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3. Miss Lucy R. (30 afios (Freud) a ( ) tos, pero la percep 10 cancelada para En el primer empefio de entender el ca poda menos que sujetar las sensaciones offato como alucinaciones recurrentes, a Ja interpreta eran unos sintomas bistéricos permanentes. La des acaso el afecto correspondiente al trauma, y deba de ser po- sible hallar una vivencia en estos olores, ahora deve- niidos subjetives, bul vos; esa vivencia te! que ser el trauma, y las sensaciones olfatorias se reps como un simbolo de él en el recuerdo. Quizis era mis co recto considerat las alucinaciones olfatorias que se sepetian, 124 junto con la desazén concomitante, como un equivalente det ataque histético; es gue la naturaleza de unas alucineciones recurrentes las vuelve ineptas para el papel de sintomas per- manentes, En realidad, ello no interesaba en este caso de ién tal que pudiera corresponder a st 0 real perfectamente determinado, esta respuesta: me hizo in fundamento para esa cles estaba aquejada de rinitis purulent sno de st atencién, Acerca yo sabi ios estaban a su cargo fal 125 propios enfermos, noté que por lo menos mis fuerzas en este terreno se movian dentro de estrechos Ifmites, y que st un paciente no caia sonémbulo después de uno a tres intentos, yo no poseia medio alguno para conseguirlo, Ademés, en ini experiencia ef poreentaje de quienes alcanzaban el sonam- smo era mucho mer io hipndtico era leve patecié indiferente qué grado de hipno pues en Ja resistencia en la psicote del paso de estas ides con més hat pueden entonces proce Entonces, cuando al pr smo oun grado de hipnos fiesta, abandonaba en lo aparente 1a hipnosis, sélo deman- daba ‘«concentraciéa» y, para conseguir esta, otdenaba acos- tatse de espaldas y cerrar voluntariamente Tos ojos. Acaso se alcanzaban grados de hipnosis todo lo profundos in Tograrse, y con poco trabajo, Pero al renunciar al sonambulismo me perdia quieés una condicién previa sin la cual el método catértico parect icable. Ella consistia en que en el estado de con alterado Ios enfermos disponfan de unos recuerdos y discer: 126 rnfan unos nexos que presumtamente no estaban present en su estado de conciencia normal. Toda vez que f manera en extremo sumatian ( «Comuni Lsupra, pig. 351) después intents ios v desconsid asegurd que se acordaria de Ja frente para que recordas cont6 todo lo que supuestan Ese experiment modelo. Me reso comunicarlo. pregunta: « «cA qué se debe eso? », recibi mente no To sé», procedia de fa si mano sobre la frente del enfermo, mis manos, y «Ahora, presién de mi mano, se Te oc stante en que cese la presin, us i © algo se le pasard por la mente como st snte manera: Por mmaba su cabeza ent La primera vez que apliqué este procedimiento (no fuc con Miss Luey R.),t yo mismo quedé asombrado de que me jen de 1 [Freud parece haber utilzado por primera ver la «i la presin sobre la frente» con Elisabeth 'on R. (cf. pig. 160) 127 desde entonces apenas si alguna vez jempre me indicé el camino que mi exploracién debia ademés, me pos llevar adelante, sin sonambu- lismo, todos los anilisis de esa indole. Poco a poco me volvé tan osado que a los pacientes cuya respuesta era: «No veo nada» 0 «No se me ha ocurrido nada», les declaraba:

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