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Se inicia a hablar de los santos padres puesto que fueron ellos los que iniciaron
una reflexión sobre el hombre que se siente empujada por la herencia judía y por la
innovación griega, se sabe ya que la filosofía griega había realizado una ruptura
marcada diferencialmente por la cosmología y se ponía al hombre como un ser
distinto en el mundo en el momento de realizar una reflexión sobre él, poco a poco
se fue introduciendo al hombre en esta reflexión observando su naturaleza expresada
en su dimensión única; con ello estamos ubicándonos en el inicio de la relectura de la
Biblia y de un sentido del cristianismo más intelectual seguidor de la revelación y de
forma más especial en las palabras de Jesús en la forma que se expresaron, el autor
dirá que no hay que ignorar las teorías de la ruptura de la continuidad entre el Jesús
histórico y la Iglesia o la organización de sus doctrinas.
El autor dirá también luego de una serie de preguntas sobre verdad del cristianismo
independiente de la historia, y sobre la relación que existe entre religión de Cristo y la
religión cristiana que la Iglesia primitiva es una falsificación del verdadero rostro de Jesús
y una abdicación de sus principios y enseñanzas. La antropología de esos tiempos
despega paulatinamente de su arranque judío y comienza a formularse en categorías
helénicas a esto se añade que la tarea no era fácil, puesto que el mismo cristianismo
no fue desde su principio un bloque monolítico de pensamientos, sino que se tenía
un pluralismo religioso, cultural y a tal grado que se tenía como lingüístico se tenía
que hacer un ejercicio de dialogo y de multiprocedencia o pluralismo cultural. La
existencia de muchos dioses no era solo un tema del pensamiento y de ideas, sino que era
una condición para la independencia y la permisividad, los dioses no eran normativos o
reguladores de la conciencia ni de la conducta y no suscitaba la responsabilidad o la
satisfacción de culpabilidad del hombre puesto que todo era licito. Las costumbres y el
placer no tenían límite, o mejor, su único límite era el placer sin límite. Satisfechas
las necesidades materiales por la riqueza y el consumo y, llegados a la sensación de
cansancio y hastío, es cierto que se abría un cierto interrogante en la sociedad
romana sobre el porvenir del hombre, sobre la prolongación de la existencia
humana, sobre el más allá. En definitiva, una nueva interpretación y explicación del
sentido de la vida humana y su paso por la tierra. Había que rehacer el orden de los
valores. No quedaba espacio para el hombre interior. No olvidemos que los
emperadores romanos se sentían como unos dioses y había que enfrentarse a ellos para
decirles que Dios no hay más que uno, y que ellos eran simplemente hombres. Esta fue
otra revolución antropológica muy importante que hay que adjudicar al cristianismo: la
desmitologización del poder temporal en el mundo, pese a lo cual los cristianos nos
sometemos gustosamente a él pagando nuestros impuestos. Al César lo que es del
César y a Dios lo que es de Dios.
Jesús Gózales habla además de una pedagogía cristiana y una antropología la cual
inicia diciendo que conveniente comenzar delimitando qué se entiende por cristianismo
inicial o primitivo se basa en el concepto y el espacio histórico temporal lo cual ayuda
a remontarse hasta la muerte de Jesús comprendiendo el periodo de la predicación
y de la actividad apostólica: los viajes misioneros, los escritos enviados, las
comunidades y los ministerios creados por ellos en la época. En el concepto o la
delimitación de los orígenes del cristianismo ya no pueden caber dudas sobre personas,
tiempos, lugares, fuentes, escritos. Algunos teólogos protestantes (Klaus Berger, 1940),
en su afán desmitologizador, quieren sustituir una teología del Nuevo Testamento por una
historia de la teología del cristianismo en sus orígenes.
Constitucionalismo cristiano
El dualismo humano es aquí muy útil para separar y señalar el destino del cuerpo
como distinto al destino del alma que es la ramificación existencial, esta antropología
cristiana no es espiritualista ni abandona o ignora la suerte del cuerpo, de la carne,
pues Jesús asumió el cuerpo humano y con Él estamos íntimamente unidos los cristianos
en la fe y en el amor formando otro “cuerpo” con Él.
Se pone en juego aquí la libertad del hombre que nace de su condición original
de imagen de Dios, de quien es su reflejo y continuación en el mundo. Paralelo al tema
de la libertad corre en Orígenes el tema de la dignidad del hombre y con las ideas de
Orígenes se va estabilizando la antropología cristiana que logra gran influencia en todo
el pensamiento antiguo, hasta que llegue San Agustín con su visión más modernizadora
y más universalizadora suponiendo a la base que el hombre es imagen de Dios y la
participación de su espíritu, junto a su receptibilidad adaptación se afirma que el
hombre debe vivir según ese orden establecido por Dios, siendo ello el principio de
la responsabilidad moral.
El cristianismo ofrecía no solo una visión, una teoría, sino un proyecto de cambio
del mundo y de salvación del hombre que ya había sido anticipada y realizada en Cristo
Jesús como logos encarnado. Se considera desde esta perspectiva que cada hombre es
precedente del cristianismo, toda razón o verdad es preparatoria de la fe y se concibe
que toda antropología griega es precursora de la fe por esta razón es que el Logos,
la palabra, está presente y encarnada en Cristo, por ello podemos decir, que la razón
es la huella de la fe y a su vez la filosofía griega es una clara preparación del evangelio
según una afirmación de Eusebio de Cesarea. El Dios desconocido, el Dios de los
filósofos, termina completándose en el Dios de los cristianos superando su estado y
situación en relación con la única verdad existente.
Tertuliano hace uso de sus influencias y abre las puertas a una nueva situación
constitucional de la Iglesia de la misma forma se tenía la búsqueda de la aceptación de la
filosofía se lucha también por concebir el respeto a los ciudadanos y de las autoridades,
Tertuliano le corresponde le corresponde la tarea de liberar la libertad o socializar la
antropología, es decir, el concepto profundo y cristiano de libertad como condición y
dotación personal del hombre hay que sacarlo y reivindicarlo en la sociedad. Esto dará
paso a una antropología social y a dar una legitimidad cristiana la antropología política
de Tertuliano comienza por desmontar el mundo de los dioses griegos, el olimpo de boato
y placer. Se busca con ello concretizar al hombre naturalmente cristiano a Tertuliano ya
no le es importante continuar escarbando sobre la estructura del hombre sino su capacidad
para dialogar y su apertura religiosa esta es una experiencia que le marca en su teoría
antropológica.
Desde este punto se sabe que el proyecto de una antropología cristiana no se puede
apartar de la visión del hombre por ello se tiene presente la percepción optimista del
mundo y del hombre con ello se puede entrar al tema del mundo de lleno a la oikonomia
la disposición y el proyecto de Dios sobre el hombre y la historia a partir de su estructura
trinitaria que culmina en Cristo Jesús. Frente a los que creen que los primeros cristianos
sacaban sus planteamientos morales solo de la revelación, del evangelio, de las palabras
y de los hechos de Jesús o de sus consejos, prolongando así la corriente de una ética
formal de la ley al estilo judío, de la moral del mandato, de la norma por la norma, hay
que reconocer una gran presencia de la moral natural cristiana en Tertuliano. Se hablara
además de otros campos como por ejemplo: el matrimonio la actividad económica, de la
antropología política y de estado, dando paso a san Cipriano quien da paso a la
investigación de la identidad cristiana, defendiendo la personalidad y especificidad del
catolicismo africano frente al centralismo romano. Durante el siglo III la antropología
como preocupación parecía ya amortizada y tranquila ya en el pensamiento, hasta llegar
a la transferencia antropológica del cristianismo ya deja de ser un sentimiento y es ya una
realidad de comunión de fe pero se llegó a una emergencia de los valores en la
antropología cristiana hay necesidad de proyectar nuevamente los valores cristianos
reconociendo la dignidad de todos por igual hasta llegar a dar un nuevo esplendor a la
antropología cristiana La lógica de la teología nos lleva a la lógica de la antropología.
Esto sucede con el pensamiento de San Atanasio quien afirmaba hay que seguir
reforestando el cristianismo con el desarrollo de la reflexión sobre el hombre en el que
convergen Dios, Cristo, la temporalidad y la historia. Con San Atanasio la antropología
sale a la calle, aunque parezca un discurso oscurantista o intimista, teológico y rígido,
sobre la personalidad de Jesús y del hombre. Y con ello poder llegar a un progreso de la
antropología fundamental con figuras y pensadores tan importantes como son San Basilio
el Grande, Gregorio Nacianceno o San Gregorio Niceno, el hermano de Basilio, el cual
expuso sobre una antropología iconográfica.
Uno de los escenarios donde más desarrolla San Basilio su proyecto antropológico
es en el comentario a los libros del Génesis. Alma y cuerpo pasan a ser un supuesto
aceptado, una condición indiscutible y lo que ahora preocupa o interesa es su integración
en la unidad. El todo y no sus partes. No preocupa ya tanto su principio, (creación) o su
fin (inmortalidad), sino su profunda relación y dinamismo a la hora de definir su relación
con Dios y desencadenar conductas religiosas y morales. Esto significa morir a este
mundo. Con esto se produce otra característica de esta antropología dialéctica y espiritual:
tú puedes estar en este mundo y sin embargo, volar a Dios, pues tu alma y tus deseos están
en Él. El hombre está colgado de Dios y cosido a la tierra.