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¿Qué es una adicción?

No todas las personas que consumen drogas se vuelven adictas. El cerebro y el


cuerpo de cada persona son diferentes y cada organismo reacciona a las drogas
de manera distinta. No existe ninguna regla que diga cuánto tardará una persona
en volverse adicta: puede suceder rápido o puede llevar tiempo.

Nadie planea volverse drogadicto.


Cuando una persona prueba una droga por primera vez, es posible que le guste lo
que siente. Y también es probable que piense que puede controlar la cantidad de
droga que consume y la frecuencia con que lo hace. Pero las drogas pueden
apoderarse de ese control: las drogas pueden modificar el cerebro.

Si consumes drogas, tal vez al principio te hagan sentir bien. Pero después de un
tiempo es probable que necesites drogarte solo para sentirte normal. También
puede ser que consumas más cantidad para llegar al mismo estado de euforia o
"high". Es posible que continúes consumiendo drogas a pesar de que el hacerlo
comienza a tener efectos negativos en tu vida. Puede ser que pases mucho
tiempo tratando de conseguir más droga y que esa búsqueda y consumo de
drogas comiencen a perjudicar a tus seres queridos. Pero tú no puedes dejar de
drogarte. Esas son señales de que existe una adicción.

La adicción puede adueñarse de la vida de una persona. Drogarse puede llegar a


ser más importante que la necesidad de comer o dormir. Conseguir y consumir
más drogas puede llegar a ser lo único en lo que piensa. La adicción puede
reemplazar todas las cosas de las que antes disfrutaba. Una persona adicta puede
llegar a hacer casi cualquier cosa para seguir drogándose, como robar o mentir.

La adicción es un trastorno cerebral.

 Las drogas pueden modificar la manera en que funciona el cerebro.

 Los cambios en el cerebro pueden durar mucho tiempo y causar problemas


en el comportamiento de una persona.

 Los adictos a las drogas pueden estar de mal humor, sufrir de pérdida de
memoria o incluso tener problemas para pensar y tomar decisiones.

La adicción es una enfermedad, igual que las enfermedades cardíacas o el cáncer.


No es una debilidad. No significa que la persona adicta sea una mala persona. Le
puede suceder a gente de todo tipo y clase. No importa si la persona es rica o
pobre. Ni donde vive. No importa si fue a la universidad o no. La adicción puede
sucederle a cualquiera, a cualquier edad. Pero las probabilidades son mayores
cuando una persona comienza a drogarse cuando es joven.
Sustancias mas adictivas
1. Heroína
Conocida como la droga de la gente pobre, la heroína está vinculada a altos
grados de marginalidad y a la transmisión de enfermedades. El impulso de
consumirla por la adicción que produce es tan intenso que aspectos como la
higiene o la garantías sanitarias pasan a un segundo plano.

2. Cocaína
La cocaína es la droga ilegal que mueve más dinero del mundo. Sus efectos
consisten en la sensación de euforia que muchas personas han aprendido a
vincular con sus noches de fiesta, aunque se consume en todo tipo de
contextos.

3. Nicotina
Sobran las presentaciones. La nicotina es uno de los grandes éxitos
empresariales, y se basa enteramente en una adicción química alimentada por
la adicción social generada históricamente mediante la publicidad y su aparición
en películas.

4. Metadona
La metadona se utiliza para intervenir en casos de adicción a otras drogas, pero
irónicamente muestra un potencial de dependencia altísimo. Se utiliza como "mal
menor", ya que los síntomas asociados a esta sustancia son menos virulentos que
en la mayoría de casos.

5. Cristal
La metanfetamina es una droga sintética muy popular y utilizada por los efectos de
euforia y los pensamientos megalomaníacos que produce. Al igual que otros
psicoestimulantes, hace que el cerebro se llene de dopamina y, a la vez, que
esta sustancia sea producida cada vez en menor cantidad por el propio
cuerpo, haciendo que dependa totalmente de las dosis administradas.
6. Seconal
Los barbitúricos son sustancias depresoras de la actividad del cerebro que
resultan más potentes que las benzodiacepinas. Llevan a un alto grado de
sedación, relajación y también tienen un cierto poder analgésico. Actúan sobre los
receptores del neurotransmisor GABA. En esta categoría destaca un preparado
conocido como seconal.

7. Alcohol
Una sustancia controvertida, al gozar de una amplia aceptación social y estar
legalizada por la tradición. Aunque las primeras tomas puedan resultar
desagradables por "quemar la garganta", con el tiempo el grado de dependencia
puede llegar a ser muy intenso, hasta el punto en el que dejar de consumirlo en
casos de fuerte dependencia puede generar un síndrome conocido como delirium
tremens, el cual en ocasiones resulta mortal.

8. Benzodiacepina
Un anticonvulsivo e hipnótico que en psiquiatría se utiliza frecuentemente en
casos de trastornos de ansiedad o de epilepsia. Se conoce comercialmente a
través de nombres como Valium o Xanax.
Aunque en momentos puntuales puede ser muy útil para intervenir
sobre desórdenes neurológicos, a medida que pasa el tiempo puede generar un
grado de dependencia fuerte.

9. Anfetaminas
Las anfetaminas son psicoestimulantes relacionadas con la clase de sustancias
que se utilizan para tratar el TDAH (como el metilfenidato). Esta droga hace que el
cerebro se vea inundado en dopamina y norepinefrina, pero además es capaz de
generar una de las adicciones más rápidas que existen.

10. GHB
También conocido como ácido gamma-hidroxibutírico, el GHB es una molécula
que es fabricada en pequeñas cantidades por nuestro propio cuerpo y que se
utiliza como neurotransmisor, es decir, como mensajera para que las neuronas se
comuniquen entre sí.
Sin embargo, si nos administramos un extra de esta sustancia nuestro umbral de
tolerancia sube rápidamente, haciendo que cada vez necesitemos más. Además,
esto también tiene un efecto sobre la tolerancia al alcohol, y su efecto rebote es
muy intenso.

11. OxyContin
Esta droga similar a la heroína actúa sobre el sistema de recompensas del cerebro
y hace que se incrementen notablemente los niveles de dopamina.

12. Oxicodona
La oxicodona es un potente analgésicio opioide sintetizado a partir de la tebaína.
En el contexto médico, a veces es utilizado en casos en los que hay dolor intenso,
como por ejemplo en los post-operatorios.

13. Metacualona
Un fármaco hipnótico-sedante que, en su forma de uso recreativo
(frecuentemente sintetizada de manera clandestina), es conocido como
Quaaludes.

14. MDMA
El éxtasis o MDMA es una de las drogas recreativas más famosas y utilizadas en
el contexto del ocio nocturno. Pasado cierto umbral en la frecuencia de consumo,
esta sustancia llega a ser muy adictiva.

15. Fenciclidina (PCP)


Una droga de intensos efectos alucinógenos. También es conocida como polvo de
ángel.

16. Cannabis
Si bien no suele ser conocida por sus efectos adictivos, el cannabis puede crear
una fuerte dependencia a largo plazo.
17. LSD
Otra droga que, junto al éxtasis, es de frecuente uso recreativo. Esta, sin
embargo, tiene un efecto alucinógeno muy potente.

Las 5 más usadas generalmente.

1. Heroína
Con una puntuación de 3 sobre 3, la heroína es para estos expertos en
farmacología la sustancia más adictiva por varios factores.
Según su evaluación, este opiáceo hace que los niveles de dopamina (la llamada
hormona del placer) en el cerebro aumenten en hasta un 200%, según
demostraron diversos estudios.
También es peligrosa por su alta mortalidad. La dosis necesaria para que cause la
muerte del consumidor es apenas cinco veces más alta que la que se necesita
para sentir sus efectos. Es fácil sobrepasarse.

2. Cocaína
Esta sustancia interfiere en la manera en la que se transmiten los mensajes de
una neurona a otra evitando que se desactive la señal de dopamina.
Esto hace que los sistemas de recompensa del cerebro no funcionen con
normalidad y la sensación de felicidad y bienestar sea continua bajo los efectos de
esta sustancia.
En experimentos con animales se comprobó que la cocaína hizo aumentar hasta
tres veces los niveles normales de dopamina.
Dentro de la cocaína, los expertos establecieron que el crack era más adictivo que
la cocaína en polvo, lo que es causado en parte por su bajo precio.
Los niveles de adicción también son altos. Los científicos estimaron que un 21%
de las personas que prueba esta sustancia desarrollará una relación de
dependencia en algún momento de su vida.

3. Nicotina
Es la sustancia más adictiva que contiene el tabaco, de tan fácil acceso en la
mayoría de países.
Cuando alguien fuma, la nicotina pasa rápidamente a los pulmones y de ahí al
cerebro. Actúa elevando los niveles de dopamina en el sistema de recompensa en
hasta un 25-40%, según han probado diversos experimentos en el laboratorio.
El grado de dependencia es alto también. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) estima que más de dos tercios de los estadounidenses que probaron el
tabaco se volvieron adictos.
En el mundo, calcula la organización, hay más de mil millones de fumadores y
estiman que para 2030 el tabaco acabará con la vida de ocho millones de
personas.

4. Barbitúricos
Estos medicamentos, utilizados inicialmente para tratar la ansiedad y para ayudar
a conciliar el sueño, anulan algunas regiones del cerebro.
En pequeñas dosis pueden causar euforia y excitación, pero un uso abusivo
puede ser letal ya que pueden suprimir la respiración.

5. Alcohol
El alcohol, señala el panel de expertos en el documento, tiene muchos efectos en
el cerebro, pero en lo que tiene que ver con los mecanismos de recompensa del
cerebro está probado que puede elevar los niveles de dopamina entre un 40 y
un 360%, según demostraron algunos experimentos en el laboratorio.
Además, es muy probable que quien haya probado el alcohol, se vuelva un
consumidor habitual. La OMS asegura que un 22% llega a generar algún nivel
de dependencia con esta substancia durante su vida.
Razones por las cuales las personas se vuelven adictas
Es difícil explicar cómo la adicción a las drogas evoluciona con el tiempo. Para
muchos, parece una búsqueda constante de placer. Sin embargo, el placer
derivado de los opiáceos como la heroína o de los estimulantes como la cocaína
disminuye con el uso continuo. Además, algunas drogas adictivas, como la
nicotina, no producen una euforia notable en los usuarios regulares.
Entonces, ¿qué explica la persistencia de la adicción? Como investigador de las
adicciones durante los últimos 15 años, analizo el cerebro para comprender cómo
el uso recreativo se vuelve compulsivo, lo que lleva a personas como usted y
como yo a tomar decisiones incorrectas.
Mitos sobre la adicción
Hay dos explicaciones conocidas para la adicción, pero ninguna de las dos resiste
someterse a un análisis detallado.
La primera es que el uso compulsivo de drogas es un mal hábito y que las
personas adictas solo tienen que «dejarlo».
Sin embargo, para el cerebro, el hábito no es más que nuestra capacidad para
llevar a cabo tareas repetitivas, como atarnos los cordones de los zapatos o
cepillarnos los dientes de una forma cada vez más eficiente. La gente no suele
verse atrapada en un ciclo interminable y compulsivo de atadura de cordones de
los zapatos.
Otra teoría afirma que superar la abstinencia es demasiado difícil para muchas
personas adictas. La abstinencia, una sensación extremadamente desagradable
que ocurre cuando la droga abandona el cuerpo, puede provocar sudores,
escalofríos, ansiedad y palpitaciones cardíacas. En algunas drogas, como el
alcohol, la abstinencia conlleva el riesgo de muerte si no se maneja
adecuadamente.
Los desagradables síntomas de la abstinencia son señalados con frecuencia como
la razón por la cual la adicción parece inevitable. Sin embargo, incluso en el caso
de la heroína, los síntomas de la abstinencia disminuyen en su mayoría después
de dos semanas, aproximadamente. Además, muchas drogas adictivas producen
síntomas variables y algunas veces solo síntomas leves de abstinencia.
Esto no quiere decir que el placer, los hábitos o la abstinencia no estén
relacionados con la adicción. Pero debemos preguntarnos si son componentes
necesarios de la adicción o si la adicción persistiría incluso en su ausencia.
Placer frente al deseo
En la década de 1980, los investigadores hicieron un descubrimiento
sorprendente. Comida, sexo y drogas: todos parecían causar la liberación de
dopamina en ciertas áreas del cerebro, tal como el núcleo accumbens.
Esto sugirió a muchos en la comunidad científica que estas áreas eran los centros
de placer del cerebro y que la dopamina era nuestro propio neurotransmisor de
placer interno. Sin embargo, esta idea ha sido desde entonces desacreditada. El
cerebro sí tiene centros de placer, pero no están controlados por la dopamina.
Entonces, ¿qué es lo que pasa? Resulta que, en el cerebro, «gustar» y «querer»
algo son dos experiencias psicológicas separadas. «Gustar» se refiere al placer
espontáneo que uno podría experimentar comiendo una galleta con chispas de
chocolate. «Querer», en cambio, es ese anhelo que sentimos cuando miramos el
plato de galletas en el centro de la mesa durante una reunión.
La dopamina es la responsable de «querer», no de «gustar». Por ejemplo, en un
estudio realizado, los investigadores observaron ratas que no podían producir
dopamina en sus cerebros. Estas ratas perdieron la urgencia de comer, pero aun
así presentaron reacciones faciales placenteras cuando se les puso comida en la
boca.
Todas las drogas de abuso desencadenan un aumento de dopamina, surge un
“querer” en el cerebro. Esto nos hace ansiar más drogas. Con el consumo repetido
de drogas crece el «querer», mientras que el «gustar» por la droga parece
estancarse o incluso disminuir; este fenómeno es conocido como tolerancia.
En mi investigación, observamos una pequeña subregión de la amígdala, una
estructura cerebral en forma de almendra conocida por su papel en la producción
de la sensación del miedo y la emoción. Encontramos que activar esta área hace
que las ratas sean más propensas a mostrar comportamientos adictivos tales
como: reducción de la concentración, aumento rápido en la ingesta de cocaína e
incluso mordisquear compulsivamente un dispensador de cocaína. Esta subregión
puede ser la responsable de un «deseo» excesivo. Igualmente, en humanos,
puede influirnos para tomar decisiones arriesgadas.
Adictos involuntarios
La reciente epidemia de opiáceos en EE. UU. ha producido lo que podríamos
llamar adictos «involuntarios». Los opiáceos, como la oxicodona, el Percocet, el
Vicodino el Fentanilo, son muy efectivos para controlar el dolor que de otra forma
sería intratable. No obstante, también producen aumentos en la liberación de
dopamina.
La mayoría de las personas comienzan a tomar opiáceos recetados no por placer,
sino más bien por la necesidad de controlar el dolor, a menudo por recomendación
de un médico. Cualquier placer que puedan experimentar tiene su origen en el
alivio del dolor.
Sin embargo, con el tiempo, los usuarios tienden a desarrollar tolerancia. El
medicamento se vuelve cada vez menos efectivo y necesitan dosis más fuertes
para controlar el dolor. Esto expone a las personas a grandes aumentos de
dopamina en el cerebro. A medida que disminuye el dolor, se encuentran
inexplicablemente enganchados a una droga y obligados a tomar más.
El resultado de la ingesta continua de drogas en grandes cantidades es un
sistema con un «querer» hiperactivo. Un sistema de «querer» intensificado
desencadena episodios acentuados de antojos siempre que están en presencia de
la droga o expuestos a señales que hacen alusión a las drogas. Estas señales
pueden incluir materiales usados para el consumo de drogas, emociones
negativas como el estrés o incluso personas y lugares específicos. Las señales de
consumo de drogas son uno de los mayores desafíos para una persona adicta.
Estos cambios en el cerebro pueden ser duraderos e incluso permanentes.
Algunas personas parecen ser más propensas a experimentar estos cambios. La
investigación sugiere que factores genéticos pueden predisponer a ciertas
personas, lo que explica por qué los antecedentes familiares de adicción conducen
a aumentar el riesgo. Elementos causantes de estrés en la juventud, como la
adversidad en la infancia o el abuso físico, también parecen poner en mayor
riesgo a las personas.
Adicción y elección
Muchos de nosotros consumimos regularmente drogas, como el alcohol o la
nicotina. Incluso podemos excedernos de vez en cuando. Pero, en la mayoría de
los casos, esto no se considera una adicción. Esto es, en parte, porque logramos
recuperar el equilibrio y elegir recompensas alternativas, como pasar tiempo con la
familia o dedicar tiempo a actividades que no impliquen el uso de drogas.
Sin embargo, para aquellos susceptibles a un «querer» excesivo, puede ser difícil
mantener ese equilibrio. Una vez que los investigadores descubran qué hace que
un individuo sea susceptible de desarrollar un sistema de «querer» hiperactivo,
podremos ayudar a los médicos a manejar mejor el riesgo de exponer al paciente
a fármacos con un potencial adictivo tan potente.
Mientras tanto, muchos de nosotros debemos replantearnos cómo pensamos
acerca de la adicción. El desconocimiento de lo que pronostica el riesgo de
adicción significa que podría habernos afectado con igual facilidad tanto a usted
como a mí. En muchos casos, la persona adicta tiene fuerza de voluntad para
dejar las drogas. Ellos saben y ven el dolor, el sufrimiento que esto crea a su
alrededor. La adicción simplemente crea una apetencia que a menudo es más
fuerte de lo que una persona podría superar por sí sola.
Por esta razón, las personas que luchan contra la adicción merecen nuestro apoyo
y compasión, en lugar de la desconfianza y la exclusión que muy a menudo brinda
nuestra sociedad.

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