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Un pluviómetro está
formado por una serie de
vasos cilíndricos en cuya
boca de recepción lleva
un aro de borde muy
afilado y calibrado a 200
cm2. Generalmente, se
fabrican en chapa de
metales diversos,
cortando y plegando
laminas cuyas superficies y aristas hay que dar forma, remachar, soldar,
etc. Tanto es así que los contornos a unir mediante soldaduras suman mas
de 190 centímetros, lo que requiere una laboriosa y costosa mano de obra.
Materiales a emplear:
El más común, por su economía, suele ser la chapa de hierro, pero para que
dé aceptables resultados deberá ser sometido a galvanizado una vez
confeccionados los vasos.
El acero inoxidable da buenos resultados, por su resistencia a la corrosión,
aunque no es posible hacer generalizaciones por la extensa variedad de
aceros calificados como inoxidables. Es un material caro y en general tiene
el inconveniente de que las soldaduras son costosas y difíciles de realizar,
aparte de los problemas de las grietas y malos procedimientos de soldadura
que si son oxidables.
En cuanto a los vasos, deben ser lo suficientemente profundos para que las
gotas que han entrado no salgan al rebotar en el fondo, por lo que éste
deberá tener una adecuada inclinación, con dos misiones, evitar el efecto
vertical de rebote y conducir rápidamente el agua caída a un recipiente de
boca estrecha llamado vasija, que queda acoplada al terminal del embudo,
con lo que todo el agua recogida se conserva así en un recinto
perfectamente aislado por cámaras de aire entre dobles paredes, ya que la
precipitación ha de permanecer durante horas hasta su medida,
generalmente por la mañana.
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Un pluviómetro totalizador es un
aparato capaz de almacenar la
precipitación durante un cierto tiempo,
generalmente un año entero, por este
motivo también se utilizan como
nivómetros. Se fabrican en hierro
galvanizado y son de enormes
dimensiones y robustez, ya que deben
estar diseñados para ser instalados en
montañas y lugares poco accesibles, con
lo cual han de ser capaces de soportar
fuertes vientos y rigores climáticos
extremos. Estas características hacen
que su coste de fabricación sea
necesariamente muy elevado.