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Notas_Distancia originaria y relación

El principio del ser humano.

Pregunta por el principio del ser humano, sobre su origen. ¿por qué es problemático su origen?

No temporal, no tiene sentido. Lo que cabe hacer es preguntar sobre la categoría de ser, para
luego preguntar por aquello en lo que se fundamenta y origina.

Sería un error comenzar por la realidad de la vida espiritual del hombre. Lo primero que hay que
hacer es una definición negativa, lo otro puede ser metodológicamente cuestionable (“el principio
de un ser solo se revela si primero se distingue la realidad de dicho ser frente a la realidad de otros
seres conocidos”). al mismo tiempo, si vamos a hablar del mundo espiritual, debemos hablar del
hombre. Entonces, lo primero en lo que hay que posar nuestra mirada es la naturaleza, pues esta
es diferente al hombre y lo incluye. Aunque la tematización del hombre a partir de ella no ocurre
en la naturaleza sino a partir de ella.

A partir de ella significa partir de la asociación de los ¿“seres vivos”?... pero aquí no importan las
diferencias especi-ficas sino el fundamento de esta diferenciación, de dichas características. Este
fundamento nos mostrará que no se trata de una completa caracterización de un grupo especial
de seres vivos (los humanos) sino un modo especial de ser y, con ello, una propia categoría de ser.
Esta distinción es metodológicamente segura pues guarda el camino (método) hacia la
comprensión del principio.

Así, el hombre es un doble movimiento en el que cada aspecto depende del otro. Uno,
“distanciamiento originario”. Dos, “entrada en relación”. El primero depende del segundo porque
solo se relaciona lo distanciado. Pero la distancia solo existe para aquel que está en relación.

Biología moderna: entorno no es mundo, es un ámbito. La experiencia perceptiva de los animales


no constituye el todo de su existencia, justamente porque la experiencia perceptiva no se
corresponde con el mundo. ¿Por qué? “mundo necesariamente se refiere a lo que es sustancial en
sí y que se extiende más allá del ámbito del que observa, quién está situado en él y que, como tal,
es independiente” (148). El hombre no recibe impresiones, supone un todo y las ordena. Los
animales responden corporal y naturalmente a su ámbito, sus características biológicas responden
naturalmente a su entorno. La vida de un animal se juega en esta correspondencia.

El hombre tiene mundo: remplaza los conglomerados inestables que dependen de una base
biológica y anatómica (ámbitos) con una unidad que se puede concebir existiendo por sí misma.
“sobrevuela lo que le es dado y, entonces, aprehende un todo” (149) El encuentro de la naturaleza
con el animal genera regularidades que se manifiestan en la dotación natural del viviente. El
encuentro de la naturaleza con el hombre abre el mundo, “nuevo y persistente”, “lo contiene y lo
trasciende infinitamente”. El hombre se encuentra en un recinto que se expande continuamente y
por ello nunca alcanza sus límites. Sin embargo, lo conoce como su propia casa.

Este ámbito se ha generado a partir de la “liberación” de la desnuda presencia. “solo hay mundo
cuando una estructura de ser se contrapone independientemente a lo que es, cuando es una
contraparte independiente” (150). Es decir, cuando se articula la tensión entre lo conocido y lo
desconocido. Esto articula la relación con el futuro y con el tiempo en general: “quién plantó el
primer árbol es justamente el que habrá de esperar al Mesías”.

La relación existe desde esta distancia originaria. No se trata de un proceso de despliegue en el


que una relación se vaya desdoblando hasta su propia realización. Se trata de un análisis de la
posibilidad de tener mundo, de nuestra relación con él y la distancia original que implica.

Intuición sintética: relación inmediata con el mundo como totalidad y unidad, incluso en su in-
desifrabilidad. Pero la unidad de esta intuición no viene apenas del distanciamiento (pues este
apenas muestra al mundo como una disgregación sin sentido, un objeto cuyas cualidades se
pueden agregar arbitrariamente), en realidad depende radicalmente de la puesta en relación.

Sin embargo, el hombre no se pone a sí en relación, la relación lo pone a él en el mundo que ya


está ahí.

***

Volviendo a la distinción inicial, la distancia no es el origen de la relación, sino apenas el


presupuesto. Con el primero no se da otra cosa que el lugar para el segundo, su posibilidad sin su
realidad (152). Pueden pensarse como movimientos contrapuestos y excluyentes. Y pueden, a fin
de cuentas, desarrollarse en una “síntesis” donde lo que prevalece es la unidad.

Con las cosas

La historia: los hechos son universales por el lado del distanciamiento y personales por el lado de
la relación. Los primeros responden a ¿cómo es posible el ser humano?, lo segundos a ¿Cómo se
realiza el ser humano? La primera funda la situación humana, la segunda el devenir humano.

Esta diferencia se hace manifiesta en la esfera de las cosas y la del prójimo. En la esfera de las
cosas la relación se materializa como signo en las cosas. La herramienta se articula
independientemente con toda su persistencia. En cambio, en la esfera humana, la relación es
fundamental porque solo a partir de ella cada uno puede hacerse de sí mismo. No se proyecta y
cristaliza la relación con los demás, sino que la relación se realiza en cada uno a partir de ella
misma. Por eso el diálogo no significa convencer sino articular.

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