Vous êtes sur la page 1sur 15

ENSAYO SOBRE LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

INTRODUCCION
La violencia contra la mujer presenta un panorama de carácter mundial el cual es

quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. El cual no conoce

límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos

afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, desarrollo y la paz.

La violencia contra la mujer es un problema de salud pública en nuestro país, el

cual ha sido subestimado hasta la actualidad. Más de la mitad de las mujeres en el

Perú han sido víctimas de algún tipo de violencia; pues la violencia ha estado

presente en la mayoría de los momentos de nuestras vidas, manifestándose en

diversos aspectos tanto a nivel privado, como lo es en la familia, o de manera

pública, ya sea en el trabajo, en la calle o a la hora de formular políticas públicas.

Ello debido a que, en nuestro país, aún persiste la idea de que es la violencia el

único método para someterse y ejercer control sobre la vida de la mujer, y es una

realidad que demanda respuestas firmes por parte del Estado, la sociedad y los

operadores de justicia a fin de salvaguardar la integridad y dignidad de las mujeres

victimadas.

La violencia contra la mujer está presente en la mayoría de las sociedades pero a

menudo no es reconocida y se acepta como parte del orden establecido además

de que este se oculta tras una capada de temor o vergüenza de las victimas

En el presente informe además de esclarecer algunas dudas con respecto a la

violencia contra la mujer y presentar estadísticas del problema también se


procederá a mostrar análisis y medidas preventivas para disminuir la violencia

contra la mujer
Personalmente considero indignante la magnitud de la violencia contra la mujer el

cual se esparce como un cáncer social el cual no tiene ninguna distinción y se

percibe en todos lados, el cual pude observar de manera muy clara al vivir en un

país donde el machismo se encuentra muy presente y la violencia contra la mujer

es el pan de cada día, donde aún no se cuenta con las medidas preventivas y

correctivas necesarias para los agresores por lo que las mujeres aun no pueden

contar con la confianza en el estado. Debido a que en su mayoría sus casos son

minimizados o simplemente no escuchados, por eso considero de suma

importancia la elaboración del presente ensayo para poder abordar un tema tan

controversial el cual nos afecta a todos ya sea hombres y mujeres

La violencia contra la mujer y la niña es un importante tema de salud y derechos

humanos. Tomando como referente la población femenina mundial, por lo menos

una de cada cinco mujeres ha sido maltratada física o sexualmente por un hombre

o varios hombres en algún momento de su vida. En muchos casos, incluyendo las

mujeres embarazadas y las niñas jóvenes, son objeto de ataques graves,

sostenidos o repetidos.

En todo el mundo, se ha calculado que la violencia contra la mujer es una causa

de muerte e incapacidad entre las mujeres en edad reproductiva tan grave como el

cáncer y es una causa de mala salud mayor que los accidentes de tránsito y la

malaria combinados.

El maltrato de la mujer es condenado de hecho en casi todas las sociedades. El

encausamiento y la condena de los hombres que golpean o violan a las mujeres o


las niñas son poco frecuentes en comparación con el número de agresiones. Por

lo tanto, la violencia opera como un medio para mantener y reforzar la

subordinación de la mujer.

Ante lo antes mencionado surge la pregunta ¿Qué es la violencia contra la mujer?

La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aprobada en

Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas 48/104, del 20 de

diciembre de 1993, publicada el 23 de febrero de 1994 (ONU,1993) es el primer

documento a nivel internacional, que aborda de manera clara y específica esta

tipología de violencia, definiendo en su artículo primero que la violencia contra la

mujer es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que

tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o

psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la

privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la

vida privada.

Por otro lado Torres Falcón M, (2001), afirma que la violencia contra las mujeres,

en cualquiera de las expresiones, hostigamiento, abuso sexual, violación, maltrato

al interior del hogar se sustenta en relaciones de desigualdad y asimetrías de

poder presentes en todos los niveles de la organización social, incluida por

supuesto la familia, por esto muchos actos de violencia familiar pasan

inadvertidos.

Por lo tanto, debido a esta desigualdad de género y de poder entre ambos sexos,

actos como el mirar incisivamente a una mujer, pronunciar palabras soeces o


hacer insinuaciones sexuales, son todos actos violentos, que sin ningún problema

se definirían como tales entre personas con posiciones similares. Pero como se

dirigen a las mujeres es muy probable que tales actos sean despojados de su

carga de violencia y se interpreten como expresiones culturales inofensivas.

La violencia contra las mujeres es difícil de definir porque se presenta en un

contexto de desigualdad social, en donde incluso las relaciones de poder pueden

pasar inadvertidas; y es, desde esa posición de desigualdad, que las mujeres han

tenido que luchar por el reconocimiento de sus derechos. Es más, han tenido que

pelear su reconocimiento como sujetos de derechos o, lo que es igual, que se les

considere seres humanos.

Ante esto nos podríamos hacer la pregunta de qué tan generalizado esta la

violencia contra la mujer o cuál es su impacto mundial, pues la organización

Mundial de la Salud, Departamento de Salud Reproductiva e Investigación,

Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Consejo Sudafricano de

Investigaciones Médicas (2013). Nos dice que se estima que el 35 por ciento de

las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un

compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su

compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún

momento de sus vidas. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran

que hasta el 70 por ciento de las mujeres ha experimentado violencia física y/o

sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida. Los hechos

demuestran que las mujeres que han sufrido violencia física o sexual por parte de

un compañero sentimental presentan tasas más altas de depresión y más


posibilidades de tener un aborto o de contraer el VIH que las que no han

experimentado este tipo de violencia

De manera complementaria se estima que de las 87,000 mujeres que fueron

asesinadas globalmente en el 2017, más de la mitad (50,000-58 por ciento) fueron

matadas por sus parejas o miembros familiares. Lo que quiere decir que 137

mujeres alrededor del mundo son asesinadas a diario por un miembro de su

familia. Más de un tercio (30,000) de las mujeres asesinadas en el 2017 fueron

exterminadas por su actual o ex pareja, donde Las mujeres adultas representan el

51 por ciento de las víctimas de trata de seres humanos detectadas a nivel

mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas suponen cerca del 71 por ciento,

siendo las niñas casi tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata. Casi tres

de cada cuatro mujeres y niñas víctimas de trata lo son con fines de explotación

sexual

Los porcentajes son antes mencionados son las consecuencia de los factores de

riesgo de violencia de pareja y violencia sexual son de carácter individual, familiar,

comunitario y social. Algunos se asocian a la comisión de actos de violencia, otros

a su padecimiento, y otros a ambos. Entre los factores de riesgo de ambas,

violencia de pareja y violencia sexual, se encuentran los siguientes:

 un bajo nivel de instrucción (autores de violencia sexual y víctimas de

violencia sexual);

 un historial de exposición al maltrato infantil (autores y víctimas);

 la experiencia de violencia familiar (autores y víctimas);


 el trastorno de personalidad antisocial (autores);

 el uso nocivo del alcohol (autores y víctimas);

 el hecho de tener muchas parejas o de inspirar sospechas de infidelidad en

la pareja (autores);

 las actitudes que toleran la violencia (autores);

 la existencia de normas sociales que privilegian a los hombres o les

atribuyen un estatus superior y otorgan un estatus inferior a las mujeres; y

 un acceso reducido de la mujer a empleo remunerado.

Entre los factores asociados específicamente a la violencia de pareja cabe citar:

 los antecedentes de violencia;

 la discordia e insatisfacción marital;

 las dificultades de comunicación entre los miembros de la pareja;

 la conducta dominadora masculina hacia su pareja.

Y entre los factores asociados específicamente a la violencia sexual destacan:

 la creencia en el honor de la familia y la pureza sexual;

 las ideologías que consagran los privilegios sexuales del hombre; y

 la levedad de las sanciones legales contra los actos de violencia sexual.

Las desigualdades entre hombres y mujeres y la aceptación de la violencia contra

la mujer son la causa principal de la violencia ejercida contra estas.

Las consecuencias de la violencia contra las mujeres influyen en múltiples

aspectos de sus vidas, su salud y la de sus hijos, incluso se extienden, además, al


conjunto de la sociedad. No sólo le provoca lesiones, puede provocar la muerte;

pero su impacto en la salud mental y sexual es menos conocido pero no menos

grave. Ya que la violencia influye de forma dominante en los sentimientos de amor

propio, autonomía y capacidad para sentir y actuar con independencia y capacidad

como mujer.

Por otra parte los derechos humanos tratan de proteger a la mujer de esa violencia

que han sufrido durante mucho tiempo. Podemos considerar a los valores, como

principio u origen de los derechos humanos. Y estos como un ideal a perseguir en

beneficio de las mujeres. Estos valores al ser considerados como beneficios y

generadores de poder; son ejemplo para el derecho, el cual puede y debe

procurarlos a la sociedad. La autoridad, para ser considera como tal, tiene que

responder a las perspectivas de la comunidad que demandan la protección de los

derechos humanos.

Tras haber analizado lo que es la violencia contra la mujer y cuáles son sus

factores de riesgo hablaremos sobre la no violencia no que no es que las medidas

de prevención y las respuestas que se pueden dar para ayuda y así de a pocos

extinguir este problema cada vez hay más estudios bien concebidos sobre la

eficacia de los programas de prevención y respuesta. Se necesitan más recursos

que refuercen la prevención y la respuesta frente a la violencia de pareja y la

violencia sexual, en particular en el ámbito de la prevención primaria, a fin de

impedir que llegue a producirse.


Una estrategia que se podría implementar es realizar intervenciones de

sensibilización y la prestación de orientación psicológica para mejorar el acceso a

los servicios dirigidos a las víctimas de violencia de pareja son eficaces a la hora

de reducir dicha violencia

Entre las estrategias de prevención que podrían dar buenos resultados en

entornos de bajos recursos cabe citar las siguientes: aquellas que permiten que la

mujer se emancipe económica y socialmente mediante una combinación de

microfinanciación y formación en materia de igualdad de género; las que fomentan

la comunicación y las relaciones interpersonales dentro de la pareja y la

comunidad; las que reducen el acceso al alcohol y su uso nocivo; las que

transforman las normas sociales y de género nocivas, mediante la movilización de

la comunidad y la educación grupal y participativa de mujeres y hombres con el fin

de provocar una reflexión crítica sobre las relaciones de género y de poder

desiguales.

La OMC afirma que para propiciar cambios duraderos, es importante que se

promulguen y se apliquen leyes, y se formulen y ejecuten políticas que promuevan

la igualdad de género del modo siguiente:

Poniendo fin a la discriminación de la mujer que persiste en las leyes relativas al

matrimonio, el divorcio y la custodia;

Poniendo fin a la discriminación que persiste en las leyes sobre sucesiones y

propiedad de activos;

Mejorando el acceso de la mujer al empleo remunerado;


Formulando políticas y planes nacionales para combatir la violencia contra la

mujer, y dotándolos de medios.

Si bien prevenir la violencia contra la mujer requiere un enfoque multisectorial, el

sector de la salud tiene un papel importante que desempeñar. El sector de la salud

puede:

Concienciar con relación al hecho de que la violencia contra la mujer es

inaceptable y que ese tipo de violencia debe considerarse un problema de salud

pública.

Prestar servicios integrales, y sensibilizar y capacitar a los proveedores de

servicios de salud para que respondan a las necesidades de las víctimas de

manera integral y empática.

Prevenir que se repitan los actos de violencia mediante la detección inmediata de

las mujeres y los niños que sean víctimas de esta, derivándoles a los servicios

pertinentes y prestándoles el apoyo necesario.

Promover normas de género que establezcan la igualdad entre hombres y mujeres

como parte de las competencias psicosociales y los programas de educación

sexual integral que se imparten entre los jóvenes.

Generar datos científicos que permitan determinar las estrategias más eficaces y

la magnitud del problema mediante la realización de encuestas poblacionales, o

incluyendo la violencia contra la mujer en las encuestas demográficas y de salud


de ámbito poblacional, así como en los sistemas de vigilancia e información

sanitaria.

La manera más efectiva que yo considero para erradicar con este problema

creciente es la educación, la solución es crear conciencia desde la educación de

los niños tanto hombres como mujeres, donde a los niños se les enseñe a dejar

los estereotipos los cuales son la fuente de la violencia contra la mujer donde se

tiene que apartar la idea de que la mujer es inferior al hombre y por eso este

puede someter a la mujer y abusar de ella.

Por el otro lado se tiene que concientizar a la a no callar cuando esté siendo

víctima de un acto de violencia por la vergüenza del que dirán o por guardar las

apariencias por que hacer eso es considerarse una espectadora del problema el

cual no hará más que crecer en cambio al denunciar el acto o buscar ayuda este

se ira mellando poco a poco y así los victimarios se darán cuenta que no pueden

hacer con las mujeres lo que les plazca dado que los dos son iguales .

La protección de la mujer, como podemos ver, se promueve actualmente por los

tratados en los que participan los Estados del mundo. Pero existen dificultades y

deficiencias en la aplicación en la aplicación de las nuevas normas que contienen

los tratados ya que las sociedades o culturas, tienen profundas diferencias en sus

costumbres y formas de convivencia, es decir, difieren en algunos valores


En definitiva es necesario atender a las mujeres víctimas de la violencia y crear

centros de apoyo, atención y tratamiento. Pero más importante será crear más

reformas que desarticulen las diferencias entre hombres y mujeres, así como la

creación de programas para la prevención de la violencia contra la mujer; y la

difusión de la problemática para crear conciencia del problema y con ello poder

crear un cambio de actitud y comportamiento en el que las relaciones sean más

equitativas entre los géneros.


CONCLUSIONES

 La violencia se establece a partir de la desigualdad entre el hombre y la


mujer; la violación de los derechos humanos se relaciona en forma directa
con la distribución desigual del poder y la autoridad. Generalmente y en la
mayoría de los casos los agresores o generadores de violencia son los
hombres y como receptores de la violencia y víctimas se encuentran
hombres, niños y mujeres..

 Las consecuencias de la violencia contra las mujeres influyen en múltiples


aspectos de sus vidas, su salud y la de sus hijos, incluso se extienden,
además, al conjunto de la sociedad. No sólo le provoca lesiones, puede
provocar la muerte; pero su impacto en la salud mental y sexual es menos
conocido pero no menos grave. Ya que la violencia influye de forma
dominante en los sentimientos de amor propio, autonomía y capacidad
para sentir y actuar con independencia y capacidad como mujer.

 La protección de la mujer, se promueve actualmente por los tratados en


los que participan los Estados del mundo. Pero existen dificultades y
deficiencias en la aplicación en la aplicación de las nuevas normas que
contienen los tratados ya que las sociedades o culturas, tienen profundas
diferencias en sus costumbres y formas de convivencia, es decir, difieren
en algunos valores.

 Por tanto la violencia contra la mujer es un problema que requiere de una


atención multidireccional, es decir, tendrá que realizarse desde múltiples
disciplinas. El marco legal es uno de los aspectos que puede contribuir a
la prevención de la violencia contra la mujer, que se ha generalizado en
todo el mundo. Pero es necesario concienciar a las sociedades sobre la
problemática, para que exista un cambio de actitudes y comportamientos
sociales que lleven a un mejor desarrollo e interacción entre hombres y
mujeres.
REFERENCIAS

 NACIONES UNIDAS (1993). Declaración sobre la Eliminación de la

Violencia contra la Mujer. Resolución de la Asamblea General 48/104, de

20 de diciembre de 1993. http://servindi.org/pdf/

DecEliminacionViolenciaMujer.pdf (consulta, 05/05/2019).

 Torres Falcón M, (2001), Violencia Contra la mujer y derechos humanos, El

colegio de México, México

 Organización Mundial de la Salud, Departamento de Salud Reproductiva e

Investigación, Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Consejo

Sudafricano de Investigaciones Médicas (2013). Estimaciones mundiales y

regionales de la violencia contra la mujer: prevalencia y efectos de la

violencia conyugal y de la violencia sexual no conyugal en la salud, pág. 2

 United Nations Office on Drugs and Crime (2018). Global Study on

Homicide 2018, p. 10.

 UNODC (2016). Global Report on Trafficking in Persons 2016, págs. 7, 28.

Vous aimerez peut-être aussi