Desarrollo sostenible en la empresa1

Lo que mueve a un emprendedor consciente a crear una empresa

responsable y sostenible no es el dinero, sino algo mucho más valioso: "La

conciencia de que su función profesional es crear riqueza y calidad de vida para

las personas que la constituyen, generando el menor impacto medioambiental

posible en el entorno en el que opera".

"Este estilo de gestión surge como consecuencia de un profundo proceso de

reflexión, en el que el emprendedor define los valores y principios de su

empresa, así como el papel que quiere que su organización desempeñe en la

sociedad".

Según la definición que la Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones

Unidas establecida en 1987, el desarrollo sostenible asegura las necesidades que tenemos en el

presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para enfrentarse a sus

necesidades. Según esta comisión mundial, para lograrlo, hay que tener en cuenta el tipo

de arquitectura de los núcleos urbanos, los hábitos de reciclaje, los medios de transporte

sostenibles impulsados con energías renovables y los residuos que generados.

Y es en todos estos puntos en los que las empresas, ya sean de mayor o menor tamaño,

pueden influenciar en gran medida en la protección del medio ambiente, y pueden tener

una incidencia crucial en la sostenibilidad de su entorno más o menos directo.

Las bases para el desarrollo de una empresa sostenible residen en diseñar una estrategia

para la gestión del riesgo ambiental a nivel corporativo, y con este fin, hay que formular e

implementar iniciativas dentro de un entorno de responsabilidad social corporativa, un

concepto por el cual las empresas integran de manera voluntaria las preocupaciones

sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales, y sus relaciones con otros

socios y terceras partes.

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Para ello, hay que tener siempre en cuenta que la sostenibilidad aplicada a la estrategia

empresarial va más allá del cumplimiento de las obligaciones jurídicas, fiscales o laborales,

por lo que es importante invertir más y mejor en capital humano, en el entorno y en

las relaciones con todos los 
interlocutores implicados en la empresa.

Para aplicar una estrategia de este tipo, las empresas y las diferentes partes implicadas

en la práctica industrial y comercial deben identificar, estudiar y corregir los impactos que

generan, tanto su cadena de producción como su actividad empresarial en general, sobre

el medioambiente y su entorno más cercano.

Dentro de esta estrategia de sostenibilidad a nivel corporativo, pueden diferenciarse dos

estrategias clave:

Una estrategia de sostenibilidad a nivel local, es decir, en las fábricas u oficinas: 
Para muchas

industrias y/o comercios, la generación de residuos sólidos y emisiones de carbono y el

consumo ineficiente de energía son los factores más importantes en este sentido, ya que

implican un impacto directo sobre el medio ambiente y la sociedad. El objetivo principal del

plan estratégico de sostenibilidad en este campo consiste, por lo tanto, en desarrollar

herramientas que minimicen estos impactos.

Una estrategia de sostenibilidad a nivel de certificación del producto generado: Durante el ciclo de

vida de un producto se produce un impacto en el medio ambiente que también puede

minimizarse de muchas formas. En este sentido, las empresas deben asegurarse del

cumplimiento legal y sanitario de los productos y también de sus envases, fomentando, por

ejemplo, el uso de envases biodegradables.

Algunas empresas ven en la sostenibilidad una opción para cambiar su manera de hacer negocios,

desarrollarlo y crecer más como empresa. Pero es preciso implementar un plan integral con
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propuestas y medidas que puedan solucionar problemas como el ahorro energético, la manipulación

de residuos, el transporte sostenible, mejorar la imagen que el consumidor tiene de la empresa.

Recopilar datos del negocio que demuestren cómo la

sostenibilidad puede impactar en el resultado final, ya sea de

manera positiva o negativa.

Algunos de los datos que merecen ser objeto de estudio son los siguientes:

Ventas. Para empezar, hay que trabajar con el equipo de ventas analizando los patrones de compra

del consumidor, identificando aquellos en los que está relacionada la sostenibilidad y, de este modo,

mostrar cómo ese tipo de actividades puede impactar directamente en los ingresos.

Marketing. Es muy positivo solicitar información al equipo de marketing de la empresa acerca de

qué competidores están incluyendo prácticas sostenibles en su negocio para crecer. Informarse de lo

que pasa a nuestro alrededor es fundamental.

Gestión de riesgos. Hay que solicitar, en la medida de lo posible, un estudio

sobre los incidentes que se producen en cuanto al cumplimientos de

normativas para evaluar el impacto que tendría la sostenibilidad en el riesgo de

la empresa.

Estrategia. Conocer las inversiones previstas en cada área de negocio para analizar cómo podría

afectar la incorporación de prácticas sostenibles a las futuras direcciones de la empresa.

Establecer un plan de acción de un año, aunque puede oscilar

entre seis meses y dos años

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¿Para qué sirve un plan de acción? Para alcanzar los objetivos que se hayan fijado previamente;

este plan de acción debe definir las responsabilidades empresariales para fijar los objetivos del año

siguiente.

Por último, se deberá realizar una medición de los resultados, evaluación de los impactos,

corrección de los errores y una recompensa a las buenas prácticas.

La responsabilidad ambiental como estrategia

empresarial:

Durante la última década, son muchos los retos a los que han tenido que enfrentarse muchos

empresarios, sobre todo en lo que se refiere a ser capaces de adaptarse a los nuevos cambios

sociales, tecnológicos, económicos y ambientales. Ahora, las empresas tienen una función muy bien

definida: crear valor y generar beneficios para sus propietarios y accionistas; pero también pueden

ayudar a que la sociedad disfrute de bienestar. Hoy en día, los empresarios deben estar más

convencidos que nunca de que el éxito de su riqueza económica no depende solo de hacer aumentar

los beneficios con estrategias económicas, sino que proteger el

medio ambiente y fomentar la responsabilidad social y ambiental podrá enriquecerla del mismo

modo, e incluso más, ya que serán un referente en países de todo el mundo.

No todas las empresas caminan por la misma senda en cuanto al desarrollo sostenible se refiere y

son muchas las discusiones que se han generado en torno a esta perspectiva medioambiental; a raíz

de esta controversia, se han elaborado algunas herramientas para demostrar que las empresas pueden

acoger medidas favorables que se pueden aplicar con éxito, como programas de eco eficiencia,

producción limpia y verde, diseño para el ambiente, responsabilidad integral, etcétera.

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Podríamos definir como empresa sostenible aquella que centra sus esfuerzos en la creación de

economía, respeto medioambiental valor económico, medioambiental y social, tanto a largo

como a corto plazo. Actualmente, los criterios que se siguen para determinar si una empresa es

sostenible aún no están definidos, aunque estos tienen en común el principio más importante del

desarrollo sostenible, esto es, conseguir equilibrar el factor social, el económico y el medio

ambiente.

Si la sostenibilidad se aplica a la estrategia empresarial es fundamental conseguir un aumento

en cuanto a la inversión del capital humano y las relaciones personales. Si se realiza una inversión en

tecnologías y prácticas comerciales que respeten el medio ambiente se conseguirá, sin lugar a

dudas, aumentar la competitividad de las empresas, puesto que las organizaciones que tienen por

bandera esas prácticas comerciales respetuosas con el medio ambiente, además de

obtener beneficios, contribuirán a fomentar el crecimiento económico y a fomentar la protección

del medio ambiente sin excluir sus prácticas empresariales habituales, solo modificándolas.

En qué se fundamentan las empresas sostenibles

¿A qué se debe el cambio de concepción empresarial? En mayor parte se debe a querer alejarse de

la perspectiva tradicional empresarial y, para ello, se apoya en los cuatro fundamentos en los que se

alza la nueva visión sostenible de las empresas. Estos fundamentos son estos:

Surge la necesidad de querer avanzar en la dirección del desarrollo sostenible.

Interiorizar valores nuevos, priorizando el medio ambiente.

Satisfacer a las partes interesadas.

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Crear una relación entre desarrollo sostenible y creación de valor.

Pero también es muy importante no perder de vista que, si una empresa quiere subirse al carro del

respeto medioambiental, debe respetar y conocer la legislación vigente, ya que todo se rige a partir de

normas y leyes; de este modo, las empresas podrán obtener y establecer objetivos basados en

una mejoría medioambiental.

También es importante evaluar la situación empresarial de cada negocio y conocer sus pros y sus

contras; ¿por qué? Porque los mercados están valorando positivamente a aquellas empresas que

sepan gestionar sus decisiones y procesos industriales de manera comprometida con el medio

ambiente. Hay que tener en cuenta que, hoy en día, que una empresa gestione su producción de

manera responsable y solidaria con el medio ambiente puede generar aspectos muy positivos en

cuanto al impacto financiero de su negocio.

Existe en la actualidad una temática común en cuanto a temas ambientales que se han impuesto

como prioritarios en muchas empresas por su impacto medio ambiental: consumo de agua y

energía, desperdicios sólidos, emisiones de CO2, etcétera. Las buenas prácticas empresariales se

han convertido en algo más que meras iniciativas a la hora de reciclar, por ejemplo, y han dado paso

a lo que se conoce como Responsabilidad Ambiental Empresarial.

Cualquier directivo que se precie debería ser capaz de desarrollar su actividad empresarial

teniendo en cuenta el medioambiente, sabiendo cómo su producción podría ser más limpia y que

prácticas debería dejar de lado en cuanto al desarrollo de sus actividades. Un enfoque de mejora

ambiental podría asegurar la conciencia medioambiental de las generaciones futuras.

Los efectos de la industrialización son cada vez más visibles, pero no todas las empresas caminan

en la misma dirección; sí que es cierto que muchas industrias ponen su esfuerzo en mejorar su

estrategia medio ambiental, pero no es suficiente. Necesitamos un 100% de esfuerzo y un 100% de

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resultados. ¿Difícil? Sí, pero hay que seguir el modelo de las organizaciones que están esmerándose

por mejorar las actividades productivas y que, además, buscan alternativas tecnológicas cuyo

impacto medio ambiental sea mínimo.

A continuación, vamos a detallar qué es lo que debemos conocer para

poder identificar y evaluar determinados riesgos ambientales:

Fuentes de riesgo presentes. Se pueden identificar a través de estudios de consultorías

especializadas en riesgos medio ambientales. Un ejemplo de este tipo de riesgo sería la cantidad de

emisiones de dióxido de carbono que produce una empresa.

Identificadores del riesgo. Sirven para indicar el lugar de la fuente de riesgo dentro de una

empresa y la manera en cómo actúan dichas fuentes.

Consecuencias del riesgo. Se realiza un análisis exhaustivo sobre el impacto medio ambiental de

la actividad empresarial y se detallan sus consecuencias.

La responsabilidad de las empresas por mantener fuera de riesgo tanto a sus trabajadores como a

las personas que viven en el entorno de dicha empresa no puede ignorarse; es fundamental

establecer un plan para minimizar riesgos, ya que el impacto medioambiental de muchas empresas

puede ser muy fuerte y provocar daños irreversibles. Hay que dejarse asesorar y tomar las medidas

necesarias para que todas las partes involucradas salgan ganando.