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Procesos de manufactura II
PRESENTADO A:
Prof. Ing. Mec. Dipl. -ing. M.sc. JULIÁN MIGUEL SALAS SIADO
PRESENTADO POR:
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INDICE
1. Maquinado
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3. Material de la herramienta
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5. Vida de la herramienta
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7. Bibliografía
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…………….. 9
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1. Maquinado
Los procesos de remoción de material son una familia de operaciones de formado en las
que el material sobrante (viruta) es quitado de una pieza de trabajo inicial de tal manera
que lo que queda es la forma final que se desea conseguir. La rama más importante de la
familia es el maquinado convencional, en el que una herramienta aguda de corte se utiliza
para cortar mecánicamente el material y así alcanzar la forma deseada. Los tres procesos
principales de maquinado son el torneado, el taladrado y el fresado.
Otros dos grupos de procesos, son el proceso abrasivo, que de forma mecánica remueve
el material mediante la acción de partículas abrasivas dura y los procesos no tradicionales,
que utilizan otras formas de energía, como lo son la mecánica, la electromecánica, la
térmica y la química.
El maquinado es un proceso de manufactura en el cual se usa una herramienta de corte
para remover el exceso de material de una pieza de trabajo, de tal manera que el material
remanente sea la forma de la pieza deseada. La acción predominante del corte involucra la
deformación cortante del material de trabajo para formar la viruta; al removerse la viruta,
queda expuesta una nueva superficie. El maquinado se aplica más frecuentemente para
formar metales.
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figura 1 Clasificación de los procesos de remoción de material. Groover, tercera
edición
Algunas ventajas del maquinado son una alta variedad de materiales de trabajos los cuales
pueden maquinarse. Prácticamente todos los metales sólidos se pueden maquinar. Los
plásticos y los compuestos plásticos se pueden cortar también por maquinado.
Los procesos de maquinado se pueden usar para generar cualquier forma geométrica
regular, como superficies planas, agujeros redondos y cilindros. Tiene una alta precisión
dimensional. El maquinado puede producir dimensiones con tolerancias muy estrechas de
menos de ±0.025 mm, otra ventaja es un buen acabado superficial.
Por otro lado, también trae sus desventajas como lo son el desperdicio de material y el
tiempo de consumo de trabajo.
El maquinado no es solamente un proceso, sino una familia de procesos. La característica
común es el uso de una herramienta de corte que forma una viruta, la cual se remueve de
la pieza de trabajo. Para realizar la operación, se requiere movimiento relativo entre la
herramienta y el material de trabajo. Este movimiento relativo se logra en la mayoría de las
operaciones de maquinado por medio de un movimiento primario, llamado la velocidad de
corte, y un movimiento secundario, denominado el avance. La forma de la herramienta y su
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penetración en la superficie del trabajo, combinada con estos movimientos, produce la
forma deseada de la superficie resultante del trabajo.
Una herramienta de corte tiene uno o más filos cortantes y está hecha de un material que
es más duro que el material de trabajo. El filo cortante sirve para separar una viruta del
material de trabajo.
La cara inclinada que dirige el flujo de la viruta resultante se orienta en cierto ángulo,
llamado ángulo de inclinación α. El ángulo se mide respecto a un plano perpendicular a la
superficie de trabajo. El flanco de la herramienta provee un claro entre la herramienta y la
superficie del trabajo recién generada; de esta forma protege a la superficie de la abrasión
que pudiera degradar el acabado. Esta superficie del flanco o de incidencia se orienta en
un ángulo llamado ángulo de incidencia o de relieve.
3. El material de la herramienta
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La razón con la que se desgasta la herramienta depende de la temperatura de la
herramienta, la cual depende de otros factores como lo son, la velocidad de corte,
dureza y tipo material de la herramienta, condiciones del material de trabajo y la
geometría de la herramienta.
El desgaste ocurre en dos lugares principales de la herramienta de corte: en la parte
superior de la superficie de inclinación y en el flanco o superficie de incidencia. Por
tanto, se puede distinguir dos tipos de desgaste principales de la herramienta:
desgaste en cráter y desgaste del flanco.
Desgaste en cráter se forma por la acción de la viruta que se desliza contra la
superficie. El cráter puede medirse ya sea por su profundidad o por su área. El
desgaste del flanco resulta del rozamiento entre la recién creada superficie de
trabajo y la cara del flanco adyacente al borde de corte. El desgaste ocurre en el
flanco o superficie de relieve de la herramienta. Resulta del rozamiento entre la
recién creada superficie de trabajo y la cara del flanco adyacente al borde de corte.
El desgaste del flanco se mide por el ancho de la banda de desgaste, FW. A esta
banda se le llama a menudo la banda de desgaste.
figura 3 Diagrama de una herramienta desgastada que muestra los lugares principales y los
tipos de desgaste que ocurren. Groover, tercera edición
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figura 4 Desgaste en cráter Groover, tercera edición
5. Vida de la herramienta
el valor máximo del ancho de la banda de desgaste, FW o VB, se usa como criterio para
medir el desgaste. La manera en que varía el desgaste de flanco con respecto al tiempo es
muy importante puesto que constituye la base para determinar las condiciones óptimas
(económicas) de corte.
Si graficamos el desgaste en flanco contra el tiempo de corte a diferentes velocidades de
corte con valores fijos como la geometría de la herramienta, avance, profundidad de corte
y radios entre filos.
Usando el criterio de desgaste en flanco VB= 𝑉𝐵𝑚á𝑥 se puede ver que a mayores
velocidades de corte se disminuye la vida de la herramienta, hasta el punto de llegar a la
falla.
Una gráfica logarítmica de vida de la herramienta contra la velocidad de corte normalmente
es una línea recta. Esta línea se puede expresar mediante la ecuación de Taylor: 𝑉𝑇 −1/𝐾 =
𝐶
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Figura 6 Efecto de la velocidad de corte en el desgaste de flanco Groover, tercera edición
figura 7 Gráfica log-log de la velocidad de corte contra vida de la herramienta. Groover, tercera edición
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6. Maquinabilidad
La maquinabildad no depende de una sola característica tecnológica individual, sino de varias
características distintas, cada una de las cuales puede variar independientemente de las demás. Esto
trae una dificultad para definir la maquinabilidad y para dar una medida precisa de esta propiedad.
Los estudios realizados coinciden en que la maquinabilidad depende del estado metalúrgico de la
pieza, de la dureza, de las características mecánicas intrínsecas del material, de la composición
química y de su eventual endurecimiento por acritud.
Muchos ensayos llevados a cabo con múltiples tipos de materiales, aleaciones, con diferentes
porcentajes de componentes han traído resultados interesantes e indicativos, pero algunos de ellos
han sido inesperados y extraños, de tal forma que han suscitados dudas sobre una verdadera y única
ley según la cual se comporten los materiales, en relación con la maquinabilidad.
En lo que respecta a la herramienta utilizada, se puede afirmar que la forma, los ángulos
característicos, la composición, los tratamientos sufridos, la dureza, el grado de acabado superficial,
el estado afilado.
Los numerosos autores e investigadores dedicados a estos estudios han llegado a la conclusión de
lo difícil que es alcanzar el objetivo de una medida simple, fácilmente reproductible, y
suficientemente precisa, teniendo en cuenta los factores indicativos.
Por tal razón en el plano científico no es posible llegar a una solución simple y rápida; y que, en
cambio, para adoptar un índice de maquinabilidad, se deba usar métodos comparativos,
renunciando a las causas intrínsecas. Sería ideal, llegar a una simple clasificación de los materiales,
con la escala de durezas; el método de comparación al que se tiende se basaría, por ello, en una
“escala de mayor a o menor maquinabilidad”, en función si es posible de un solo factor.
Ahora, la pregunta: ¿Qué factor debe ser tomado en cuenta?, algunos autores sugieren el desgaste
de la herramienta, por el hecho de que mientras más rápido sea el desgaste de la herramienta de
corte, menor será la maquinabilidad del material.
Otros autores sugieren un factor distinto, la potencia absorbida: cuanto mayor es la potencia
consumida por el corte, tanto menor es la maquinabilidad del material.
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Sería erróneo crear una escala de maquinabilidad en función del acabado superficial de la pieza
mecanizada, puesto que la propiedad de un material para dejarse acabar mejor y con menos
rugosidad no es exactamente la maquinabilidad, en cambio si la “aptitud de finición”, y otras leyes
distintas.
Otro parámetro que los autores consideran significativo es la cantidad de calor generada por el
corte, o la temperatura de corte. El razonamiento es el mismo: cuanto más calor genera el material
al ser mecanizado, tanto menor es la maquinabilidad.
Se puede precisar que el índice de maquinabilidad (I) puede ser valorado con pruebas de larga
duración, hasta la completa caída de la herramienta, o hasta un nivel determinado de desgaste de
la herramienta (VB Y KT).
Estos ensayos permiten evaluar la velocidad de corte para una determinada duración de la
herramienta ( 𝑣60 , 𝑣20 ).
El índice I viene definido como la relación de una velocidad económica de corte (por ejemplo 𝑣20 )
del material en ensayo, y la que corresponde al acero patrón (laminado y estirado en frío) AISI B
1112, para el que se tiene I=100.
𝑣20 𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑡𝑒𝑟𝑖𝑎𝑙 𝑎 𝑒𝑛𝑠𝑎𝑦𝑎𝑟
𝐼=
𝑣20 𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑡𝑒𝑟𝑖𝑎𝑙 𝑎 𝑒𝑛𝑠𝑎𝑦𝑎𝑟𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑡𝑒𝑟𝑖𝑎𝑙 𝑝𝑎𝑡𝑟ó𝑛 (𝐴𝐼𝑆𝐼 𝐵 1112)
Tienen, por lo tanto, índices I menores de 100 todos los materiales con maquinabilidad menor que
el AISI B 1112, y, por el contrario, tienen índice I mayor de 100 todos los mas maquinables.
La metodología para estas de larga duración con medida de la franja de desgasten la cara de
incidencia de la herramienta y del cráter debe tener en cuenta los siguientes extremos:
_la rigidez de la máquina de ensayo (torno) de y su potencia deben ser suficientes para asegurar
una velocidad de corte constante incluso si se llegan a dar eventuales vibraciones en el corte;
_las dimensiones de la pieza, cilíndrica, no deben superar para la relación longitud/diámetro rl valor
10:1. El material debe ser homogéneo; para ello debe eliminarse la eventual superficie negra de
laminación con un desbaste preliminar (p ≅ 1mm);
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6.1.2 Ensayos acelerados de duración
Para superar esta dificultad, se han propuestos métodos rápidos para la determinación del
índice de maquinabilidad.
El ensayo se efectúa sobre un torno, mecanizando una herramienta cilíndrica con herramienta de
acero rápido, a partir de una velocidad inicial (𝑣0 ) de corte inferior a 20 m/min con respecto a la
velocidad de “caída de la herramienta” 𝑣𝑧 .
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2. Ensayo de recorrido constante
Consiste en un torneado con herramienta de acero rápido, con una velocidad de corte tan alta, que
su duración quede limitada a pocos minutos. Se mide el recorrido de la herramienta hasta la
aparición de las primeras señales de rotura.
El método consiste en medir desgaste muy pequeño de la herramienta, aunque los resultados no
son tan confiables debido a la extrapolación para deducir, del pequeño desgaste la duración.
Se usan dos herramientas a 180° una de la otra, y desplazados en sentido axial de la mitad del
avance. De forma que se pueda medir el desgaste de flanco y frontal. En efecto, las partículas
provenientes del frente de la herramienta activada radiactivamente se adhieren a la viruta
arrancada por ésta, mientras que las partículas del flanco se adhieren a la viruta arrancada por la
herramienta no radiactiva.
Existe el inconveniente de tener que repetir el calibrado cada vez que se cambie el material de la
herramienta o de la pieza.
Reichel propuso el empleo de dos herramientas con la misma geometría, pero distinto material. La
diferencia de potencial que se crea entre las dos herramientas, es independiente de las propiedades
termoeléctricas del material que se mecaniza, de forma que es suficiente un solo calibrado.
Los ensayos encontraron que la diferencia de potencial es constante al variar 𝑣60 en un intervalo
muy amplio.
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5. Medidas de la fuerza de corte
Un índice de maquinabilidad propuesto por Schlesinger, sugirió determinar las fuerzas de corte y la
resistencia especifica de corte. En el torneado se suelen medir la fuerza axial y la fuerza tangencial
(resistencia al avance).
Al realizar pruebas de torneado con fuerzas de avance constante. En este caso el avance se obtiene
debido a un peso, que actúa sobre el carro longitudinal.
La maquinabilidad del material está referida así al avance (mm/ vuelta) efectivamente conseguido
durante el mecanizado del material ensayado.
Al encontrar que las fuerzas de corte aumentan con el desgaste, en especial con herramientas de
metal duro, se dedujo que una medida de la variación de la fuerza de corte, puede ser un indicador
de la maquinabilidad del material.
En estos ensayos se utilizan velocidades de corte elevadas, para acelerar el desgaste y obtener
variaciones sensibles de fuerzas en tiempo reducido.
Los métodos indirectos consideran la maquinabilidad en función de una o más características físico-
químicas o metalúrgicas del material a ensayar. Conociendo estos valores es posible predecir la
maquinabilidad sin la necesidad de hacer pruebas prácticas de mecanizado.
La desventaja de los métodos indirectos con los directos es la precisión. Suelen ser útiles para hacer
una valoración previa de la maquinabilidad o para evitar realizar ensayos sobre el material.
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7. Maquinabilidad de SAE 1020
8. Bibliografía
https://es.scribd.com/doc/63240812/Caracteristicas-acero-SAE-4340-SAE-1020
http://www.steelforge.com/carbon-steel-1020/
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