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Las Dioxinas son sustancias químicas derivadas de la actividad industrial,

concretamente se forman en procesos de combustión de materiales que tienen cloro en su


composición (fábricas de metales, incineradoras, combustión de gasolina en los coches,
etc).

Escapan al aire a través de las chimeneas industriales, no son biodegradables, por lo que
persisten en el medio ambiente, llegando a contaminar el agua y los cultivos. Las
dioxinas son liposolubles y bioacumulables en la cadena alimentaria. Al ser solubles en
grasas, van a estar inicialmente en vegetales y pastos en baja concentración, pero como
los animales herbívoros ingieren grandes cantidades de dichos alimentos, acumulan en
sus tejidos grasos las dioxinas y luego, los productos grasos de dichos animales (carne,
leche y huevos) son ingeridos por el ser humano. Por lo tanto, la acumulación será mayor
incrementando el riesgo para el consumidor final.
Debido a su acumulación en el agua, también el pescado y sus productos derivados están
contaminados por dioxinas. Debido a que las mismas son muy termoestables (hasta
temperaturas de 800ºC), los diferentes tratamientos culinarios como cocción (100ºC),
frituras (hasta 200ºC) u horneado (hasta 250ºC) no eliminan las dioxinas de los
alimentos. Constituyen uno de los tóxicos más potentes creados por la actividad
industrial y algunas de ellas están categorizadas como sustancias carcinogénicas para el
ser humano. Las dioxinas son compuestos organoclorados que derivan de la dibenzo-p-
dioxina y que poseen diferente número de átomos de cloro en diferentes posiciones. De
todas ellas la más conocida es la 2,3,7,8 tetraclorodibenzo-p-dioxina. Existen otros
grupos químicamente relacionados y que frecuentemente aparecen asociados a las
dioxinas y son los policlorodibenzofuranos y policlorobifenilos.
Para que se produzcan dioxinas deben concurrir tres elementos: Un sustrato adecuado
(una estructura orgánica compleja: ej. lignina, madera, papel o plásticos); Una fuente
proveedora de átomos de cloro (Cl), como Cl2 , NaCl (cloruro de sodio = sal comestible),
cloruro de hidrógeno (HCl) o el plástico PVC (polivinilo clorado); y Una temperatura
suficientemente alta como la que se obtiene al quemar madera, papel o plásticos. Las
fuentes de emisión de dioxinas se pueden dividir en naturales (fermentación bacteriana,
incendios forestales, volcanes) o generadas por el hombre (también llamadas
antropogénicas). Las dioxinas provenientes de las fuentes antropogénicas, se originan de
modo habitual en la incineración de los residuos urbanos y hospitalarios, en la
fabricación de papel, de celulosa, en la industria del cemento, en la fabricación de
herbicidas y defoliantes, en la producción de metales a alta temperatura y en la
fabricación del PVC. También se generan durante los procesos de combustión del caucho
y de los productos petrolíferos, incluyendo los gases procedentes de motores de gasolina
con o sin plomo, con o sin convertidores catalíticos, y diésel.

También se producen dioxinas al cocinar los alimentos con aceite reutilizado. El humo del
cigarrillo, también produce dioxinas. Se trata de una sustancia incolora e inodora,
soluble en grasas y sólo ligeramente soluble en agua; es sólida a temperatura ambiente. .
Las dioxinas son contaminantes ambientales. No existen en la naturaleza, sólo existen
como contaminantes ambientales. Constituyen un grupo de productos químicos
peligrosos que forman parte de los llamados “contaminantes orgánicos persistentes”
(COP). Deben su origen a procesos térmicos de materias orgánicas y compuestos
clorados en presencia de oxígeno, como resultado de una combustión incompleta o de
reacciones químicas, y también, de productos de desecho como son los barros o lodos de
depuradoras y lixiviados de vertederos.

feP y de los productos petrolíferos con o sin plomoe Los seres vivos no han desarrollado
la capacidad para metabolizarlos y detoxificarlos, por lo que tienden a bioacumularse. El
término dioxina hace referencia a un grupo de sustancias químicas cloradas, de carácter
orgánico y de estructura química similar. Estas sustancias poseen propiedades tóxicas en
función del número y de la posición de los átomos de cloro presentes en su estructura. La
estructura básica de estos compuestos está constituida por dos anillos bencénicos unidos
entre sí, en los TCDD la unión de estos anillos tiene lugar a través de dos átomos de
oxígeno, mientras que en los PCDF se realiza por medio de un átomo de oxígeno y un
enlace de carbono.

Bajo esta designación también se incluyen algunos bifenilos policlorados (PCB) análogos
a la dioxina que poseen propiedades tóxicas similares. En términos generales se trata de
compuestos orgánicos clorados, muy estables en la naturaleza, permanecen por años en
el aire, agua y en el suelo, resistiendo los procesos de degradación físicos y químicos, los
que pueden encontrarse en los alimentos en mezclas complejas de diferente tipo de
dioxinas. Sus concentraciones se miden en picogramos (pg; 10-12 g) o partes por trillón
(ppt; pg/g), mientras que sus toxicidades –que varía con cada compuesto- se miden en
equivalentes tóxicos respecto de la molécula de TCDD o TEQ. Los seres humanos se
exponen a la presencia de dioxinas en el organismo dado a que estos compuestos están
ampliamente distribuidos en el medioambiente incorporándose a la cadena alimentaria
donde persisten y bioacumulan, es por ello que muchas personas pueden presentar
niveles detectables de esta sustancia en sus tejidos.
Esta contaminación del medio ambiente afecta a todas las plantas terrestres ingeridas
directamente o utilizadas como materias primas para la alimentación animal, así como a
la cadena alimentaria animal acuática. Las materias primas destinadas a la
alimentación animal, al contener dioxinas, pueden perjudicar la salud animal o a la
salud humana dada su presencia en los productos de origen animal. El uso de alimentos
adecuados para animales, seguros y de buena calidad, son factores importantes para
poder garantizar la salud del consumidor y el bienestar animal. Por ello que resulta
imprescindible reducir su contenido en las diferentes materias primas destinadas a la
alimentación animal; esta reducción deberá tener presente el grado de toxicidad de la
sustancia, su bioacumulabilidad y biodegradabilidad, para de esta manera impedir la
aparición de efectos indeseables y nocivos para la salud humana.

Agrupadas las posibilidades de exposición o contacto de las personas a las


dioxinas y sus diversos efectos múltiples y variados en la salud, se relacionan con:

Los alimentos ingeridos: Principalmente de origen animal con alto contenido de


grasas como carnes, leche y productos lácteos, pescados, mariscos, huevos, etc.,
los que se contaminan por la deposición de emisiones que vienen de diferentes
fuentes.
Accidentes industriales o tecnológicos: Incendios, derrames.
Contacto por actividad profesional: Industrial, tecnológica
Contaminación del aire y el ambiente

Dioxina es el nombre común para una categoría que incluye actualmente unos 75
productos químicos. Las dioxinas no tienen uso comercial; son productos tóxicos
de desecho que se forman al quemar desperdicios que contienen cloro, o bien en la
manufactura de productos que contienen cloro. El PVC (cloruro de polivinilo) es
una de las fuentes más importantes de cloro, y se encuentra, entre otros, en el
material de desperdicio médico. Los dispositivos de PVC comúnmente utilizados
en la atención a la salud incluyen las bolsas utilizadas en terapias intravenosas,
los guantes, las sondas, las tiendas de oxígeno, las cubiertas de los colchones,
artículos de empaque y de oficina, tales como las carpetas médicas. Otras fuentes
de dioxina son los derivados del petróleo, pesticidas (DDT, lindano), disolventes
(percloroetileno, tetracloruro de carbono) y refrigerantes (CFC, HCFC).

También se encuentran dioxinas en el humo de los cigarrillos: la concentración total de


dioxina en éste es de aproximadamente 5 microgramos/m3. Se calcula que fumar 20
cigarrillos diarios significa una entrada en el organismo de aproximadamente 4,3
picogramos (la millonésima parte de un miligramo) por kilo de peso del fumador y por
día (1). Si consideramos que la mayoría de los fumadores crónicos adultos se iniciaron
como tales en su adolescencia, estando expuestos durante años, vemos que han
acumulado esta sustancia y decenas de otros cancerígenos contenidos en los cigarrillos
en su organismo. Aún más, estos contaminantes tienen mejor absorción por vía
inhalatoria. Cuando se blanquea el papel con cloro, o se utiliza éste como desinfectante en
el tratamiento de las aguas, o se quema algún producto clorado, se crean nuevos
productos llamados organoclorados.

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