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La Postura del Trabajo Social

El contexto en el que se encuentra inscrito el trabajo social ubica al profesional en


una contradicción innegable ante la cual se debate y se asume su postura.
Partiendo de la apreciación de que el trabajo social es determinado según la
historia de cada país y entendiendo que se encuentra en continuo proceso de
construcción y reconstrucción.

Esta dicotomía abarca todo lo posible de hacer profesional ya que los


trabajadores sociales en su actuar pueden desempeñar tanto el trabajo de campo,
es decir intervenir en su realidad particular como la investigación. Procura de la
producción de conocimientos, la práctica profesional incluye tanto en la
intervención en la realidad como su planificación y el conocimiento.
(montaño2002:139-140).

Debemos reconocer que el trabajo social es uno de los instrumentos al servicio del
poder dominante y que desde su creación ha sido utilizado como medio de control
social, la reflexión teórica sobre el trabajo social en el movimiento de la
reproducción de la sociedad no identifica con la defensa de la tesis intelectual que
entiende a aceptar a prioritariamente el carácter conservador de la profesión como
refuerzo y apoyo al poder vigente.

En este sentido se debe partir del hecho que los trabajadores sociales entren en la
lógica del mercado por su condición de asalariado de la cual depende para
acceder a los medios de vida por tanto se debe reconocer que el proceso de
transformación de la realidad no es una responsabilidad directa de la profesión
sino que compete más al conjunto de la sociedad y particular mente a las
organizaciones políticas de las clases sociales en tanto al sujeto de la historia.

Los nuevos enfoques se basan en el concepto de que el conflicto es inevitable, es


parte integral del proceso de cambio.

El conflicto es parte natural de cualquier relación de comunicación.

La postura del trabajo social promueve el cambio social, la solución de problemas


en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para
incrementar el bienestar, mediante la utilización cede la teoría sobre la postura del
trabajo social y los sistemas sociales intervienen en los puntos en los que las
personas interactúan en su entorno. Es el primer numeral denominado la postura
en el contexto de la sociedad, ubica la profesión en la producción de las relaciones
sociales del sistema capitalista lo cual le atribuye ciertas limitaciones y
condicionamientos en el ejercicio de su actividad, lo cual incluye la práctica
directa.
La segunda parte de la¨ postura del trabajo social¨ reconoce en la actividad
profesional un carácter político donde la persona asume su posición entre el que
hacer meramente funcional, en el mantenimiento de estatus y el ejercicio del
control social, y la postura crítica que tiende a la reivindicación de la justicia social
alado de la población más desfavorecida. Analiza la producción teórica de la
profesión lo cual ha tenido el practicismo y no a la generación de un conocimiento
científico.

Posturas que pueden asumir el trabajo social

Analítico crítico: se comprende esta postura como la asumida por el profesional


que cuestiona el modelo, haciendo la crítica constructiva a la política social que
aplica en función de su perfeccionamiento o modificación. Lo que provoca
retroalimentación constante que puede manifestarse tanto en aportes que
contribuya el perfeccionamiento de la política como en tensiones y crisis para
asumir los cambios necesarios entrando en confrontación con los diseñadores y
financistas de estas.

Funcional –pragmático: opera en la implementación de la política social buscando


su eficiencia dentro de las expectativas de orden preestablecidos.

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