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El estrés: Una enfermedad moderna

- Texto: Is. 26:3


- Serie: Respuestas bíblicas al mundo de hoy
- Meta: Dar una solución bíblica a una enfermedad moderna con una medicina muy
antigua.
- Fecha:
- Lugar:

Introducción: El término “estrés” deriva del griego “stringere” que significa “apretar”. El
estrés es una reacción inmediata a estímulos de temor, preocupación o duda.

El estrés es llamado “la enfermedad del siglo XXI” ya que nuestro presente tiempo ha
producido no sólo avance en tecnología sino también desarrollo de nuevas enfermedades
en el ser humano.

Según la Organización Mundial de la Salud, el 12% de las enfermedades presentadas


son a causa del estrés y el afán.

Según una encuesta realizada en enero del 2015 por el Instituto integración, realizada a
2,200 personas en 19 departamentos del Perú, se puede concluir que:

- Seis de cada diez peruanos señalan que su vida ha sido estresante en el último
año.
- Las mujeres reportan mayores niveles de estrés (63%) que los hombres (52%). Las
peruanas no son las únicas; el Centro de Estudios sobre Estrés Humano de Canadá
y la Asociación Americana de Psicología de EE.UU. indican la misma tendencia: las
mujeres experimentan mayor estrés subjetivo e incluso tiene un mayor impacto en
su salud física y mental.
- Para dos de cada tres peruanos la situación económica ha sido motivo de estrés en
el último año. El 68% de los peruanos no ha tenido suficientes ingresos para cubrir
sus gastos por lo menos alguna vez en los últimos 12 meses.
- Uno de cada tres peruanos considera los problemas de salud como causa de
estrés. Esto preocupa por el riesgo que supone estar enfermo para la propia vida,
para seguir estudios, trabajar y cuidar de la familia, y los costos médicos que
implica. Las personas de 40 a más años son los grupos más preocupados por la
salud. En el caso de las mujeres, presentan mayor prevalencia de problemas en su
salud mental.
- La inseguridad ciudadana también influye, dado que los ciudadanos que más se
preocupan por ser víctimas de un delito con violencia describen su vida como más
estresante. El 31% de quienes están preocupados por ser víctimas ha tenido un año
muy estresante.
- Otra causa de estrés son las responsabilidades en el centro de estudios, trabajo u
hogar. Según la Organización Mundial de la Salud, el estrés laboral es uno de los
principales problemas tanto para la salud de los trabajadores como para las
entidades en las que trabajan.
- El 17% de los peruanos considera los problemas de pareja como causa de estrés.
Las personas desde los 18 hasta los 39 años se encuentran más afectadas por
problemas con sus parejas. En estas edades las relaciones suelen estar en una
etapa más activa y se pueden generar conflictos por la adaptación de la pareja
cuando se inicia la relación o cuando llegan los hijos.

El estrés ha causado que en la actualidad los seguros públicos y privados puedan incluir
dentro de sus cláusulas un tratamiento exclusivo sobre este problema.

Pero ¿qué dice la Palabra de Dios acerca de esta enfermedad y cómo podemos curarla?
¿Cuál es el remedio de la Palabra de Dios para mejorar este mal?

I. Factores que pueden producir estrés:

a) Nuestras necesidades materiales:


“25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más
que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por
mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os
afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero
os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y
si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así,
¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues,
diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los
gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día
de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio
mal.” (Mt. 6:25-34)

(1) La preocupación es inútil, innecesaria y perjudicial: El afán y la ansiedad no


afectan el pasado ni el futuro pero pueden afectar nuestro presente. Las dos
enfermedades típicas de la vida moderna son la úlcera de estómago y la
trombosis coronaria, y en muchos casos ambas son el resultado del estrés. Es
un hecho en medicina que el que más ríe es el que tiene una vida más larga. La
preocupación que desgasta la mente desgasta también todo el cuerpo. La
preocupación afecta el juicio de una persona, reduce sus poderes de decisión y
le hace cada vez más incapaz de enfrentarse con la vida. Que cada uno se porte
lo mejor posible en cada situación -no se le puede pedir más-, y que le deje el
resto a Dios.

(2) La preocupación es ciega: La preocupación se niega a aprender la lección de la


naturaleza. Jesús nos invita a fijarnos en los pájaros, y ver la abundancia
generosa que hay en la naturaleza, y a poner nuestra confianza en el amor que
inspira esa generosidad.

(3) La preocupación es esencialmente atea: No son las circunstancias externas las


que causan la preocupación. En la misma circunstancia, una persona puede
estar perfectamente serena, y otra se muere de ansiedad. Tanto la preocupación
como la serenidad vienen, no de las circunstancias, sino del corazón. Un corazón
que confía en Dios esperará siempre en él.

b) Servicio doméstico: (Lucas 10:38-42)


“(38) Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada
Marta le recibió en su casa. (39) Esta tenía una hermana que se llamaba María,
la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. (40) Pero Marta se
preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da
cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. (41)
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas
cosas. (42) Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena
parte, la cual no le será quitada.”

- Muchas veces las actividades diarias del hogar pueden llegar a convertirse en el
primer lugar de nuestra vida causando afán y ansiedad. Lo bueno es que María
supo escoger siempre la “mejor parte”.

c) El matrimonio: (1 Co. 7:32-33)


“(32) Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las
cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; (33) pero el casado tiene cuidado de
las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer.”

- Cuando un matrimonio, un noviazgo o un enamoramiento no está centrado en la


persona de Cristo, puede convertirse en una fuente de estrés y de afán vano y
mundano.

- Cuando en un matrimonio, noviazgo y enamoramiento Cristo reina, esa relación se


convertirá en agradable para ambos y para Dios.

II. Las consecuencias de la depresión:

a) Tristeza y pesimismo: (Sal. 32:3)


“Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.”

b) Apatía y fatiga: (Sal. 32:4)


“Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah”
c) Desesperación (Sal. 38:2-4.10)
“(2) Porque tus saetas cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu mano. (3)
Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa
de mi pecado. (4) Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como
carga pesada se han agravado sobre mí. (10) Mi corazón está acongojado, me ha
dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta ya.”

d) Problemas físicos: (Sal. 38:5-8)


“(5) Hieden y supuran mis llagas, A causa de mi locura.
(6) Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día. (7) Porque mis lomos están llenos de ardor, Y nada hay
sano en mi carne. (8) Estoy debilitado y molido en gran manera; Gimo a causa de la
conmoción de mi corazón.”

e) Culpabilidad: (Sal. 51:3)


“Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.”

f) Desvelo: (Sal. 42:2-3)


“(2) Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
(3) Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?”

g) Pérdida de productividad: (1 Re. 19:3-5)


“(3) Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a
Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. (4) Y él se fue por el desierto un
día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo:
Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. (5) Y
echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó,
y le dijo: Levántate, come.”

h) Pensamientos de muerte: (1 Re. 19:4)


“Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro;
y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo
mejor que mis padres.”

III. Consejos para vencer la depresión:

a) Cuide su mente: Is. 26:3


“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque
en ti ha confiado.”

b) Ore al Señor: Fil. 4:6-7


“(6) Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. (7) Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.”

c) Entregue a Dios su ansiedad: 1 Pe. 5:6-7


“(6) Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando
fuere tiempo;(7) echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado
de vosotros.”

- Echar nuestra ansiedad sobre Dios es una manera de humillarnos. Reconocemos


que Él es Dios y tiene todo el poder de obrar en nuestro favor conforme a su
voluntad.

d) Viva como un vencedor de Dios: Ro. 8:28.37


“(28) Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (37) Antes, en todas estas
cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”

- La dificultades de la vida sólo están para que el carácter de Cristo se perfeccione en


nosotros.

Conclusión: Amados hermanos, qué maravillosos consejos encontramos en la Biblia


para nuestra sociedad actual. Un creyente debe siempre confiar plenamente en Dios y su
corazón reposará y descansará en aquel que tiene cuidado de él. Seamos cual María,
sentados a los pies de Jesús escogiendo siempre la mejor parte.

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