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Absorción de fármacos
2.1. Introducción
Cuando se administra un fármaco, el proceso global que sufre desde que se incorpora al orga-
nismo hasta que es eliminado por éste resulta muy complejo. Sin embargo, de una forma
elemental, dicho tránsito podría identificarse con las siguientes fases principales: absorción,
distribución, metabolismo y excreción (ADME). En realidad, cada uno de los procesos cita-
dos representa el conjunto de varios subprocesos interconectados.
El fármaco incorporado al organismo, en algún momento de su disposición, llega a su
lugar de acción o biofase donde tiene lugar la acción farmacológica para la que ha sido admi-
nistrado. Es evidente, por lo tanto, que la incorporación del fármaco al organismo es con-
dición indispensable para que tengan lugar el resto de los procesos, incluida la actividad tera-
péutica perseguida.
En el estudio biofarmacéutico se considera que la fase de absorción engloba los proce-
sos de liberación del fármaco de su forma de dosificación y la absorción propiamente dicha.
Mediante la liberación, el fármaco es cedido por la forma farmacéutica y pasa a solu-
ción. Una vez disuelto el fármaco, las moléculas del soluto difunden hacia la vecindad de
las membranas biológicas absorbentes iniciándose propiamente el proceso de absorción. La
complejidad del mismo depende básicamente del lugar y vía de administración elegidos.
En el caso de la administración intravascular de soluciones la fase de absorción es ins-
tantánea puesto que el fármaco se administra directamente al torrente circulatorio. Para el
52 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
resto de las vías de administración deben considerarse otros factores que van a condicionar
el proceso, entre ellos:
a) La difusión del soluto hasta el lugar de absorción. Este paso es poco significativo e
incluso despreciable cuando el volumen de fluido en presencia es muy pequeño, como
ocurre, por ejemplo, en el caso de los depósitos parenterales intramusculares o sub-
cutáneos, pero puede ser importante si el volumen de líquido a atravesar es mayor
(difusión a través del líquido intraluminal del estómago o del intestino o a través de
los excipientes semifluidos de aplicación tópica).
b) La estructura y composición de las membranas absorbentes, según la zona de admi-
nistración, lo que puede suponer que el soluto deba bien atravesar únicamente un estra-
to subcelular para acceder a la circulación sistémica o bien, en el caso más comple-
jo, difundir a través de un estrato pluricelular.
c) Los mecanismos de absorción y el tipo de cinética que puede darse en cada caso.
d) Los procesos de pérdida que puedan tener lugar durante la absorción.
El paso de fármacos a través de las membranas absorbentes está condicionado, entre otros
factores, por la composición y la estructura de las mismas. Por ello, antes de abordar el estu-
dio de los distintos mecanismos de absorción, es imprescindible conocer las características
fisiológicas de las membranas.
La estructura básica de las membranas absorbentes no se diferencia estructuralmente del
resto de membranas biológicas (figura 2.1). De acuerdo con la teoría del mosaico fluido pro-
puesta en 1972 por Singer y Nicholson, las membranas están formadas por una bicapa lipí-
dica en la cual se encuentran embebidas una serie de proteínas, colesterol, ergoesterol, y otras
moléculas, característica que le confiere la denominación de mosaico. La parte polar de los
CAPÍTULO 2: ABSORCIÓN DE FÁRMACOS 53
Glicoproteínas
Proteína integral
Colesterol
Microfilamentos
Microtúbulos
Fosfolípidos
Proteína periférica Poro hidrófilo
FIGURA 2.1. Organización de una membrana celular.
Existen dos tipos de proteínas, las llamadas integrales y las periféricas. Las proteínas
integrales se encuentran asociadas a los lípidos de las membranas y no pueden extraerse sin
destruir la bicapa lipídica. Estas proteínas son las que más interesan desde el punto de vis-
ta de la absorción puesto que están implicadas en los mecanismos especializados de trans-
porte. Las proteínas periféricas, extraíbles sin que exista destrucción de la bicapa lipídica,
se sitúan habitualmente en la cara interior de la membrana.
La membrana también contiene pequeñas cantidades de carbohidratos en su parte exter-
na, unidos por enlaces covalentes a los lípidos o a las proteínas, formando los glucolípidos
y las glucoproteínas. De acuerdo con esta disposición queda patente la asimetría de la mem-
brana.
En algunas membranas absorbentes existe una especie de canales o poros acuosos que
permiten el paso selectivo de ciertas sustancias y cuyo tamaño es variable según la mem-
brana considerada. La presencia de estos poros es plenamente aceptada por todos los auto-
res pero, de hecho, su existencia en la membrana del intestino delgado sólo se ha demostra-
do indirectamente a través de estudios de absorción.
54 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
Una vez el fármaco disuelto en su lugar de absorción, las moléculas o iones de aquél
atraviesan las membranas naturales que actúan como límite y pasan a la sangre, o mejor a
su fracción fluida o plasma. El proceso de absorción está condicionado por la vía de admi-
nistración del fármaco y, a excepción de la administración por vía intravenosa, es obligado
en todos los tipos de administración, aun cuando en la parenteral extravasal el obstáculo a
salvar sea mínimo (endotelio capilar). En el cuadro 2.1 se indican los principales estratos
que el fármaco debe atravesar y lugares de absorción del mismo en función de la vía utili-
zada para la administración del fármaco.
La administración por vía intravenosa, rápida o en perfusión a velocidad constante, garan-
tiza el acceso directo del fármaco inalterado al corazón a través de una de las dos cavas, en
las que confluyen, a la larga, todas las venas periféricas que se pueden utilizar para la admi-
nistración intravenosa del fármaco. No puede, en este caso concreto, hablarse de lugar de
absorción; el 100% del fármaco accede, inalterado, a la circulación sistémica, por lo que la
vía intravenosa rápida se utiliza como punto de referencia óptimo para determinar la bio-
disponibilidad en magnitud de los medicamentos administrados por otras vías (biodisponi-
bilidad absoluta).
CUADRO 2.1
Vías de administración de los fármacos y lugares de absorción correspondientes
por vía vaginal y rectal. En todos los casos citados el lugar de absorción es, en efecto, un
epitelio.
Por último, cuando la administración se efectúa en la piel, el estrato que debe atravesar
el compuesto es pluricelular y está formado por un sistema de barreras heterogéneas.
Desde el plasma se realiza la distribución del fármaco a las proteínas plasmáticas y tam-
bién, en ocasiones, a todos los elementos figurados de la sangre. Por otra parte y, a través de
los endotelios, el fármaco accede a los fluidos intersticiales que bañan las células y desde
allí, a través de las membranas celulares, a la fracción acuosa de los distintos tejidos y órga-
nos (agua intracelular); en el interior de esta última, el fármaco puede distribuirse, además,
a depósitos intracelulares no propiamente acuosos (proteínas titulares, lípidos y ácidos nuclei-
cos). El proceso de distribución es el único estrictamente reversible y se concreta en la con-
secución, al cabo de un tiempo dado, característico de cada fármaco, de un equilibrio de con-
centración en todo el volumen orgánico accesible.
Simultáneamente a su absorción y a su distribución y desde el momento en que apare-
ce en plasma, las moléculas de fármaco se van eliminando, sea por excreción directamente
mediante las vías naturales habituales (renal, biliar), sea por biotransformación metabólica
en derivados, generalmente más polares que su precursor, que se excretan con mayor rapi-
dez por el riñón o en la bilis. En el caso muy frecuente de que los metabolitos sean inacti-
vos, la fracción biotransformada se considera eliminada para fines cinéticos; de otro modo,
es necesario estudiar la evolución temporal de los mismos. Determinados fármacos, una vez
excretados, pueden volver a entrar en el organismo mediante procesos de recirculación. El
más frecuente es la excreción biliar y reabsorción intestinal, en el que los fármacos, al pasar
por el hígado, sufren excreción y son arrastrados por la bilis que se vierte al intestino del-
gado, concretamente en la zona duodenal. Una vez allí el fármaco puede reabsorberse, comen-
zando de nuevo el ciclo, denominado enterohepático. Si el fármaco se excreta por saliva, tras
el proceso de deglución alcanza de nuevo el intestino y puede acceder a la circulación sis-
Cuando la administración se realiza por vía oral, puesto que la absorción en el estóma-
go, en el colon o más frecuentemente en el intestino delgado, el fármaco llega, a través de
las venas mesentéricas, a la porta y pasa por el hígado, continuando luego hasta el corazón.
Por consiguiente, toda la dosis administrada pasa por el hígado en el primer ciclo de cir-
culación, a no ser que el fármaco se absorba por vía linfática. Además por esta vía también
pueden producirse pérdidas presistémicas debidas al metabolismo que tiene lugar en las célu-
las intestinales.
Cuando la administración es por vía bucal o sublingual, la sangre transporta el fárma-
co a las venas yugular y cava y llega al corazón, evitándose la barrera hepática. Desafortu-
nadamente, en la zona mencionada sólo se absorben algunos fármacos de modo eficaz. Lo
mismo ocurre con la vía nasal.
Cuando el fármaco se administra por vía transpulmonar se dirige directamente al cora-
zón a través de la vena pulmonar evitando así su paso por el hígado.
En cuanto a los fármacos que se absorben por vía rectal, en general, se acepta que aque-
llos que se absorben en la parte inferior y media del recto (venas hemorroidales inferior y
media) pasan directamente a la circulación general a través de la vena cava, mientras que los
que lo hacen a través de las venas hemorroidales superiores pasan a la porta y al hígado. Sin
embargo se ha comprobado que existen anastomosis a nivel de estas venas. Así pues, algu-
nos autores han demostrado que la administración rectal sólo evita en parte (alrededor de un
40%) el metabolismo hepático, pero puede ser, en algunos casos, una vía alternativa a la oral
para mejorar la biodisponibilidad.
58 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
Los fármacos que administrados por vía percutánea pueden absorberse alcanzan la cir-
culación sistémica sin pasar por el sistema porta y, por consiguiente, se aprovecha íntegra-
mente toda la dosis administrada en su primer ciclo. Sin embargo, la piel está protegida por
barreras naturales pluricelulares y la penetración a su través es muy difícil. Sólo puede uti-
lizarse esta vía en determinados casos.
La importancia de evitar o no la barrera hepática depende del fármaco. Existen fárma-
cos que se transforman masivamente en los hepatocitos o en los enterocitos ya en su primer
paso a través de los mismos. Otros no lo hacen, por lo que se pueden administrar con segu-
ridad por vía oral, lo que es el caso general y explica que ésta sea la vía de administración
más utilizada, siendo a la vez la más cómoda para el paciente.
Por tanto, y de acuerdo con lo expuesto, la vía de administración condiciona, además de
otros factores, la biodisponibilidad de los fármacos. Los fármacos administrados por vía paren-
teral, salvo excepciones, se absorben totalmente. Por ello, la vía parenteral generalmente garan-
tiza el aprovechamiento óptimo de la dosis administrada, es decir, una biodisponibilidad del
100% en magnitud.
Por las restantes vías de administración el que se obtenga o no una buena biodisponibi-
lidad depende de la velocidad de absorción del fármaco, lo que viene condicionado a su vez
por sus características fisicoquímicas, que facilitarán más o menos su penetración a través
de las membranas biológicas.
Se han descrito seis mecanismos mediante los cuales pueden absorberse los medicamentos,
algunos de ellos son muy importantes y otros minoritarios. Debe tenerse en cuenta, también,
que un mismo medicamento puede absorberse por varios mecanismos a la vez. En el cuadro
2.2 se citan las características generales de todos ellos.
El que un fármaco se absorba por uno u otro de los procesos citados depende no sólo de
sus características fisicoquímicas sino también de la vía de administración utilizada ya que
no todos los procesos citados están presentes en todas las membranas absorbentes. Cuando
el fármaco se administra por vía intramuscular o subcutánea, en el paso a través de los endo-
telios capilares prevalece la difusión por poros (abundantes y de gran tamaño) frente a la
difusión por membrana. En la mucosa gástrica predomina la difusión pasiva. En intestino
delgado, que es la zona más especializa en la absorción, pueden tener lugar todos los meca-
nismos citados. En intestino grueso y en recto predomina la difusión pasiva por membrana,
aunque puede producirse pinocitosis. En el resto de mucosas (bucal, sublingual, nasal, ocu-
lar y respiratoria) tienen lugar fundamentalmente procesos de absorción pasiva, al igual que
ocurre en el proceso de difusión a través de la piel.
Son dos procesos pasivos que pueden considerarse mayoritarios en la absorción de los fár-
macos, el primero especialmente a nivel gastrointestinal pero también por otras vías de admi-
nistración y el segundo a nivel intramuscular y subcutáneo.
CAPÍTULO 2: ABSORCIÓN DE FÁRMACOS 59
CUADRO 2.2
Mecanismos de absorción de los medicamentos
brana celular tiene lugar por difusión pasiva a favor de gradiente de concentración y sin con-
Una vez el fármaco en solución, el transporte a través de la bicapa lipídica de la mem-
sumo de energía. Para poder atravesar la membrana el fármaco debe presentar una cierta lipo-
filia. Para las sustancias iónicas ésta depende de su pKa y del pH del medio ya que, en general,
se absorbe la fracción no disociada por ser más lipófila. La fracción ionizada no difunde, a
60 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
no ser que su lipofilia sea elevada. Por lo tanto, los compuestos lipófilos atraviesan rápida-
mente las membranas mientras que las moléculas polares e ionizadas no se absorben o lo
hacen lentamente. Una vez atravesada la membrana, el fármaco se disuelve en el fluido inters-
ticial que se encuentra en la parte interior y sigue avanzando a favor de gradiente hasta lle-
gar a los endotelios de los capilares sanguíneos, alcanzando el plasma. Puesto que el plas-
ma drena continuamente el medicamento, la concentración en el mismo puede considerarse
nula y el proceso prosigue hasta desaparecer todo el fármaco del lugar de absorción.
La figura 2.4 permite seguir el mecanismo de la difusión pasiva por membrana y esta-
blecer las ecuaciones cinéticas características del proceso.
El proceso de difusión pasiva de los fármacos se produce desde la zona de mayor con-
centración (lugar de absorción) a la de menor concentración (plasma) y viene regido por la
ley de Fick, que establece:
dQ dC
= D⋅ P⋅S
dt dx
(2.1)
Siendo dQ/dt la velocidad de difusión que se expresa en cantidad por unidad de tiempo
(por ejemplo mg/minuto), D el coeficiente de difusión a través de membrana que es carac-
terístico del fármaco y se expresa en área/tiempo (por ejemplo cm2/minuto), S el área total
útil para la absorción que se expresa en unidades de superficie (por ejemplo cm2), P el coe-
concentración a uno y otro lado de la membrana en función del espacio recorrido, es decir
dQ D ⋅ P ⋅ S
∆C
dt
= (2.2)
δ
CAPÍTULO 2: ABSORCIÓN DE FÁRMACOS 61
dQ dA D ⋅ P ⋅ S
⋅ ( A − C)
V ⋅ dt dt V ⋅δ
− = = (2.3)
absorción en la misma especie animal y pueden englobarse en una constante que se deno-
mina ka(mem), con lo que queda:
dA
= −k a( mem ) ⋅ A
dt
(2.4)
vía parenteral extravasal pueden pasar solutos de PM 10.000 y superior. El PM límite para
la absorción por poros acuosos en intestino delgado es de 250-300 daltons, según las molé-
culas tengan una forma isodiamétrica o lineal.
La figura 2.5 permite seguir el mecanismo de la difusión pasiva por canalículos acuo-
sos y establecer las ecuaciones cinéticas características del proceso.
dQ dC
= D′ ⋅ n ⋅ π ⋅ r 2 ⋅
dt dx
(2.5)
dQ D′ ⋅ n ⋅ π ⋅ r 2
⋅ ∆C
dt
= (2.6)
δ
La velocidad de difusión es la misma que la velocidad a la que desaparece la cantidad
de fármaco remanente en lumen, pero de signo contrario. Por lo tanto, se tiene:
dQ dA D′ ⋅ n ⋅ π ⋅ r 2
⋅ ( A − C)
V ⋅ dt dt
− = = (2.7)
δ
Siendo dA/dt la velocidad de absorción expresada en concentración/tiempo, A la con-
centración en el lugar de absorción y C la concentración en plasma, que, como se indicó, tie-
ne una magnitud muy inferior frente a la existente en el lugar de absorción (condiciones de
sumidero o sink).
Los valores de D’, n, r, V y d pueden considerarse constantes para un mismo fármaco y
lugar de absorción, por lo que se engloban en una constante única llamada constante de velo-
CAPÍTULO 2: ABSORCIÓN DE FÁRMACOS 63
dA
= −k a( poros ) ⋅ A
dt
(2.8)
Cabe destacar que este mecanismo es el más importante para la absorción de todos los
fármacos que se administran por vía intramuscular o subcutánea, en un grado muy superior
a la difusión por membrana.
En el caso de que coexista absorción a través de membrana y absorción por poros, la
constante de absorción aparente que se obtendrá será la suma de las dos anteriores:
Estos mecanismos de transporte se llevan a cabo mediante estructuras formadas por proteí-
nas integrales de la membrana celular que reciben el nombre de portadores.
64 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
Los portadores pueden describirse como áreas de adsorción móviles con capacidad para
tomar una molécula de soluto y atravesar la membrana absorbente hasta alcanzar el citoplasma,
a partir del cual, la molécula llegará al torrente circulatorio. El proceso podría resumirse,
por lo tanto, en tres fases: formación del complejo portador-fármaco, cambio de conforma-
ción en el portador y disociación del complejo portador-fármaco.
El transporte mediado por portadores puede dar lugar a dos condiciones de equilibrio.
En una de ellas, la difusión facilitada, las concentraciones del soluto a cada lado de la mem-
brana serán finalmente iguales; en la otra, las concentraciones finales son distintas, lo que
se denomina transporte activo. La difusión facilitada se realiza a favor de gradiente de con-
centración y no requiere consumo de energía metabólica a diferencia del transporte activo
que es capaz de actuar contra gradiente de concentración y depende de la energía metabó-
lica de la célula, así como de la presencia de iones Na+.
El número de portadores es limitado y, como consecuencia, el transporte es saturable.
Cuando la concentración de fármaco es elevada el proceso puede saturarse, lo que se con-
creta en una velocidad máxima. Existe, por lo tanto, dependencia de la dosis administrada.
Además, los portadores transportan selectivamente una sustancia de un lado a otro de la
membrana. El hecho de que el proceso sea selectivo determina que se produzcan procesos
de competición e inhibición con otros fármacos o con componentes de la dieta.
Los citados aspectos de saturación y de competición son importantes en biofarmacia ya
que cuando tienen lugar los fármacos que los sufren ven reducida su biodisponibilidad en
relación a la prevista. Ello obliga a vigilar estrechamente las pautas posológicas y las con-
diciones de administración (dosis, en ayunas, etc.).
La difusión facilitada es un mecanismo minoritario que se ha demostrado para algunas
vitaminas como la riboflavina y la tiamina y para un azúcar, la fructosa.
El transporte activo tiene mayor trascendencia en la absorción. Como ejemplos de sus-
tancias que se absorben por este mecanismo se podrían citar principios inmediatos o bioca-
biliares, etc. Más propiamente como fármacos se encuentran los antibióticos β-lactámicos,
talizadores como la glucosa, aminoácidos esenciales, vitaminas, el ión ferroso, los ácidos
el levodopa (antiparkinsoniano) que se ha demostrado que compite por los portadores con
la fenilalanina, los corticoesteroides, el litio (antimaníaco), el baclofeno (relajante muscu-
lar), la fenilbutazona y el diclofenaco (antiinflamatorios no esteroídicos), la digoxina (car-
diotónico), el captoprilo y enalaprilo (antihipertensivos), etc.
VM ⋅ S
v=
KM + S
(2.10)
trato (S); la velocidad del proceso, v representa la variación de concentración del soluto en
rando la concentración de soluto en el lugar de absorción (A) como la concentración del sus-
el lugar de absorción en función del tiempo (dA/dt) con signo negativo, puesto que es un pro-
ceso de pérdida. La ecuación queda de la siguiente forma:
dA V M ⋅ A
dt K M + A
− = (2.11)
dA V M
⋅ A ≈ k ap ⋅ A
dt K M
− ≈ (2.12)
dA V M ⋅ A
≈ V M ≈ k0
dt A
− ≈ (2.13)
dA V M ⋅ A
+k ⋅A
dt K M + A a
− = (2.14)
FIGURA 2.6. Representación gráfica del mecanismo especializado de transporte y difusión pasiva.
CAPÍTULO 2: ABSORCIÓN DE FÁRMACOS 67
Algunos fármacos se hallan sujetos a procesos de secreción activa debidos a enzimas de mem-
brana que los transportan desde la célula absorbente hacia el lugar de absorción. Estos pro-
cesos representan una barrera biológica para su incorporación al organismo y reducen el ren-
dimiento neto de la absorción.
Entre las enzimas implicadas tiene especial importancia la glicoproteína P que se loca-
liza en diferentes zonas del organismo como, por ejemplo, células epiteliales intestinales,
hígado, riñón, cerebro y pulmón.
Desde el punto de vista de la absorción tiene interés su localización en la membrana de
los enterocitos ya que la enzima capta parte de las moléculas de fármaco que están difun-
diendo a través de la membrana por absorción y las devuelve a la luz intestinal, tal como se
representa en la figura 2.7.
Las características del proceso son semejantes a las descritas para la absorción activa.
La glicoproteína P es un transportador activo, ATP-dependiente. El transporte se realiza con-
tra gradiente electroquímico y de concentración. Hay, por lo tanto, consumo de energía. Se
forman complejos reversibles con el fármaco y el proceso es unidireccional, desde la sero-
sa hacia la mucosa.
Presenta especificidad de unión por lo que aparecen fenómenos de competición entre
sustancias con similitud estructural. Parece ser que, en general, los sustratos de dicha enzi-
ma son moléculas hidrofóbicas con peso molecular entre 300 y 2.000 daltons.
Es saturable: cuando todas las moléculas del sistema secretor se hallan unidas a molé-
culas de fármaco, se alcanza la velocidad máxima de secreción. Gracias a ello puede inhi-
birse por administración simultánea de sustancias competitivas.
La cinética del proceso de secreción se ajusta a una cinética enzimática tipo Michaelis
Menten ya descrita.
Parece que está relacionada con la excreción de toxinas, hormonas y metabolitos fisio-
lógicos actuando de forma que se considera una defensa del organismo. Del mismo modo
es capaz de secretar fármacos, metabolitos y xenobióticos en general que sean análogos estruc-
turales.
Entre los fármacos afectados se encuentran algunos antimitóticos como la vinblastina y
la vincristina, lo que determina en parte la resistencia a la quimioterapia del cáncer. Ello es
68 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
Existen dos mecanismos de absorción, muy minoritarios que tienen lugar a nivel gastroin-
testinal: el transporte por pares de iones y la pinocitosis. Ambos procesos tienen poca trans-
cendencia en la absorción de fármacos, especialmente el último citado.
Existen fármacos o xenobióticos que son electrolitos fuertes (ácidos o básicos) que se
hallan casi totalmente ionizados a cualquier pH fisiológico por lo que el rendimiento en su
absorción es prácticamente despreciable. Estas substancias pueden unirse transitoriamente
a iones orgánicos de carga contraria, formando un par iónico cuya carga total es nula, lo que
permite que atraviesen la membrana por difusión pasiva en función de la lipofilia adquiri-
da. Así podría explicarse la absorción de compuestos altamente ionizados como los ácidos
sulfónicos y los compuestos de amonio cuaternario. Para fármacos que presentan carga glo-
bal positiva, la formación de complejos neutros con sustancias endógenas de carga negati-
va, como la mucina, permite su absorción.
Se han formulado, asimismo, pares de iones con determinados fármacos básicos para
facilitar su absorción como, por ejemplo, el propranolol (antihipertensivo) con el ácido oléi-
co y la quinina (antimalárico) con el ácido hexilsalicílico.
B) Pinocitosis
rimentales in vivo, métodos in silico y experiencias in vitro para determinar las potenciali-
Actualmente se emplean en este tipo de estudios tres tipos de metodologías: estudios expe-
cos sobre parámetros estructurales y fisicoquímicos de las sustancias, para lo cual existen
membranas que se pueden asimilar al intestino delgado. Se utilizan para ello monocapas de
dos en animal entero o, incluso, en segmentos aislados del intestino de voluntarios sanos.
En cualquier caso, cuando un fármaco se encuentra en solución, su absorción depende
de la velocidad a la que sus moléculas son capaces de atravesar las membranas biológicas
absorbentes mediante los procesos cinéticos descritos. La velocidad global del proceso de
absorción vendrá caracterizada por la constante de absorción intrínseca del fármaco al pH
del medio, (ka, t –1), es decir, la que presenta en solución, no limitada por otros procesos más
lentos. También es posible caracterizar el proceso mediante constantes de permeabilidad que
expresan la velocidad de atravesar las membranas por unidad de área.
Cuando se realizan estudios experimentales y se utiliza la misma especie animal, la misma
zona de absorción y la misma técnica, se pueden extraer generalizaciones muy interesantes.
Si se considera difusión pasiva, la constante de absorción que se determina será la cons-
los factores D, D’ y P son característicos del fármaco y pueden explicar las diferencias en
tante intrínseca (ka) correspondiente a la ecuación 2.9. Como se indicó en el apartado 2.3.1,
D es virtualmente constante. Por otra parte, D’, variable inversamente proporcional a la masa
(cuyos componentes difieren muy poco en su tamaño o masa molecular) permite aceptar que
A partir de las investigaciones que realizaron sobre la absorción de compuestos ácidos y bási-
cos en estómago y en intestino delgado, B. B. Brodie y col. desarrollaron, en 1959, su teo-
ría del pH-reparto, con la que pretendían explicar los procesos de absorción pasiva de los
fármacos y demás xenobióticos o sustancias exógenas en el tracto gastrointestinal, que podría
expresarse, sucintamente, del siguiente modo:
Las membranas biológicas absorbentes actuarían como barreras de tipo lipoideo y los
procesos de penetración a través de las mismas se regirían por tres reglas básicas:
a) Se absorberían tan sólo las formas no ionizadas al pH del medio, ya que sólo éstas
son lipófilas. Los iones no se absorberían.
b) La velocidad de absorción de las formas no ionizadas sería proporcional a su coefi-
ciente de reparto in vitro. El disolvente reproduciría, por así decirlo, la lipofilia de la
membrana.
c) Los ácidos se absorberían primordialmente en el estómago (donde estarían no ioni-
zados en su mayor parte) y las bases en el intestino (en donde estarían menos ioni-
zadas que en estómago). Los ácidos fuertes (pKa 3 o inferior) y las bases fuertes (pKa
8 o superior) no se absorberían porque estarían totalmente ionizados en el tracto diges-
tivo.
La teoría del pH-reparto presenta algunas desviaciones que pueden explicarse fácilmente.
No se considera la difusión acuosa por poros, que, en teoría, no puede depender de las leyes
del reparto y que, además, en principio, permitiría la absorción de las formas iónicas, que
se supone no se absorben. Hoy se sabe, además, que los iones se pueden absorber perfecta-
mente por membrana lipoidea en muchos casos, sea como tales, sea por formación de pares
de iones con sustancias cargadas con distinto signo.
Es aventurado, por otra parte, suponer que los ácidos se absorben más en el estómago.
Ello no ocurre nunca en la realidad: se absorben siempre mucho más en intestino y las razo-
nes son obvias (mucha mayor superficie).
La desviación más importante de la teoría del pH-reparto, en opinión de muchos auto-
res, estriba en el hecho de que el modelo biofísico que puede deducirse de la misma no se
corresponde con la realidad experimental que actualmente debe asumirse y que se intenta-
rá razonar a continuación. Hay que consignar, sin embargo, que B. B. Brodie y sus colabo-
radores, en realidad, no pretendieron establecer un modelo biofísico concreto.
Sin embargo, la correlación que se deduce de algunos datos que aportaron, por ejemplo,
los datos de absorción y lipofilia de una serie de barbituratos, que representa sin duda la pri-
mera serie homóloga utilizada para estudios de absorción, es potencial (lineal y doble loga-
rítmica). De acuerdo con ello, la constante de absorción, ka, iría aumentando potencialmen-
te con la lipofilia de los compuestos ensayados sin alcanzar un límite determinado; éste vendría
CAPÍTULO 2: ABSORCIÓN DE FÁRMACOS 71
impuesto implícitamente por la propia insolubilidad en el medio de los elementos más lipó-
filos de la serie.
En un principio existían datos que permitían sustentar esta hipótesis para series que pre-
sentaban un ámbito moderado de lipofilia.
Sin embargo, este tipo de correlación no ha podido confirmarse. A partir de 1970 apare-
cen en la literatura numerosos trabajos que demuestran que la relación ka/P no es tan senci-
lla. En todos ellos se utilizan ya series homólogas de compuestos que permiten poner de mani-
fiesto la influencia de la lipofilia manteniendo más o menos constantes otros posibles factores
de variación. A raíz de estos estudios, han surgido, entre otras, las teorías compartimentales
en un intento de explicar las desviaciones experimentales de la teoría del pH-reparto.
El tratamiento difusional de este modelo conduce, entre otras, a una relación de tipo hiper-
bólico, en la que la asíntota (kM) define el valor de la constante de absorción de los elemen-
72 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
tos más lipófilos de la serie homóloga. La ecuación matemática adopta distintas formas, entre
las que destaca la de Wagner y Sedman que se expone a continuación:
k M ⋅ Pv
ka =
1 + Pv
(2.15)
kM ⋅ Pa
ka =
10− b + P a
(2.17)
C
⋅ Pd
ka = M
1
+ E ⋅ Pd
(2.18)
M
C ⋅ Pd
ka =
1+ E ⋅ M ⋅ Pd
(2.19)
k a = k1 + k2 (2.20)
una constante kp, de carácter asintótico y máxima para la serie (valor límite máximo de k2),
ño molecular y lipofilia muy bajos, podrían difundir libremente a través de los poros, con
que iría descendiendo, de acuerdo con la ley de acción de masa, a medida que el peso mole-
cular y la lipofilia de la serie aumentaran, hasta reducirse a cero para un tamaño molecular
y lipofilia dados. Este comportamiento podría definirse mediante una hipérbola inversa:
74 PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS APLICADOS A LA BIOFARMACIA Y A LA FARMACOCINÉTICA
k p ⋅ 10− b '
k2 =
10− b ' + P a '
(2.21)
La ecuación matemática general de ka para cualquier elemento de la serie sería, por con-
siguiente:
k M ⋅ Pa k p ⋅ 10− b '
k a = k1 + k2 =
10− b + P a 10− b ' + P a '
+ (2.22)
que es la ecuación bihiperbólica preconizada por J. M. Plá y J. Moreno para los datos expe-
rimentales de cualquier origen y de carácter absolutamente general, ya que, cuando no exis-
ten poros funcionales (ensayos en colon y también en intestino delgado con series de masa
molecular elevada, superior a 200-250 daltons), k2 se reduce a cero y la ecuación 2.22 se
colapsa a la de Wagner-Sedman o a la de Higuchi-Ho. En los restantes casos, la citada ecua-
ción adquiere plena vigencia para tratar los datos experimentales disponibles.
la membrana lipoidea se alterna con otra capa lipídica constituida por un fosfolípido natural,
al parecer, de origen endógeno.
Cuestiones y problemas