que también le demostraba al apóstol
que ellos deseaban verlo personalmente, así como él ansiaba verlos a ellos. Mientras
tanto, el corazón de estos creyentes estaba fijo en el Señor, esperando su segunda
venida.
Pregunta: ¿Podemos aprender algo de esto?
Cuando una persona ha invertido su tiempo y sus energías en algún proyecto no
puede dejar de interesarse en él y hasta preocuparse mientras no esté seguro de que
su trabajo va a dar buen resultado y que superará los obstáculos. Los pares, después
de invertir algo de sí mismos en sus hijos quedan ansiosos de ver cómo les irá
cuando tengan que proceder por su cuenta. Lo mismo pasa con un maestro que ha
consagrado su vida enseñando, o un predicador que ha invertido sus energías en el
ministerio; sus mayores anhelos son ver a esa niñez y a esa juventud crecer y
hacerse parte de la iglesia para ser útiles al Señor. Uno siempre se hace la pregunta:
“¿Cómo les irá a quienes he instruido cuando les lleguen las pruebas y las
dificultadesí”
Mucho más significativa es la ilustración que encontramos en Jesús. Jamás ha habido
ni habrá en ningún lugar del mundo nadie que pueda demostrar un amor comparable
al amor que manifestó nuestro Señor y Salvador Jesucristo al entregar su vida en la
cruz por el pecador. El lo dio todo por nosotros y ahora espera ver cómo
respondemos a su amor.
B. El cuidado constante
El versículo 8 bien podría parafrasearse de la manera siguiente: “Ahora podemos vivir
felices, sabiendo que ustedes están firmes en el Señor.”
Pregunta: ¿Qué quería decir Pablo con todo esto?
Parece que el gozo espiritual y la alegría del apóstol Pablo dependían en cierto modo
de la manera en que la iglesia de Tesalónica disfrutaba de la victoria en Jesús. Hacía
muy poco él había conducido a esas almas al Señor. Ahora toda su vida estaba
involucrada en el desarrollo espiritual de estos creyentes.
¿No presenta esta actitud de Pablo un desafío para que nosotros también
demostremos esta clase de amor al pueblo de Diosí Alguien ha dicho que en esta
época moderna el hombre mantiene su teología por un lado y su corazón por otro. Es
cierto que nosotros reconocemos el sufrimiento que hay en el mundo y sabemos que
las almas sin Cristo están perdidas, sin embargo, todo esto queda en mera teoría y no
se traduce en oración y práctica para aliviar dichas necesidades. ¡Qué contraste entre
la actitud de Pablo y la nuestra!
Pregunta: ¿Cuál era la preocupación de Pablo?
El no se sentía satisfecho de que estos creyentes supieran solamente las cosas
básicas de la fe. Lo que deseaba era que permanecieran firmes en el Señor. Pero
además de orar por la firmeza de los tesalonicenses, él añoraba al Señor para que le
permitiera volver a ellos para completar lo que les faltara en su fe (versículo 10).
Enseñanza práctica
Pregunta: ¿Qué significa “estar firmes en el Señor”?
Si nos pusiéramos a hacer una lista de todas las características de un cristiano que
está “firme en” el Señor” muy pronto nos encontraríamos en busca de ejemplos a
través de toda la Biblia. El propósito de las Escrituras es equiparnos perfectamente
para la obra del Señor (2 Timoteo 3:16, 17). Las epístolas constituyen la culminación
de las enseñanzas bíblicas sobre la manera en que el hombre debe responder a Dios.
Los planes de Dios son que su pueblo crezca y se desarrolle, “hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” (Efesios 4:13).
Cuando estamos creciendo espiritualmente y somos estables en el Señor no somos
“llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Efesios 4:14).
El deseo de Pablo era que los tesalonicenses fueran edificados en la fe. Su mayor
anhelo era que los creyentes llegaran a ser fuertes con la comida sólida, porque “el
alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso
tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5:13,
14). Todo esto era para que los tesalonicenses estuvieran bien equipados para la
jornada cristiana.
El constante cuidado de Pablo por los creyentes es un ejemplo fascinante para la
iglesia de hoy. Nosotros no acostumbramos dejar a los infantes que se defiendan por
sí solos; sin embargo, sí dejamos a los recién convertidos por su propia cuenta. Si la
iglesia de hoy orara por los creyentes como el apóstol Pablo oraba por los
tesalonicenses; si nuestro corazón se conmoviera como el suyo, es probable que
tuviéramos los avivamientos más grandes de la historia cristiana. Estos avivamientos
no surgen de un momento a otro. Estos empiezan a gestarse en el corazón de los
hijos de Dios y nacen mediante oración y esfuerzo abnegado.

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