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TEMA 1: FACTORES DEL PROCESO DE ROMANIZACIÓN

INTRODUCCIÓN

Hispania estaba configurada por unos pueblos indígenas que ocupaban el territorio de la Península y
las Islas Baleares, estos fueron conocidos por los romanos como pueblos íberos. Tras la llegada de
los romanos, estos consideraron a los íberos de la franja mediterránea más pacíficos y civilizados, y
esto es debido al continuo contacto comercial que tuvieron con otros pueblos mediterráneos. Pero
por el contrario en el resto de la península se asentaban pueblos más cerrados.

La conquista de Hispania por los romanos se produce mediante una serie de guerras contra los
cartagineses, llamadas guerras púnicas, pero la conquista sucede durante la II Guerra Púnica (218-
202 a.C.) por el interés económico y comercial de esta península. A pesar de las derrotas iniciales,
Publio Cornelio Escipión aprovechando la marcha de Aníbal sobre Roma lleva a cabo la conquista
de Cartago Nova ( 209 a.C.) y solo unos pocos años después es derrotado Aníbal en la batalla de
Zama el año 202 a.C.

DESARROLLO DEL TEMA

Una vez expulsados los cartagineses, comenzará el proceso de romanización. La presencia militar
de Roma pasó a consolidarse como permanente ya que el Senado romano vio las posibilidades
económicas y geográficas que ofrecía la Península Ibérica. Así ante la superioridad cultural como
militar romana, la sociedad indígena comenzó a abrazar los nuevos modos de vida.
En los pueblos de la franja mediterránea y las Islas Baleares la romanización fue mucho más
rápidas mientras que en las zonas de interior y en el norte pervivieron las costumbres prerromanas.
La romanización afectó de manera especial a la administración provincial, la urbanización, las
estructuras económicas y sociales, el derecho, la cultura y la religión, que fueron impuestas en unos
sitios poco a poco o en algunos sitios por la fuerza.

• La administración provincial: Hispania pasó a ser una provincia más del Imperio Romano.
La evolución administrativa estuvo marcada por tres etapas.

- Etapa de la República (197-s. I a.C.): El territorio quedó dividido en dos provincias, la Hispania
Citerior (el noroeste de la península) cuyo núcleo fue Tarraco, y la Hispania Ulterior(el sureste) con
núcleos como Córduba o Cartago Nova.
-Alto Imperio (s. I-III d.C.): Tras someter a cántabros y ástures, el emperador Octavio Augusto
dividió el territorio en la Tarraconense (con capital en Tarraco); Lusitania (con capital en Emérita
Augusta), estas dos estaban controladas por el emperador; y la Bética(con capital en Córduba) la
cuál era más pacífica y estaba controlada por el Senado.
-Bajo Imperio (s.III-V d.C.): En la época de Diocleciano, Hispania fue dividida en Diócesis, que
eran territorios más pequeños que las provincias. Estas eran 6, Gallaecia, Tarraconense,
Cartaginense, Bética, Lusitania y Ballearica.

Estas provincias eran gobernadas por magistrados ( cónsules y pretores), a nivel provincial y los
cuestores, que eran los recaudadores de impuestos y los ediles, que eran los encargados de la
seguridad, a nivel local. La unidad básica de administración de los romanas era la ciudad, que eran
principalmente de dos tipos:

1. Colonias: Formadas por ciudadanos o soldados veteranos venidos de Roma. Destacan ciudades
como Itálica, Córduba, Valentia o Ilci
2. Municipios: Podían considerarse federadas ( libres de impuestos y de ocupación militar) si
habían colaborado en el periodo de conquista, o estipendarias (obligadas a pagar un impuesto) si
habían sido sometidas por la fuerza.

La organización de estas ciudades seguía el modelo de Roma. Se trata de ciudades con un plano
regular definido por un cardo y un decumano. Estas estaban rodeadas por una muralla y su centro lo
constituía un foro en el que se hallaban los principales edificios como la basílica, la curia, el
tabularium, los templos, etc.. Cerca del foro se encontrarían las termas y algo más alejados el teatro,
el anfiteatro, y el circo. Y finalmente fuera de las murallas la necrópolis. También había otras
infraestructuras como puentes, acueductos...
La mayoría de las ciudades estaban unidas por calzadas, que eran redes viarias hechas con fines
militares y administrativos desde la época de Octavio Augusto.

• Las estructuras económicas: los romanos se dieron cuenta de la riqueza de los recursos del
nuevo territorio e iniciaron una fuerte explotación de estos.
Entre estos recursos destacan la minería de de oro, plata.. llevada a cabo por compañias romanas
con mano de obra esclava. También fue importante la explotación agrícola y ganadera del trigo, el
vid y el olivo, actividad que era llevada a cabo por esclavos en los campos de las villae romanas.
Por último, tuvo mención especial la fabricación y comercialización de un tipo de cerámica para
ánforas y vajillas, llamada la sigillata hispánica, a parte de la exportación de garum y salazones.

• Las estructuras sociales: La sociedad hispana estuvo configurada hasta el siglo I d.C. por
tres clases sociales.
Los colonos romanos, que eran una minoría, pero dominaban la vida política y cultural de las
ciudades. Las élites indígenas, con formas de vida que imitaban a las romanas, muchos
consiguieron la ciudadanía en época de Vespasiano. Y por último los indígenas libres, más anclados
a sus costumbres y creencias.
Esta diferenciación de clases acabará en el año 212 d.C. con la concesión de la ciudadanía a todos
los habitantes del imperio a manos del emperador Caracalla. Los esclavos sin embargo tenían que
comprar la libertad para convertirse en libertos.

• El legado cultural: Este está conformado por diferentes elementos, como el idioma, pues el
latín se convierte en lengua oficial.
En la religión, se respetaron los cultos locales, pero se impuso el culto al Emperador, a partir de la
época de Octavio Augusto, o el culto a Júpiter, Juno y Minerva. Y más tarde se produce la entrada
del cristianismo en la península a través de los romanos.
También hay que destacar la gran afluencia del Derecho romano que será la base de todas las
legislaciones posteriores.

CONCLUSIÓN

El proceso de romanización duró desde el siglo I a.C. al II d.C. y dio lugar a una región pacíficay
próspera protegida por el ejército romano de las amenazas exteriores. Además se constituyó
Hispania como un conjunto de ciudades perfectamente integradas en la economía y la cultura
mediterránea. Aunque también se mezclaron las costumbres propias y dieron un toque propio a la
cultura romana.

Todo este progreso fue evaporándose con la descomposición del poder imperial romano en
occidente, que abrió camino a las invasiones bárbaras y el comienzo de la Edad Media. Con el
inicio de esta se abrió un proceso de decadencia.
No obstante, la romanización ha dejado huella, que está presente en los restos artísticos y
arquitectónicos, en nuestra propia lengua e incluso nuestro derecho.

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