La densificación es un concepto y propuesta de política pública que ha sido
promovido por gobiernos, expertos y organismos internacionales como una solución al problema de dispersión de las ciudades. Densificar quiere decir, en breve, utilizar de forma más intensiva el suelo urbano. Algunas medidas que caracterizan a los planes de densificación son la construcción de viviendas verticales, incluyendo la conversión de predios que se denominan subutilizados (un ejemplo sería un estacionamiento en una zona central de la ciudad o un edificio pequeño en una zona con calles amplias) y la creación de usos de suelo mixto, que mezclan comercios con viviendas. Los promotores de la densificación señalan que estas medidas pueden disminuir la dispersión poblacional, reducir el tiempo de transporte, hacer a las ciudades más eficientes y sustentables, y generar desarrollo urbano. La mayoría coinciden, además, en que la clave para una densificación exitosa es la existencia de políticas públicas que la guíen en el objetivo de construir ciudades más justas y sustentables. Densificación, ¿para qué? Las ciudades mexicanas han crecido de forma desordenada. Un recorrido visual por las zonas metropolitanas del país da cuenta de esto. Asentamientos informales proliferan, cubriendo planicies y serranías. El resultado son ciudades catastróficas, cuyo crecimiento exponencial somete a los servicios públicos a crecientes presiones que no siempre pueden procesar. Este modelo de ciudad, además, incrementa el uso de combustibles, favorece la urbanización de zonas que prestan servicios ambientales y genera dinámicas de exclusión entre los centros y las periferias. Algunos números son útiles para dar una mejor imagen del problema. Por ejemplo, Fundación IDEA reporta que, entre 1980 y 2010, la superficie de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMVM) creció en 257%. En contraste, su población aumentó en un 42%. Otro caso clave es el de Cancún. Entre 2005 y 2010 su superficie creció en 110% y su población sólo un 16% (Fundación IDEA, 2014). ¿Quién densifica en la Ciudad de México? Los datos son opacos, pero las evidencias son muchas. La Ciudad de México está en medio de un boom inmobiliario. Los grandes beneficiarios de este proceso son las desarrolladoras que levantan grandes edificios en las zonas centrales de la capital. El boom ocurre en el marco de políticas públicas de densificación, como el Bando Dos y la Normas 26, 30 y 31. A grandes rasgos, el objetivo de esta normatividad era generar incentivos para que los actores privados construyeran más y con mayor densidad en la zona central de la Ciudad de México (Fundación IDEA, 2014, págs. 70-72) Desde el 2000, cuando el Bando Dos fue promulgado, hasta hoy, las polémicas por estas políticas son numerosas. En el centro se encuentran dos argumentos complementarios. El primero, que las políticas de densificación están siendo benéficas para una minoría (los desarrolladores) en detrimento de la vida urbana. El segundo, que las normas operan constantemente a favor de los desarrolladores y que, cuando no es así, la corrupción permite ignorarlas por completo. Los límites de la densificación y el capital Aquí me he referido a una forma particular de densificar. Sin duda no es la única, pero es la que está presente hoy en la Ciudad de México. Esta densificación es un vehículo para que el capital transforme el espacio, generando rendimientos a largo plazo en beneficio de sus propietarios. Es la contracara de los procesos de suburbanización de los 60 y 70, cuando el capital salió de las ciudades centrales, encontrando lugares para realizarse en las periferias. Estos procesos cíclicos son los que David Harvey (Harvey, 1985; 2013) llama “ajustes espaciales” (spatial fix). El caso de la densificación como respuesta a la suburbanización es un ajuste espacial materializado en la ciudad. La ciudad suburbana, dispersa, alcanzó sus límites por varias razones. Entre ellas se encuentran la saturación de vías de comunicación y la carga excesiva a servicios públicos como el agua, el alcantarillado o el transporte masivo. Los tiempos de transporte actúan en detrimento de los rendimientos del capital y las inversiones en infraestructura que los gobiernos deben realizar para cubrir zonas cada vez más amplias son muy altas o simplemente inalcanzables.
Alejandro de Coss. ( 2017). La densificación urbana y sus límites: una visión
desde la Ciudad de México. ABRIL 25, 2017, de Nexos Sitio web: https://labrujula.nexos.com.mx/?p=1244 REDENSIFICACION. Entendamos redensificación como el fenómeno por el cual un espacio urbano consolidado se transforma o adapta con el fin de poder albergar nuevas infraestructuras, generalmente viviendas. Pues bien, este tipo de intervenciones ya se venían produciendo desde mucho tiempo atrás, eso sí, de un modo más pausado y en cierta manera más natural. Con la idea de ser un referente de ciudad verde, al igual que otras muchas ciudades europeas, apostó por un modelo de nuevos barrios en los que la baja densidad de habitantes da pie a gran cantidad de espacios públicos en los que árboles y zonas ajardinadas dan a la ciudad una mayor apariencia de sostenibilidad. Lo cierto es que la baja densidad característica de estas áreas propicia la dispersión y la dispersión obliga a que las infraestructuras sean mayores y los desplazamientos sean más largos, lo que se traduce en un mayor gasto energético y de recursos.
Sitio web: https://www.gasteizhoy.com/sobre-la-redensificacion-en-busca-de- una-ciudad-sostenible/ MODELOS DE CRECIMIENTO URBANO. El fenómeno de la dispersión urbana, ampliamente estudiado en las ciudades americanas, está modificando el modelo de ocupación del suelo también en las ciudades españolas. La construcción de vías de gran capacidad junto con el aumento de la motorización y las nuevas pautas de consumo han propiciado que ciudades tradicionalmente compactas hayan experimentado un crecimiento disperso, que a la larga resulta ser poco sostenible. Desde los primeros estudios sobre la problemática derivada del sprawl se han ido configurando argumentos a favor y en contra de las ciudades compactas. Más recientemente se están considerando los sistemas policéntricos (decentralised concentration) como estructuras que potencialmente pueden reducir los inconvenientes del exceso de dispersión o de concentración. Esta comunicación tiene dos objetivos básicos: por un lado, diseccionar, desde un punto de vista teórico, los problemas actuales derivados de la configuración de los sistemas urbanos; y por otro lado, analizar un caso concreto y proponer estrategias de planificación que optimicen el uso del suelo urbano. En primer lugar se analizan por separado las ventajas e inconvenientes de los sistemas urbanos en los que, siendo híbridos de los tres modelos, domina una estructura dispersa, compacta o policéntrica. Una vez establecido el marco descriptivo y de interacción de estos modelos, se estudia su aplicación a la Comunidad Autónoma de Cantabria, actualmente inmersa en el proceso de redacción del Plan de Ordenación Territorial. Esta aplicación consiste en un análisis comparativo de la jerarquía urbana de Cantabria elaborado a partir de servicios supramunicipales representativos y volumen de centros de trabajo de las entidades de población, y de las relaciones de dependencia entre municipios para acceder al comercio y servicios. La comparación entre estos dos grupos de variables (capacidad real vs. funciones reales) se ha hecho a partir del índice de Nelson, y los resultados han servido para proponer los núcleos y relaciones que se deben potenciar en Cantabria con el objetivo de reequilibrar el sistema territorial y romper la progresiva tendencia de ‘litoralización’ de la población y actividades. Posteriormente, se definen los objetivos de distribución espacial a los que deben responder las estrategias de planificación para lograr una mayor sostenibilidad territorial. Evidentemente, estos objetivos variarán en función del tipo de área de que se trate (con alto nivel de desarrollo, periférica, etc.), de la dimensión y escala del ámbito de estudio, y también de sus particularidades locales. Para fortalecer determinados núcleos y relaciones de la red urbana de Cantabria, en la parte final de la comunicación se plantean medidas que, basadas en la situación actual, fomenten la integración de las políticas de transporte, de planificación urbanística y de ordenación del territorio, que deben basarse en la coordinación y cooperación administrativa y de los agentes sociales, y en la definición de estrategias a medio y largo plazo.
Soledad Nogués Linares Y Henar Salas Olmedo. MODELOS DE
CRECIMIENTO URBANO. ESTRATEGIAS DE PLANIFICACIÓN Y SOSTENIBILIDAD EN CANTABRIA . Universidad de Cantabria : Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio.