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I. Introducción
Tal como lo define el Dr. Jorge Zavala Egas, “Código Orgánico General de
Procesos-COGEP Notas de estudio 2016”, Murillo Editores, 2016: “Los derechos
fundamentales son expectativas negativas o positivas a las que corresponden
obligaciones de prestación o prohibiciones de lesión que constan en las normas
mismas. Es decir, se enuncian los derechos, se los reconoce normativamente
(como enunciados normativos) y se impone también normativamente la
obligación de darles la respectiva prestación para satisfacer su exigencia, así
como la prohibición que puedan ser lesionados”(página 20). En concordancia
de ello, Luigi Luigi Ferrajoli (2006) ha definido que para establecer el contenido
esencial de los derechos fundamentales, hay que definir el derecho fundamental
como una serie de derechos subjetivos, derechos que nacen de cada sujeto que
tiene o busca una pretensión frente a otro sujeto. En este sentido, cuando se
refiere a sujetos son todos los seres humanos o personas capaces de obrar, en
referencia a las personas jurídicas, con la finalidad de perseguir una prestación
o en su defecto defender algún tipo de lesión ocasionado por un particular, por
lo que indica que el derecho fundamental es un derecho incorporado o se cree
incorporado, y que se debe proteger.
1Ab. Priscila Briones, Ab. Cecilia Fernández, Ab. Andrea Kinchuela, Ab. Arianna Burgos,
Maestrantes de Derecho de Empresa, Universidad Espíritu Santo.
requiere de una interpretación basada en el bloque constitucional, más no al libre
albedrío.
Partiendo del punto en que los derechos fundamentales deben ser protegidos
mediante su establecimiento en el ordenamiento jurídico, Nash, hace una
comparación que de dos modelos de protección de estos derechos.
El primer modelo hace referencia a la doctrina de Peces Barba y el
segundo al estudio y análisis de Robert Alexy. Ahora bien, Peces Barba indica
que los derechos fundamentales tienen tres características esenciales para
otorgar una protección y estos son: “pretensión moral justificada, subsistema
dentro del sistema jurídico, preponderancia de la realidad social“ (2006, p. 1313).
Cuando se refiere a la pretensión, ello está vinculado a los principios de libertad
e igualdad como ejes de cada derecho fundamental, el subsistema es aquel
derecho que debe estar plasmado en una norma adscrita, finalmente la realidad
social trata en que cada derecho fundamental se asemeja a un caso en el que
implica la economía, la política, u otras circunstancias que impiden que el
derecho fundamental se vulnera.
Alexy desarrolla su teoría basado en que los derechos fundamentales componen
una estructura de principios, valores y reglas que constituyen una norma jurídica.
Ahora bien, tomando estas dos teorías, Nash concluye que en definitiva todos
los derechos fundamentales parten de un texto, es decir, están amparados en el
ordenamiento jurídico como la constitución para así otorgar a los sujetos
fundamento para sus pretensiones, a su vez dejan claro que los valores y
principios son el sustento para definir cual es su contenido esencial y que aquello
no debe ser vulnerado.
Finalmente Luis Prieto Sanchís (2000) parte su estudio sobre los derechos
fundamentales indicando que los derechos en general son limitados, y señala
pues que gran parte de la doctrina y la jurisprudencia asientan este criterio. En
este sentido, establece que los sujetos no pueden actuar de forma deliberada, y
peor aún, que el legislador pueda tipificar normas que coarten contra estos
derechos simple y llanamente porque lo establezcan en una constitución.
Es importante considerar que cuando dos o más derechos colisionan hay que
identificar hechos y derechos, cuáles son los derechos que colisionan y a partir
de éstos, la condición que se genera entre los hechos y los derechos que están
colisionando, decidir qué derechos prevalecen. Pues no podemos accionar de
acuerdo a mi libre determinación, en todo momento debemos actuar enmarcado
en la constitución, respetando mis derechos, pero sin violar los otros derechos a
propósito de ejercer el mío. Conforme el Artículo 1 los derechos son principios,
no son reglas, pues no te dicen que pasa si los vulneras; por ello, la regulación
del derecho no solo la desarrolla el legislador sino también el bloque
constitucional, fundamentando si una norma es o no contraria a la constitución,
así como su reinterpretación. Debiéndose en estos casos de colisión, aplicar
previo a definir la norma adscrita el principio de proporcionalidad o ponderación;
tomando en cuenta que cuando chocan dos derechos no podemos aplicar
supremacía jerárquica, pues como lo establece el principio establecido en el
artículo 11, éstos están en el mismo nivel jerárquico. Por lo que, siempre debo
acudir a métodos de interpretación constitucional con el fin de limitarlos.
Basándonos en los métodos conforme lo establece el artículo 3 de la
Constitución, entre las que consta la de ponderación y proporcionalidad que
pasaremos a analizar en el caso concreto.
Los principios jurídicos hacen nacer derechos y cuando éstos son de rango
constitucional nacen los derechos constitucionales y los jueves solo pueden
actuar su potestad jurisdiccional con sujeción a la constitución, a los
instrumentos internacionales y a la ley, conforme el artículo 172 de la
Constitución, lo que implica su vinculación a los derechos fundamentales en
forma prioritaria.
Hechos suscitados:
La empresa privada con fines de lucro organiza un Congreso Mundial en
Guayaquil, sobre el tema: “Fuerzas armadas sin mujeres”.
La Asociación de mujeres “No más machismo” convocó públicamente a sus
adherentes a realizar plantones pacíficos para sabotear dicho evento.
Producto de los plantones, el Congreso se canceló.
La empresa privada con fines de lucro demandó por daños a la Asociación, en
sede civil.
Fallo final condena a la Asociación de Mujeres “No más machismo” a pagar los
daños ocasionados al libre ejercicio de una actividad económica, es decir a la
empresa con fines de lucro.
La Asociación de mujeres “No más machismo” interpuso acción extraordinaria
de protección (art. 94 y 437 CRE).
SENTENCIA:
(http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_205_esp.pdf pg.
15)
1.3. Interpretación teleológica y principio del efecto útil.
59. En una interpretación teleológica se analiza el propósito de las normas
involucradas, para lo cual es pertinente analizar el objeto y fin del tratado mismo
y, de ser pertinente, analizar los propósitos del sistema regional de protección.
En este sentido, tanto la interpretación sistemática como la teleológica están
directamente relacionadas.
60. El Estado indicó que si bien “el objeto y fin de la Convención de Belém do
Pará
es la eliminación total de la violencia contra la mujer”, “no puede confundirse ese
fin último […] con la judicialización del sistema de derechos y obligaciones que
rige al instrumento”.
61. El fin del sistema de peticiones consagrado en el artículo 12 de la Convención
Belém do Pará es el de fortalecer el derecho de petición individual internacional
a partir de ciertas precisiones sobre los alcances del enfoque de género. La
adopción de esta Convención refleja una preocupación uniforme en todo el
hemisferio sobre la gravedad del problema de la violencia contra la mujer, su
relación con la discriminación históricamente sufrida y la necesidad de adoptar
estrategias integrales para prevenirla, sancionarla y erradicarla34. En
consecuencia, la existencia de un sistema de peticiones individuales dentro de
una convención de tal tipo, tiene como objetivo alcanzar la mayor protección
judicial posible, respecto a aquellos Estados que han admitido el control judicial
por parte de la Corte.
3. Conclusiones:
No basta contemplar el sentido literal del derecho vulnerado, pues las reglas,
principios son la pauta para proceder, la interpretación en base al bloque
constitucional, nos permitirá delimitar el alcance del contenido de un derecho, el
mismo que tiene que ser revisado, analizado e interpretado de forma integral
dentro del bloque constitucional.
4. Bibliografía: