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"Todo lo puedo en Cristo que me

fortalece."

Otra versión lo traduce así: "Y a todo puedo hacer


frente, pues Cristo es quien me sostiene".Ahora,
cuando Pablo dijo todo ¿quiso decir literalmente
todo? Por supuesto no se refería a cualquier acción
que uno pueda realizar, fuera ésta apropiada,
prudente o imprudente.
Tengamos en cuenta que Pablo dijo todo lo puedo
en Cristo, es decir, unido a Cristo, en el contexto
de la voluntad de Cristo para su vida. Para
cualquier cosa que Cristo tenga en Su plan y
propósito para que usted lleve a cabo, El le
proporcionará el poder y la fuerza para realizarla.
Para cualquier don que Él le ha dado, Él le dará a
usted el poder necesario para ejercitar ese don. Un
don es una manifestación del Espíritu de Dios en la
vida del creyente. Mientras usted actúe unido a
Cristo, usted tendrá esa fuerza, ese poder.
Y eso fue exactamente lo que Pablo quiso decir en
la frase Todo lo puedo en Cristo. Esa es la vía, ese
es el camino que usted debe seguir.
Recuerde que usted es miembro de Su cuerpo, que
es la Iglesia; Él es la cabeza del cuerpo y usted
tiene que actuar en el contexto de Su voluntad y
del propósito que El tiene para su vida. Su
voluntad es como la vía de un tren, es como el
camino y la dirección que usted debe seguir.
O sea, recapitulando, Pablo no estaba diciendo que
podemos hacer la totalidad de las cosas que nos
propongamos hacer. Pero, sin lugar a dudas, sí
podemos llevar a cabo toda aquello que Dios tenga
preparado para que hagamos desde que nos salvó,
hasta que nos lleve fuera del mundo.
Y el versículo 13 se completa con otra frase: Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece. Con toda
seguridad, esto no significa que El coloca en
nosotros un poder ilimitado para hacer lo que
queramos.
El es el que nos proporciona las fuerzas, El que nos
capacita para cumplir todo aquello que esté
previsto en Su voluntad para nuestra vida. Cuando
actuamos de esa manera, unidos a Cristo, somos
como el tren avanzando sobre la vía, es decir, que
somos irresistibles. Ningún factor humano puede
detenernos.
Pero en el mismo momento en que nos apartemos
o desviemos de esa posición gloriosa que tenemos,
saliéndonos de la esfera de la voluntad de Dios, ya
sea por pecar, por pretender actuar bajo nuestra
propia voluntad, fracasaremos, no llegaremos a
ninguna parte y lo que hagamos se convertirá en
ruinas.
Pero si permanecemos en las vías divinas,
podremos, como el tren, llegar a su destino y
cumplir el propósito de Dios. Recordemos que el
Señor Jesucristo dijo en Juan 15:7, 7Si
permanecéis en mí y mis palabras permanecen en
vosotros, pedid todo lo que queráis y os será
hecho. En consecuencia, antes de pedirle algo a
Dios, asegurémonos del lugar en que estamos.
Porque resulta esencial estar bajo Su voluntad.
Y para conocer la voluntad de Dios, es esencial
conocer la Biblia. Estimado oyente, ¿cuánto tiempo
pasa usted en contacto con la Palabra de Dios? Y
no se trata de leer una parte la Biblia que nos
guste especialmente.
Es necesario tener un conocimiento total de la
Biblia para tener una perspectiva completa de la
voluntad de Dios para nuestra vida, es decir, que
tendremos una base firme sobre la cual actuar. No
olvidemos el énfasis de este párrafo que hemos
recorrido. Hay alegría, hay satisfacción, hay un
placer auténtico y absoluto en vivir actuando en el
contexto de la voluntad de Dios, en hacer lo que El
quiere que hagamos.
Y el ejemplo supremo, lo tenemos en el Señor
Jesucristo. Recordemos que el Salmo 40:6-8 forma
parte de la profecía del Antiguo Testamento porque
registró las palabras de Aquel que haría lo que
Dios verdaderamente quería que hiciera.
Ese pasaje anticipó proféticamente algunas de las
palabras que Cristo pronunció en su primera
venida a este mundo. El salmo fue citado en
Hebreos 10:5-7, y de allí destacamos las
siguientes palabras del escritor al introducir su
cita, y las palabras de Cristo mismo: Por eso, al
entrar en el mundo, Cristo dijo:. . . Aquí me
tienes. . . he venido, oh Dios, a hacer tu voluntad.)

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