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Construcción de relaciones laborales en personas con discapacidad intelectual.

Estudio de
caso en el sector terciario.

SINOPSIS

El trabajo en condición de discapacidad es una categoría con gran potencial de desarrollo en


cuanto al análisis sociológico. Así, podemos empezar por aislar el rol del discapacitado
diferenciándolo desde al menos dos esferas, por un lado encontramos la dimensión física en
la que la persona tiene evidentes limitaciones relativas a su condición biológica, las cuales le
pueden impedir desempeñar las funciones cognitivas, comunicativas, motrices, etc. dentro
de un marco de desplazamiento y reconocimiento del mundo físico en el que se encuentra
circunscrita. Por otro lado, la construcción social de lo que significa ser discapacitado está
cargada de un matiz diferencial en el que la persona es observada fuera de la normalidad,
suponiendo así una pre-existencia de lo que es normal y lo que no. En toda forma, la
cuestión de la discapacidad tiene directa relación con el cuerpo y significa que alguna
disfunción del mismo provoca alteraciones del contacto entre el mundo físico y los sistemas
en los que se mueve el individuo (social, cultural, de la personalidad).

ACERCAMIENTO AL PROBLEMA
La discapacidad y el discapacitado

Clínicamente se ha optado por clasificar la discapacidad de acuerdo a ciertas variables que


permiten dar cuenta de factores médicos diferenciadores. De esta manera, la Organización
Mundial de la Salud lanzó en el 2001 la ‘Clasificación Internacional del Funcionamiento de la
Discapacidad y de la Salud - CIF’ que es el mecanismo por medio del cual se ha revisado, con
criterios médicos, la situación de los pacientes considerados discapacitados, permitiendo de
paso otorgar niveles y tipos a su condición con el fin de analizar distintamente las patologías
y permitir la formulación de políticas enfocadas según cada una de ellas (Egea García &
Sarabia Sánchez, 2001, pág. 19). Entonces, según los criterios de la CIF, para la clasificación
de la discapacidad se hace una separación entre lo relativo a la capacidad (el
funcionamiento del cuerpo) y los factores contextuales que rodean a ese cuerpo (su
reacción al ambiente), dando como resultado una herramienta escalar en forma de código
con la que se pueden referir discapacidades exactas, como se ve en el ejemplo a
continuación:

“[…] ante el código b21002 podemos decir que corresponde a la escala de funciones
corporales (b), dentro del capítulo de funciones sensoriales y dolor (b2), en la categoría de
funciones visuales (b210), en la subcategoría de funciones de la agudeza visual (b2100) y,
concretamente, nos señala que se trata de la «agudeza binocular a corta distancia» (que nos
indica el «2» final)” (Egea García & Sarabia Sánchez, 2001, pág. 26)
Así pues, desde la sociología resulta muy interesante analizar las posturas no médicas de la
relación del cuerpo con su ambiente (dentro de lo que podemos acoger el trabajo como uno
de ellos), permitiendo al mismo tiempo corroborar la afectación de la discapacidad sobre los
sistemas en los que el individuo está inmerso. En este sentido, la discapacidad como hecho
físico es solamente una atrofia del cuerpo humano que le impide desenvolverse dentro del
100% de sus potencialidades. Entonces, podría decirse que en el sentido biológico la
diferenciación entre la enfermedad o condición discapacitante y la incapacitante, refiere
solo a la temporalidad con la que cada una tiene efectos sobre el cuerpo, siendo la primera
permanente y la segunda transitoria. No obstante, la condición de discapacidad es ante todo
una categoría otorgada socialmente frente a la relación de un cuerpo con otros cuerpos
dentro del mismo entorno; de esta manera, una sociedad donde la normalidad del
funcionamiento corporal incluyera, por ejemplo, una complicación motriz específica, dejaría
con el tiempo de considerar la misma como una condición disfuncional del cuerpo
asimilándola en el marco de lo normalizado. Pero otros problemas del cuerpo (por ejemplo,
la ceguera) que resultasen poco comunes, serían clasificados por dicha sociedad como
anormales para la relación con el ambiente y por consiguiente, discapacitantes.

Por lo mismo, el asunto del cuerpo en el análisis de la discapacidad termina siendo


directamente ligado al de rol, en tanto una fractura de las relaciones entre el mundo físico
orgánico con los sistemas de acción implican una relación diferente con el alter e incluso con
el ego, en este sentido retomo el concepto desde Parsons, pues un “[…] sistema social no
puede estar estructurado de manera que sea radicalmente incompatible con las condiciones
de funcionamiento de sus actores individuales componentes, en cuanto organismos
biológicos y en cuanto personalidades, o con la integración relativamente estable de un
sistema cultural” (Parsons, 1999, pág. 21).

De esta manera, la persona con una condición corporal definida dentro del esquema de
discapacidades, puede optar por una de dos reacciones para el ajuste psíquico de su cuerpo
a la realidad de su relación con el entorno. Por un lado, puede escoger adaptarse al rol
socialmente asignado, con lo que deberá aprender lo que significa ser discapacitado no
solamente en el sentido de sus limitaciones corporales, sino también de la convivencia con
los individuos no discapacitados; en contraste, de otra parte, puede decidir no asumir el rol,
lo cual implicará desafiar el esquema social de aparatos al servicio del discapacitado (las
deferencias y oportunidades preferenciales a causa de su condición médica) y plantearse
retos igualadores con las posibilidades corporales de los no discapacitados. Sin embargo, las
dos rutas planteadas no implican necesariamente desconocer o afirmar la realidad del
cuerpo en el sentido médico, así, quien opta por la desviación del rol puede reconocer que
sufre una discapacidad (y llamarse a sí mismo discapacitado) pero no estar dispuesto a
aceptar discriminaciones positivas o negativas por la misma, mientras quien opta por asumir
el rol, puede simplemente acomodarse a lo que se le establece en aquel, incluso sin saberse
discapacitado (en el sentido médico).
Ahora bien, cuando agregamos a la condición de discapacidad el requerimiento corporal de
subsistencia, nos encontramos frente a una situación singular en la que la producción de los
medios de vida pasa por una situación de segregación, retomemos pues la concepción
marxiana del trabajo, donde el autor nos permite dar un primer vistazo a la ligazón entre lo
corpóreo y la producción:

“Podemos distinguir los hombres de los animales por la conciencia, por la religión o por lo
que se quiera. Pero los hombres mismos comienzan a ver la diferencia entre ellos y los
animales tan pronto comienzan a producir sus medios de vida, paso éste que se halla
condicionado por su organización corpórea. Al producir sus medios de vida, el hombre
produce indirectamente su propia vida material” (Marx, 2006)

Definición del problema

La discapacidad es parte de la condición humana, que enfrenta problemas en el


funcionamiento social, que acarrea consecuencias éticas, políticas, sociales, económicas y
jurídicas. De forma que debemos entender la discapacidad como un fenómeno complejo,
dinámico, multidimensional y principalmente una condición que establece las formas de
relacionarse con el espacio y las personas. Por lo tanto, es una condición que presentan
barreras físicas y sociales que abarca todas las deficiencias, las limitaciones para realizar
actividades y las restricciones de participación, y se refiere a los aspectos negativos de la
interacción entre una persona y los factores contextuales de esa persona, de forma que esta
definición se presenta frente a la interacción del sujeto y su ambiente, que debe ser
entendida en relación a los factores contextuales. Así pues, la discapacidad no se reduce a
simplemente las limitaciones funcionales de cada sujeto padece, sino que es una relación
con el contexto y con los actores de ese contexto según las limitaciones individuales. Desde
esta perspectiva la responsabilidad ya no recae en el sujeto, sino en la sociedad y por lo
tanto esta tiene la responsabilidad de promover la inserción de estas personas en la vida
social. Esta grave problemática afecta a más del 15 % de la población mundial según la
Organización Mundial para la Salud (OMS, 2011).

Empero, no todas las discapacidades tienen las mismas formas de relacionarse, pues estas
se encuentran condicionadas por las limitaciones que padecen. Es así que, dentro del grupo
de discapacidades, la discapacidad intelectual constituye la de mayor atención y estudios,
así mismo con mayor variación en su conceptualización y definición. Pues, la discapacidad
intelectual definida por el DSM V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders,
2013) es entendida como un trastorno del neurodesarrollo que implica un déficit en: el
razonamiento, funciones ejecutivas, aprendizajes ya sean académicos y de la propia
experiencia. Así mismo, problemas en el funcionamiento adaptativo en relación al contexto
que limitan las actividades diarias tales como la participación, la vida independiente, en
varios lugares donde se relacione. Sin embargo, la OMS la asume de la como un trastorno
definido por la presencia de un desarrollo mental incompleto o detenido, que puede
producirse con o sin cualquier otro trastorno físico o mental y está caracterizado por el
impedimento de habilidades e inteligencia en áreas tales como: cognitivas, lenguaje, y
habilidades sociales y motorices. Incluye a población infantil, juvenil, adulta y mayor. Por su
parte la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud
2001) la establece no como una enfermedad ni consecuencia de un neurodesarrollo o
consecuencia física o psicológica, sino como un problema en el funcionamiento de la
persona en su conjunto. Organizada en dos factores que determinan la discapacidad. La
primera hace referencia al funcionamiento y discapacidad que incluye el cuerpo como una
relación de funcionamiento corporal y la relación estructural del cuerpo, y un componente
de participación relacionado con el funcionamiento tanto desde una perspectiva individual
como en su conjunto social. La segunda representa los factores contextuales que
circunscribe los aspectos ambientales y aspectos personales. Así pues, esta afecta a 5 de
cada 1.000 personas, es decir el 5% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad
intelectual. Aunque en Colombia la cifra es …. Y en Bogotá la cifra es d representa un amplio
panorama de personas que padecen esta afección (Mercado & García, 2010).

Por lo que, la aproximación de estas personas al conjunto de la población resulta un


imperativo dentro de cualquier sociedad. Donde este conjunto constituye un importante
grupo que debe sortear con los diversos obstáculos que existen en la sociedad, los cuales les
dificulta lograr una plena integración social que les permita disfrutar de las mismas
oportunidades, y la consecución de una igualdad en su trato y en los derechos que les
corresponde. Aún más cuando esta se encuentra excluidas del sistema educativo, laboral, de
salud, político. Pues la participación de esta población en estos aspectos es bastante
reducida. Por ejemplo, se estima que solo el 51% de ellos asisten al sistema
educativo(DANE,2004), y la tasa de desocupación en ellos es aún mayor que en el resto de la
población, sin contar que se hace evidente la participación política de ellos, pues carecen de
un representante político dentro del sistema colombiano (Glukman, Núñez, & Valderrama,
2005).
Por lo que un elemento fundamental para la integración social es la inserción laboral en
entornos normalizados, en donde se favorezca la interacción entre el individuo y su medio.
Estos siempre buscando igualdad de oportunidades; lo implica un establecimiento de
relaciones laborales. Ya que se encuentran integrados en igual condiciones en el mismo
lugar de trabajo, estableciendo prácticas laborales sometidas a la productividad y limitadas
por las capacidades y calificaciones individuales, ya sea para los empleados con o sin
discapacidad. Así mismo las personas con discapacidad intelectual establecen dinámicas
diferentes con los actores de la empresa ya sea los empresarios y sus representantes, así
como los que van a ser sus compañeros de trabajo. Igualmente, con el contexto, pues dadas
sus condiciones de aprendizaje, motrices y demás limitaciones la interacción con las
tecnológicas del lugar de trabajo y de la comunidad laboral, y del presupuesto que afectan
directamente sus condiciones laborales. En cuanto al establecimiento de reglas, estas deben
ser adaptadas a las circunstancias personales de los sujetos incluyendo los contratos que en
cierta medida posibilitan el acceso de ellos al trabajo. Finalmente, dentro del sistema de
relaciones establecido por Dunlop (1978) la ideóloga o las creencias compartidas, que
constituyen el cuerpo de las ideas comunes que define el papel y el lugar de cada actor y
precisa las ideas de cada uno con respecto al cargo y función de los demás actores del
sistema es definido a partir de las interacciones que como ya se ha dicho son construidas a
partir de las limitaciones de la persona con discapacidad (Dunlop,1978).

Aunque esta no resulte una tarea sencilla, pues se encuentra atravesado por valores sociales
e intereses económicos, así como el imaginario que se ha construido de esta población que
limitan el acceso de ellos a centros de empleo y compañías bajo el imaginario de baja
productividad, entre otras. De forma que para romper estas barreras que obstaculizan la
plena integración es necesario un cambio estructural, que en parte se posibilita desde la
productividad económica. Pero hace falta más apoyo Estatal y compromiso por parte de las
empresas, instituciones de formación, así como organizaciones que trabajan con esta
población.

Contexto a trabajar

La fundación Best Buddies es una organización internacional con sede más de 50 países
alrededor del mundo, cuyo objetivo se centra en la integración social de personas con
discapacidad intelectual (Amigo del Alma). Para ello cuenta con dos ejes sobre los que
sustenta su accionar social. El primero consiste en la integración social y voluntariado que
consiste en generar espacios para el desarrollo en habilidades sociales a través una plena
integración con la construcción de relaciones de amistades uno a uno. El segundo radica en
la búsqueda de la integración laboral en un programa denominado oportunidad laboral, que
actualmente cuenta con más de 596 participantes laborando en 62 empresas en 35
ciudades y municipios de Colombia. Este programa se centra en el modelo de Empleo con
Apoyo que se orienta en la inclusión en espacios normalizados. Ortiz y Vidal (2010) lo
definen como una “estrategia para ayudar a personas con discapacidades importantes
(físicas, intelectuales, psíquicas, sensoriales y ocultas) a acceder, por elección propia, a un
empleo real en un entorno integrado y con apoyos apropiados, con el fin de que pasen a ser
ciudadanos económica y socialmente activos dentro del propio ámbito local” (p.119). que
busca la plena integración y el mantenimiento autónomo en el puesto de trabajo, así como
independencia económica.
Por otro lado, la filial de Bogotá cuenta con más de 135 Amigos del alma laborando en más
de 19 empresas las cuales de ellas se concentran principalmente en el sector terciario. Pues
cuenta con más de 85 personas empleadas en el sector servicios donde “la producción y el
consumo de un servicio ocurren simultáneamente; existe una interacción directa entre el
productor del servicio y del consumidor; tienen una elevada intensidad laboral debido a que
existen importantes limitaciones de sustituir la mano de obra por capital y tecnología; son
intangibles; son perecederos y no pueden almacenarse; son intransferibles, y las
posibilidades de estandarización y división son limitadas” (p.24). Así mismo las dinámicas
propias del sector se encuentran determinados por las pautas de consumo, cambios
tecnológicos, por lo que hace que este sector se transforme más rápidamente que cualquier
otro sector. Además, las dinámicas propias del sector y de algunas de las actividades de los
servicios tienen las barreras de entrada más bajas de todas las ramas de actividad, debido a
bajos o nulos requisitos de capital, tierra, tecnología y capital humano, por lo que pueden
servir de refugio de una fuerza laboral que no encuentra empleo en actividades más
productivas y mejor remuneradas (Weller, 2001).

Así pues, se debe resaltar la heterogeneidad de este sector que se dilatan con las nuevas
tendencias del mercado. Por ende, debe ser definido específicamente según las condiciones
de la rama del sector a la que pertenece. Por lo tanto, para los intereses investigativos del
presente trabajo se define el sector comercio; donde las dinámicas del proceso productivo
se entrelazan con los objetivos del presente trabajo, enfocados en el comercio de alimentos
en Juan Valdez que la fundación tiene convenio y tiene la participación de más de 10
jóvenes en estos procesos, sin mencionar que ha sido un aliado estratégico para la inclusión
y visibilización del programa en Colombia (Best Buddies, 2017).

Pregunta problema

¿Cómo se construyen las relaciones laborales en el sector terciario, en donde el programa


de inserción laboral de la fundación Best Buddies tiene participantes activos en la ciudad de
bogotá en el primer semestre del 2017. ?

Justificación

El trabajo como actividad productiva constituye una actividad necesaria y significativa para
toda persona, pues esta activad económica proporciona autonomía y favorece
significativamente el mejoramiento de la calidad de vida. Empero, el acceso al trabajo en el
actual mercado laboral propone retos para cualquier persona, aún más si se tiene alguna
discapacidad. Pues este grupo de personas vulnerable y numeroso se mantienen en
conocidas condiciones de exclusión, dadas las condiciones del mercado y la estructura
laboral, como confirman la OIT (2004) y por el Colectivo IOÉ de Barcelona (1998, 2003). Es
por ello que la inserción al mundo laboral de las personas con discapacidad se ha
constituido como un paso prioritario para la inclusión social de las mismas, esta es una
lucha que se ha dado tanto a nivel nacional como internacional, ya que responde a las
necesidades de la sociedad actuales, donde se reconocen los derechos de las personas y se
promueve la integración desde la educación y la participación social.
Por ello, la inserción socio-laboral se propone como un engranaje preponderante en la
configuración en contra la discriminación y para superar círculos viciosos de la pobreza, con
la que a menudo se vincula la discapacidad intelectual, aún más en Colombia, donde según
el DANE (2015) 54.516 persona con discapacidad intelectual se encuentran entre los
estratos 1, 2 y 3, y la mayoría de ellas en edades de trabajar. Por lo tanto, presentar el
problema de la inserción laboral de las personas con discapacidad intelectual que no es un
tema nuevo, pero, sí muy poco estudiado en Colombia (Beltrán, Anaya, 2013).

Así mismo, las relaciones que se entretejen dentro del ambiente laboral representan un
indicador para el mantenimiento y la plena inserción de las personas con discapacidad en
entornos normalizados. Igualmente, estas representan un indicador de los procesos de
autonomía y de calidad de vida de esta población. Que en sí misma representan cambios
significativos en los entornos familiares y sociales. Donde en primera medida rompe el
imaginario construido alrededor de la discapacidad intelectual y representan un cambio en
el paradigma de la concepción de la discapacidad relacionado con temas laborales. También
representa una nueva exigencia a nivel jurídico y Estatal que promuevan la inserción laboral,
pues deja de ser un tema aislado y pasa a ser un tema de debate político. En segunda
instancia un cambio en la economía familiar y mejoramiento de la calidad de vida pues la
independencia económica provee estabilidad financiera en el núcleo familiar, pues ya el
joven no es dependiente de los recursos familiares, sino que se vuelve un proveedor más.
Por otro lado, entendiendo que nos encontramos dentro de un sistema social y
gubernamental que procura reconocer y garantizar cada vez más los derechos de cada
grupo que haga parte de su población, o al menos que pretende evidenciar el interés por
hacerlo, es de vital importancia ubicar el foco hacia este cúmulo de personas que tienen
algún tipo de limitación y que se enfrentan a grandes y fuertes barreras para su inserción al
mercado laboral y de esta manera iniciar justamente con el reconocimiento de sus
capacidad en este campo para que progresivamente se brinden oportunidades no
solamente de acceso, sino de integración y permanencia en el mismo.

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