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“DOCE PROFETAS MENORES”

Alumno(A): Carolina Robles E.

Profesora: Edith Córdova.


Nombre del profeta: Oseas “Salvación”

Profetizo al reino de: Oseas profetizó durante los años de decadencia del reino del norte. Luego del
reinado de Jeroboam II se presentaron tiempos difíciles, en los cuales las revueltas, golpes militares
y asesinatos de reyes eran episodios comunes, a tal punto que se cometieron cuatro regicidios en
un término de quince años escasos.

Propósito de su mensaje: La anarquía cubrió el país, mientras que el pueblo era víctima de la
inseguridad, el robo, la violencia y otros males

Ante la gravedad de la situación, la corona pidió ayuda, como había sucedido en el pasado, a los
grandes poderes imperiales de la región: Asiria y Egipto.

Si Amós es el profeta de la justicia, Oseas es el profeta del amor, reiterando siempre la imagen de
Dios y el pueblo como un marido y su esposa, que termina siéndole infiel —los judíos—, metáfora
característica en la prosa del profeta.

En este contexto, el "Dios celoso" se ve justificado porque su "mujer" lo engaña (con otros dioses
falsos): un amor celestial encharcado por bajas pasiones humanas. Esta es la diferencia entre los
dioses espurios y Yahvé: ellos aceptan compartir sus altares con otras deidades, pero el Señor no.
Su amor es total y completo, pero exclusivo y absorbente.

Oseas, por lo tanto, no acepta el sincretismo, ni nuevas alianzas, ni amistad con otros credos. Los
cultos idolátricos y las liturgias naturalistas quedan, a partir de este profeta, completamente fuera
de la cuestión.

Al preguntarse por qué el judío no puede amar a Dios como este lo ama a él, Oseas responde que
por causa de la comodidad material en que vive el pueblo. Es también, por ende, el profeta de la
frugalidad y la pobreza. Mientras Israel vaga por el desierto, clama a Dios y le entrega su corazón,
pero cuando está caliente y bien alimentado en su casa se desvía y adora figuras de animales. Cree
que no necesita más del Señor; opina que lo pasará mejor sin él, pero está equivocado. Dios le
quitará sus bienes físicos y lo pondrá de nuevo en el hambre y la suciedad para que recuerde el
verdadero camino de la salvación y le siga de una vez por todas. Finalmente, los israelitas
despertarán de su estupefacción y experimentarán de nuevo la necesidad de acercarse al Señor
Yahweh.

Nombre del profeta: Joel “Jehová es Dios”

Profetizo al reino de: Reino del Sur, Judá.

Propósito de su mensaje: La enseñanza primordial de este libro es que el arrepentimiento y la


penitencia llevan al hombre a reconciliarse con la divinidad. Dios reserva las bendiciones para los
tiempos mesiánicos, por eso Judá sufre tanto ahora.

No hay modo de escapar, excepto por la oración, el ayuno y la penitencia, para implorar a Dios
perdón y ayuda hasta que lleguen los gloriosos días en que Su Espíritu se derrame sobre todos los
seres humanos.

Nombre del profeta: Amós “Carga”


Profetizo al reino de: Profetizó, en un principio, en Bet-el en fiestas ilegítimas, y al norte de
Jerusalén.

Propósito de su mensaje: El objetivo de Amós es enseñar que Yahvéh es el Dios del Universo, y que
lo que los hombres llaman Derecho Natural" no es otra cosa que el imperio del orden moral del que
Dios es guardián y Señor.

Su poder es ilimitado, su albedrío sobre la naturaleza y los hombres es infinito. Amenaza y castiga
por doquier por violar el orden moral antedicho, pero podría perdonarlos si se convierten a Él. En
caso de persistir en el error, destruirá a todos los malvados en un cataclismo que Amós llama "El día
de Yahvéh

El de Amós es un mensaje de terror, amenaza y castigo, pero también de perdón, redención y amor.
El único medio de salvación es la conversión a la fe verdadera. Si Oseas es el profeta del amor, Amós
es el de la justicia, terrible e inexorable, de Dios.

Nombre del profeta: Abdías “Adorador de Jehova”.

Profetizo al reino de: Judá

Propósito de su mensaje: Abdías es un profeta de Dios que usa esta oportunidad para condenar a
Edom por los pecados contra Dios e Israel. Los edomitas son descendientes de Esaú y los israelitas
son descendientes de su hermano gemelo, Jacob. Una pelea entre los hermanos ha afectado a sus
descendientes por más de 1,000 años. La división causó que los edomitas prohibieran a Israel cruzar
por sus tierras durante el éxodo israelita de Egipto. Los pecados de soberbia de Edom ameritan
ahora una fuerte sentencia de juicio por parte del Señor.

El mensaje de Abdías es definitivo y seguro: el reino de Edom será destruido completamente. Edom
ha sido arrogante, alegrándose de los infortunios de Israel; y cuando los ejércitos enemigos atacan
a Israel y los israelitas piden ayuda, los edomitas se niegan y eligen pelear contra ellos, no por ellos.
Estos pecados de orgullo ya no pueden ser ignorados. El libro termina con la promesa de la plenitud
y la liberación de Sión en los “últimos días,” cuando la tierra será restaurada al pueblo de Dios
mientras Él gobierna sobre ellos.

Dios será el vencedor a favor nuestro, si permanecemos fieles a Él. Contrariamente a Edom,
debemos estar dispuestos a ayudar a los demás en tiempos de necesidad. El orgullo es pecado. No
tenemos nada de qué sentirnos orgullosos, excepto de Jesucristo, y de lo que Él ha hecho por
nosotros.

Nombre del profeta: Jonás

Profetizo al reino de: profetizar durante el reinado del rey Jeroboán II de Israel (c. 844-804 a. C.)
Ninive.

Propósito de su mensaje: Jonás es el único libro del Antiguo Testamento que trata exclusivamente
de la comisión encargada a un profeta de Yahve de ir a una ciudad pagana, Nínive, a proclamar un
mensaje de juicio, lo que resultó en el arrepentimiento de dicha ciudad.
El libro relata que Jonás se negó a obedecer y al principio huye de la presencia de Yahve
embarcándose rumbo a Tarsis, pero en el camino Dios prepara una tempestad y los tripulantes al
saber que huían de Yahve lo arrojan al mar en medio de la tempestad.

Entonces Dios envió un gran pez para que se tragara a Jonás. Después de tres días de permanecer
en el vientre del pez durante los cuales Jonás oró, Yahve dio la orden de que el pez vomitara a Jonás,
arrojándolo a tierra firme.

Después de esto, Jonás recibió por segunda vez la orden de Dios de ir a predicar a Nínive. Jonás
accedió y en esa ciudad anunció la destrucción inminente para temor de todos sus habitantes:
"Dentro de cuarenta días Nínive será destruida". El Rey de la ciudad, al enterarse sobre dicho
designio, ordenó el ayuno de toda la población. Al presenciar el arrepentimiento masivo de la
población de Nínive, Dios decidió que no castigaría la ciudad ni a sus habitantes. Jonás se enojó al
contemplar la piedad de su Dios y el hecho de que su profecía no se cumpliera, por lo que se marchó
de la ciudad disgustado. Dios lo reprendió por su falta de compasión hacia los muchos miles de
personas y animales de Nínive, pero al final lo alecciona.

El libro de Jonás es una historia narrativa que tiene como propósito dar testimonio de la gracia de
Dios y que el mensaje de salvación es para todos los seres humanos.

Este libro difiere de los otros libros proféticos en el hecho de que se concentra en el profeta y no en
sus profecías. La escritura solo contiene un verso que resume el mensaje de Jonás para Nínive.

Posteriormente Jesús mencionará la historia de Jonás como una ilustración de su muerte y


resurrección.

Nombre del profeta: Miqueas “Quien es semejante a Jehová ”

Profetizo al reino de: al reino de Juda

Propósito de su mensaje: el libro de Miqueas es juicio y castigo. Miqueas ve una luz en las tinieblas,
percibió un majestuoso Dios que gobierna sobre todo suceso, que castigó a su pueblo solo para
purificarlo y restaurarlo. También formuló algunas de las más francas predicciones de destrucción
que hay en la Biblia, e hizo algunas de las más claras predicciones sobre Jesús, el Mesías, el
Libertador que vendría a salvar a Israel.

Nombre del profeta: Nahum “Consolador”

Profetizo al reino de: El objetivo de la profecía de Nahúm era anunciar el juicio sobre Nínive. Jonás
ya había profetizado acerca de Nínive, pero él había vivido 150 años antes que Nahúm. En el libro
de Jonás, la gracia de Yahvé triunfa, mientras que en el de Nahum solo se anuncia la justa ira de Dios
y la inevitable destrucción de esta ciudad impía. La visión de Nahúm está enfocada sobre este
enemigo del pueblo de Dios; es muy sorprendente que no se mencione nada acerca de los pecados
de Israel y de Judá. Efectivamente, al tiempo que es anunciada la santa y justa ira de Dios contra los
enemigos, el pueblo de Dios recibe palabras reconfortantes (1:12-15). En el capítulo 1 (el cual es
similar a un salmo), vemos a Dios celoso y vengador en toda su majestad. Los dos capítulos
siguientes profetizan con exactitud la caída y destrucción de Nínive. Nahum profetiza la destrucción
de Nínive, que simboliza la liberación de todas las esclavitudes.
Nombre del profeta: Habacuc “Abrazar”

Profetizo al reino de: Judá.

Propósito de su mensaje: Habacuc profetizó en Judá durante el reinado de Joaquín. Él escribió


acerca de las maldades de Israel y de su inminente derrota en manos de los caldeos. El también
describió la pecaminosidad de los conquistadores caldeos y profetizó su caída final. El libro concluye
con una oración de fe.

Los Caldeos (Babilonios) ya avanzaban hacia el oeste (1:6), pero aún no habían llegado hasta Judá
(3:16). Habacuc profetizó poco antes de Nahum, cuando Babilonia, después de vencer a Nínive. Sus
ejércitos igualan en crueldad a los Asirios. Si Nahum anuncia la caída de Nínive, Habacuc se alarma
por la aparición de esta nueva y tremenda amenaza. Comprende que el pueblo escogido ha incurrido
en pecado, y presiente que vendar el castigo por mano de los Babilonios.

TEMAS: Honor de Dios, soberanía de Dios en medio de la maldad.

ÉNFASIS: Indignación profética por la aparente tolerancia de Dios de la injusticia; confianza profética
en la justicia y poder de Dios; la postura de los justos es fidelidad y confianza en Dios; la seguridad
de que Dios castigará a los malvados.

Nombre del profeta: Sofonías “Aquel a quien jehová ha escondido o protegido”

Profetizo al reino de: Judá, en los das de Josías (639-608 A.C)

Propósito de su mensaje: El mensaje principal del libro es el Día del Señor o Día de Yaweh , día que
el profeta anuncia como un castigo divino por los pecados del Reino de Judá. Los versículos 15 y 16
del capítulo primero: "Día de ira el día aquel, día de angustia y de aprieto, día de devastación y
desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla, día de trompeta y de
clamor, contra las ciudades fortificadas y las torres de los ángulos"

Nombre del profeta: Hageo “Festival de Jehová”

Profetizo al reino de: Jerusalén

Propósito de su mensaje: Hageo exhorta a los judíos, remisos en reanudar la reconstrucción del
Templo; En el segundo (2, 2-10) consuela a los que habían visto la gloria y magnificencia del Templo
salomónico; En el tercero (2, 11-20), anuncia la bendición de Dios y la futura gloria del Templo; En
el cuarto (2, 21-24), se dirige a Zorobabel prometiéndole recompensa divina y fortaleciéndole con
la promesa del reino mesiánico futuro, "con lo cual se ve una vez más que esta restauración precaria
de aquellas pocas tribus, que tanto había de sufrir aún en tiempos de los Macabeos, y caer luego en
el deicidio y la total dispersión, no era sino figura de aquella otra que constituía la esperanza de
Israel.

Como muchos otros de los profetas menores. Hageo no es conocido más que por algunas pocas
noticias. Sus cuatro discursos se refieren todos al segundo año de Darío I (520 a. C.), y fueron
pronunciados en menos de cuatro meses.

En el orden político Israel estaba sometido a la tiranía extranjera; en el religioso y moral, reinaba la
horrible decadencia que Malaquías enrostra a sacerdotes y pueblo, al que el mismo Hageo condena
por su impureza y por su indiferencia en construir el nuevo Templo , que debería haber sido el objeto
de todas sus ansias, según las esplendorosas promesas del profeta Ezequiel. Época "penosa y aún
dolorosa, porque la teocracia hallaba, de parte de los hombres, muchos obstáculos para salir de sus
ruinas, y el desaliento se había apoderado de los judíos, también del punto de vista religioso”.

Nombre del profeta: Zacarías en hebreo, significa "Dios se acuerda".

Profetizo al reino de: Nínive

Propósito de su mensaje: Zacarías enfatizó que Dios había usado a Sus profetas para enseñar,
advertir, y corregir a Su pueblo. Desafortunadamente, ellos se negaron a escuchar. Su pecado les
acarreó el castigo de Dios. El libro también muestra evidencia de que aún la profecía puede ser
corrompida. La historia muestra que, en este período, la profecía cayó en descrédito entre los judíos,
conduciendo al período entre los dos Testamentos, cuando ninguna voz profética perdurable habló
al pueblo de Dios.

Dios espera hoy de nosotros, una adoración sincera y una vida moral. El ejemplo de Zacarías de
llegar a romper con los prejuicios nacionalistas, nos recuerda que debemos alcanzar a todas las áreas
de nuestra sociedad. Debemos extender la invitación de la salvación de Dios a gente de todas las
nacionalidades, lenguas, razas, y culturas. La salvación solo es posible a través del derramamiento
de la sangre de Jesucristo en la cruz, quien murió en nuestro lugar para expiar nuestros pecados.
Pero si rechazamos ese sacrificio, ya no hay otro sacrificio a través del cual podamos ser
reconciliados con Dios. “Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos.” (Hechos 4:12). No hay tiempo que perder; “he aquí ahora el día de salvación.”
(2 Corintios 6:2).

Nombre del profeta: Malaquías “Mi Mensajero”

Profetizo al reino de: No hay muchos detalles históricos en el libro de Malaquías. El más importante
para fecharlo está en el uso de la palabra." El Libro de Malaquías era conocido por el autor del
Eclesiástico, quien menciona a los "doce profetas" en 49-10. Por estas razones y los temas del libro,
la mayoría de los eruditos le asignan una fecha de composición en torno al 460 antes de Cristo, entre
los libros de Ageo y Zacarías y un poco antes de que Nehemías llegara a Jerusalén en el 445 a.c.

Propósito de su mensaje: El libro de Malaquías trata directamente, y al parecer de primera mano,


de los abusos en la gestión del recién restaurado Templo de Salomón. Por eso, fue escrito casi con
absoluta certeza en Jerusalén.

El libro de Malaquías se divide en tres capítulos en la Biblia hebrea y en la Septuaginta. La Vulgata


la divide en cuatro al considerar los versículos desde 3-19 al final un capítulo independiente.

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