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Gracias a Internet podemos encontrar mucha información sobre la elaboración de nuestros

propios fertilizantes orgánicos. Esto es muy importante, no solo por el beneficio económico si no
por que nos ayuda a conocer más como funciona un suelo. Un suelo no es un simple soporte físico,
sino la parte más importante de la agricultura donde habitan infinidad de microorganismos que
ayudan a la planta a desarrollarse. Un abuso de fertilizantes sintéticos puede limitar la fertilidad
del mismo, por lo que es imprescindible usar abonos orgánicos o incluso, biológicos…

1. La primera parte de la elaboración del biofertlizante vegetal consiste en un cultivo


inicial de los microorganismos de un suelo (se utiliza como inoculo de ellos) de la
zona agrícola usando diferentes residuos agrícolas como el salvado de arroz, la cáscara
de arroz y hojas de bamboo. Es importante que el suelo que cojamos esté en una zona
cercana a los cultivos agrícolas, a ser posible de la rizosfera (la parte del suelo que está
en contacto con las raíces). Las proporciones son de 1 kg de suelo, 1 kg de hojas de
bamboo, 5 kg de cáscara de arroz y 2 kg de salvado de arroz y se deben mezclar bien y
añadir agua hasta conseguir una correcta humedad (tiene que estar húmedo pero no
encharcado, que sea manejable). Una vez terminada la mezcla, se deja en un recipiente
que permita la aireación (en el vídeo te aconsejan que hagas un hueco en el centro de la
mezcla para su correcta oxigenación) y cada 4 días hay que homogenizarlo hasta
aproximadamente un mes, donde ya está crecidos los microorganismos (se verá
crecimiento de hongos blanquecinos por enzima de la mezcla).
2. La segunda parte cultiva los microorganismos preparados anteriormente en una
mezcla de agua y melaza durante un mes en un barril de 100 litros de capacidad. Las
proporciones son 75 litros de agua y 15 de melaza (o azúcar marrón si no tuviesemos).
También pone 0,5 kg de la mezcla hecha en la primera parte dentro de una bolsa o red
para que se pueda disolver bien (al estilo de bolsa de té). Se mezcla bien en una dirección
y se cierra el barril para que se haga la fermentación correctamente… Así crecerán
los microorganismos adecuadamente.
3. La tercera parte utiliza, además del cultivo de microorganismos de la segunda parte,
una proporción de material vegetal cortada en trozos pequeños en la siguiente
proporción: 1 volumen de microorganismos, 1 volumen de melaza, 10 volúmenes de
agua y el material vegetal cortado hasta llegar a un un tercio del volumen del recipiente
que se utiliza (otro barril de 100 litros). La mezcla se vuelve a mezclar bien agitando en
una dirección y se vuelve a cerrar el barril. El biofertilizante vegetal estará listo a los
15 días aproximadamente sobre todo cuando al abrirlo huela a alcohol (debido a la
fermentación producida). Para aplicarlo, habrá que diluirlo en agua correctamente (30
ml en 20 litros de agua).

La naturaleza de los biofertilizantes preparados de esta manera variará en función de


la materia orgánica que se utiliza (en este caso, eran restos de vegetales).
Los microorganismos que crecemos también variarán en función del método de cultivo.
Como residuo de la biodigestión se obtienen (luego del procesado) fertilizantes orgánicos ricos en
nitrógeno, fósforo y potasio.
La materia orgánica es indispensable para mantener la fertilidad del suelo. De ahí que su incorporación
en forma de abono es indispensable en sistemas de producción ecológica. Esta práctica, en conjunto con
otras como: las obras de conservación de suelos, la adecuada rotación y asociación de plantas, la
diversificación de cultivos en el tiempo y en el espacio, entre otras, nos aseguran el alcance de un
equilibrio en el sistema y, por lo tanto, una producción continua, es decir, la posibilidad de sembrar todo
el año y por muchos años.

El uso de los abonos orgánicos no es una práctica tecnológica nueva. Por el contrario, éstos tienen su
origen desde que nació la agricultura, nuestros antepasados los usaban, pues era lo único que existía.

Estos son algunos ejemplos Con la aplicación de abonos


de materias primas a orgánicos:
biodigerir:
• Se mejoran las características físicas,
biológicas y químicas del suelo.
• Todo tipo de desecho vegetal: hojas,
• El suelo va mejorando cada día hasta
ramas, flores, frutos, semillas, tusas,
llegar a un punto en que se reduce el
olotes, cáscaras y cascarillas.
trabajo de manejo.
• Cenizas de maderas blancas, de
• Las plantas obtienen dosis óptimas
olotes y de bagazo entre otras.
de nutrientes, según sus
• Estiércoles de cerdo, cabra, oveja,
requerimientos.
conejo, aves, vaca y caballo.
• Además de nutrientes naturales, los
• Orines de ganado bovinos, de cabras
abonos contienen vitaminas, enzimas,
y otros animales domésticos.
antibióticos y mucha vida microbial, lo
• Desechos animales como plumas,
cual le da más salud a la planta.
cascos, cuernos, huesos, cáscaras de
• Los cultivos lograrán un mejor
huevo, entre otros.
desarrollo, y las plantas alcanzarán su
• Melaza o jugo de caña.
potencial productivo, con una mejor
calidad, menos trabajo y
garantizándose así continuar
practicando la agricultura a largo
plazo.
Los biofertilizantes a base de Hongos. Una alternativa
para un modelo agrícola conservacionista
7 marzo, 2010

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17 Min. de lectura

Por Lic. Luisa E. Toledo P. e Ing. Katiuska Ravelo P.

Título Original: Los biofertilizantes a base de Hongos de Micorrizas


Arbusculares. Una alternativa para un modelo agrícola conservacionista
en el Valle de San Andrés.

La aplicación desmedida de fertilizantes químicos es uno de los factores


que más negativamente influye en la degradación de los suelos en
nuestro país. La década de los ochenta fue realmente nefasta en cuanto
a consumo de fertilizantes. En las condiciones actuales de los suelos de
Cuba se hace evidente la necesidad de aplicar una estrategia
conservacionista que posibilite detener los procesos de degradación de
los suelos y, a la vez recuperar algunos con diferentes grados de
degradación.

Resumen

La necesidad de producir alimentos en corto tiempo y en grandes cantidades


conduce a la introducción paulatina de nuevas concepciones en la agricultura que
en su conjunto constituyen un nuevo modelo agrícola conocido como Revolución
Verde el cual en su momento contribuye a resolver una necesidad concreta, pero
trae consigo consecuencias. La aplicación desmedida de fertilizantes químicos es
uno de los factores que más negativamente influye en la degradación de los suelos
en nuestro país. La década de los ochenta fue realmente nefasta en cuanto a
consumo de fertilizantes. En las condiciones actuales de los suelos de Cuba se
hace evidente la necesidad de aplicar una estrategia conservacionista que posibilite
detener los procesos de degradación de los suelos y, a la vez recuperar algunos
con diferentes grados de degradación.

Introducción

La agricultura esta llamada a satisfacer necesidades sociales no solo alimentarías,


sino también las que conciernan al cultivo de plantas medicinales y ornamentales y
la crianza de animales de importancia afectiva.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial una buena parte del mundo queda
devastado y el hambre se cierne sobre millones de personas, en los campos
abandonados no hay fuerza de trabajo para cultivar la tierra. La necesidad de
producir alimentos en corto tiempo y en grandes cantidades conduce a la
introducción paulatina de nuevas concepciones en la agricultura que en su
conjunto constituyen un nuevo modelo agrícola conocido como Revolución Verde.

Esta nueva forma de producción agrícola trae consigo una reorientación de la


ociosa industria militar, los blindados se convierten en tractores, los fertilizantes y
los pesticidas desplazan a los gases tóxicos y los explosivos en las producciones de
las industrias químicas. El nuevo modelo que surge permite obtener elevadas
producciones que alivian la hambruna.

El modelo de la Revolución Verde surge para resolver una situación muy concreta
y, sin dudas jugó un papel muy importante en aquellos momentos. Sus altas
producciones resultaban muy atractivas por lo que surgen grandes transnacionales
interesadas en el mismo y comienza a generalizarse en los países cuyas economías
lo permitían, ya que los altos insumos que implica no están al alcance de los más
pobres. Al principio de la aplicación de esta forma no tradicional de explotación de
la tierra constituía el modelo ideal que permitía tener grandes producciones con un
mínimo de esfuerzo.

Al pasar los años comienzan a aparecer efectos nocivos en los agroecosistemas


bajo esta forma de producción. La compactación de los suelos, salinización,
acidificación, pérdida de la actividad biológica, contaminación de las aguas,
aumento de la incidencia de plagas y enfermedades, son algunos de los efectos
nocivos que comienzan a manifestarse en los ecosistemas sometidos a esta forma
de explotación.
Desde entonces la degradación de los recursos naturales es una realidad global. El
proceso afecta suelos, bosques, aguas, tierras agrícolas y hasta ecosistemas
marinos. Las causas y consecuencias principales de estos procesos se manifiestan
a niveles biofísicos, sociales y económicos.

Situación en Cuba

La aplicación indiscriminada del modelo de producción agrícola de países europeos


en nuestro país trae consigo un deterioro progresivo del ecosistema Suelo, a la vez
que conduce a la contaminación de las aguas y todos los demás efectos nocivos
que implica la aplicación de este modelo, quizás un poco más agudizadas en
nuestro país por su latitud tropical. La aplicación desmedida de fertilizantes
químicos es uno de los factores que más negativamente influye en la degradación
de los suelos y en la contaminación de las aguas en Cuba. Unido a lo anterior se
destaca el efecto negativo del excesivo laboreo de los suelos, mediante el empleo
de implementos inapropiados como es el caso de los arados de vertedera y discos,
así como el indiscriminado uso de las gradas de disco. Los suelos sometidos a
labranza tradicional con un exceso de implementos de disco y vertederas
ocasionan un gran aumento de la densidad aparente, mientras que en el caso de
los suelos donde se han utilizado únicamente implementos de tracción animal los
valores son más aceptables y se aproximan a los de los suelos no cultivados.

Una Estrategia Conservacionista

En las condiciones actuales de los suelos de Cuba se hace evidente la necesidad de


aplicar una estrategia conservacionista que posibilite detener los procesos de
degradación de los suelos y, a la vez recuperar algunos con diferentes grados de
degradación. Queda claro que se debe aplicar una estrategia que aborde el
problema desde deferentes aristas que implicarían un cambio en las concepciones
actuales sobre la agricultura que aún son afines con la revolución verde.

La rotación de cultivos, el policultivo, la utilización de variedades más adaptadas a


las condiciones locales son aspectos en esta estrategia. El laboreo mínimo, la
siembra directa, la utilización de implementos que no inviertan el prisma del suelo,
el uso de la tracción animal constituyen otro grupo de medidas destinadas estas a
originar una menor degradación del suelo y a disminuir su compactación. El mal
manejo de este ecosistema origina que los excesivos fertilizantes, con complejo
adsorbente del suelo deficiente sean lavados hacia el manto freático, originando la
contaminación del mismo.

Desarrollo

El valle de San Andrés está situado en la Sierra de Los Órganos, perteneciente a la


cordillera de Guaniguanico, este es un valle intramontano, cuyas tierras cultivables
han sido sometidas a una intensa explotación, así como a un manejo inadecuado
caracterizado por el uso indiscriminado fertilizantes, la roturación de la tierra y
siembra a favor de la pendiente, entre otras prácticas erradas que han conducido a
niveles alarmantes de erosión, así como a la pérdida de la diversidad biológica en
la microflora del suelo, acidificación de este, así como salinización. Todos estos
elementos se traducen en la disminución de la fertilidad de los mismos lo cual
implica una disminución de los rendimientos agrícolas por lo que disminuye la
disponibilidad de alimentos en la zona, así como los ingresos de los productores.

Los suelos, predominantemente ferralíticos rojos lixiviados presentan una escasa


actividad biológica dado por el bajo contenido de materia orgánica y la elevada
acidez de los mismos. También la población de Hongos de Micorrizas Arbusculares
es mínima en estas condiciones, por lo que el efecto de la aplicación de un
biofertilizante a base de los mismos será apreciable.

El deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos del valle
de San Andrés repercute desfavorablemente sobre este ecosistema, afectándose
de una manera u otra todos los componentes del mismo.

El uso excesivo de fertilizantes químicos junto a la quema de los rastrojos, mala


rotación de cultivos, uso inadecuado de las pendientes ha traído consigo loa
acidificación de estos suelos, así como aumento del contenido de sales, a la vez
que han disminuido los niveles de materia orgánica. Ante esta situación disminuye
drásticamente la microflora del suelo, haciendo difícil la concreción de los ciclos de
los principales elementos en el suelo, así como las asociaciones beneficiosas
planta-microorganismo.

Este deterioro de las propiedades físicas y químicas del suelo, conjuntamente con
la disminución de la riqueza de la microflora han posibilitado la disminución de la
diversidad biológica tanto de plantas cultivadas como las no cultivadas de la zona.
Muchos cultivos que antes eran tradicionales de la zona ahora son solo recuerdo
de los más viejos. Algunas especies tradicionales, e incluso endémicas están casi
desaparecidas como el ébano carbonero y algunas especies de orquídeas por tan
solo citar dos ejemplos.

La microbiología: Es la ciencia que estudia los microorganismos, su morfología,


clasificación, genética, bioquímica, fisiología, así como su comportamiento en los
diferentes medios, fundamentalmente el suelo y las relaciones que se establecen
entre ellos así como con las plantas y los animales.

Ante un suelo degradado como el que existe en el valle de San Andrés la


microbiología se convierte en una herramienta muy útil para revertir la situación,
detener la progresión del fenómeno e invertir los efectos del mismo. Los
microorganismos del suelo serían los responsables de restituir las propiedades
adecuadas de este suelo. Para cumplimentar este objetivo debemos desarrollar
una estrategia en la cual se aborde el problema desde diferentes direcciones,
siempre utilizando los principios de la microbiología.

Otra variante imprescindible para el desarrollo de esta estrategia sería la utilización


de los biofertilizantes.

Estos son un grupo de microorganismos, simbióticos o no que de una u otra forma


contribuye al desarrollo de los cultivos. Entre los organismos no simbióticos
tenemos el azotobacter que además de fijar nitrógeno produce compuestos con
actividad biológica que contribuyen al desarrollo, del sistema radical de la planta.
Las fosfobacterias que aportan este elemento a la planta. Las bacterias del género
rhizobium que se asocian de manera simbiótica a las leguminosas fijando
nitrógeno.

Los suelos del valle de San Andrés, al haber sido sometidos a un uso tan irracional
se encuentran degradados sobre manera con un contenido mínimo de nutrientes,
ph ácido, salinizados y con una actividad biológica mínima que dificulta el reciclaje
de los pocos elementos que llegan a los mismos.

Estos niveles tan mínimos de nutrientes son insuficientes para un óptimo desarrollo
de los cultivos. En estas condiciones es necesario que estos escasos nutrientes
sean apropiados lo máximo posible. Los hongos de micorrizas arbusculares se
asocian simbióticamente con las raíces de la mayoría de las plantas cultivables.
Esta asociación simbiótica es sumamente beneficiosa, sobre todo en estas
condiciones tan extremas. En primer lugar estos hongos actúan como
prolongaciones del sistema radical de las plantas, aumentando considerablemente
la capacidad de absorción de nutrientes de los mismos, aún en condiciones de
escasa humedad.

Los hongos de micorrizas Arbusculares secretan una proteína llamada Glomalina


que tiene la propiedad de mejorar las propiedades físicas del suelo el aumento de
la porosidad al formar agregados del suelo que aumentan la porosidad y aumentan
la retención de agua y otras. Esta simbiosis le brinda también a las plantas
protección contra los patógenos que atacan el sistema radical.

Estos biofertilizantes como puede verse pueden ser aplicados solos o


conjuntamente con el compost o el humus de lombriz o inclusive conjuntamente
con fertilizantes químicos, ya que en todos los casos compensan la acción de estos
al aumentar la absorción de la planta y hacer posible que la planta aproveche una
mayor cantidad de los mismos.

Los biofertilizantes a base de Hongos de Micorrizas Arbusculares

Los Hongos de Micorrizas Arbusculares constituyen un grupo de microorganismos


imprescindibles a la hora de hablar de un manejo ecológico y sostenible de la
agricultura.

La historia de las micorrizas se remonta a unos 400 millones de años,


específicamente al periodo Devónico, a partir del cual hongos y plantas han
coevolucionado hasta lo que son hoy en día.

Se ha demostrado que las asociaciones micorrícicas se encuentran ampliamente


distribuidas, desde el ecuador hasta los polos, por lo tanto no debe sorprender en
absoluto encontrar especies vegetales formando esta asociación en la mayoría de
los ecosistemas terrestres, constituyendo excepciones algunas plantas de zonas
pantanosas y acuáticas.

Las asociaciones micorrícicas desarrollan múltiples funciones entre las que se


destacan: un aprovechamiento más eficiente de la zona radical a partir de un
aumento en el volumen de suelo explorado, una mayor resistencia a las toxinas,
incremento de la traslocación y solubilización de elementos nutritivos esenciales,
aumento de la tolerancia a condiciones abióticas adversas (sequía, salinidad, etc),
así como cierta protección frente a patógenos radicales.

La gran variedad de especies vegetales susceptibles de ser colonizadas por este


grupo de hongos los sitúan como una alternativa muy útil a la hora de diseñar un
agroecosistema que aspire a ser conservacionista. Los biofertilizantes elaborados a
base de este hongo presentan, además gran flexibilidad al poder ser aplicados
conjuntamente con otros biofertilizantes, o con abonos químicos u orgánicos.

La aplicación de biofertilizantes a partir de Hongos de Micorrizas Arbusculares en


agroecosistemas degradados como el Valle de San Andrés ha de conducir a una
disminución significativa de los niveles de fertilizantes químicos aplicados en los
diferentes cultivos, lo cual redundará en la disminución de los costos de producción
de los mismos, a la vez que traerá efectos beneficiosos sobre el ecosistema local al
disminuir los procesos degradativos relacionados con la acidificación y salinización,
y disminuirá la contaminación de las aguas.

La absorción de nutrientes a bajos contenidos de humedad por las plantas


micorrizadas es un aspecto muy importante para una zona de una agricultura de
bajos insumos, con insuficiente disponibilidad de agua como es el valle de San
Andrés, lo cual habla también a favor de la importancia de la introducción de estos
biofertilizantes en esta zona para aumentar los rendimientos agrícolas en los
diferentes cultivos a la vez que se disminuya el consumo de fertilizantes, pesticidas
y agua.

Experiencias de algunos productores en la utilización de los hongos micorrizógenos

Agustín Pimentel Navarro: La utilización de la micorriza me ha favorecido


grandemente, yo experimente en fríjol Caopi con muy buenos resultados en las
producciones, también lo utilice en maíz, arroz, tabaco y yuca; cuyos resultados
pude comparar con aquellos productos que no lo tenían y la diferencia fue notable.
Además no solo aumente mis rendimientos sino que mejoraron considerablemente
las condiciones del suelo y la calidad de los productos allí obtenidos. También al
igual elaboro con mis propios medios y sin gastos de recurso el compost, que
ayuda al aporte de nutrientes a la planta así como a mejorar las propiedades
físicas del suelo.

Abel Pimentel Palomino: Para mi experimentar con el uso de la micorriza para


fertilizar, me ha proporcionado un beneficio total, pues lo utilizo en el 100% de las
cosechas y desde que comencé a utilizarlo en mis cosechas; las producciones de
las mismas han sido las mejores desde todos los puntos de vista; ya sea calidad
como rendimientos. Su beneficio no solo radica ahí, sino también los gastos en la
compra de fertilizantes químicos año tras año han desaparecido, además de ser
una forma más de conservación del suelo. Además he aprendido a utilizar los
restos de cosechas para elaborar el compost que ayuda a su vez a aumentar la
productividad del suelo y la biodiversidad.

Otros componentes que aportan a la solución del problema

Aplicación de Humus de Lombriz

La descomposición de la materia orgánica por parte de la Lombriz Roja


Californiana origina un producto muy rico en los principales nutrientes que necesita
la planta y, además muy rico en actividad biológica.

La producción de este fertilizante también es muy sencilla, se puede realizar a


partir del estiércol, los residuos domésticos y desechos de aves fundamentalmente.
Este producto es muy rico en nutrientes esenciales para la planta, así como en
microorganismos importantes para el correcto reciclado de los elementos que
necesita la planta en el suelo. El humus de lombriz es un producto que es inocuo
para el medio ambiente, más bien contribuye a la mejora de las propiedades físicas
del suelo, retención de agua, oxígeno, disminuye compactación, aumenta
capacidad de cambio catiónico, a la vez que mejora las propiedades químicas, el
contenido de nutrientes aumente, así como la acidez. Como hemos visto también
mejoran las propiedades biológicas, al aumentar el número y la diversidad de los
microorganismos del suelo.

Aplicación de compost

El compost puede ser elaborado utilizando los residuos de cosecha, los desechos
domésticos, estiércol del ganado o las aves. Esta forma de fertilizante no requiere
de gran infraestructura para su realización ni tampoco de grandes recursos, por lo
que es una alternativa adecuada para los agricultores de bajos ingresos que
habitan en el valle de San Andrés.

El proceso de compostage es llevado a cabo por una serie de microorganismos que


degradan la materia orgánica y la llevan hasta formas más simples, asimilables
para las plantas de forma directa o después de un proceso de descomposición,
también microbiano llevado a cabo por los microorganismos del suelo.

El compost, además de aportar nutrientes a la planta contribuye a la mejoría de las


propiedades físicas del suelo al favorecer la retención de agua y oxígeno, aumentar
la porosidad, disminuye la compactación, facilita la infiltración entre otras, también
aporta nutrientes para los microorganismos, favoreciendo el aumento de la
actividad biológica.

Indiscutiblemente que la aplicación de este producto contribuirá al aumento de la


productividad de los suelos y al aumento de la biodiversidad, tanto de la microflora
del suelo como de las plantas que en el se desarrollen.

Conclusiones

1. El valle de San Andrés es una zona de suelos degradados producto a los malos
manejos agrícolas.

2. La microbiología como ciencia brinda herramientas que permiten hacer frente al


problema de la degradación de los suelos en el valle de San Andrés.

3. Los biofertilizantes a partir de hongos de micorrizas arbusculares constituyen


una obligada alternativa para un manejo ecológico de los suelos de valle de San
Andrés. www.ecoportal.net

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