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Metodología de la Investigación I

Maestría en Educación y Procesos Cognitivos

Nina Carmenza Guevara Romero


EMCO21185/30739207

1.2 Reseña: Innovación en Investigación


Educativa
Unidad 1/Elementos Conceptuales de la Investigación

Pablo Omar Balderas Diaz


Marzo 24 de 2019
Introducción

En la enseñanza – aprendizaje se alojan una serie de procesos tanto individuales como


sociales integrados dentro de otro de jerarquía mucho mayor denominado educación. Al
analizar las dinámicas del proceso educativo, generalmente en el aula, se puede apreciar que
estamos frente a un sistema donde confluyen una serie de variables individuales, grupales,
intrínsecas y extrínsecas, para las cuales lo diseñado, planeado y ejecutado, no siempre
muestran los resultados esperados. Es ahí cuando necesitamos una serie de herramientas que
nos permitan indagar, organizar, sistematizar, evaluar, etc, toda la información, de tal manera
que se pueda llegar a una aproximación más certera de las situaciones educativas y tomar
decisiones al respecto.
La investigación como proceso sistemático que permite solucionar interrogantes, buscar
explicaciones, comprender los fenómenos y avanzar en la construcción de nuevos
conocimientos, será la clave que nos permita confrontar y validar lo que se ha hecho en este
sistema complejo educativo y llegar a innovar en nuestras prácticas, tanto en el aula como a
nivel institucional.
El presente documento pretende explicar por qué es importante la innovación en
investigación educativa, tomando como base una reseña del módulo Fundamentos de la
Investigación y la Innovación Educativa de Enrique Navarro, Eva Jiménez, Soledad Rappoport
y Bianca Thoilliez, de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y fundamentado algunos
conceptos con otras obras que desarrollan la misma temática.
La innovación en Investigación Educativa

En las aulas, y en la acción educativa, se presentan una serie de interrogantes


desconcertantes al momento de confrontar lo planeado, ejecutado y evaluado con los
resultados obtenidos. Se identifica y depura los contenidos de una área, se diseñan las
metodologías y estrategias más pertinentes, se selecciona los recursos más apropiados y
viables, se constata que lo planeado se ajuste a un enfoque pedagógico y a la misión y visión
de contextualización del centro educativo y su proyecto institucional, se intencionaliza los
indicadores de desempeño con base en las competencias básicas, ciudadanas y laborales y a
los estádares currículares; pero los rendimientos estudiantiles, tanto en evaluaciones internas
como externas, no responden a toda esta planificación. Estudiantes con desempeños bajos y
que a pesar de utilizar distintas motivaciones sobre la importancia de aprender para su futuro
siguen siendo bajos, estudiantes intermitentemente comprometidos con el proceso, estudiantes
de muy buen rendimiento y autosuficientes, aquellos que se agrupan fácilmente y otros que se
aislan sin querer participar, en fín, una serie de variables que hacen del proceso educativo un
sistema complejo donde confluyen los intereses y necesidades individuales integrados con los
intereses y necesidades sociales.
El proceso y la acción educativa, como sistema, arroja una gran gama de resultados e
informaciones: sucesos, datos cuantitativos y descriptivos, hechos circunstanciales,
comparaciones con pares académicos, resultados de correctivos disciplinarios, niveles de
competencias, etc, que se convierten en una compleja red de causas y efectos que, de alguna
manera, afectan o promueven el rendimiento escolar y la formación integral de los estudiantes.
Generalmente, la manera de responder antes este “caos” de información es consignar
conclusiones en actas, muchas veces sin sentido, en evaluaciones institucionales que detectan
el problema pero no diseñan la solución, llenar informes descriptivos y valorativos de los
desempeños de los alumnos para brindar un informe periódico a los padres de familia, plantear
actividades de nivelación para aquellos “rezagados” del proceso y llenar actas de compromiso
para poder mantener el cupo en la institución, sin entender, indagar o averiguar más a fondo la
situación. Es decir, no se toma ese cúmulo informativo como insumo para mejorar el trabajo
educativo, su gestión, su gerenciamiento y retroalimentación, no hay preocupación por llegar al
fondo del asunto o problema.
La acción educativa, y su dinámica en las aulas, necesita conocer con certeza las
debilidades, las fortalezas y las oportunidades de mejoramiento que se engendran dentro del
proceso de enseñanza – aprendizaje y su gestión a nivel académico, administrativo y
comunitario para poder responder a los objetivos y metas de calidad trazados en los proyectos
institucionales, poder cuantificar y describir los errores, los aciertos y los acercamientos a los
niveles locales, regionales y nacionales de desempeño; todo para saber y determinar “el
problema” al que nos enfrentamos y responder de manera más “aproximadamente” acertiva.
Sin un proceso investigativo es díficil cuantificar su magnitud y mucho más difícil detectar y
describir sus incidencias y variables a considerar. En la cotidianidad educativa no se hace
investigación y su fundamento se ha alejado, en general, de las prácticas docentes, de pronto
por que la “rutina” educativa se ha centrado en el cumplimiento de estándares y con ellos a la
planeación de contenidos; se ha negado a la investigación, por temor o por desconocimiento, la
oportunidad de impactar en los quehaceres y dinámicas en el aula.
La investigación en educación:
se dirige a la búsqueda de nuevos conocimientos que resulten útiles para la explicación
y/o compresión de los fenómenos educativos que afectan a los procesos y resultados.
Busca, por tanto, el avance del conocimiento sobre aspectos educativos empleando
estrategias fiables y válidas para la recogida, análisis e interpretación de información
que permita resolver problemas o cuestiones concretas. Y este proceso puede
abordarse desde diferentes enfoques o perspectivas. (Navarro, Jiménez, Rappoport &
Thoilliez 2017: 15)
El poder cambiar las prácticas habituales en las aulas o en las instituciones y abordar
las situaciones problémicas mediante la investigación significa romper paradigmas tradicionales
y comprometer a los profesionales de la educación con la innovación en este campo. A veces
innovamos en estrategias, en metodologías, en didácticas o en recursos, sobre todo en nuevas
tecnologías de información, pero no tomamos la innovación como una nueva forma de repensar
y rediseñar el accionar educativo, sobre todo innovar en investigación. La investigación y la
innovación son complementarias y “si ponemos el foco de atención en los procesos que
ocurren en el aula, la investigación e innovación van de la mano” (Navarro et al, 2017: 32). Los
autores consideran que si se quiere resolver los problemas del día a día en el aula mediante la
transformación del proceso enseñanza – aprendizaje, y sobre todo problemas concretos, la
innovación coincide con la investigación. El profesional docente debe contar con los
fundamentos necesarios para aplicar la investigación y la innovación en el aula y en los
procesos de enseñanza – aprendizaje, y sobre esta temática se hace énfasis en la obra o
manual de Fundamentos de la Investigación y la innovación Educativa, al cual se ha hecho
referencia en la anteriores líneas.
El manual o módulo de la Universidad Internacional de la Rioja, tiene como objetivo
principal proporcionar a los profesionales del área de educación una base de conocimientos
que les permita diseñar y poner en marcha proyectos de investigación e innovación educativa.
Los autores consideran que cualquier proyecto que se quiera poner en marcha en el aula
necesitan de un diseño previo, y establecen la innovación y la investigación como procesos que
son fundamentales si se requiere solucionar problemas concretos de las aulas transformando el
proceso de enseñanza – aprendizaje. En la obra formada por nueve capítulos se indica,
además de establecer las diferencias y puestas en común de la innovación e investigación, los
pasos para construir un proyecto desde las bases iniciales, los fundamentos en diseños
cuantitaivos y cualitativos, las metodologías para la innovación, las técnicas e instrumentos, el
análisis de la información cuantitativa, el análisis de la información cualitativa y finalmente las
recomendaciones y actividades.
Es importante que se articule a la docencia la innovación en la investigación educativa por que:
“los maestros investigadores e innovadores se constituyen en profesionales, creativos y
comprometidos al responder con pertinencia al contexto educativo donde les toca
desenvolverse, al trabajar con curiosidad por conocer el modo en que sus alumnos
aprenden mejor, al develar los significados de palabras, acciones y recursos que entran
en juego en las situaciones de enseñanza y aprendizaje, al analizar lo que pasa en la
cotidianidad del aula, en la interacción maestro alumno y al buscar las articulaciones
necesarias entre la teoría y la práctica. (Camargo & Dussan, 2002: 35)
De esta manera el cúmulo informativo que surge de la acción educativa y sus
dinámicas empezará a tener un sentido más concreto y aproximativo con la realidad contextual
de la escuela.
Conclusiones

Las interrelaciones del acontecer cotidiano de las aulas donde se involucran los
intereses individuales con los intereses sociales, los elementos contextuales intrínsecos y
extrínsecos, las planificaciones y diseños nacionales, regionales, locales e institucionales,
permiten enfrentar a los docentes con un complejo proceso educacional que aporta
continuamente información relevante que no ha podido ser aprovechada, en casos particulares y
colectivos, de la mejor manera porque no involucra procesos de investigación en innovación
educativa. De esta forma, los procesos y el accionar en las aulas e instituciones se han
convertido en rutinas que no responden a la solución de situaciones problémicas.
El poder articular a la docencia con la innovación y la investigación se convierte en una
necesidad apremiante si queremos impactar cualitativamente el proceso enseñanza-
aprendizaje. Las innovaciones conducen a cambios tanto en la forma como en el fondo de los
procesos e involucran acciones investigativas cualitativas y cuantitativas que permitan detectar
los problemas y situaciones para obrar en consecuencia, ya que “para poder iniciar procesos de
innovación en los centros debe crearse una cultura de cambio y mejora continua…” (Fullan 2008,
citado por Navarro et al 2017), se debe aceptar que la educación también, al igual que muchos
otros procesos, ha sido influenciada por la globalización y los cambios que ésta exige.
Finalmente, la fundamentación en los proceso de investigación e innovación permitirán
terminar con los temores que existen en la docencia sobre estos temas y abordar de manera
más intencional, decididida y organizada la acción educativa.
Referencias

Camargo M. & Dussan, M.(2002). Investigación Educativa en Innovación Pedagógica.


Colombia Ciencia y tecnología, 20 (4) COLCIENCIA, ISSN 0120-5595, p. 33-40.

Navarro, E., Jiménez, E., Rappoport , S., & Thoilliez, B. (2017). Fundamentos de la
investigación y la Innovación Educativa.la Rioja, España: UNIR. Recuperado de:
https://www.researchgate.net/publication/317937065_Fundamentos_de_la_investi
gacion_y_la_innovacion_educativa

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