Eran filósofos racionalistas morales los filósofos antiguos como Sócrates y
Platón (intelectualismo moral) o Aristóteles, así como los modernos racionalistas
(Descartes, Spinoza hasta Kant, que defienden el uso práctico de la razón y el conocimiento moral con carácter universal y necesario. El emotivismo es una doctrina en la cual están representados los llamados juicios morales o juicios de valor, todo es subjetivista, no son ni verdaderos ni falsos. Stevenson es el máximo representante, según MacIntyre, que se concentra en la función del juicio moral y el propósito de este juicio, basándose en la idea de “yo apruebo esto, hazlo tú también”. El emotivismo no da una justificación racional para las normas que dicta e irrumpe al lenguaje moral. Se constituyó como una refutación a la teoría moral conocida con el nombre de intuicionismo cuyo progenitor fue G. E. Moore, se dieron tres postulados: 1. Lo bueno es un nombre de una propiedad no natural que denominó intuiciones y no se podía refutar o probar, pues no se aducía ni en pro o en contra de esta. “ello es bueno” 2. Decir que una acción es justa equivale a sostener que es la mejor frente a otras, tomando como implicancia las consecuencias que al tomar esta traería. Siguiendo el pensamiento que ninguna acción es justa o injusta en sí misma y que cualquier cosa puede estar permitido bajo circunstancias. 3. Los afectos personales y los goces estéticos son los mayores bienes que podemos imaginar. Así, por ejemplo, la amistad y la contemplación de lo bello en la naturaleza o en la obra de arte se convierten prácticamente en los únicos fines de toda acción humana, o quizá –habría que decir– en los únicos fines verdaderamente justificables.
El emotivismo no prevaleció en la filosofía moral analítica pues se basada en
proposiciones, según MacIntyre. En efecto, los filósofos analíticos siempre defendieron que la tarea central de la filosofía era la de descifrar el significado de las expresiones claves, y puesto que el emotivismo falla en tanto que teoría del significado de las expresiones morales, los filósofos analíticos rechazaron el emotivismo en líneas generales. ACTUALES FORMAS MORALES: Las personas piensan y actúan según parámetros emotivistas. Todo juicio en la actualidad es la expresión de un mero parecer subjetivo. Lo que es bueno o malo depende del contexto en el que se encuentre la persona. Personas de cultura emotivistas son aquellas que usan formas manipuladoras, lo que realiza una clase de encarnación del emotivismo en la sociedad. MacIntyre, existen personas principales que encarnan el emotivismo y poseen las siguientes características: o El rico esteta: se trata de un personaje sobrado de recursos económicos (medios) que interpreta la realidad como una serie de oportunidades para su gozo; su mayor enemigo es el aburrimiento. Su cualidad más característica es la codicia, rasgo de carácter que se destaca en el mundo contemporáneo. Nuestro tiempo ha perdido de vista la noción de que el deseo indiscriminado de tener más, la pleonexia, deba considerarse un vicio. Las múltiples personas que están a su servicio son percibidas como instrumentos para obtener todo aquello que, a cada momento y caprichosamente, se le antoje. Es sumamente interesante señalar que gran parte de las personas que viven según los parámetros de la presente cultura comparten, aunque más no sea con el anhelo y la fantasía, las actitudes de este personaje. o El gerente burocrático: este personaje se encuentra inserto en el contexto de las instituciones públicas y privadas; posee una racionalidad eminentemente instrumental que consiste en ajustar, de manera eficaz, medios económicos a diferentes fines, generalmente determinados por los intereses del mercado. Esta es la tarea central del gerente burócrata. Las personas son para él meros “recursos” humanos. o El terapeuta: su labor fundamental es colaborar con las personas para que se “liberen” de sus síntomas neuróticos, muchos de los cuales tienen su origen en la falta de sentido producida por la ausencia de una verdadera teleología que dote de coherencia y sentido de unidad al conjunto de la vida humana. A diferencia de lo que antiguamente hacía, por ejemplo, un sacerdote –qua personaje de otro contexto cultural– el terapeuta no aconseja sobre el bien humano. Por este motivo, la verdadera “liberación” contenida en su terapéutica se mostraría en el admitir que no existe otra orientación para la vida humana que aquella que cada uno desee otorgarle. El emotivismo se asienta en la convicción de que no puede haber una manera racional de ordenar los bienes dentro de un esquema de vida, sino que hay muchas maneras alternativas de ordenarlos; en principio, pueden existir tantas formas diversas como individuos. Y no existe criterio racional alguno para la elección entre ellas. file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet- LaCriticaDeAMacintyreAlEmotivismoContemporaneo-6090415%20(2).pdf la solución que planeta MacIntyre para deshacerse del problema del emotivismo es recuperar la noción de la tradición. El principio de libertad se rige por la ética kantiana y su tesis de autonomía del agente moral, “el deber moral de las personas se separa por completo de su conexión con el cumplimiento de un papel determinado o la realización de las funciones de un cargo particular”. Los individuos se guían por criterios puramente autónomos, basados en patrones personales. No pueden ser juzgados si no es de forma universal y carecen de algún tipo de lógica. Impide diferenciar las razones personales, las opiniones de cada persona, de las razones impersonales, de verdades objetivas. MacIntyre, la Modernidad vive en una “permanente paradoja” que impide construir espacios de verdadera libertad individual. La tradición es la fuente del pensamiento, entendiendo el verdadero sentido de la sociedad y las instituciones políticas modernas. 6 elementos que definen la tradición: 1. La tradición es todo aquello que la sociedad moderna adquiere 2. Nos hace capaces de lograr aquellos bienes que son internos a las prácticas y cuya carencia nos impide efectivamente lograr cualquier de tales bienes internos. 3. Evita un exceso de conflicto y de arbitrariedad. 4. Dota a la vida humana de un telos, concebido como unidad sin la cual la vida es parcial o incompleta. 5. Permite a los seres humanos ser íntegros, esto es, querer una sola cosa en la vida, un único propósito. 6. Define con claridad que es el bien, es decir, la virtud material que los individuos deben perseguir para vivir en sociedad. La tradición describe “la predisposición que ayuda a los sujetos a calificar apropiadamente algo de bueno o de malo. El patriotismo es una virtud trascendental. Surge por razones históricas y no por intereses políticos. https://www.ehu.eus/documents/1457190/1764043/Moreno+-+2001+- +Clonaciones,%20pr%C3%B3tesis+y+mutantes.pdf El desarrollo de la teoría emotivista en el siglo XX es debido en gran medida a Ayer (Language, Truth, and Logic) y Stevenson ("The Emotive Meaning of Ethical Terms") y aparece integrado en el positivismo lógico, aunque las ideas más importantes del emotivismo ya se encontraban en autores como Berkeley (Berkeley (1710)), Hutcheson (Hutcheson (1725), (1728)) y Hume (Hume (1738)). El desarrollo de la teoría emotivista en el siglo XX es debido en gran medida a Ayer (Language, Truth, and Logic) y Stevenson ("The Emotive Meaning of Ethical Terms") y aparece integrado en el positivismo lógico, aunque las ideas más importantes del emotivismo ya se encontraban en autores como Berkeley (Berkeley (1710)), Hutcheson (Hutcheson (1725), (1728)) y Hume (Hume (1738)). Razones a favor del emotivismo. Soames (Soames (2003), cap. 14) destaca tres razones que conducen a Ayer y los positivistas a posiciones emotivistas en las que defienden que los enunciados evaluativos son lógicamente independientes de los enunciados no evaluativos: (i) La aplicación del criterio verificacionista despoja a los enunciados éticos de significado cognitivo y, bajo el supuesto de que cuentan con algún significado o función que cumplir, se les adjudique un significado no cognitivo y una función expresiva y emocional. (ii) Los filósofos emotivistas creen que la crítica de Moore al naturalismo ético (ver argumento de la cuestión abierta o inconclusa) cuando muestra que "bueno" es indefinible y no se refiere a una propiedad compleja y tampoco a una propiedad natural simple; prueba que ninguna forma de naturalismo es sostenible. Como sabemos Moore concluye que "bueno" está en lugar de una propiedad no-natural. Para los empiristas lógicos hablar de propiedades no naturales es inaceptable pues supone hablar de entidades misteriosas sin más. Así, para los emotivistas los términos éticos no se refieren a propiedades naturales o no naturales sino que sirven para expresar actitudes emocionales positivas y negativas. (iii) La teoría emotivista explica la motivación para hacer lo que consideramos correcto, puesto que supone que cuando alguien juzga algo como correcto cuenta con una actitud emocional positiva hacia ello que es capaz de motivar la acción. Por tanto, concluyen que "bueno" y "correcto" no pueden ser términos puramente descriptivos. A las razones señaladas por Soames añadiremos otra más: (iv) El desacuerdo sobre cuestiones éticas que se ha utilizado siempre como argumento contra las teorías éticas tradicionales cuadra bien con el emotivismo. Es lo que cabe esperar en ética si lo que están en juego cuando hablamos de convicciones éticas no son creencias sobre si algo tiene una propiedad sino actitudes personales de los individuos. Argumentos en contra del emotivismo: A continuación, presentaremos sucintamente algunos argumentos que considerados conjuntamente constituyen objeciones aparentemente concluyentes contra la teoría emotivista. Sin duda las razones dadas a favor del emotivismo son bastante débiles. Basta reparar en el fracaso que supuso el criterio empirista de significado para dar a (i) el valor que le corresponde. En cuanto a (ii), la plausibilidad del argumento de Moore de que la bondad no puede ser descriptivamente definida depende de una serie de asunciones discutibles sobre la sinonimia, la analiticidad, la definición y la consecuencia lógica. Análogamente el argumento sugerido en (iii) de que "correcto" y "bueno" no pueden ser estrictamente sinónimos a una expresión descriptiva sin conexión alguna con la motivación para actuar en un sentido o en otro descansa en supuestos sobre el significado discutibles. Por otra parte, (iv) es ciertamente endeble pues diversos tipos de naturalismo y otras teorías pueden explicar la divergencia en las opiniones éticas con igual facilidad. Veamos algunos argumentos que hablan decididamente en contra del emotivismo menos sofisticado: 3.1. Si el emotivismo es correcto, puesto que las oraciones con términos éticos con forma de enunciados declarativos cumplen otras funciones distintas de las de enunciar hechos (dar órdenes, hacer recomendaciones,), son lógicamente independientes de los enunciados empíricos. Pero, por otra parte, comprobamos que un enunciado ético como a) "Actuaste mal mintiendo" implica lógicamente un enunciado puramente empírico como b) "Mentiste" y c) "Mentir está mal" implica lógicamente que "si mentiste, entonces actuaste mal mintiendo". La interpretación emotivista de a) "mentiste y ¡no mientas! y de c) ¡no mientas! es incapaz de dar cuenta de estas implicaciones mediante alguna relación correspondiente definida de una manera satisfactoria (ver los problemas al respecto de la versión "prescriptivista" de Hare). 3.2. Si el emotivismo es correcto, puesto que el significado de los enunciados es "performativo" y se analiza en función del acto lingüístico que el hablante ejecuta cuando lo profiere (preferentemente entendido como orden o recomendación), los enunciados éticos son interpretables en todo contexto oracional como órdenes o recomendaciones. ¿Pero cómo podemos interpretar desde el punto de vista emotivista oraciones como las siguientes? "Rumsfeld creía que George Bush senior debía haber acabado con Saddan Hussein en 1991" o "dudo de que las democracias occidentales sean realmente justas". En definitiva, muchos enunciados evaluativos no pueden ser interpretados como lo requiere el emotivismo a no ser que asumamos algo tan poco plausible como que las expresiones evaluativas cambian de significado dependiendo del contexto (ver en este sentido las críticas de Geach y Searle a la teoría de Hare) 3.3. Si el emotivismo es correcto, puesto que el significado de los términos éticos no es descriptivo y es puramente performativo, queda dado al especificar los actos de habla que ejecutamos al usarlos, como ocurre con "hola" o "gracias". El significado de "hola" queda especificado cuando entendemos que decir "hola" es saludar a alguien y el de "gracias" cuando entendemos que decir "gracias" es agradecer a alguien. Ahora bien, una característica de los términos con significados puramente performativos es que sólo pueden usarse con sentido en un número reducido de contextos lingüísticos. Pero, por otra parte, es un hecho que los términos evaluativos no están restringidos de esta manera.