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El hardware son todas las partes físicas que forman parte de una computadora u ordenador, está
formado por los fierros, cables, circuitos, cajas, equipos periféricos y en general por todo elemento
eléctrico, electrónico, o mecánico que una computadora necesita para funcionar.
No solo aquellos elementos que componen una computadora son hardware, también lo son los
elementos físicos que forman parte de un teléfono celular, o de un robot.
Se le llama software al equipamiento o parte lógica e intangible que poseen los sistemas informáticos. El
software es lo que hace que una computadora pueda realizar sus tareas y controlar los dispositivos
físicos o hardwar. Por ejemplo consultar la lista de contactos de tu teléfono inteligente se hace a través
de un software.
En pocas palabras, el software está formado por los programas (Word, Excel, Photoshop, Paint, etc.),
que se cargan en una computadora u otro aparato tecnológico moderno para que ésta realice diversas
tareas y funciones. También son parte de éste, todos los documentos y diagramas que utilizaron para
diseñarlo y construirlo.
LA EXPRESIÓN GESTUAL
Los gestos son los movimientos del rostro. No tienen nada que ver con las muecas, ni con la deformación del gesto natural
que están totalmente prohibidas en la oratoria. La expresión gestual tiene la ventaja de revelar vividamente nuestros
pensamientos, granjearnos la atención rápida e inspirar simpatía.
Por regla general, el rostro del orador debe acompañar cada una de sus palabras, sin gesticulaciones, ni visajes exagerados
propios de la pantomima.
LOS GESTOS
Este cuadro del pintor Theo L´Herminez, “FIESTA”, caricaturiza los gestos y las actitudes de los participantes de una fiesta,
acentuando los estereotipos propios de la solemnidad y la convención social. Biblioteca de Consulta Microsoft ® 2005.
Cuando llegue la ocasión habrá que saber mostrar un rostro de firmeza, de intransigencia, de alegría, de dolor, de tristeza.
De manera general, los gestos deben partir de las ideas mismas. Acompañan habitualmente, a las ideas capitales del
discurso. El principio en que se fundamenta su empleo es el de la utilidad. En caso contrario, es mejor prescindir de ellos.
A continuación, algunos criterios que nos podrían servir para determinar el grado de eficacia de los gestos en nuestras
exposiciones oratorias :
Sinceridad:
Concordancia entre lo que se siente y lo que se revela a través del gesto o la mímica.
Sincronismo:
Cuando las palabras expresan duda será el momento preciso en que deba aparecer el rictus dubitativo en el rostro del
emisor.
Exactitud:
Se exige puntualidad y fidelidad en la ejecución de algo. No basta sólo la ejecución del gesto, sino, hacerlo en el momento
oportuno. Y sobre todo, no abandonarlo después de haberlo comenzado.
Diversidad:
Decían los antiguos que “las cosas dos veces repetidas agradan”. Sin embargo, más de dos veces pueden desagradar.
Pero si hay que hacerlo, se deben usar gestos variados y espaciarlos suficientemente, porque la repetición frecuente de
un gesto acaba importunando.
Sencillez:
Preséntese uno tal cual es, sin ademanes afectados, ni gestos preciosistas, ni mímicas demasiado estudiadas. Evítense a
toda costa las falsas sonrisas, los ojos deliberadamente entornados, los movimientos pedantescos o las admiraciones
suspiradas, que se apartan de la naturalidad.
LA MIRADA
Los ojos son el espejo del alma, en ellos podemos reconocer a un orador competente y valiente o a un orador incompetente
y pusilánime. La mirada debe preceder a la expresión gestual para ayudar a mantener una relación armoniosa con el
público. No debe ser vaga ni dormida, sino, viva. Una mirada inexpresiva, en la oratoria, es antielocuente.
La mirada, al hablar en público -dicen los especialistas-, debe dirigirse al centro del salón, como si se mirara un edifico a
lo lejos y dominar la totalidad de la sala: no se debe mirar nunca, ni al fondo del salón, ni a la primera fila. Mírese hacia la
fila del medio. Conviene girar la vista paulatinamente a diestra y siniestra; y evitar la insistencia sobre una sola dirección,
para que el discurso no parezca dirigido a un solo grupo.