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“LA CRISIS ECOLÓGICA MUNDIAL”

MSc. Marta Beatriz Nicanovich Cingolani

La Habana, Cuba, 2015

(Artículo extraído de uno de los capítulos del Compendio sobre “La


Crisis Económica Mundial, el Desarrollo y el Rol de las Naciones
Unidas” inscrito en el Registro Facultativo de Obras Protegidas y de
Actos y Contratos referidos al Derecho de Autor del CENDA (Centro
Nacional de Derecho de Autor, de Cuba), con el número 2128-06-2015,
el 9 de junio del 2017)
A. LA CRISIS ECOLÓGICA DENTRO DE LA
MEGA CRISIS SISTÉMICO ESTRUCTURAL

a. La crisis ecológica dentro de las mayores crisis de la mega crisis sistémico-


estructural

La crisis ecológica es una de las mayores crisis de la mega crisis sistémico-estructural


con la que se enfrenta el planeta y todos los seres vivos que en él habitan, y el problema
del cambio climático es uno de gran envergadura dentro de la problemática
medioambiental. No asombra entonces que, si el terrorismo logró en la quincena del 14
al 29 de noviembre del 2015 relegar a un segundo plano mediático la exitosa campaña
que París venía haciendo de la vigésimo primera Conferencia de las Partes de las
Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21) para reunir a los 195 países
firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC), resultó que los efectivos de seguridad estuvieron muy presentes y fueron
relevantes para el resultado del encuentro como lo fueron la presencia de estadistas y
asesores científicos.
Pero ¿cómo ubicamos a la crisis ecológica dentro de la mega crisis global? Se da a
nivel mundial una mega crisis sistémico-estructural que lleva en su caída a los países
dependientes, es decir los países en desarrollo. Desde el 2007 se dio una gran crisis
financiera que, en el 2001, se había dado en el campo de la informática y, en el 2007,
fue sustituida por una crisis inmobiliaria. La crisis global estalló entre el 2008 y el 2009,
y los aspectos medulares que la explican se dan como fenómeno asociado a la propia
dinámica del capitalismo. En la crisis global de los últimos años convergen un conjunto
de crisis parciales que han venido incidiendo con su propia dinámica sobre diferentes
ámbitos de la economía mundial.
Ya, en 1979, en la VI Conferencia Cumbre del Movimiento de Países no Alineados
(MNOAL), celebrada en el Palacio de las Convenciones de La Habana, el Comandante
en Jefe, Fidel Castro Ruz, en la sesión inaugural previó el peso de la crisis de entonces y
venidera al decir: “La crisis económica mundial, la crisis energética, la inflación, la
depresión, el desempleo de una forma u otra, agobian a los pueblos y a los gobiernos de
una gran parte de la tierra. Muy pocos de los integrantes de nuestro Movimiento, si hay
alguno, se ven libres de estas dificultades, porque sobre nosotros precisamente recae el
peso fundamental de estas calamidades”. (Internet, Google,
www.movimientonoalineados, 1979).
Y un mes más tarde, el 12 de octubre del mismo año 1979, en un discurso
pronunciado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (AG), el Comandante en
Jefe, Fidel Castro Ruz, hablando en nombre del Movimiento de los No Alineados
(MNOAL) expresó: “Los Jefes de Estado o de Gobierno hemos considerado que la
crisis del sistema económico internacional no es coyuntural sino que constituye un
síntoma de desajustes estructurales y de un desequilibrio que están en su propia
naturaleza; que ese desequilibrio ha sido agravado por la negativa de los países
desarrollados de economía de mercado a controlar sus desequilibrios externos y sus
altos niveles de inflación y desempleo; que la inflación se ha generado precisamente en
esos países desarrollados que ahora se resisten a aplicar las únicas medidas que podían
eliminarla… Esta crisis es asimismo el resultado de la persistente falta de equidad en las
relaciones económicas internacionales, de manera que resolver esa desigualdad, como lo
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proponemos, contribuirá a atenuar y alejar la propia crisis”. Y acto seguido, realiza una
serie de proposiciones para encontrar soluciones e implementarlas en los diferentes
ámbitos en que la crisis empezaba a manifestarse. (Internet, Google,
www.movimientonoalineados.1979).
Se dan actualmente cinco crisis de gran envergadura, de las cuales sólo se considerará,
en este estudio una, la ecológica, que es de fundamental importancia para la
supervivencia humana.
1) Crisis Institucional
2) Crisis Financiera
3) Crisis Alimentaria
4) Crisis Energética
5) Crisis Ecológica o Medioambiental

A. LA CRISIS ECOLÓGICA Y LOS


RESULTADOS DE LA CONFERENCIA DE
NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO
CLIMÁTICO
a. Generalidades.

Este acápite está basado en material que fuese brindado por la ecologista cubana, Lic.
Angela Corvea Martínez, creadora del Proyecto de Educación Ambiental Acualina, y
por la Dra. Blanca Munster Infante; en los artículos del Dr. Ramón Pichs Madruga ya
mencionados al tratar la crisis energética; por la última Encíclica del Santo Padre
Francisco, sobre el cuidado de la casa común, y por artículos aparecidos en el periódico
Granma. Se debe señalar que en los apéndices incluimos, también, artículos interesantes
sobre la crisis medioambiental.
El medio ambiente se ha deteriorado: las aguas se contaminan, la atmósfera se
envenena, la naturaleza se destruye. Las Naciones Unidas declararon al año 2008, el
“Año Internacional del Planeta Tierra”. Esta denominación tuvo el propósito de crear
una conciencia mundial sobre la importancia del conocimiento del espacio donde se
vive, para cuidarlo, y para mejorar las condiciones ambientales. El tema “cambio
climático” es de suma importancia, de suma actualidad.
La humanidad enfrenta hoy una grave situación de emergencia. Por eso es necesario
invitar a todos a una reflexión, un cambio de conciencia. Importantes medidas y
acciones se están realizando, a nivel mundial, para mitigar y adaptarnos a estos cambios.
Por ejemplo: la educación ambiental, desde temprana edad, y la comunicación a todo
nivel. Nos encontramos en emergencia planetaria, dicen algunos expertos. Se debe
luchar unidos por un cambio de conciencia. Se observan en inundaciones y huracanes
que dejan a familias enteras sin vivienda ni pertenencias.
Hace pocos años, comenzó a informarse que los seres humanos, con sus actividades y
criticables estilos de vida, son los responsables de estar destruyendo el planeta. La peor
dificultad para cuidar el medio ambiente es la ignorancia sobre los temas ambientales.
La prensa mundial trata sobre el calentamiento global, debido a las emisiones de gases a

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la atmósfera, y también de las cantidades de carbono, metano y otros gases de efecto
invernadero que hay que reducir.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresa inquietud por el aumento del
CO2. En efecto, la responsable de las Naciones Unidas para el clima, la costarricence
Christiana Figueres, expresó su “inquietud” y llamó a una acción “urgente” ante la
evolución de la concentración de CO2 en la atmósfera, que está al borde de pasar el
umbral simbólico de los 400 ppm (partes por millón). “Estamos muy cerca de pasar el
umbral de 400 ppm, declaró Figueres a las delegaciones de más de 190 países reunidos
en Bonn (2013), a quienes instó a tener “un sentido de la urgencia más fuerte”. Esta es
la primera cita para analizar el tema del cambio climático desde la Conferencia de
Doha, Catar, a finales del 2012.
Según el Dr. Ramón Pichs Madruga (op. cit., 2010) “existe una estrecha relación entre
la participación de los distintos países en el consumo mundial de combustibles fósiles,
y, la contribución de los mismos a las emisiones del CO2, como principal gas de efecto
invernadero. Así, por ejemplo, los Estados Unidos absorben 23% del consumo mundial
de petróleo, y aporta 21% de las emisiones globales de CO2, lo que se traduce en
emisiones de 21 toneladas métricas de CO2 anuales por habitante. En su conjunto, los
países desarrollados consumen el 58% del petróleo y emiten el 58% del CO2” (PNUD,
op. cit., 2007 y BP, op. cit., 2009).
En un discurso pronunciado en Río de Janeiro por el Comandante en Jefe en la
Conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo el 12 de junio de
1992, Fidel Castro Ruz demostró su gran preocupación por este tema, tal como lo
exponemos a continuación: “Una importante especie biológica está en riesgo de
desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida:
el hombre”. “Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para
impedirlo.”
“Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables
fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las
antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el
atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad.” “Con sólo el
20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los
metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han
envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la
capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas
con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer.”
“Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas
de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión
poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aún a costa
de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias
ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por su orden económico mundial injusto.”
“La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es
que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación
flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada
año en el Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras
mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la
ecología y propician la destrucción del medio ambiente.”

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“Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor
las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en
unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la
Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo
que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un
orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un
desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda
externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.”
“Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya
pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que
impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y
combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta?”
“Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la
irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos
haber hecho hace mucho tiempo.”
El informe coordinado por el economista británico Nicholas Stern (ex economista del
Banco Mundial (BM) y luego consejero del Gobierno del Reino Unido) llama la
atención internacional acerca de la necesidad de actuar cuanto antes para reducir los
impactos adversos del cambio climático, y, consecuentemente, evitar en gran medida,
los elevados costos que se derivarían de la no acción en este campo. Según este informe,
en ausencia de acciones de respuesta ante este reto ambiental, los costos globales
equivaldrían a la pérdida de entre 5% y 20% del Producto Interno Bruto (PIB) global
anual, en tanto los costos de las acciones recomendadas para mitigar el cambio
climático pudieran limitarse a alrededor de 1% del Producto Interno Bruto (PIB) global
anual (Stern, 2006, citado por Ramón Pichs Madruga, op. cit., 2010). La mayoría de los
gases de efecto invernadero tienen una larga permanencia en la atmósfera (más de 100
años en algunos casos), de modo que no sólo se trata de analizar la contribución actual
de los países industrializados al calentamiento global, sino, además, los efectos
acumulados de tales emisiones, lo que evidencia la necesidad de examinar la deuda
ecológica de estos países con la humanidad desde una perspectiva histórica. (Pichs
Madruga, Ramón, op. cit., 2010).
Cabe señalar que BBC Mundo expone cómo en la Unión Europea (UE) un 90% de la
población urbana respira aire contaminado. En efecto, un nuevo informe de la Agencia
Ambiental Europea concluyó que el 90% de las personas, que viven en centros urbanos,
están expuestas a niveles de contaminación atmosférica dañina. A pesar de recientes
reducciones en los niveles de emisiones de gases, la agencia sostiene que los problemas
de contaminación del continente están lejos de ser resueltos. En todos los países
miembros, según el informe, la industria y el tráfico vehicular son los principales
culpables de producir partículas y ozono superficial a niveles que son considerados
dañinos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). (BBC Mundo, “UE: 90% de
población urbana respira aire contaminado”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, 16
de octubre del 2013, página 4).
El Papa Francisco, en su reciente Carta encíclica titulada “LAUDATO SI’ Sobre el
Cuidado de la casa común”, expresa muy bien la problemática cuando dice: “Existen
formas de contaminación que afectan cotidianamente a las personas. La exposición a los
contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud,
especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. Se
enferman, por ejemplo, a causa de la inhalación de elevados niveles de humo que

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proceden de los combustibles que utilizan para cocinar o para calentarse. A ello se suma
la contaminación que afecta a todos, debida al transporte, al humo de la industria, a los
depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los
fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en
general”.

a. Calentamiento Global.

El año 2012 se incluyó en la lista de los diez años más calurosos desde que se
iniciaran registros en 1850, según un informe divulgado por la Organización
Meteorológica Mundial (OMM, 2013). Durante todo el período, la temperatura global
de la superficie de los océanos y de los continentes sobrepasó en 0,45 grados Celsius el
promedio de 14,0 grados observado entre 1961-1990. El mayor aumento de la
temperatura ocurrió al sur de Europa, América del Norte, el oeste de Rusia, zonas del
norte de África y de las regiones más al sur de Sudamérica. El frío se intensificó en
Alaska, en algunas zonas del norte y del este de Australia, y en Asia Central.
El hielo del océano Ártico se derritió a un ritmo récord, en el 2012, el noveno año más
cálido desde que se iniciaron los registros al respecto, afirmó la agencia de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) especializada en estos temas. En un
informe sobre el año 2012, la Organización Meteorológica Mundial (OMM, 2013) dijo
que, en agosto y septiembre de ese año, las zonas heladas del Ártico cubrían sólo 3,4
millones de kilómetros cuadrados, un 18% menos que en el 2007, cuando se había
registrado el precedente récord. Para la Organización Meteorológica Mundial (OMM)
este es “un preocupante signo del cambio climático”.

La cantidad de hielo en los polos de la Tierra registró un nuevo descenso récord en


enero del 2017, mientras las temperaturas del planeta ese mes fueron las terceras más
altas de la era moderna. Esas altas temperaturas inusuales (0,8 grados superior al
promedio del siglo XX) provocan que el hielo del Ártico se derrita aceleradamente
(Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, febrero del 2017).
Es importante hacer frente a los graves problemas que trae el cambio climático. En
efecto, ejemplo de ello es el hecho que el cambio climático hace estragos en la Antártida
y esto se refleja en la alimentación de las ballenas jorobadas y pingüinos que cada vez
tienen que salir a buscar el kril (crustáceos) más al sur del gigante desierto blanco.
(“Cambio climático mina alimento de pingüinos y ballenas”, Granma, Mundo,
Hilodirecto, La Habana, Cuba, Lunes 27 de marzo del 2017, página 4).

Los esfuerzos por desacelerar el calentamiento global mantendrán al planeta habitable


e impulsarán la economía mundial en $EE.UU. miles de millones, estimó una fuente
especializada el lunes 27 de marzo del 2017. La inversión en energía renovable y
eficiencia energética añadiría cerca de 0.8% al Producto Interno Bruto global para el
2050, señaló además la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus
siglas en inglés) en un informe producido para el gobierno alemán, refirió Prensa
Latina. Alemania encargó el informe en preparación para las negociaciones sobre
energía y clima del Grupo de 20 economías en los próximos meses. Las
transformaciones del sector energético podrían forzar a las compañías de combustibles
fósiles a dejar miles de millones de $EE.UU. de carbón, petróleo, gas y otros activos
bajo tierra, calculó IRENA, con sede en Abu Dabi. Ésta proyectó además que la
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proporción de energía renovable, debe aumentar hasta 65% del suministro de energía
primaria en el 2050, de aproximadamente 15% en el 2015. (“Acuerdo de París haría al
mundo más rico”, Granma, Mundo, La Habana, Cuba, Martes 28 de marzo del 2017,
página 4).

b. Arrecifes Coralinos.
Los arrecifes coralinos son ecosistemas vulnerables con una gran diversidad de
especies que rodean prácticamente a toda Cuba. Estos se han formado por el desarrollo
y acumulación de corales pétreos durante miles de años. Forman fondos muy variados
como los que los pescadores llaman rompientes o crestas coralinas, cabeceríos,
cangilones, ramajales, veriles y cantos de golfo, entre otros. Tienen gran importancia
para el sostenimiento de la pesca y del turismo de buceo, así como para la protección de
las costas con sus recursos naturales y humanos. Por lo tanto, se hace muy necesario
conocer los acontecimientos claves, relativamente recientes, que atentan nuestra
existencia y el aprovechamiento sostenible de los servicios ambientales de los arrecifes
coralinos. El año 2008 fue llamado “Año Internacional de los Arrecifes”. Todos los
individuos, empresas, escuelas, gobiernos y organizaciones fueron alentados a participar
activamente en una campaña de sensibilización sobre su valor, su importancia y sus
amenazas. Hay que tomar medidas para protegerlos. Los bellos arrecifes de Cuba están,
también, sometidos a impactos y riesgos de tipo natural y a la acción del hombre. El
cambio climático los amenaza y los perjudica con un daño mecánico, contaminación,
sedimentación y la sobre pesca causada por el hombre.
El mundo ha perdido casi la mitad de sus arrecifes de coral en los últimos 30 años.
Los científicos ahora luchan para garantizar que al menos una fracción de estos
ecosistemas únicos sobreviva durante las tres próximas décadas. La salud del planeta
depende de eso: los arrecifes de coral dan sustento a una cuarta parte de todas las
especies marinas, así como a 500 millones de personas en todo el mundo. Incluso si el
mundo pudiera frenar en este momento el calentamiento global, los científicos aún
esperan que más del 90% de los corales muera antes del 2050. Sin una intervención
drástica, nos arriesgamos a perderlos todos. (AP, “La mitad de los arrecifes de Coral
han muerto”, Granma, Mundo, Hilodirecto, La Habana, Cuba, Miércoles 15 de marzo
del 2017, página 3).

c. Basura.
Se convive con la basura. Cada día más computadoras y similares generan enormes
cantidades de basura electrónica. Los derrames tóxicos y de petróleo, producto de
accidentes en buques cisternas, provocan cada día más desastres ecológicos. Pulula la
basura por doquier, y esto es sinónimo de contaminación, y de agresión a la salud.
Quizás no podamos detener este gran desenfreno, pero sí podemos mitigarlos, por
ejemplo, que las autoridades limpien periódicamente los alcantarillados. Sólo el 2,53%
del agua existente en el planeta es dulce, pero las 2/3 partes del total están localizadas
en los glaciares y en las cubiertas permanentes de nieve. Aproximadamente 2 millones
de toneladas diarias de desechos son vertidos al agua, incluyendo industriales químicos
domésticos y agrícolas. El estimado total de aguas de desecho es de 1.500 km cúbicos
anuales. Hay muchos residuos no biodegradables: residuos domiciliarios y comerciales,
residuos de demolición, residuos clínicos, electrónicos e industriales, residuos altamente
tóxicos y radioactivos. Como mismo lo reconoce el Papa Francisco, en su Carta
Encíclica “LAUDATO SI’”: “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más
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en un inmenso depósito de porquería”. (Papa Francisco, Carta Encíclica del Santo Padre
Francisco, Laudato Si’ Sobre el cuidado de la casa común, Colección Documentos
Eclesiales 33, Librería Editrice Vaticana, 2015, Editorial San Pablo, Buenos Aires,
Argentina (director.editorial@sanpablo.com.ar), julio del 2015, p. 205).

d. Biodiversidad.

Es toda la variedad de la vida existente en el planeta, desde el nivel molecular, hasta


los más complejos ecosistemas y paisajes; desde la cima de las montañas más altas y la
atmósfera, hasta las grandes profundidades oceánicas. Cada día desaparecen más
especies de animales y plantas. Conocerlas y protegerlas ayudará a su conservación. Su
protección ofrece el único medio por el cual las naciones del mundo pueden alcanzar un
desarrollo sostenible. Cada hábitat que desaparece en el mundo representa la pérdida de
especies que están actualmente en peligro de extinción. Es por ello que es
responsabilidad principal de todos el tomar las medidas necesarias a fin de preservar la
biodiversidad para las generaciones futuras, antes de que la riqueza de la vida en el
planeta desaparezca para siempre.
El calentamiento tiene efectos sobre el ciclo del carbono. Crea un círculo vicioso que
agrava aún más la situación, y que afectará la disponibilidad de recursos
imprescindibles como el agua potable, la energía y la producción agrícola de las zonas
más cálidas, y provocará la extinción de parte de la biodiversidad del planeta. Si la
actual tendencia continúa, este siglo XXI podría ser testigo de cambios climáticos
inauditos y de una destrucción sin precedentes de los ecosistemas, con graves
consecuencias para todos nosotros. En lo que concierne a la pérdida de biodiversidad, la
situación es tan alarmante que la humanidad está urgida de emprender acciones para
revertirla y encaminar pasos efectivos hacia la sostenibilidad de su conservación, no
sólo a través del establecimiento de restricciones y medidas para la sostenibilidad de su
uso, sino también para su protección y rehabilitación. Se presentan tres factores que
están directamente vinculados a la pérdida de la biodiversidad: 1) el crecimiento
demográfico, dada su relación con la seguridad alimentaria, entre otras implicaciones;
2) la situación económica mundial; 3) el cambio climático y sus impactos.
Afortunadamente existen organizaciones a nivel global que ubican a las especies en
listas rojas según el grado de peligro en que se encuentran en la naturaleza, toman
medidas también llevan adelante importantes proyectos de conservación. Pero estos
esfuerzos no son suficientes, si no se involucran todos los ciudadanos del mundo.

Entre los logros recientes, en Cuba, en cuanto a la protección del entorno y evitar la
pérdida de la biodiversidad, se puede citar la reducción en más de 900 toneladas del
volumen de productos químicos y desechos peligrosos generados por entidades de la
producción y los servicios en la provincia cubana de Holguín durante el año 2016. Este
resultado contribuye a la conservación de ecosistemas priorizados por la estrategia
ambiental nacional, entre ellos la cuenca del río Toa y la bahía de Nipe. Para más
detalle, se puede afirmar que se recuperaron en el período más de 400 toneladas de
aceites usados como combustible, los cuales se consideran altamente nocivos para el
medioambiente debido al alto contenido de residuos de oxidación. Es importante tener
en cuenta que estos compuestos provocan severas afectaciones al entorno como la
infertilidad de las tierras de cultivo, la contaminación de las aguas subterráneas, la
pérdida de la biodiversidad y el deterioro de las áreas naturales. (“Manejo de desechos

8
peligrosos, logro ambiental en Holguín”, Granma, Cuba, Miércoles 10 de mayo del
2017, página 2).

e. Desertificación y Sequía.

Es uno de los grandes problemas que aquejan hoy a la humanidad. Consiste en la


disminución de productividad de la tierra, causada principalmente por malos manejos
que comprometen la producción de alimentos para la población. En la actualidad, la
desertificación afecta a 250 millones de personas, es decir a una tercera parte de la
superficie terrestre (equivalente a 4.000 millones de hectáreas). El 70% de los 5.200
millones de hectáreas de tierras secas, que se utilizan en la agricultura, está ya
degradada y amenazada por la desertificación.
En los próximos 20 años se espera que más de 60 millones de personas abandonen
áreas desertificadas del África Subsahariana en dirección al Norte del continente y a
Europa. Es importante ver que no contamos con siglos sino sólo con décadas. De
continuar la actual dinámica ambiental, antes de finalizar el siglo XXI, la humanidad
enfrentará una situación de escasez de recursos naturales (muy particularmente de agua
potable).
En Cuba, directivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) llamaron
la atención sobre la necesidad y urgencia de racionalizar el agua, cada día más cara y
escasa. El ingeniero Argelio Fernández Richeline, especialista principal de la dirección
de Uso Racional del Agua, dio a conocer que de marzo del 2016 a marzo del 2017 había
habido un fortalecimiento de los procesos de sequía meteorológica en el territorio
nacional cubano, habían ido creciendo los déficits de lluvias y que para marzo del 2017
prácticamente todo el país estaba con situación de sequía. Al cierre de febrero del 2017
sólo habían caído 29 milímetros de lluvia, lo que representaba el 67% de lo que debía
precipitar en ese mes. (Céspedes Hernández, Lauren, “La sequía persiste y se
intensifica”, Granma, La Habana, Cuba, Jueves 16 de marzo del 2017, página 1)

f. Cuba prepara proyectos para reducir efectos del cambio climático.

Cuba elabora un grupo de proyectos para la adaptación y mitigación de efectos del


cambio climático con vistas a su aprobación en el llamado Fondo Verde para el Clima
(FVC). El país aún no tiene ningún proyecto aprobado por el Fondo Verde para el
Clima (FVC), pero está haciendo una labor importante en este sentido, dijo Wenceslao
Carrera, funcionario del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA), a Prensa Latina en el contexto de un taller para periodistas acreditados del
sector. Por eso, Cuba designó como su autoridad ante el Fondo, al Viceministro del
CITMA, José Fidel Santana, y también creó, por indicación del Gobierno, un Comité de
Coordinación Interministerial (CCI), presidido por el Banco Central de Cuba.

En el Comité de Coordinación Interministerial (CCI) los organismos analizan las


propuestas del país para su aprobación en el Fondo Verde para el Clima (FVC), de
manera tal que se incluyan las prioridades de los principales planes de desarrollo y se
cumpla el objetivo de captar el financiamiento para apoyar los programas internos. A
propósito de ello, el primer proyecto, que ya se envió al Fondo Verde para el Clima
(FVC), es de creación de capacidades, o sea se trata de una donación para preparar a los
especialistas sobre los mecanismos del Fondo Verde para el Clima (FVC), la manera de
presentar los proyectos, y los estudios de prefactibilidad y factibilidad.

9
Sobre el tema de adaptación, también se incluye uno sobre paisajes productivos,
liderado por el Ministerio de la Agricultura, para el cambio de paradigma productivo,
centrado en el bosque y su relación con las cuencas, ganadería, los cultivos y las zonas
costeras. Otro de los proyectos, en proceso de elaboración por la Agencia de Medio
Ambiente, abarca a un grupo de municipios del país y su objeto principal es el recurso
agua y su interrelación en las comunidades vulnerables. En materia de mitigación se
preparan dos proyectos, uno para apoyar el plan de producción porcina, y otro
relacionado con el programa de energía renovable.

El Fondo Verde para el Clima (FVC) es un mecanismo dentro de la Convención


Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático constituido para ayudar a
países en desarrollo en prácticas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus
efectos. El taller con los medios de comunicación, que cerró sus puertas el jueves 10 de
mayo del 2017, también abordó, entre otros asuntos, las evidencias actuales de las
radiaciones ionizantes y los equipos médicos desarrollados por el Instituto de
Cibernética, Matemática y Física. (Madariaga, Reina, “Cuba prepara proyectos para
reducir efectos del cambio climático”, Granma, Cuba, La Habana, Cuba, Jueves 11 de
mayo del 2017, página 2).

g. El Cambio Climático en general y las Conferencias de las Naciones Unidas


sobre Cambio Climático.
El cambio climático es, quizás, el ejemplo más comúnmente reconocido de una
cuestión intrínsecamente mundial, que requiere cooperación internacional, a través de
acuerdos multilaterales. El entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-
Moon, en su informe correspondiente al año 2013, expresó: “La conservación de la
biodiversidad supone una contribución decisiva a la moderación de la escala del cambio
climático y a la reducción de sus impactos negativos”. Esta reflexión conducía a que se
considerara que la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático eran problemas
interrelacionados, por lo que para evitar repercusiones más graves de esta conexión, era
necesario formular políticas que abordasen a ambos con la misma prioridad y en
estrecha coordinación.
En el Sur está yendo más allá de los enfoques bilaterales, al incorporar el abordaje del
cambio climático a estrategias de desarrollo nacional. China ha prometido reducir su
intensidad de carbono (emisiones de dióxido de carbono por unidad de Producto Interno
Bruto (PIB)), entre un 40 y un 45%, para el 2020. En el 2010, India anunció
reducciones orientadas voluntarias, del 20 al 25% en la intensidad del carbono.
Legisladores coreanos aprobaron un programa de intercambio de derechos de emisión,
en marzo del 2012, para reducir las emisiones de fábricas y centrales eléctricas.
En la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Desarrollo
Sostenible realizada en Río de Janeiro, en el 2012, Mozambique anunció una nueva hoja
de ruta de la economía verde. Y México promulgó la primera ley de cambio climático
integral del mundo, con el propósito de reducir las emisiones y de construir el sector de
energía renovable. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) de Naciones
Unidas prevé frecuentes inundaciones, tormentas, y una gran ola de calor, que se
extenderá desde los Estados Unidos hasta Zambia dentro de cuatro décadas. La
Organización Meteorológica Mundial (OMM) lanzó una campaña que pretende llamar
la atención sobre los efectos del cambio climático. (“La ONU pronostica un infierno

10
climático para el 2050”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, 3 de septiembre del
2014, página 4).
Todas las regiones del mundo estarán afectadas por el cambio climático, que traerá
entre otros eventos, veranos más calientes, en particular en América Latina, según un
estudio realizado por el Instituto de Investigación del Clima de Potsdam, Alemania. La
acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar, los ciclones tropicales y los
cambios de temperatura incidirán en los medios de vida costeros, el turismo, la salud, y
la seguridad alimentaria e hídrica, especialmente en el Caribe, señaló el informe. Por
otro lado, la investigación indicó la probabilidad de períodos de sequía en el Cercano
Oriente y en el norte de África, donde gran parte de la población depende de la
agricultura y las precipitaciones pluviales. (Prensa Latina, “Cambio Climático afectará a
todas las Regiones del Planeta”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, La Habana,
Cuba, 25 de noviembre del 2014, página 7).
Cuba, por su parte, incentiva la creación de capacidades científicas e investigaciones
sobre el conocimiento de los impactos del cambio climático, para los años 2050 y 2100,
aseguró Elba Rosa Pérez Montoya, Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA) de Cuba. La isla antillana promueve estudios de peligro, vulnerabilidad, y
riesgos de desastres, estrategias climáticas sectoriales, el monitoreo, la comunicación, y
la concienciación social, entre otras acciones. (“Incentiva Cuba acciones contra
impactos del cambio climático”, Granma, La Habana, Cuba, 3 de septiembre del 2014,
página 1).
Además, Cuba implementó desde hace más de tres lustros un programa nacional para
reducir el uso paulatino de sustancias agotadoras de la capa de ozono en diferentes
sectores productivos y de servicios, en cumplimiento de los compromisos
internacionales asumidos como signataria del Protocolo de Montreal, firmado el 16 de
septiembre de 1987, y ratificado hoy en día por la totalidad de los países miembros de
las Naciones Unidas. (Pelaez Mendoza, Orfilio, “Prioriza Cuba eliminación de
sustancias dañinas a la capa de ozono”, Granma, La Habana, Cuba, 4 de septiembre del
2014, página 1).
Es interesante destacar los esfuerzos e investigaciones, realizadas en Sancti Spíritus,
por contrarrestar secuelas del cambio climático, las que son preocupación de no pocos
ante la existencia en gran parte del mundo de algunos sistemas amenazados, eventos
meteorológicos extremos como olas de calor, inundaciones costeras y prolongadas
etapas de sequía, entre otros. Es necesario mencionar que, en diferentes centros
espirituanos, se buscan variedades de cultivos resistentes a la sequía y se han propuesto
como medidas concretas para ejecutar la creación de malecones y estructuras de
protección costera para el control de crecidas, y la preparación de sistemas de alerta
temprana.
Abordar el cambio climático requiere un verdadero multilateralismo. Por ejemplo,
para reducir la cantidad requerida de emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero, el Norte y el Sur tienen que alcanzar un acuerdo justo y aceptable para
ambos sobre cómo compartir las responsabilidades, a la vez que deben asegurar que
puedan cumplirse las aspiraciones de desarrollo legítimas del Sur. Gran parte del debate
actual, en torno al cambio climático, se refiere a las negociaciones internacionales
relacionadas con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kioto (PK).
Según la letra del Protocolo de Kioto (PK), los países industrializados se
comprometieron a reducir el total de sus emisiones de gases de efecto invernadero en un
11
5,2%, para el período 2008-2012, con relación a los niveles de 1990. El Protocolo de
Kioto (PK) consideró explícitamente seis tipos de gases de efecto invernadero: CO2,
metano, óxido nitroso, Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y
Hexafluoruro de azufre (SF6). Las metas de reducción de emisiones establecidas en el
Protocolo de Kioto (PK) resultan insuficientes para lograr la estabilización de las
concentraciones atmosféricas de CO2. Aún así, existen pocos indicios de que los países
desarrollados estuviesen adoptando las medidas necesarias para hacer efectivos los
modestos compromisos de reducción de emisiones recogidos en el Protocolo de Kioto
(PK). (Pichs Madruga, Ramón, op. cit., 2010).

Según informes de la Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas


sobre el Cambio Climático (CMNUCC), los países desarrollados aumentaron sus
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 9,1%, en el período 1990-2006.
Estados Unidos es el único país desarrollado que no ratificó durante muchísimos años,
por no decir nunca, la primera parte del Protocolo de Kioto (PK). Una de las principales
críticas de las últimas administraciones de los Estados Unidos se refiere a que los países
en desarrollo no tienen compromisos de reducción de emisiones en el Protocolo de
Kioto (PK). Según el entonces Presidente estadounidense, George W. Bush, la
exoneración de países en desarrollo de las obligaciones del tratado es una "falla fatal”
del Protocolo de Kioto (PK).

Según el Dr. Ramón Pichs Madruga (op.cit., 2010) a la hora de examinar los
mecanismos de mercado del Protocolo de Kioto (PK) y proyectar, en general, el proceso
futuro de negociaciones en torno al cambio climático, debe tenerse en cuenta que en
aquellos casos en que el móvil de las Partes sea más comercial que ambiental, los
resultados en materia de mitigación y adaptación al cambio climático serían
desalentadores. Los criterios de mercado, con una perspectiva de corto plazo, no
resultan adecuados para enfrentar problemas, como el cambio climático, que requieren
una perspectiva de análisis de largo plazo, que considere las prioridades
socioeconómicas y ambientales de los países en desarrollo.

Cualquier iniciativa para hacer frente al cambio climático – según dicho autor y
opinión que se comparte – debe partir de reconocer la responsabilidad de los países
altamente desarrollados con las emisiones históricas de gases de efecto invernadero –
importante componente de la deuda ecológica del Norte -, así como los diferentes
niveles de desarrollo entre el Norte y el Sur. De lo contrario, se acentuarían las
relaciones de subordinación y dependencia del Sur respecto al Norte, y se agudizarían
los desequilibrios económicos ambientales y sociales, que ya hoy en día alcanzan
proporciones alarmantes.

El 26 de junio del 2009, se aprobó por estrecho margen, en la Cámara de


Representantes de los Estados Unidos, el “American Clean Energy and Security Act”,
en virtud del cual este país reduciría sus emisiones de CO2, en un 17%, para el 2020,
con relación al 2005. Este limitado compromiso aún estaba pendiente de votación en el
Senado de los Estados Unidos, cuando el Dr. Ramón Pichs Madruga escribía su artículo
sobre el tema (octubre del 2009). Ese compromiso leve equivale aproximadamente a
una reducción del 4% con relación a 1990, es decir, un porcentaje muy inferior al que se
demanda, como necesario, por estudios especializados. Resulta en opinión del autor
muy preocupante, además, la cláusula proteccionista incluida en el acta antes
mencionada, que aboga por la aplicación de tarifas comerciales, a partir del 2020, a las

12
importaciones procedentes de países que se considere no hacen esfuerzos por limitar las
emisiones de carbono.

Un estudio confirmó la existencia de una realimentación positiva en el cambio


climático, por la cual el propio calentamiento amplificaría el efecto invernadero. La
investigación, llevada a cabo por un equipo internacional encabezado por Egbert Van
Nes, de la Universidad de Wageningen, en Holanda, muestra en datos de núcleos de
hielo que la temperatura global tiene un impacto profundo en las concentraciones
atmosféricas de gases con efectos negativos. Esto significa que, a medida que la
temperatura de la Tierra aumenta, la realimentación en el sistema acarrea un
calentamiento adicional. (Prensa Latina, “Estudio confirma que se amplificará el efecto
invernadero”, Granma, Hilodirecto, La Habana, Cuba, 3 de abril del 2015, página 12).

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, anuncian en su objetivo 13 que


hay que adoptar medidas urgentes para combatir el Cambio Climático y sus efectos
(reconociendo que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático es el principal foro intergubernamental internacional para negociar la
respuesta mundial al cambio climático). Entre sus metas se encuentran:

1. Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados


con el clima y los desastres naturales en todos los países.

2. Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y


planes nacionales.

3. Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional


respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción
de sus efectos y la alerta temprana.

A. Cumplir el compromiso de los países desarrollados que son partes en la


Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de lograr
para el año 2020 el objetivo de movilizar conjuntamente $EE.UU. 100.000
millones anuales procedentes de todas las fuentes a fin de atender las
necesidades de los países en desarrollo respecto de la adopción de medidas
concretas de mitigación y la transparencia de su aplicación, y poner en pleno
funcionamiento el Fondo Verde para el Clima capitalizándolo lo antes posible.

B. Promover mecanismos para aumentar la capacidad para la planificación y


gestión eficaces en relación con el cambio climático en los países menos
adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, haciendo particular
hincapié en las mujeres, los jóvenes y las comunidades locales y marginadas.

Los científicos tienen que ser capaces de resaltar los servicios ambientales que
brindan los ecosistemas, el rol de la biodiversidad asociada a estos servicios y la
necesidad de su conservación. Esta estrategia de actuación es imprescindible para
acaparar la atención de los decisores y favorecer alianzas de trabajo conjunto.

i. 2015: Última parada contra el Cambio Climático en París.


Las negociaciones impulsadas por la ONU sobre el cambio climático se concentraron
en el encuentro de París, del 29 de noviembre al 12 de diciembre del 2015 (se tuvo que

13
prolongar un día más de lo previsto a fin de lograr el Acuerdo), al cual se llegó con la
preocupante perspectiva de un recalentamiento del planeta de 3 grados a 5 grados
Celsius. Los 194 países reunidos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre este
asunto, que había anteriormente sesionado en Doha, capital de Catar, habían aprobado
una prórroga hasta el 2020, del período de compromiso del Protocolo de Kioto (PK).
Sin embargo, los analistas concordaron en que el acuerdo era menos que formal, pues
los países que se habían comprometido a reducir sus emisiones representan, en general,
poco más del 15% del total de las emisiones mundiales. El país más contaminante de la
historia, los Estados Unidos, ni siquiera llegó a ratificar por muchísimos años la primera
parte de Kioto, y tampoco se sumó a este segundo período.
Pero algo permitió pensar que esta actitud iba a cambiar en el futuro pues, a fines del
mes de marzo del 2015, el Gobierno de los Estados Unidos envió por vez primera en la
historia de las negociaciones climáticas, su contribución nacional para el acuerdo de
lucha contra el calentamiento global que se había previsto adoptar en París, a fines del
2015. Según reveló un documento estatal de los Estados Unidos, la nación
norteamericana se comprometió, en ese entonces, a reducir sus emisiones entre un 26 y
un 28% para el 2025 con respecto a los niveles del 2005. Ese objetivo, marcado por el
Presidente Barack Obama durante su visita a China, en noviembre del 2014, estaba
incluido en un documento que la Casa Blanca envió, el 31 de marzo del 2015, a la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
(Associated Press, “EE.UU. se compromete a reducir sus emisiones de gas
invernadero”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, La Habana, Cuba, 1 de abril del
2015, página 4).
Esto no hace más que confirmar lo dispuesto entre los Estados Unidos y China, el
miércoles 12 de noviembre del 2014, cuando ambos países habían anunciado, en el
marco de la cumbre de Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), que se celebró en
Beijing, un nuevo acuerdo para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Mientras que los Estados Unidos afirmó que recortaría, para el año 2030, sus emisiones
entre un 26 y un 28% con respecto a los niveles del 2005 (se sabe que más
recientemente los Estados Unidos prometieron que lo harían para el 2025, cinco años
antes de la fecha acordada en Beijing), China se comprometió a ponerle un tope al nivel
máximo de sus emisiones para esa fecha o antes, si es posible.
Con este acuerdo, las dos principales potencias mundiales, que suman cerca del 40%
del total de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, buscaron alentar a
otros países a anunciar compromisos similares, para impulsar las negociaciones de cara
a un acuerdo mundial contra el cambio climático, para el 2020, en la reunión que se
celebró en París en el 2015. (“China y los Estados Unidos anuncian acuerdo a favor del
medio ambiente: las dos potencias mundiales suman cerca del 40% del total de
emisiones de gases de efecto invernadero”, Granma, Internacionales, La Habana, Cuba,
13 de noviembre del 2014, página 5).
Otro hecho positivo fue que la 20 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático (COP20) había concluido, el 12 de diciembre del 2014, con el borrador de un
nuevo acuerdo, que los países de América Latina pidieron fuera vinculante y
reconociera el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Aún cuando
hubo muchas señales positivas en cuanto a lograr un texto adecuado, para confirmarlo
era necesario esperar hasta el final de las sesiones, que algunos consideraron que se
podrían extender.

14
El entonces Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, hizo un llamado a la
comunidad internacional para hacer del cambio climático un tema central, ya que –
consideró – un acuerdo amplio no es una opción sino una necesidad. Kerry se refirió al
acuerdo alcanzado con China, días atrás: “Nos sentimos orgullosos del acuerdo con
China. Tenemos compromisos con los tres más grandes emisores del mundo. No es
suficiente. Pero es un inicio”, dijo, según Prensa Latina (PL). “Y no es secreto que
hemos tenido desacuerdos en el pasado. Pero nos hemos unido, y hemos anunciado
compromisos post 2020. Esperemos que más países se sumen a esto”, indicó el
Secretario de Estado norteamericano.
Por su parte, el entonces Secretario General de las Naciones Unidas (UN), Ban Ki-
Moon, señaló que “como nunca antes hay un entendimiento compartido de que debemos
estar juntos en esto, porque juntos es la única forma en que transformaremos esta crisis
en oportunidad”, expresó. Resaltó que, en la semana anterior, se había superado el
monto de $EE.UU. 10.000 millones, destinado al Fondo Verde para el Clima, que tiene
como objetivo financiar las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático en
las naciones en desarrollo. Además, señaló que no se podría erradicar la pobreza sin
fortalecer la resistencia climática o sin utilizar “fuentes de energías más limpias y
seguras”. (“COP20 finaliza en la búsqueda de un nuevo acuerdo climático”, Granma,
Internacionales, La Habana, Cuba, 13 de diciembre del 2014, página 4). Ese monto, no
era ni es suficiente para hacer frente a todos los daños producidos por el cambio
climático.
En efecto, se dio la existencia de otras opiniones no tan optimistas como fueron las de
Kerry y Ban Ki-Moon, tal como fue la del Profesor de la Universidad Politécnica de
Cataluña y Presidente de la Asociación Proyecto Gobernanza Democrática Mundial, Dr.
Josep Xercavins I Valls, quien en un artículo denominado “Kioto II: demasiado nombre
para tan poca cosa” (Granma, enero del 2013, página 9) dijo: “Y claro, buenos y
experimentados conocedores de cómo van las negociaciones climáticas expresaron que
no se puede apostar nada acerca de que tendremos el nuevo “instrumento”, para el 2015
(total, no debe entrar en vigor hasta el 2020. Y quedan muchas noches de ahora hasta
entonces para resultados de negociaciones por cansancio). Por lo tanto, tenemos, desde
el 2013 hasta el 2019, para no hacer nada serio en la mitigación de emisiones. La
concentración en la atmósfera de las emisiones de CO2 no parará de crecer porque, a
pesar de las crisis, la economía mundial sigue creciendo y creciendo. Y por ello aquella
llegada a un pico máximo de concentración en la atmósfera, y una posterior bajada hasta
la que había en 1990, no la veremos en ningún caso dentro de esta década que debemos
calificar, claramente, como perdida.”
A modo de reflexiones finales, dicho profesor expresó:
“a) Pero… y la “madre tierra” ¿qué dirá a todo esto? Sólo su sabiduría al nivel de
Gaia puede hacer tambalear este panorama tan triste, a costa, claro está, de más
desastres y sufrimientos que quién sabe si harán reaccionar a alguien.
b) La Plataforma de Durban prevé que el nuevo “instrumento” debe serlo en el
contexto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC). Y este es otro lastre que, en cambio, no nos hemos sacado de encima. El
anexo I de la convención con la lista de partes (estados) que se comprometían a mitigar
emisiones es obsoleto y, por lo tanto, la convención misma es, desde el punto de vista
de este profesor, obsoleta. El mundo del año 1992 (en el que se redactó la convención)
no se parece demasiado al mundo del 2012. No sé pues, cómo nosotros lo haremos para,
algún día, estar a la altura de las circunstancias.”

15
Habiendo considerado esta especie de antesala tan diversa a esta tan esperada
Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (COP21), llevada a cabo en París, capital francesa, se expondrán
algunas reflexiones respecto de dicha Conferencia y sus resultados, ya que es la última
que trató sobre un tema que es de carácter tan perentorio, por lo importante para el
destino presente y futuro de este convulsionado Planeta Tierra…

Los resultados son vistos por los diferentes analistas desde un prisma diferente… En
efecto, algunos lo ven desde un ángulo de verdadero avance político, pero ciertos
hombres y mujeres de ciencia lo ven diferentemente… Estos son más pesimistas ya que
consideran que los cambios no son lo suficientemente rápidos, y no se ven
verdaderamente soluciones revolucionarias… Algunos de ellos querrían que la solución
al problema se lograra inmediatamente, especialmente, teniendo en cuenta la cantidad
de años que se viene discutiendo al respecto sin logros tangibles y concretos… Que
siempre se llega a lo mismo sin evidenciarse avance alguno que resalte a la vista…
Pero, hay que tener en cuenta cuán difícil es llegar a un consenso, rápidamente, a través
de las negociaciones multilaterales, especialmente en Conferencias como ésta donde
participaron representantes de 195 países miembros…

Tenemos entre los que ven al Acuerdo, alcanzado al cabo de la Conferencia de


Naciones Unidas en París, como algo positivo, al Papa Francisco, quien abogó siempre
por un compromiso colectivo para cumplir dicho acuerdo sobre el clima, y reclamó
prestar especial atención a las poblaciones más vulnerables. El Papa expresó su
satisfacción por el pacto y, como otros (tal como la Directora General de la UNESCO,
Irina Bokova), lo calificó de “histórico”.

Es cierto que teórica y prácticamente, resultó ser un acuerdo “ambicioso y


equilibrado”, tal como lo pedía y lo esperaba Cuba y su Gobierno, y otros países en
desarrollo y países menos adelantados… Tal como lo expresó la Ministra cubana de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), Elba Rosa Pérez Montoya, si bien no
es perfecto ni suficiente el acuerdo climático al cual se llegó, sí recoge el consenso del
trabajo realizado desde hace unos cinco años, desde la Conferencia de Durban (en
Sudáfrica), en el 2011. Y se podría considerar que significa un avance significativo
desde los resultados deplorables del fiasco que fue la Conferencia de Copenhague, en el
2009.

Según reconocieron los expertos, todo lo que Cuba ha venido planteando, como son
los temas de adaptación, financiación, transferencia de tecnología, utilización de los
resultados de las ciencias, entre otros, han estado reflejados en el acuerdo. Lo más
importante son dos aspectos a tener en cuenta: el de la mitigación de los efectos del
cambio climático y, para los países en desarrollo y países menos adelantados, es el de la
adaptación.

Cuando uno se refiere a la adaptación hace alusión a cómo, los países en desarrollo y
países menos adelantados, nos adaptamos a los efectos, cada vez más nocivos del
cambio climático, teniendo en cuenta que son efectos que influyen negativamente en
diferentes sectores de la vida económica y social de dichos países y que tienen también
no sólo un carácter sectorial, sino implicancia territorial, pues van a afectar en forma
diferente según sea un territorio cercano al mar y océanos, o en el que predominen las

16
montañas, o las zonas forestales, según sean zonas ubicadas en occidente, centro u
oriente, norte o sur de un país.

Es motivo de orgullo para Cuba que la presidencia de la COP21 francesa reconoció


que los representantes de la Isla fueron muy propositivos y no pasivos, y cuando hubo
asuntos a modificar, propiciaron textos alternativos. Según dijeron los medios (Mesa
Redonda, Lunes 21 de diciembre del 2015; Granma, Internacionales, 14 de diciembre
del 2015, p. 5), la posición de la delegación cubana fue la de buscar permanentemente el
consenso y los aspectos constructivos para el debate en París. Hay que tener en cuenta
que la posición cubana refleja lo que ha sido la preocupación de este país desde hace
más de 20 años y que se refleja en la Política y la Estrategia Nacional para hacer frente
al lamentable y peligroso fenómeno del cambio climático...

Cuba ha podido presentar posiciones concertadas como un país más insular en


desarrollo, dentro de la postura general que dichos países insulares en desarrollo tienen
en el Grupo de los 77, también ha llegado a una concertación dentro de los países que
componen el ALBA (que tuvo una participación determinante en la Conferencia de
Copenhague evitando, en parte, el llamado fraude de Copenhague), también ha logrado
una concertación dentro del Grupo de los Países que más sufren del problema del
cambio climático, es decir los países más vulnerables… Es necesario recordar que Cuba
sólo contribuye con un 0.08% al problema mundial del cambio climático, mientras que
no se debe olvidar que son los Estados Unidos, China, y la India, entre otros, los
mayores responsables de la emisión de gases de efecto invernadero…

Es indispensable que los países desarrollados asuman su responsabilidad en esta


temática y asuman sus compromisos, contraídos en el Acuerdo de París, que es
vinculante, y que debe pasar a implementarse, en el año 2020, cuando los países
desarrollados no tendrán, según parece, escapatoria para cumplir con sus
responsabilidades. Hay que tener en cuenta que estos países, en su gran mayoría, no
ratificaron el Protocolo de Kioto en su segunda parte. Sólo dos países desarrollados lo
hicieron, pero no lo hicieron los Estados Unidos, que como dijimos, tiene un sector
industrial que está entre los más contaminantes. Y algunos países se salieron del
Protocolo durante el proceso de negociaciones...

Lo que es dado preguntarse es ¿qué pasará, desde ahora hasta el 2020, en que el
Acuerdo de París entre en vigor? Un hecho positivo es que se avizoró la creación y se
creó en esta Conferencia un llamado Comité de París, que tiene entre sus funciones el
asegurar que se llegue a cumplir y aplicar por todos los países el Acuerdo de París… No
hay que olvidar que lo que las naciones en desarrollo han pedido es que la
responsabilidad sea “común pero diferenciada” pues, en efecto, no se le puede exigir a
los países en desarrollo y países menos adelantados la misma responsabilidad que tienen
los países desarrollados, quienes cuentan con un nivel seguro de financiación y
conocimiento tecnológico (“know-how”) que les falta a los países en desarrollo y países
menos adelantados…

En este último respecto, cabe enfatizar que los países en desarrollo y los países menos
adelantados deben contar con la asistencia financiera y tecnológica de los poderosos: los
países desarrollados, que tienen una responsabilidad certera en proveerla… Se
determinó que se necesitan al menos una cifra global de 100 billones de dólares para
ayudar a hacer frente al problema trágico del cambio climático… Esta debe ser tomada

17
como una cifra de base, una cifra a la que se llegó políticamente, pero que no alcanza a
la cifra que los científicos opinan que es necesaria para hacer frente, efectivamente, a
este flagelo… Pero algo es algo y mejor que nada...

Hay que destacar que los países desarrollados no se comprometieron con cifras
específicas y concretas tal como lo prometieran públicamente los Estados Unidos y
China, fuera del marco de la Conferencia, como fue visto anteriormente, lo que indica
su intención de rehuir a cualquier cosa que los pudiera comprometer profundamente…
Eso no es de extrañar pues siempre tienden a hacer lo mismo en muchas Conferencias
Internacionales…

Es de resaltar que el problema del cambio climático está estrechamente vinculado con
los problemas del desarrollo. Se llegó, en París, a un consenso que ninguna acción en
favor de la lucha contra el cambio climático puede ir en desmedro de lo que cada país
destina para luchar contra otros flagelos importantes, que azotan a los países en
desarrollo y países menos adelantados, como lo son el fenómeno de la pobreza y el de la
seguridad alimentaria. Todos estos aspectos tienen que ir, de la mano, en cuanto a la
forma y el nivel de ayuda que reciben los países en desarrollo y países menos
adelantados.

En efecto, no se puede considerar a la crisis medioambiental si no es en relación con


la crisis económica, la crisis financiera, la crisis alimentaria, que son algunas de las
crisis que enfrenta la humanidad que, todas, forman lo que llamamos la mega crisis
sistémico-estructural, que no es una crisis coyuntural, tal como se enunció al
considerarse al principio, sino que es una crisis estructural, propia del sistema
capitalista, que tanto daña a la Humanidad.

En efecto, si se considera la crisis medioambiental, en su conjunto, no sólo en lo que


hace al cambio climático, debe ubicársela como relacionada con el problema del
desarrollo, y, en particular del desarrollo sostenible, que es a lo que se apunta hoy en
día, y al aspecto de la financiación del desarrollo, que es un aspecto de fundamental
importancia. Cabe tener presente lo que al respecto se discutió, en el mismo año de la
COP21 en Etiopía, respecto a la financiación del desarrollo, y, también, cómo está
vinculado este problema medioambiental con el tema del comercio y de lo que se trata
en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Pero el resultado más importante del Acuerdo y de las decisiones complementarias lo


fue ciertamente, tras varios días de sesiones en la capital francesa, aprobar el acuerdo
dirigido a limitar el alza de la temperatura del Planeta, por debajo de los dos grados
centígrados, y, siguiendo el consejo de los científicos, en realizar esfuerzos en aras de
situar este aumento en 1,5 grados centígrados. (Hay expertos que aspiran que llegue a
sólo un grado centígrado). Eso, de por sí, sería un gran logro…

Pero, cabe insistir sobre el hecho que, para ello, los países desarrollados tienen que
asumir e internalizar su gran responsabilidad, que es y tiene, indudablemente, que ser
mayor que la de los países en desarrollo y países menos adelantados, pues son los países
más contaminantes, y los que cuentan con los debidos fondos de financiación y la
capacidad tecnológica (“know-how”). Esa toma de conciencia tiene que resultar en
políticas adecuadas y, sobre todo, en una acción comprometida y asumida que dé
resultados concretos en la realidad. Pero, lo que es preocupante es ¿qué pasará en el

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interín desde que finalizó la Conferencia en un acuerdo, hasta el 2020, en que entre en
vigor dicho Acuerdo de París, que es, como dijimos, un acuerdo vinculante?

No todos los estudiosos u observadores ven la problemática en forma optimista, en


una forma relativamente favorable. Una notable especialista, experta en temas del
medio ambiente, y creadora de un famoso proyecto ambientalista cubano llamado
Acualina, la Lic. Angela Corvea Martínez, no tiene esperanza en el resultado de la
Cumbre, y sostiene que, para ella, es sólo otra Cumbre más que no aporta nada nuevo,
se trata sólo de un intercambio de lindas palabras que no van a tener como resultado una
acción concreta, que mejore la gravísima situación medioambiental del cambio
climático, con sus nefastas consecuencias, que influyen en los ecosistemas, en la
situación de las zonas costeras, en los asentamientos humanos, en la agricultura, en las
zonas forestales, en la salud, y en muchos más ámbitos de la vida que afectan al ser
humano. Esta es la posición también de un escritor, periodista español, que calificó a la
COP21 como una “pantomima” en un artículo que apareció en Internet.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) insiste en aplicar el acuerdo


climático, pese a los recortes de Trump. La Secretaria General de la Convención Marco
de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, reiteró la voluntad de
implementar el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, pese al recorte de fondos
anunciados por el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Preguntada por la
reciente decisión de Trump de suprimir el presupuesto a varios programas de la ONU de
lucha contra el cambio climático, la diplomática mexicana insistió en que “136 país
están demostrando una voluntad” de continuar el camino pactado.

El Plan Trump, quien decidió abandonar el Acuerdo de París, para los presupuestos
del año fiscal 2018, cuya aprobación y modificación depende del Congreso, planteó la
eliminación de 3.200 empleos y un recorte del 31% para la Agencia de Protección
Medioambiental estadounidense, dirigida ahora por Scott Pruitt, un escéptico del
cambio climático, así como la supresión de fondos a las Naciones Unidas para la lucha
contra ese fenómeno. (“ONU insiste en aplicar el acuerdo climático, pese a los recortes
de Trump”, Granma, Mundo, La Habana, Cuba, Miércoles 22 de marzo del 2017,
página 5). Más recientemente, el Presidente estadounidense, Donald Trump, expresó su
decisión de retirarse completamente del Acuerdo de París. Esto es un duro golpe para el
resto de la comunidad internacional que significará un retroceso seguro en la materia en
cuestión.

A pesar de esa postura, hay que guardar cierta esperanza y una posición más
optimista, como lo manifestó el Papa Francisco, pues esos días de trabajo intensísimo y
serio, en París, permitieron manifestar la clara diferenciación entre lo que tienen que
hacer los países desarrollados y lo que deben hacer las naciones en desarrollo y menos
adelantadas, o como otros las llaman: las naciones subdesarrolladas.

Eso es un logro, o al menos una reiteración del “deber ser” manifestada ya en otras
Conferencias anteriores en forma menos nítida… Pero si bien hay reiteración, es cierto
que muchas veces se aprende sólo con la repetición y, tarde o temprano, el mensaje, que
es muy bueno, tendrá que ser asimilado por los gobernantes de todo el mundo, en
especial de las naciones desarrolladas, que son las más reticentes a cumplir sus
compromisos que están de acuerdo con su gran responsabilidad al respecto. Eso quedó

19
demostrado con la última decisión del Presidente estadounidense, Donald Trump,
relacionado al Acuerdo de París.

A pesar de que sea, en parte, una repetición de compromisos ya enunciados por otras
Conferencias que tratan, directamente, con el candente y espinoso tema del cambio
climático, desde hace más de veinte años, la diplomacia multilateral puede llegar, poco
a poco, y con gran paciencia por parte de todos nosotros, a producir sus frutos,
influyendo en un cambio de la mentalidad de los diferentes Jefes de Estado y de
Gobierno de los otros países desarrollados.

Como ex funcionaria de Naciones Unidas tenemos fe en que, con el tiempo, todo lo


positivo de estas Conferencias multilaterales puede incidir en un cambio positivo de
mentalidad, no sólo de los Jefes de Estado y de Gobierno, sino de todo ciudadano
comprometido con el devenir y la suerte del planeta Tierra y de todos sus 7.500
millones de habitantes. Todo cambio en la actitud de las personas comienza por un
cambio de mentalidad- Y, para cambiar la mentalidad que se manifiesta en las actitudes
y acciones de las personas, es necesaria la ADECUADA INFORMACIÓN. Y, para eso
están también estas Conferencias, que no nos pueden dejar indiferentes.

¿Es que sin la presencia de los Estados Unidos aún se puede tener esperanza en los
frutos positivos que pueden derivar de este Acuerdo? Quién sabe. Pues siempre cuando
hay un diálogo respetuoso y sincero, en que ambas partes no sólo tengan en cuenta sus
propios intereses, sino que busquen, realmente, lograr avances, que se deriven de una
mutua comprensión de posiciones, lo que seguramente resultará es un acercamiento que
puede permitir una conclusión que satisfaga a ambas partes, o a todas o la mayoría de
las demás, cuando se trata de un diálogo entre muchas partes… ¿Será que siempre
tratamos de ver el lado positivo de las cosas? ¿Será que tenemos una excesiva confianza
en las Conferencias Internacionales, sobre todo las que se llevan a cabo en el seno de las
Naciones Unidas?

Puede ser, pero la postura de una ex funcionaria de Naciones Unidas (UN)


lógicamente ha de ser más optimista que la de ciertos científicos y no puede ni debe ser
desoída… Siempre quedarán problemas por resolver, pero como dijo el Presidente
cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz en diciembre del 2015: “DONDE HAYA
UN PROBLEMA HAY QUE ENFRENTÁRSELE, SIN DEJAR TERRENO AL
DERROTISMO”… Eso podemos aplicarlo no sólo al comportamiento de la economía,
propiamente dicha, sino al tema que nos ocupa en estas reflexiones que son los
resultados finales de las duras últimas negociaciones multilaterales sobre el cambio
climático. Ahora se finaliza nuestro análisis de la actualidad invitándolos a ustedes
mismos a sacar sus propias conclusiones.

Para hacer esto que se recomienda comprendiendo mejor la temática se hace, acto
seguido, una breve síntesis de lo acontecido en previas Conferencias de Naciones
Unidas sobre el tema en cuestión. Alteraciones en la cuestión climática siempre han
existido. Podemos citar como ejemplo el de hace dos siglos, cuando una erupción
volcánica alteró el clima planetario. En 1816, el volcán Tambora, situado en la actual
Indonesia, estalló violentamente. La primera erupción comenzó el 5 de abril, y el
estruendo fue tal que se oyó a una distancia de más de 1.000 km. La segunda erupción,
aún más intensa, sucedió el día 10 de abril. Durante dos días, la ceniza bloqueó la luz
solar en 600 km a la redonda. La gran cantidad de azufre que el volcán arrojó a la

20
atmósfera provocó una alteración climática que hizo desaparecer el siguiente verano. El
de 1816 fue el más frío registrado en el hemisferio norte desde el año 1601. (Granma,
Internacionales, La Habana, Cuba, lunes 6 de junio, página 4). Esto es un antecedente
lejano de un problema que se hizo hoy candente en el mundo entero.

ii. Conferencia de Doha sobre Cambio Climático (Noviembre-Diciembre del 2012).

La XVIII Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático comenzó en Doha, capital


de Catar, el lunes 26 de noviembre del 2012, con la participación de más de 190 países
que decidieron el futuro del Protocolo de Kioto para reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero (GEI). (Granma, Internacionales, La Habana, Cuba, 27 de
noviembre del 2012, página 4). La Conferencia se prolongó hasta el 7 de diciembre del
mismo año. Se hizo hincapié en la necesidad de conseguir fondos para luchar contra el
cambio climático (presidenta de la Cumbre anterior y ministra de Asuntos Exteriores
sudafricana, Maite Nkoana-Mashabane) y se hizo un llamado al trabajo serio, “a mostrar
flexibilidad y no perder el tiempo con cuestiones marginales para lograr un acuerdo
sobre el acto II del Protocolo de Kioto (PK)” (presidente de la Cumbre, Viceprimer
Ministro catarí Abdullah Bin Hamad Al Attiyah). (Véase “Arrancó Conferencia de la
ONU sobre Cambio Climático, Granma, Internacionales, La Habana, Cuba, 27 de
noviembre del 2012, página 4).
El Protocolo es un acuerdo internacional, para reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero, que causan el calentamiento global. El Protocolo de Kioto (PK)
comprometió a los países industrializados y a los países en transición hacia una
economía de mercado a alcanzar objetivos cuantificados de reducción de emisiones.
Estos países, conocidos dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC) como Partes del Anexo I, se comprometieron a reducir
su emisión total de seis gases de efecto invernadero (GEI), durante el período 2008-
2012 (el primer período de compromiso), en un promedio de 5,2% por debajo de los
niveles de emisión de 1990, con objetivos específicos que varían de país en país. El
Protocolo fue adoptado, el 11 de diciembre de 1997, en Kioto, Japón, pero no entró en
vigor hasta el 16 de febrero del 2005, y tiene 193 Partes. Es importante ver, como lo
mencionamos anteriormente, que los Estados Unidos, mayor emisor de gases de efecto
invernadero mundial, no lo había ratificado. La firma de un segundo período de
compromiso que dé continuidad al de Kioto, tras su expiración, a finales del 2012, fue
uno de los grandes temas de esta cita.
En el contexto de la Convención sobre Cambio Climático, el entonces Secretario
General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, alertó que “el clima extremo se ha
convertido en una norma”. “Es un desafío existencial para toda la humanidad, nuestros
modos de vida, nuestros planes para el futuro”, dijo al referirse al acelerado
derretimiento del hielo Ártico, y a cómo las sequías han diezmado cultivos esenciales
desde Estados Unidos, a la India, y, desde Ucrania hasta Brasil. También advirtió que
los efectos devastadores del huracán Sandy, en el Caribe y los Estados Unidos, fueron
una señal de alerta.
Más vulnerables a los efectos del cambio climático, los pequeños estados insulares
instaron en Doha a las naciones industrializadas a dejar de hablar en vano sobre el tema
y actuar de forma efectiva contra ese problema global. Desde hacía siete años, habían
hablado y habían hablado sobre los compromisos para disminuir sus emisiones de

21
dióxido de carbono, después del período 2008-2012, fecha en que venció el Protocolo
de Kioto (PK), señaló Marlene Moses, representante de la Alianza de los Pequeños
Estados Insulares, integrada por 44 miembros. La hora para hacer ese trabajo ya había
acabado, enfatizó la misma. Según varios especialistas, el propósito de alcanzar un
acuerdo exitoso chocaba con la falta de intención de los Estados Unidos, y otras
naciones desarrolladas, de ratificar dicho convenio internacional.
Después de una lectura rápida de los principales documentos aprobados, y de las
informaciones que han ido dando diferentes medios de comunicación, se podían obtener
unas primeras valoraciones y conclusiones sobre cómo había quedado y qué futuro se
podía prever sobre el estado de las negociaciones en el contexto de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Por un lado, se había acabado con el ruido que tanta polémica generaba del segundo
período de compromisos del Protocolo de Kioto (PK). Había pues, finalmente, un Kioto
II, en el período del 2013 al 2020, siendo el 2020, tal y como aprobó implícitamente
Durban, el final definitivo del Protocolo (para volver a evitar la polémica permanente
que nos ha acompañado, desde el 2007, en Bali, alrededor de este instrumento que, con
todos sus defectos, ha sido y seguirá siendo, hasta el 2020, el único buque insignia que
identificará la lucha comprometida, cada vez más diluida, contra el cambio climático).
Eso sí, con la salida de partes (estados) muy importantes (Canadá, Japón y Rusia), de
tal modo que, en este segundo período, sólo se comprometieron a algo un conjunto de
países que, en ese entonces, sólo fueron responsables del 15% de las emisiones
mundiales. Por otra parte, se han incinerado, efectivamente, los restos de lo que había
quedado de la muerte en Durban del “Plan de acción de Bali” que fue una guía hasta
Copenhague. El grupo de trabajo correspondiente, que también terminó disuelto, cerró
un trabajo, no del todo malo, sin ninguna vinculación legal. Y no ha parado de repetir la
cantinela del famoso “Acuerdo de Copenhague” (que por no ser ni fue aprobado) según
el cual no superaríamos los 2 grados Celsius pero sin decir cómo.
La Primera Reunión del Grupo de Trabajo y la Reunión Inter-sesiones del Foro de
Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe había sesionado, desde el
1 de abril hasta el 3 de abril del 2013, en Quito, Ecuador. Auspiciada por el Ministerio
ecuatoriano del Ambiente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la
reunión revisó los acuerdos adoptados allí por los ministros el 3 de febrero del 2012. El
objetivo del evento fue diseñar políticas y prioridades ambientales de la región, a través
del fortalecimiento de capacidades nacionales, subregionales y regionales en esta
materia.

iii. Conferencia de Durban sobre Cambio Climático (Noviembre-Diciembre del


2011).

Uno de los focos de la Conferencia de las Naciones Unidas de Durban, Sudáfrica,


sobre el Cambio Climático estuvo puesto en los esfuerzos para avanzar en varias
iniciativas e instituciones que fueron sujetas a las decisiones de Cancún en el 2010. A
este respecto, se esperaba que las negociaciones de Durban produjesen como resultado
decisiones que pusiesen en funcionamiento, entre otras cosas, al mecanismo para la
promoción de tecnologías de energías limpias y relacionadas con la adaptación, un
marco para el apoyo a los países en desarrollo y un Fondo Verde para el Clima. Un

22
segundo foco fue la cuestión sobre cómo colaboraría la comunidad internacional en el
abordaje del cambio climático en el futuro. Se esperó en vano una decisión en Durban
sobre el futuro del Protocolo de Kioto (PK), teniendo en mente que el primer período de
compromiso del Protocolo de Kioto (PK) habría de concluir en el 2012.
Asimismo, la cuestión sobre la cooperación, a largo plazo, en el marco de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
había sido tratada por el Grupo de Trabajo Especial sobre Nuevos Compromisos de las
Partes del Anexo I en el marco del Protocolo de Kioto (GTE-PK 16), y el Grupo de
Trabajo Especial sobre Cooperación a Largo Plazo en el marco de la Convención (GTE-
CLP 14) y la Conferencia de las Partes (CP). Se esperaba que las discusiones se
centraran en un cronograma para el desarrollo de un futuro marco bajo la Convención y
también en una próxima revisión de la adecuación de, y el avance hacia, el límite del
aumento de la temperatura promedio global a 2 grados C. Esta revisión fue programada
para que se realizara entre el 2013 y el 2015. Como lo esperaban muchos, en Durban no
se realizaron grandes avances.

iv. Conferencia de Cancún sobre Cambio Climático (Noviembre-Diciembre del


2010).

Tras cuatro reuniones preparatorias, realizadas en el 2010, la Conferencia de las


Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Cancún tuvo lugar del 29 de noviembre
al 11 de diciembre del 2010. Al final de la conferencia, las Partes concluyeron los
Acuerdos de Cancún, que incluyeron decisiones en el marco de ambas vías de
negociación. En el marco de la vía de la Convención, una decisión reconoció la
necesidad de profundos cortes en las emisiones globales para alcanzar la meta de 2
grados C. Las Partes también acordaron que considerarían el fortalecimiento del
objetivo global a largo plazo durante una revisión que se realizaría en el 2015, incluso
en relación con la meta de 1.5 grados C.
Tomaron nota de las metas de reducción de emisiones y las medidas de mitigación
apropiadas para cada país comunicadas por los países desarrollados y en desarrollo
respectivamente, ambas emitidas después de Cancún. Una decisión también se ocupó de
otros aspectos de la mitigación, como la medición, la presentación de informes y la
verificación (MIV); y la reducción de emisiones de la forestación, la degradación de los
bosques en los países en desarrollo, y el rol de la conservación, la gestión sostenible de
los bosques y la mejora de las existencias de carbono en los países en desarrollo.
Las Partes también acordaron el establecimiento de varias nuevas instituciones y
procesos. Entre ellos, el Marco para la Adaptación y el Comité de Adaptación de
Cancún, así como el Mecanismo Tecnológico, que incluye el Comité Ejecutivo sobre
Tecnología (TEC) y al Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN). En cuanto a la
financiación, una decisión creó el Fondo Verde para el Clima (FVC), que fue designado
como nueva entidad operativa de los mecanismos financieros de la Convención y sería
gobernado por una Junta de 24 miembros.
Las Partes acordaron que establecerían un Comité de Transición con la tarea del
diseño en detalle del Fondo, y establecieron un Comité Permanente para que ayudara a
la Conferencia de las Partes (CP) en lo vinculado con el mecanismo financiero.
También reconocieron los compromisos de los países desarrollados para proveer
$EE.UU. 30 mil millones para financiamiento de rápido inicio en el 2010-2012, y para

23
movilizar en conjunto $EE.UU. 100 mil millones por año para el 2020. Pero, ¿cuánto
de esto se llevó a cabo? Y ¿creen los países desarrollados que ésta es una suficiente
ayuda financiera? Expertos y científicos en el tema del medio ambiente, como se vio
anteriormente, no lo creen así.
En el marco de la vía del Protocolo, una decisión incluyó un acuerdo para completar
el trabajo del Grupo de Trabajo Especial sobre Nuevos Compromisos de las Partes del
Anexo I en el marco del Protocolo de Kioto, y hacer que los resultados fuesen
adoptados lo antes posible por la Conferencia de las Partes, a tiempo para garantizar que
no hubiese una brecha entre el primer y el segundo período de compromiso.
La Conferencia de las Partes también instó a las Partes del Anexo I a aumentar el
nivel de ambición de sus metas de reducción de emisiones, con vistas a lograr reducción
de emisiones conjuntas que fuesen consistentes con el rango señalado en el Informe de
la Cuarta Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Las Partes adoptaron una decisión sobre uso de la tierra, cambio en el uso de la tierra y
silvicultura (UTS). Los mandatos de los dos Grupos de Trabajo Especial fueron
extendidos hasta la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
realizada en Durban (Sudáfrica).

v. Conferencia de Copenhague sobre Cambio Climático (Diciembre del 2009).

La Conferencia se realizó, del 7 al 19 de diciembre del 2009, y estuvo caracterizada


por disputas sobre la transparencia y sobre el proceso. Durante el segmento de alto
nivel, hubo negociaciones informales en un grupo conformado por las principales
economías y representantes de los grupos regionales y otros grupos de negociación. Al
final de la jornada del 18 de diciembre, estas conversaciones produjeron un acuerdo
político: el “Acuerdo de Copenhague”, que luego fue llevado al plenario de la
Conferencia de las Partes (CP) para su adopción.
Durante las siguientes 13 horas, los delegados debatieron el Acuerdo. Muchos
apoyaron su adopción como un paso para asegurar un “mejor” acuerdo futuro. Sin
embargo, algunos países en desarrollo se opusieron al Acuerdo, que ellos sintieron
había sido alcanzado a través de un proceso “no transparente” y “no democrático”. Al
final, la Conferencia de las Partes acordó “tomar nota” del Acuerdo de Copenhague.
Éste estableció un proceso para que las Partes indicaran su apoyo al Acuerdo y, durante
el 2010, más de 140 países lo hicieron. Más de 80 países también brindaron información
sobre sus metas nacionales de reducción de emisiones y otras acciones de mitigación.

vi. Conclusiones sobre las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático.

Pero, cabe la pregunta ¿cuánto cedieron los ricos países desarrollados y en qué medida
la información que hayan brindado está de acuerdo a las expectativas del resto del
mundo? No hay duda que mucho se logra, generalmente, con el diálogo. Pero ¿es que
esa premisa se aplica también para este tipo de Conferencias de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático? Para que haya progreso y avance es necesario que todas las
partes pongan de sí para alcanzar los objetivos propuestos en beneficio de todo el
planeta. Si falta voluntad política, de parte de los grandes, el resto no puede hacer nada.

24
Esa falta de voluntad política impidió durante largo tiempo un verdadero avance en las
negociaciones y hace que los expertos desconfíen de la utilidad de las mismas. Como
dijo una experta en medio ambiente cubana: “Nada nuevo hay. Cada conferencia es una
repetición de la anterior. Los gases de efecto invernadero en vez de decrecer continúan
creciendo. No veo la utilidad de estas conferencias a alto nivel”. Con la decisión del
actual Presidente estadounidense de retirarse del Acuerdo de París, las consecuencias
para la presente y las futuras generaciones no son en nada halagüeñas, ya que los
Estados Unidos es el segundo país más contaminante del Planeta Tierra. La actitud del
Presidente estadounidense es una actitud egoísta. Sólo piensa en el devenir de los
Estados Unidos pero el cambio de la estrategia medioambiental y energética que ha
adoptado en relación con la de la administración anterior es muy preocupante.

Como también dijo el periodista Enrique Milanés León (Juventud Rebelde,


Internacional, 29 de noviembre del 2015, p. 6) la apreciación de los perjuicios del
cambio climático tiene un gran obstáculo: el No cambio cultural. No faltan políticos,
entidades, y hasta personas de presunta preparación académica que niegan sus efectos y
ven en esta lucha una maniobra de desvío de atención de otros asuntos. Pero desde los
’70 del siglo XX hasta ahora, las pruebas están a la mano. Desde que, en 1880, se
dispone de registros fiables, el 2015 fue el año más cálido conocido, rompiendo el
efímero récord del 2014. Y el quinquenio, del 2011 al 2015, fue el más tórrido que ha
vivido nuestro planeta.

Según previsiones del Foro Económico Mundial de Davos, de enero del 2016,
fracasarían los intentos de adaptación al cambio climático y la mitigación del mismo.
Esa visión pesimista se debería, entre otras cosas, a las consecuencias del Fenómeno del
Niño, el incremento de la temperatura, la desertificación creciente, la insalubridad del
agua dulce, etc. Hay que ver qué surgió de la Conferencia de Nueva York, respecto del
Acuerdo Global, tal como fue dispuesto por el Acuerdo de París, en la COP21,
noviembre-diciembre del 2015. Pero si algo bueno surgió de ella, seguro que fue la
punta del iceberg y el 2017 siguió estando el cambio climático entre los mayores riesgos
globales del planeta.

Como sostuvo la ex Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América


Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena: “Un instrumento central para la
consecución de estos objetivos (los del Desarrollo del Milenio) es la creación de bienes
públicos globales. El carácter imprescindible de esta dimensión es evidente en los temas
ambientales, por cuanto una acción colectiva y una coordinación que involucre a todos
los actores es condición “sine qua non” para reducir las emisiones. No en vano la
destrucción del medio ambiente en un contexto de desregulación ha sido calificada
como “la mayor falla de mercado de todos los tiempos”. Frente a este desafío, con el
Acuerdo de París, aprobado en diciembre de 2015, se logró, pese a sus insuficiencias,
dar un paso en la dirección correcta en el esfuerzo por definir metas comunes de
reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar en la descarbonización
de las economías, respetando el principio de responsabilidades comunes pero
diferenciadas. Hay otras dos dimensiones en que también se ha hecho más visible la
percepción de que es urgente una acción global colectiva y coordinada: la recuperación
del crecimiento mundial y el cuidado del medio ambiente”.

Más adelante, respecto al medio ambiente y su preservación afirmó: “La aceleración


del progreso técnico, que experimenta una verdadera cuarta revolución industrial y

25
tecnológica, debe ser puesta al servicio del cuidado ambiental. La aplicación de la
tecnología a la preservación del medio ambiente genera oportunidades de inversión,
innovación y creación de empleos de calidad que pueden sostener una nueva fase de
crecimiento global. Sin embargo, para encauzar las inversiones en la dirección deseada
y hacerlas viables, es necesario generar los incentivos correctos, esto es, redefinir el
marco institucional y de gobernanza global y regional, y las políticas nacionales,
mediante cambios en las estructuras de precios relativos, las regulaciones y los
estándares, así como en los montos y destinos de la inversión pública”.

Y prosiguió expresando: “El keynesianismo ambiental global ha de articularse con el


despliegue a escala nacional de estrategias de desarrollo sostenible. Si los países en
desarrollo no son capaces de construir capacidades endógenas, no podrán cambiar su
estructura productiva y cuidar del medio ambiente. La contrapartida en términos de las
políticas nacionales es un gran impulso ambiental que transforme las estructuras
productivas dirigiéndolas hacia actividades y sectores más intensivos en tecnologías y
aumente las capacidades humanas e institucionales de cada país. El gran impulso
ambiental ha de ser intensivo en inversiones y tecnología, lo que podría comprometer el
empleo. Por ese motivo, internalizar parte de los procesos productivos y las habilidades
y capacidades que estos requieren y abrir espacios para las exportaciones de la región es
fundamental para evitar presiones sobre la cuenta corriente. Un buen manejo del tipo de
cambio real favorecería el logro de este equilibrio, pero no puede substituir a la política
industrial. Una actitud más proactiva de los países en los acuerdos regionales de
comercio y de pagos también contribuiría a reducir la vulnerabilidad externa”. (Bárcena,
Alicia, Prólogo de Horizontes 2030: La Igualdad en el Centro del Desarrollo Sostenible,
Trigésimo sexto período de sesiones de la CEPAL, Ciudad de México, 23 al 27 de mayo
del 2016).

Como vimos el cambio climático es un problema global con graves dimensiones


ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los
principales desafíos actuales para la humanidad. Y como dijo el Papa Francisco: “Los
peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en
desarrollo. Muchos pobres viven en lugares particularmente afectados por fenómenos
relacionados con el calentamiento, y sus medios de subsistencia dependen fuertemente
de las reservas naturales y de los servicios ecosistémicos, como la agricultura, la pesca y
los recursos forestales. No tienen otras actividades financieras y otros recursos que les
permitan adaptarse a los impactos climáticos o hacer frente a situaciones catastróficas, y
poseen poco acceso a servicios sociales y a protección… Muchos de aquellos que tienen
más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en
enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos
impactos negativos del cambio climático. Pero muchos síntomas indican que esos
efectos podrán ser cada vez peores si coantinuamos con los actuales modelos de
producción y de consumo… Las buenas prácticas están lejos de generalizarse”
(LAUDATO SI’).

No es cosa del futuro; es ahora: el cambio climático mata a decenas de miles de


personas, tanto por la mutación de patrones de las enfermedades como por los
fenómenos meteorológicos extremos, la degradación de la calidad del aire y de los
abastecimientos de agua y la afectación a los alimentos. Mismo Barack Obama
reconoció que “somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio
climático y la última que tiene la oportunidad de hacer algo para detenerlo. No hay plan

26
B”. Es de esperar que los poderosos de los países industrializados más contaminantes no
sólo piensen sino que actúen en una forma acorde a este seria y perentoria advertencia
para el bien de la supervivencia humana… “Todo está relacionado, y todos los seres
humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación,
entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une
también, con tierno cariño, al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la
madre tierra” (Papa Francisco, op. cit.)

Como dice la Lic. Angela Corvea Martínez, en su última publicación del 2017,
especialmente dedicada a la concientización sobre los peligros que se afrontan en estas
temáticas y en la cual hace sugerencias sobre lo que hay hacer para hacerles frente:
“Aunque es complicado entender cómo se produce el cambio climático y cuáles son sus
causas, debemos realizar este esfuerzo de modo que los niños lo entiendan, ya que son
los más pequeños los que heredarán este planeta y tendrán que enfrentarse al mayor
problema ambiental que existe hoy en día”. Y la autora nos pregunta, a continuación,
“¿Te animas a aprender?”… Es aconsejable transcribir textualmente lo que dicha
experta, en forma tan clara y concisa nos explica, pues podemos sacar ventaja de ello
más que si leemos sobre todas las Cumbres de las Conferencias de las Naciones Unidas
sobre el tema. “El cambio climático y el calentamiento global son palabras que vemos y
oímos a cada momento, ¿palabras de moda? NO. Significan, desafortunadamente, uno
de los desafíos más grandes que enfrenta nuestra generación.”

“¿Tenemos bien claro qué significa el cuidado del medioambiente? ¿Estamos


conscientes de los riesgos del cambio climático a corto y a largo plazo?...
Definitivamente NO. Enfrentamos una dura e irreversible realidad que nos toca a todos
por igual en el planeta, sea cual sea nuestra procedencia, estatus social o económico,
creencias o edad. Importantes medidas y acciones se están tomando a nivel mundial
para mitigar y adaptarnos a estos cambios. Ya el cambio climático es un hecho, no es
algo que llegará en un tiempo lejano y hay que adaptarse con prisa. El tiempo se agota
sin retorno.” Esto parece ignorarlo el magnate americano, actual inquilino de la Casa
Blanca.

“De estas medidas y acciones, las más importantes e impostergables, deberían ser la
educación y la comunicación ambiental a todos los niveles, principalmente, desde las
edades más tempranas. Cambios valientes, drásticos y rápidos se necesitan para
modificar nuestros actuales estilos de vida. Estamos en emergencia planetaria, apuntan
algunos expertos, y si luchamos unidos por un cambio de conciencia en todos los
habitantes de este bello y amenazado planeta azul, habrá esperanzas. ¿Cómo se ve el
cambio climático?... Nos asombramos cada vez que llueve mucho, se sufren las
extremas sequías y vemos cómo cada año se tornan más calurosos los veranos. Más
preocupaciones, más enfermedades, menos agua, y alimentos,… Incendios forestales,
desertificación y sequía son parte de un mismo problema. Nuestra zona geográfica es
azotada por huracanes.”

“El cambio climático – sigue diciendo la destacada experta cubana – del que tanto se
habla, se hace sentir con inundaciones y huracanes más violentos, terremotos, incendios
forestales, derretimiento de glaciares, elevación del nivel del mar y todos estos eventos
naturales afectan ciudades, pueblos y dejan a familias enteras sin vivienda y sin sus
pertenencias. ¿Conocemos – se pregunta la Lic. Angela Corvea Martínez – cuáles
podrían ser nuestros aportes, como simples ciudadanos, aunque sean minúsculos, para

27
revertir esta grave situación planetaria? Y, acertadamente responde ella misma: “Para
ello, el único iceberg que tiene que derretirse es la ignorancia y esto sólo se logrará si
destinamos conocimientos, esfuerzos y recursos urgentes en el planeta, en la labor de
educación y concientización. Ante el cambio climático cada acción cuenta… entonces
piensa y actúa. No podemos detener o desviar el curso de un huracán. Tampoco saber
con exactitud cuando ocurrirá un terremoto o un tsunami, ni solucionar de inmediato
una sequía extrema o controlar fuertes precipitaciones, pero sí podemos realizar
pequeñas acciones para adaptarnos.” Acto seguido enumera varias que se recomienda
tener siempre en cuenta:

• Se debe asumir el cambio climático como una responsabilidad individual.

• Es un deber contar a nuestra familia y amigos la importancia de este asunto y de


que todos actuemos juntos para solucionarlo.

• Se debe ganar conciencia planetaria, en la medida en que se aprende más. Se


debe hablar de estos temas en cualquier sitio para crear conciencia sobre la
situación.

• Se debe tratar de que nuestra familia y los que conocemos usen menos el auto.

• Se debe intentar reutilizar, reducir y reciclar la basura y tenemos la obligación de


no contaminar.

• Es un deber proteger la capa de ozono.

• No se debe derrochar el agua sino ahorrarla.

• Se debe cuidar la energía y apagar la luz, la computadora, el ventilador y la


televisión cuando no los usemos.

• Se debe sembrar más y cuidar las plantas y los árboles que nos rodean.

• Cuando se va de compras, se debe adquirir sólo lo necesario y evitar, así, el


consumismo.

• Es un deber moral crear grupos ecologistas con nuestros compañeros de clases


(hay que tener en cuenta que estos consejos son dados inicialmente para los
niños y los jóvenes, pero pueden ser seguidos por los adultos también) y de
nuestra comunidad.

• Se debe participar en todos los eventos ambientalistas que uno pueda, así se
aprende y se coopera.
• Debemos pensar que los seres humanos podemos adaptarnos al intenso calor;
usar ventilador, bañarnos varias veces, sentarnos debajo de un árbol… pero, ¿y
los animales y plantas cómo resuelven esta situación?... Ellos pueden muy bien
decirnos: ‘Somos seres sintientes. Protégenos y trata de mantenernos cómodos’.

28
Y la Lic. Angela Corvea Martínez finaliza la sección de esta publicación diciendo
estas sabias palabras: “Queda mucho por hacer. Todos tenemos el compromiso de lograr
cambios… Pero, apúrate, no hay un minuto que perder.” Se deja ahora a ustedes
concluir por vosotros mismos…

Es cierto. Lo que se necesita en el mundo para hacer frente mejor a las crisis que
acabamos de analizar son verdaderos cambios, dirigidos por cuadros revolucionarios
como los soñó el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz. Como lo afirmó en un
discurso en el acto homenaje a los Mártires del asalto al Palacio Presidencial, Escalinata
de la Universidad de La Habana, 13 de marzo de 1962, Departamento de Versiones
Taquigráficas del Gobierno Revolucionario, en http:/www.cubagob.cu/:

“(…) Y forjar masivamente, crear masivamente cuadros revolucionarios, con el


verdadero espíritu revolucionario, con la profunda convicción de un verdadero
revolucionario que sabe pensar, que sabe discutir, que tiene una convicción, que tiene
una disciplina, que tiene una conciencia nueva, una actitud nueva ante la vida. Ese es el
revolucionario que nosotros queremos (…) ese tipo de hombre que sea ejemplo (…) que
tenga autoridad no (…) porque se la impongan a nadie, sino porque todo el mundo la
reconozca. Porque quien quiera pasar de revolucionario siendo un vago, no se ganará el
respeto de nadie; quien quiera pasar de revolucionario siendo un privilegiado, no se
ganará el respeto de nadie. Y por eso hay que ganarse la autoridad que da el ejemplo,
que da la conducta (…)”. Y esos cuadros revolucionarios tienen la obligación de
estudiar permanentemente a los fines de encontrar soluciones válidas y que sirvan para
hacer frente a esas tremendas crisis que se acaba de analizar. En Cuba existen cuadros
competentes y la intelectualidad capacitada como para contribuir a encontrar esas
soluciones no sólo para el país, sino también para la región de América Latina y el
Caribe y el mundo. Es nuestro deber respetar y colaborar con esos cuadros que tanto
peso de altas responsabilidades tienen sobre sus espaldas. Confiemos que, desde allí,
donde nos toque actuar podremos contribuir con un granito de arena a todo este gran
proceso revolucionario, no sólo en el ámbito medioambiental, sino en todas las esferas
de la actividad humana, necesarias para llegar al tan anhelado desarrollo armonioso,
sustentable, sostenible e inclusivo en beneficio de toda la humanidad…

B. APÉNDICES

APÉNDICE I: “Cambio climático en Cuba: Visionar el futuro”, artículo de Orfilio


PELÁEZ MENDOZA aparecido en Granma, La Habana, Cuba, Sábado 30 de
marzo del 2013, página 8.
A partir del siglo XIX y asociado básicamente a la quema masiva de petróleo y carbón,
el planeta experimentó un crecimiento gradual de las concentraciones de gases como el
dióxido de carbono, metano y óxido nitroso en la atmósfera, compuestos capaces de
absorber la mayor parte de la radiación emitida por la superficie después de ser
calentada por el Sol.

29
Con el decursar de los años, tal tendencia se agudizó mucho más y condujo a reforzar
el llamado efecto invernadero, el consiguiente aumento de la temperatura media de la
Tierra.
En busca de respuestas a las interrogantes referidas a la probable influencia de la
actividad humana sobre el clima mundial, en 1988 fue creado el Panel
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, conocido por sus siglas en
inglés IPCC.
Bajo el auspicio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Panel
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ratificó en su último
informe que el calentamiento del sistema climático del planeta es inequívoco, tomando
en cuenta el incremento observado en la temperatura media mundial, el aumento del
nivel del mar y la pérdida notable de las capas de hielo.
Lo preocupante de este cambio climático inducido por la actividad humana es que
desde el punto de vista histórico, ocurre en un plazo de tiempo tan breve que hará muy
difícil la adaptación de los ecosistemas naturales.

CIENCIA EN PRIMER PLANO


En la década de los noventa del siglo XX, Cuba inicia las primeras investigaciones
dirigidas a conocer con suficiente antelación las probables implicaciones del cambio
climático en los diferentes sectores de la vida nacional y las medidas de adaptación.
Aquel estudio involucró a unos cien profesionales y técnicos de 13 centros científicos
y organismos del Estado y autor principal fue el doctor Tomás Gutiérrez Pérez, actual
director general del Instituto de Meteorología.
Por sus resultados, el trabajo mereció en 1999 uno de los Premios Nacionales
otorgados por la Academia de Ciencias de Cuba, y el Premio Especial del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
De acuerdo con las evaluaciones recientes hechas por especialistas del Centro del
Clima de la citada entidad, entre 1951 y el 2010 la temperatura media en nuestro país
subió en 0,9 grados Celsius como promedio, indicador favorecido por la elevación de la
mínima en alrededor de 1,9 grados.
Asimismo, hay un incremento en la frecuencia de sequías más intensas y prolongadas,
en cuya relación figura la reportada desde mayo del 2003 hasta igual mes del 2005,
considerada una de las peores de todos los tiempos debido a su magnitud y extensión
territorial.
La reiteración de esos fenómenos, unida a las altas tasas de evaporación, contribuye al
deterioro de los suelos y a la disminución de las reservas de agua, lo cual repercute de
manera desfavorable en la producción agrícola.
Otro hecho llamativo es que para Cuba la primera década del presente siglo resultó la
más activa desde el 1800 a la fecha en lo concerniente al azote de huracanes de gran
intensidad, con un total de siete. Luego de finalizar la última temporada ciclónica,
Sandy fue elevado a ese rango y sería el octavo en menos de 12 años.
Acerca del comportamiento del nivel medio del mar, el procesamiento estadístico de
los registros mareográficos permitió calcular que, de manera general, durante las
últimas cuatro décadas del siglo XX ascendió a una velocidad promedio de 1,43
30
milímetros por año, mostrando un máximo de 2,14 mm en la estación de Siboney, en La
Habana, un mínimo de 0,05 en la de Casilda, provincia de Sancti Spíritus.
Como señala el licenciado Abel Centella, investigador del Instituto de Meteorología,
las proyecciones apuntan a que el clima cubano será más cálido y más seco, con
posibles incrementos en la temperatura media de dos a tres grados para finales de la
actual centuria.

MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN
Más allá de modelar los escenarios futuros, el país concede máxima prioridad a las
acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, elementos fundamentales en la
preparación de la sociedad para enfrentar el más grande desafío ambiental del presente.
Prueba de ello es el programa Cambio climático en Cuba: Impacto, mitigación y
adaptación, puesto en marcha en el actual 2013, bajo la dirección del Doctor en Ciencias
Eduardo Planos Gutiérrez, especialista del Centro del Clima.
Según explicó a Granma el científico, en una primera etapa comprende 16 proyectos
en ejecución donde intervienen 27 instituciones nacionales y cerca de 150
investigadores, dirigidos encontrar soluciones viables a los problemas planteados por el
calentamiento global en sectores priorizados, como son la agricultura, los recursos
hídricos, suelos, bosques, asentamientos y ecosistemas costeros, diversidad biológica,
salud humana y veterinaria.
En lo inmediato, manifestó, ya existen 35 propuestas de opciones de mitigación que
incluyen, por ejemplo, el uso de tecnologías más eficientes para reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero, en tanto se implementan medidas de adaptación en el
cultivo de la papa, arroz y tabaco, con énfasis en el empleo de variedades más
resistentes a las tensiones ambientales, el manejo sostenible de la tierra y mejorar la
eficiencia en el uso del agua para riego.

APÉNDICE II: “Cambio climático: 2020 será demasiado tarde”, artículo escrito
por Gerardo HONTY en el periódico Granma, Internacionales, La Habana, Cuba,
Viernes 23 de agosto del 2013, página 8.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó un reporte especial sobre el futuro
del clima y las negociaciones internacionales con un llamado de atención urgido a los
gobiernos: el año 2020 será demasiado tarde para tomar decisiones. A juicio de la
agencia algunas medidas deben ser adoptadas antes de esa fecha si se quiere “mantener
vivo el objetivo de 2 grados C’’ y el sector energía debe reducir sus emisiones a partir
de ahora a una tasa de 5 % anual.
Evitar el cambio climático peligroso implica mantener un nivel de concentración de
gases de efecto invernadero por debajo de las 450 ppm que asegure un aumento de la
temperatura media del planeta no superior a los 2 grados C. Esta es la meta que se trazó
la Convención de Cambio Climático en el 2009.
La última ronda de negociaciones de la Convención de Cambio Climático (Doha,
diciembre del 2012) estableció una nueva hoja de ruta – “Doha Climate Gateway” –
estableciendo el año 2015 como fecha límite para alcanzar una serie de acuerdos que

31
entrarán en vigor en el año 2020. Pero lo que viene a alertar este informe es que esa es
una fecha demasiado retrasada para asegurar el mantenimiento de la estabilidad
climática en virtud de las emisiones que se habrán acumulado hasta entonces.
El sector energía es responsable por el 80 % de las emisiones globales y se espera que
para el año 2020 éstas alcancen un nivel de cuatro gigatoneladas de dióxido de carbono
equivalente (GtCO2e) por encima de la trayectoria consistente con el objetivo de los 2
grados C. Para lograr esta meta es necesario que las emisiones alcancen su “pico” en el
2020 y luego comiencen a declinar vigorosamente. Con las emisiones creciendo
constantemente y un acuerdo que recién comience a implementarse en esa fecha, esto
resultará imposible.

LAS MEDIDAS
En virtud de ello la agencia propone cuatro medidas urgentes a ser aplicadas con el fin
de “comprar un tiempo precioso mientras las negociaciones continúan”. La primera de
ellas es la adopción de medidas específicas de eficiencia energética, lo cual podría
aportar la mitad de las reducciones necesarias. Una segunda propuesta es limitar la
construcción y uso de las plantas de generación de electricidad a carbón (21 % de las
reducciones). La tercera medida es minimizar la fuga de metano proveniente de las
actividades de explotación gasífera y petrolera (18 % de las reducciones). Y finalmente,
acelerar el desmantelamiento de los subsidios al consumo de combustibles fósiles que
en el 2011 alcanzaron $EE.UU. 523 mil millones.
El documento recuerda que para tener un 50 % de las posibilidades de no sobrepasar
el objetivo de los 2 grados C, el total de emisiones posible hasta la primera mitad de
este siglo es de 1.440 Gt CO2e. De este “presupuesto de carbono” 420 Gt ya han sido
emitidas entre el 2000 y el 2011 y otras 136 Gt serán emitidas de sectores no
energéticos (agricultura, deforestación, etc.) hasta el 2050. Esto deja un máximo posible
de emisiones de 884 Gt del sector energía para esa fecha, para lo cual es necesaria una
reducción de las emisiones del sector a una tasa de 5 % anual. (Fragmentos tomados de
Rebelión)

APÉNDICE III: “Del calor y otros demonios”, artículo escrito por Elson
CONCEPCIÓN PÉREZ, aparecido en Granma, Internacionales, La Habana,
Cuba, Miércoles 3 de septiembre del 2014, página 5.
Mario Luis, mi vecino de al lado, se asoma todas las mañanas al balcón para expresar su
sufrimiento por el calor. No me creo mucho eso de la sensación térmica. El calor actual
es un puro demonio, me asegura. Pero la realidad climática de nuestros días es algo más
que el calor que sentimos los cubanos, es un fenómeno que se extiende por regiones,
océanos y hasta los más inhóspitos lugares del planeta Tierra.
El cambio climático y la economía basada en el uso intensivo del carbono causan la
muerte de alrededor de cinco millones de personas cada año y originan pérdidas
económicas equivalentes al 1,6% de Producto Interno Bruto (PIB) mundial, según
revela el segundo informe presentado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
sobre Vulnerabilidad Climática. El documento especifica que de los cinco millones de
muertes al año, unas 400 mil se deben al hambre y las enfermedades transmisibles

32
agravadas por el cambio climático y 4,5 millones vinculadas a la contaminación
atmosférica. El fenómeno ya está costando a la economía mundial 1,2 billones de
dólares al año; y los más perjudicados, como ocurre siempre, son los países más pobres
que tendrán pérdidas hasta de un 11% del Producto Interno Bruto (PIB) como promedio
para el año 2030, agrega el informe. Un claro ejemplo negativo de lo que está
provocando actualmente el cambio climático se observa en el océano Ártico donde el
volumen de hielo se ha reducido un 36% en la temporada de otoño y un 9% en la de
invierno.
Se conoce que un grupo de investigadores, identificados con datos del satélite CryoSat
desde el 2008, han comprobado la pérdida de unos 4.300 kilómetros cúbicos de hielo en
el Ártico en otoño y alrededor de 1.500 kilómetros cúbicos en invierno. Por su parte, el
Panel Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre
Cambio Climático (IPCC) asegura que “ya no hay ninguna duda de que el clima está
cambiando”, y añadió que “el 95% de este cambio se debe a la actividad humana”. En
este contexto, el presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, señaló en particular la
necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, un factor “del que
dependerá lo que suceda en muchas partes del mundo en los próximos años”.
Está claro que el deshielo y la disminución de los casquetes polares constituyen la
parte más visible del cambio climático, pero, sin dudas, el calentamiento global tendrá
consecuencias muy graves también en otras regiones, especialmente en los trópicos,
donde las variaciones de temperatura y humedad darán lugar a climas inéditos hasta
ahora. El impacto sobre el clima producido por las emisiones de gases contaminantes
salidos de las chimeneas de las grandes industrias y de los tubos de escape de los miles
de millones de automóviles que circulan en el mundo, forman parte del componente
destructor del hábitat actual y del futuro.
Un ejemplo de este impacto negativo se refleja en un despacho noticioso de la agencia
inglesa Reuters, que señala que las emisiones combinadas de Associated British Foods,
Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International, Nestlé,
PepsiCo y Unilever, totalizan 263,7 millones anuales de toneladas de gases causantes
del efecto invernadero. Los diez grandes gigantes de la industria alimentaria emiten
juntos una cantidad de gases de efecto invernadero mayor que la mayoría de los países
del mundo, según denunció la organización Oxfam ambiental. Se estima que los
productos como los cereales y algunos lácteos podrían subir su precio hasta un 44% en
los próximos 15 años como consecuencia del cambio climático.
En un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en cuanto al
tema se refleja la pérdida de un 80% de los arrecifes de coral del Caribe, lo que puede
tener un costo anual entre $EE.UU. 7 mil y 12 mil millones. A su vez, una de las
secuelas más impresionantes del calentamiento del planeta es el aumento del nivel del
mar, unos 17 cm durante el siglo XX, cifra muy superior a la de siglos precedentes.
No es ocioso volver a la conclusión que aparece en el informe del Panel
Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en cuanto a que “el cambio climático
está sucediendo ahora mismo, no hay vuelta atrás”. Puede ser esta sentencia la que
permita abrir las entendederas a gobiernos y empresas de todo el planeta,
fundamentalmente del mundo rico, en cuanto a la urgencia de adoptar medidas
concretas a favor del medio ambiente, que es igual a decir en favor de la vida.
Resulta obvio que mi vecino se convencerá de que el único demonio no es nuestro
actual sofocante calor, sino la realidad de un mundo en que, como advirtiera Fidel en la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río
33
de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, “una importante especie biológica está en riesgo de
desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida:
el hombre”. También explicó el Comandante en Jefe que “es necesario señalar que las
sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción de
medio ambiente”. “Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han
debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran
las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer”,
aseveró. Y finalmente advirtió: “Mañana será demasiado tarde para hacer lo que
debimos haber hecho hace mucho tiempo”.

APÉNDICE IV: “Fuentes Renovables de Energía: Abre camino de la actualización


(La independencia energética constituye hoy una prioridad para el país, en virtud
de ello el pasado mes de junio fue aprobada una política dirigida a ampliar el
aprovechamiento de las fuentes renovables de energía disponibles y a elevar la
eficiencia energética. Sobre sus proyecciones y las maneras de asumirla en cada
uno de los hogares cubanos investigó Granma)”, artículo escrito por Lorena
SÁNCHEZ y Oscar SÁNCHEZ SERRA, aparecido en Granma, Nacionales, La
Habana, Cuba, Viernes 7 de noviembre del 2014, páginas 4-5.
La generación eficiente de energía constituye uno de los motores que impulsan las
transformaciones estructurales de la economía que se desarrollan mediante la
implementación de los Lineamientos aprobados en el Sexto Congreso del Partido.
En otras palabras, ella se convierte en el asentamiento sobre el cual ha de
materializarse en gran medida lo proyectado, de ahí que tenga que ir delante en el
tiempo de muchas de las transformaciones derivadas de ese proceso de implementación.
Cuba actualmente produce, con el empleo de combustible fósil, el 96% de su energía
eléctrica. Este dato encuentra a una economía muy dependiente de la importación y con
elevados costos de generación eléctrica. Por tal razón, el Consejo de Ministros, el
pasado 21 de junio, aprobó la Política para el Desarrollo Perspectivo de las Fuentes
Renovables y el Uso Eficiente de la Energía, elaborada por la Comisión Gubernamental
creada con este fin y dirigida a aprovechar al máximo los recursos renovables
disponibles en el país.
Lo aprobado está encaminado a modificar la matriz de generación eléctrica como vía
de solución a uno de los problemas estructurales de la economía, varias veces planteado
por Marino Murillo Jorge, Jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los
Lineamientos, relacionado con que generar partiendo de combustible fósil, si bien tiene
un costo inferior de inversión posee uno muy alto en la operación, en tanto mediante las
Fuentes Renovables de Energía (FRE) es lo contrario; lográndose costos muy inferiores
por kWh generados.
Según trascendió en la pasada sesión de la Asamblea Nacional, serían más de
$EE.UU. 3.500 millones la suma que en los próximos 15 años se destinará al desarrollo
de las Fuentes Renovables de Energía (FRE), con los objetivos de elevar la
independencia energética; garantizar una plataforma en la cual pueda asentarse todo lo
proyectado a futuro, sostenibilidad en el tiempo y contribuir a la protección del medio
ambiente, entre otros.

34
LA RELEVANCIA DE LA BIOMASA CAÑERA, EL VIENTO, EL SOL Y LA
HIDROENERGÍA
Rosell Guerra Campaña, director de energía renovable del Ministerio de Energía y
Minas, expresó que “las plantas térmicas utilizadas para la generación eléctrica tienen
baja eficiencia, por los altos índices de consumo de combustible que inciden
directamente en el costo del kWh generado, lo que afecta la competitividad de las
producciones y servicios de la economía nacional”.
Asimismo, el directivo argumentó que en consonancia con la política, se priorizará
para la generación eléctrico el bagazo de caña, la biomasa forestal, el viento, el sol y el
aprovechamiento del agua de las presas y canales construidos.
Explicó, además, que “la electricidad a partir de la biomasa cañera es una generación
base para el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), ya que el combustible empleado es el
bagazo que puede ser almacenado para utilizarlo en el momento necesario, lo que no
ocurre con otras fuentes renovables como el viento y el sol, que dependen de las
estaciones del año, el horario del día y la condiciones meteorológicas”.
Agregó Guerra Campana que esa electricidad, entregada por 19 bioeléctricas que se
instalarán en centrales azucareros, “mantiene los parámetros técnicos que requiere el
Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para garantizar, en condiciones normales de
operación, que llegue a los consumidores un voltaje y una frecuencia estables,
parámetros fundamentales de la calidad del servicio eléctrico y por tanto puede operar
esta energía de forma similar a la de sus termoeléctricas, evitando inversiones en ellas,
las cuales consumen combustibles fósiles para generar la electricidad”.
En cuanto a la energía eólica, hoy en día el país cuenta con cuatro parques
demostrativos instalados con un total de 11.700 kW de potencia. Según indicó el
directivo, desde el 2005 y durante más de tres años se ejecutó un proyecto para la
prospección y caracterización del potencial eólico cubano, el cual incluyó la instalación
de una red de 88 estaciones automáticas de medición de los parámetros del viento a
alturas hasta 50 metros, en 23 zonas del país y una red de 12 estaciones meteorológicas
de referencia, con mediciones hasta 100 metros de altura.
Por su parte, el potencial registrado de radiación solar en el país es de
aproximadamente cinco kWh promedio por metro cuadrado por día. A partir de este
potencial desde el 2013 y hasta la fecha se han construido ocho parques solares
fotovoltaicos (PSFV) con una potencia total de 12.000 kW, mientras que en el año 2014
se trabaja en la construcción de siete nuevos parques con 10.000 kW de potencia.
Asimismo, informó GUERRA CAMPAÑA que como parte de la política se instalarán
700.000 kW en parques solares fotovoltaicos (PSFV), conectados al Sistema Eléctrico
Nacional (SEN), que si bien están definidas sus ubicaciones en áreas cercanas a los
centros de consumo, también se estudia el aprovechamiento en este sentido de los
techos de almacenes, frigoríficos, naves y talleres.
En la hidroenergía, a partir del potencial identificado en los embalses, trasvases,
canales y espejos de agua, se proyecta la construcción de 74 pequeñas centrales
hidroeléctricas, con una potencia superior a los 56.000 kW. Hoy en día existen en el
país 163 pequeñas instalaciones con una potencia de 65.000 kW que generan 127
millones de kWh anuales y benefician a más de 8.400 viviendas aisladas en zonas
rurales.

35
En este sentido y teniendo en cuenta la amplitud de la política, indagamos sobre cuál
sería la incidencia del empleo de las Fuentes Renovables de Energía (FRE) en las
actuales zonas de bajo voltaje, a lo que el directivo respondió que la generación de
electricidad con las Fuentes Renovables de Energía (FRE) es una continuidad de la
Revolución Energética realizada por el país a partir del 2005, en particular el desarrollo
de la generación distribuida y sus impactos positivos van desde elevar la calidad de
energía entregada a los consumidores, disminuir las pérdidas de distribución en la redes
eléctricas hasta integrarse a los microsistemas para el suministro de electricidad en caso
de eventos meteorológicos que afecten el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

OTRAS FUENTES COMO EL BIOGÁS Y LA BIOMASA FORESTAL


Como parte de la diversificación por la cual apuesta la nueva política de Fuentes
Renovables de Energía (FRE), el país no sólo circunscribe sus acciones a la biomasa
cañera, el viento, el sol y el agua. Hoy en día existen más de 800 plantas de biogás
construidas, vinculadas a la producción porcina del sector campesino. En el año 2014 se
construirán con materiales de producción local 12 plantas de 70 m3 en las instalaciones
estatales y otras mil más pequeñas por los productores individuales; mientras se inició la
instalación de más de 500 biodigestores, recibidos como parte de una donación del
Programa Mundial para el Medio Ambiente.
Los programas de desarrollo para la producción porcina, vacuna y avícola, producen
también importantes cifras de desechos orgánicos, a los cuales se suman significativos
volúmenes de residuales procedentes de las fábricas de las industrias alimentaria y
azucarera, cuyo potencial supera los 490 millones de m3.
En todos estos casos, según comentó Guerra Campaña, el gas producido se destina
esencialmente a la cocción de alimentos para los animales y en las viviendas.
De esta manera, indicó el directivo, si se aprovechan estos residuales de la producción
porcina e industrial, se podrá evitar en gran medida la contaminación de ríos, bahías y
cuencas hidrográficas; cuestión de vital importancia que se tuvo en cuenta a la hora de
trazar la política. En virtud de ello y con el objetivo de contribuir al ahorro energético
que necesita el país, el Ministerio de la Agricultura ha estudiado la instalación de 36
plantas industriales de producción de biogás en granjas porcinas estatales distribuidas
por la Isla que tienen más de 3.500 animales cada una.
La biomasa forestal, por su parte, es un recurso de amplia utilización para distintos
fines. En los aserraderos existentes en el país se puede instalar aproximadamente una
potencia de 17.000 kW a partir de los residuos obtenidos en el propio proceso de
elaboración de la madera y otros que se producen durante el saneamiento de los
bosques.
Actualmente – informó Guerra Campaña – se estudia la instalación de plantas de
generación de electricidad con una potencia de 2.000 kW en los aserraderos Pons y
Macurije, ambos en Pinar del Río, a partir de los residuos de estas instalaciones, el
manejo de los bosques y el marabú disponible en áreas cercanas a estas instalaciones

DENTRO DE LA CASA Y LAS EMPRESAS

36
Aun cuando la generación de electricidad a partir de las fuentes renovables de energía
(FRE) favorece a nuestra economía, el ahorro y la elevación de la eficiencia energética
tendrán la primera prioridad, tanto para el sector productivo como para el residencial.
En el interior de los hogares, según precisó el especialista, “el empleo de equipos
eléctricos más eficientes reduce el consumo eléctrico en las viviendas; de igual forma, el
uso de equipos que emplean las fuentes renovables de energía (FRE), sustituyen
electricidad generada por la Unión Eléctrica con combustibles fósiles, por lo cual la
combinación de ambos representan ahorro y un beneficio económico para las familias”.
Por ejemplo, el calentamiento de agua con energía solar permite disminuir el
consumo, tanto eléctrico como de combustible fósil, empleado en este propósito. Para el
peculio personal, no es lo mismo calentar el agua con electricidad o con gas, que con
esta alternativa. Las posibilidades de ahorro y de protección del bolsillo de la familia
aumentan con la energía que el sol es capaz de proveer. Ha de incluirse en las ventajas
el confort que les propicia a los hogares.
Al respecto, abundó Guerra Campaña, los programas hasta el 2030 prevén la
instalación de 100.000 calentadores solares en viviendas y más de 33.000 en fábricas,
hoteles, hospitales y otras instituciones que utilicen el agua caliente. De acuerdo con esa
línea estratégica, el directivo expresó a Granma que está prevista también la venta de
forma progresiva en la red comercial de calentadores, paneles solares fotovoltaicos y
cocinas de inducción, con precios asequibles y facilidades de crédito, además de la
venta de lámparas que utilizan Diodos Emisores de Luz (LED).
Comentó que dos millones de hornillas eléctricas deben ser sustituidas por las cocinas
de inducción, las cuales son un 30% más eficientes. Es decir, consumen mucho menos.
Similar comportamiento se refleja con el empleo de la iluminación Diodos Emisores de
Luz (LED), que es 50% más eficiente tanto en el sector residencial como el del
alumbrado público. De frente a esas propiedades, “se ha elaborado un programa para la
instalación de 13 millones de lámparas de tubo Diodos Emisores de Luz (LED) de
nueve W en sustitución de lámparas de 18 W en las viviendas, manteniendo la misma
iluminación, e instalar 250.000 luminarias Diodos Emisores de Luz (LED) en el
alumbrado público”, precisó Guerra Campaña.
En cuanto a la esfera de la producción y los servicios, el ahorro, por ejemplo, puede
expresarse en el enorme potencial que existe en el calentamiento de agua tecnológica en
las industrias farmacéutica, alimentaria y en el sector del turismo, por sólo citar algunos.
Mientras ha de esmerarse, en el orden de la eficiencia, por el empleo de equipos de
menos consumo de energía y por el uso de las fuentes renovables de energía (FRE), que
hagan más competitivas sus producciones y reduzcan sus costos.

EL ALCANCE
La incidencia del empleo de las fuentes renovables de energía (FRE) y del uso
eficiente de la energía es tan abarcadora y transversal a los principales objetivos de los
planes de desarrollo a largo plazo del país, que se conecta con todos de manera muy
directa.
Por ejemplo, en el sector empresarial si las principales entidades productivas dejan de
comprar combustible al utilizar las fuentes renovables de energía (FRE), el no erogar
por ese concepto las haría más eficientes, lo cual desde el pasado año es directamente
proporcional al ingreso del trabajador con el objetivo de desatar las fuerzas productivas.

37
Para la realización de estos programas aprobados en la Política de Desarrollo de las
Fuentes Renovables de Energía se requieren importantes cifras de financiamiento
provenientes de diversas fuentes, dentro de las que está prevista la participación del
capital extranjero para el desarrollo de estas tecnologías en las distintas zonas del país,
incluida la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, a través de las diferentes
modalidades contempladas en la Ley 118 para la Inversión Extranjera.
Asimismo, la política industrial del país deberá tener como objetivo la producción de
piezas de repuesto, equipos y medios para desarrollar las fuentes renovables de energía
(FRE) y para elevar la eficiencia en el uso de la energía, cuyo propósito sea sustituir
importaciones y disminuir los costos de inversiones. En este sentido, el Grupo
Empresarial de la Electrónica posee una planta para fabricar paneles solares en Pinar del
Río, con una capacidad para producir 14.000 kW anualmente. Además, el Grupo
Empresarial de la Sideromecánica (GESIME) cuenta con una fábrica de calentadores
solares en Ciego de Ávila.
Mientras, debe existir un vínculo entre el desarrollo territorial y la optimización del
aprovechamiento de las fuentes disponibles en la localidad. Por su parte, la introducción
de nuevas tecnologías en el uso de las fuentes renovables de energía requerirá de una
capacitación del personal calificado para enfrentar el ambicioso programa y priorizará la
investigación científica y la innovación sobre la base de una estrategia integral que
contemple la modernización de la infraestructura científico-tecnológica.
La magnitud de esta política puede apreciarse en la información gráfica en estas
páginas, pero valdría sólo un dato para entender el alcance. Cuba se propone llegar en el
2030 a generar un 24% de su energía eléctrica a partir de las fuentes renovables de
energía (FRE), lo cual le ahorraría al país más de un millón 300.000 toneladas de
combustible fósil que equivale a aproximadamente $EE.UU. 780 millones al año.

GENERACIÓN DE ELECTRICIDAD A PARTIR DE LOS COMBUSTIBLES


FÓSILES
Si bien con la Política para el Desarrollo Perspectivo de las Fuentes Renovables y el
Uso Eficiente de la Energía el país encamina acciones para cambiar su matriz
energética, en tanto las fuentes renovables de energía (FRE) se incorporarían a la
generación en un 24% hasta el 2030, lo cierto es que la utilización de los combustibles
fósiles seguirá siendo la de mayor aporte, en tanto supondrá el 76% de la generación
eléctrica.
Hoy en día el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) cuenta con una potencia instalada de
aproximadamente 5.600 MW de los cuales 2.588 pertenecen a unidades termoeléctricas
distribuidas en siete grandes centrales que aportan alrededor del 60% de la energía que
hoy se genera por todas las tecnologías.
En este sentido las plantas térmicas, que hasta hoy presentan baja eficiencia en
consonancia con sus altos índices de consumo y tantos años de explotación, deberán
someterse a un proceso de modernización, el cual debe incluir el aumento de la potencia
instalada con el objetivo de ampliar la capacidad generadora, mejorar la eficiencia
energética, incrementar la competitividad de sus producciones y mejorar el servicio, no
sólo a la economía nacional, sino además en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Dicha modernización, a su vez, requerirá de una inyección importante de capital,
proveniente de diversas fuentes de financiamiento, las cuales hoy encuentran un

38
escenario propicio gracias al marco regulatorio implementado luego de la aprobación de
la nueva Ley de Inversión Extranjera.
Durante el último período, se han intensificado los trabajos sobre las unidades de
generación térmica. Actualmente se ejecuta un mantenimiento capital en la unidad seis
de la termoeléctrica 10 de Octubre de Nuevitas que concluye en febrero del 2015 y
quedan fuera de ciclo tres unidades, una unidad en la termoeléctrica Máximo Gómez de
Mariel, la unidad ocho, la unidad tres de la termoeléctrica Este Habana de Santa Cruz
del Norte; en esta última se iniciaron los trabajos de mantenimiento capital en el pasado
mes de octubre.
Así se realizan trabajos que abarcan todos los equipos principales: caldera, turbina,
generador y transformador incluyendo los equipos auxiliares, los sistemas automáticos y
eléctricos, para la integración, supervisión y protecciones del proceso productivo.
Todos los mantenimientos capitales están programados, y el último concluye en el
2016; cada uno tiene duración de aproximadamente 250 días y cuentan con el
aseguramiento financiero, la contratación de las piezas de repuesto y materiales
necesarios así como el personal que garantice el trabajo continuo.

PERSPECTIVAS PARA EL 2030

FRE POTENCIA KWh


EMISIONES
TOTAL AL AÑO DE
CO2

Biomasa 755 mil kW 4.357 millones - 3.700 mil


t
Eólica 633 mil kW 1.636 millones - 1.400
mil t
Solar 700 mil kW 1.088 millones - 900 mil t
Hidroenergía 56 mil kW 238 millones - 200 mil t

Nota: el kilowatt (kW) es igual a mil Watt (W), que es una unidad de potencia
eléctrica del Sistema Internacional de Unidades; mientras que el kilowatt hora (kWh) es
la energía que resulta de la multiplicación de la potencia por unidad de tiempo. Ejemplo,
en un hogar con una plancha eléctrica de un kW de potencia, se consumirá un kWh si se
plancha durante una hora.

APÉNDICE V: “Gas esquisto: ¡auxilio! grita el Planeta”, artículo escrito por


Elson CONCEPCIÓN PÉREZ, aparecido en Granma, Internacionales, La
Habana, Cuba, Lunes 10 de noviembre del 2014, página 5.

39
Los días y los años transcurren. Los hielos de los polos se derriten. El agua del mar
sube su nivel. El hambre y las enfermedades acechan. El medio ambiente se contamina.
El planeta Tierra no aguanta más y pide auxilio.
Parecería una novela de ciencia ficción o una película de suspenso, pero es una
realidad y somos los seres humanos los máximos responsables del problema creado y de
su urgente solución.
En este contexto una noticia comenzó a circular hace poco más de una década, cuando
empezó a hablarse del gas de esquisto como una posible tabla de salvación ante el
inminente agotamiento del petróleo y el gas convencionales.
¿Gas de esquisto?, nos preguntamos muchos. Y cuando indagamos, supimos que se
lograba con una novedosa técnica, el “fracking” (o fractura hidráulica), por supuesto
sólo dominada por las grandes transnacionales que como buitres se lanzaban a su caza y
que causa comprobados daños al medio ambiente y por lo tanto a la vida.
Hace sólo unos días que el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció en un
acto en Caracas la “destrucción que se le provoca al planeta Tierra y a los lugares donde
se están aplicando estos métodos bárbaros, salvajes, antihumanos para sacar petróleo y
gas llamado de esquisto”.
El mandatario boliviano acusó a Washington de inundar el mercado con petróleo de
esquisto para perjudicar a los grandes países productores, como Rusia y Venezuela.
Ya el 5 de enero del 2012, el líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en
Jefe Fidel Castro Ruz, escribió una Reflexión, titulada “La marcha hacia el abismo”, en
la que advertía sobre el gas de esquisto, y citaba un despacho de IPS, donde se precisaba
que “… la explotación de una plataforma con seis pozos puede consumir 170.000
metros cúbicos de agua e incluso provocar efectos dañinos como influir en movimientos
sísmicos, contaminar aguas subterráneas y superficiales, y afectar el paisaje”.
En el citado texto se explica que “para extraer el gas de esquisto de las lutitas se apela
a un método bautizado como “fracking” (fractura hidráulica), con la inyección de
grandes cantidades de agua más arenas y aditivos químicos. La huella de carbono
(proporción de dióxido de carbono que libera a la atmósfera) es mucho mayor que la
generada con la producción de gas convencional.
“Como se trata de bombardear capas de la corteza terrestre con agua y otras
sustancias, se incrementa el riesgo de dañar subsuelo, suelos, napas hídricas
subterráneas y superficiales, el paisaje y las vías de comunicación si las instalaciones
para extraer y transportar la nueva riqueza presentan defectos o errores de manejo”,
agregó.
Baste señalar que entre las numerosas sustancias químicas que se inyectan con el agua
para extraer este gas se encuentran el benceno y el tolueno, que son sustancias
terriblemente cancerígenas.
Recientemente la gran prensa norteamericana citó al analista internacional, Raúl Sohr,
que se refería al rol que cumplen los Estados Unidos a nivel mundial en materia
energética y advertía que “la situación de la matriz energética mundial es incierta en la
medida que los Estados Unidos se ha convertido en un creciente productor de gas de
esquisto y petróleo de esquisto. Hay una idea de que esto podría darle la autonomía
energética que ha venido buscando desde hace décadas”.

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La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés: “International
Energy Agency”) ahora informó que la producción de gas y petróleo de esquisto en los
Estados Unidos sigue aumentando, convirtiéndose en un país que incluso sería capaz de
exportar energía a mediano plazo. Con esto ¿se modifica el mapa energético mundial?
¿y cómo afecta en le juego de las alianzas estratégicas internacionales una supuesta
independencia energética por parte de la potencia estadounidense? se preguntan
analistas de prensa.
Ante el evidente peligro por los daños medioambientales que provoca la extracción de
este gas, la IEA dijo que la solución debe venir de una combinación de inversiones en
energía solar, hidroeléctrica y otros renovables, representando el 60% de las nuevas
inversiones.
No pocas instituciones y Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) han
denunciado el impacto medioambiental y social ligado a la extracción del citado gas,
proceso que involucra a las más ricas transnacionales petroleras.
Tal es el caso de la empresa alemana “Wintershall” (filial de BASF), la
estadounidense “Chevron” y otras comprometidas a poner más de $EE.UU. 5.000
millones en inversiones a corto plazo.
En semanas recientes, el Tribunal danés suspendió la prospección de gas de esquisto
en ese país, según publicó el diario “Nordjyske Stiftstidende”.
La extracción de ese combustible es polémica porque según varios expertos en la
materia existe para las aguas subterráneas un alto riesgo de mezcla contaminante de
sustancias nocivas y peligrosas arrastradas en los tubos del pozo al realizar la
perforación, entre otros puntos, explicaron las autoridades danesas.
Desde Durban, Sudáfrica, la agencia Tierramérica advirtió que la tecnología del
“fracking” (fractura hidráulica) va en busca en busca de los últimos depósitos de gas
natural alojados en lechos recosos de extensas zonas de los Estados Unidos y el oeste de
Canadá, alentando una nueva fiebre de hidrocarburos que aleja el horizonte de energías
limpias para enfriar el planeta.
Quienes viven cerca de los pozos se quejan desde hace tiempo de que el agua que
beben está contaminada y muestran imágenes del líquido inflamable que sale de sus
grifos. “Pero es difícil probar esa contaminación, porque a las empresas no se les exige
revelar qué tipo de sustancias emplean para hacer que el gas fluya fuera de la roca”,
aparece publicado por Tierramérica.

APÉNDICE VI: “América Latina, por la integración de un acuerdo climático”,


artículo escrito por Vivian COLLAZO (enviada especial), aparecido en Granma,
Internacionales, La Habana, Cuba, Miércoles 3 de diciembre del 2014, página 5.
LIMA.- Los países de América Latina y el Caribe se consideran entre los más afectados
en la región por el cambio climático, de ahí que en su mayoría abogan por el desarrollo
de mecanismos de integración hacia la mitigación y adaptación.
Desaparición de los glaciares de los Andes, extensas sequías, inundaciones sin
precedentes, son algunas de las consecuencias que ya sufre esta área debido al
calentamiento global.

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El V Informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC), pronostica incluso un escenario peor, no sólo para la región, sino para todo el
planeta, y confirma, con 95% de certeza, el peso predominante de las actividades
humanas.
Aun cuando la agenda aprobada para la 20 Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático (COP20), que sesiona en Lima, Perú, incluye, medidas de respuesta,
pérdida y daño, medios de ejecución, transferencia de tecnologías y creación de
capacidades para enfrentar los efectos del impacto climático, las naciones
latinoamericanas presentes en la reunión hicieron algunas demandas.
Tal es el caso de Venezuela, por la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra
América (ALBA), que solicitó que las negociaciones sobre el texto del nuevo acuerdo
que se espera lograr para el 2015, maneje un enfoque integrado hacia la mitigación y la
adaptación, los medios de ejecución y el cierre de la brecha de ejecución.
Nicaragua, en nombre de los países en desarrollo afines, enfatizó en que las
negociaciones del futuro acuerdo son cruciales para limitar las diferencias y alcanzar un
consenso.
A su vez, México por el Grupo de Integridad Ambiental, destacó la importancia de
implementar esquemas de transparencia y evaluar el régimen de mitigación en el lugar,
además apoyó la redacción del borrador de un acuerdo, con tareas definidas, para ser
aprobado en el 2015.
Chile, por AILAC (Alianza Independiente de América Latina y el Caribe), señaló que
la reunión de Lima es decisiva para el futuro de un régimen multilateral sobre el cambio
climático y pidió transparencia, negociaciones inclusivas y productivas, e instó a los
países a hacer contribuciones al Fondo Verde para el Clima.
También los pueblos indígenas aludieron a la responsabilidad de los gobiernos en
respetar sus derechos en los acuerdos sobre cambio climático.
Sin embargo, todo pasa por la decisión de los países desarrollados, principales
responsables históricos y actuales del problema, que deben aumentar sus compromisos
de mitigación, además de favorecer con tecnología y financiamiento para que los países
en desarrollo puedan enfrentar el cambio climático.
De ello dependerá la supervivencia de los pequeños estados insulares, la agricultura y
la vida en las naciones más pobres. (Prensa Latina (PL)).

C. ANTECEDENTES PERSONALES
La Máster en Ciencias Marta Beatriz NICANOVICH CINGOLANI, autora del libro
“La Crisis Económica Mundial, el Desarrollo y el Rol de las Naciones Unidas:
Realidades y Desafíos del Centro de Comercio Internacional y de otras Agencias
Especializadas, particularmente en Cuba”, uno de cuyos capítulos trata sobre la mega
crisis sistémico estructural, dentro de la cual encontramos la Crisis Ecológica, nació el 4
de diciembre de 1950 en Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina. Graduada de
Bachiller Comercial en el Colegio Inglés de Rosario (1969); y Licenciada en Ciencia
Política y en Relaciones Internacionales, egresada de la Facultad de Ciencia Política y

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Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (1975). Cursó
estudios de posgrado en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de
Ginebra, Suiza, donde obtuvo el título de Maestría “Diplôme de Hautes Études
Internationales” (1985).

Sin pretender reproducir en detalle el “Curriculum Vitae” de la autora, queremos


destacar que ha tenido una vida profesional muy activa en que ha podido ejercer sus
conocimientos y habilidades en las especialidades de Comercio Internacional,
Investigación de Mercados y Derecho Internacional Público, y entre sus
responsabilidades de su vida profesional vale destacar las siguientes:

• Periodista y traductora en el Centro Internacional de Prensa “VOXMUNDI S.A.


International Press Agency”, Ginebra, Suiza, 1980-1981;
• Asistente de Investigación en el “Centro de Comercio Internacional (CNUCED-
GATT) de las Naciones Unidas, Ginebra, Suiza (1984);
• Funcionaria Asociada de Promoción Comercial y Analista de Mercado en el
“Centro de Comercio Internacional”, de las Naciones Unidas, Ginebra, Suiza
(1985-1992);
• Consultora de Marketing, en “Sanline International Corporation”, Londres,
Inglaterra (1993-1996);
• Analista de Mercado, en la imprenta “Originales y Duplicados”, Rosario,
Argentina (1996-1997);
• Directora del Instituto de Investigaciones de la “Universidad Abierta
Interamericana”, Rosario, Argentina, y Profesora Titular de Investigación de
Mercados de dicha Institución (1999-2000).
• Periodista de artículos de fondo sobre comercio internacional del “Periódico
Hinterland”, Rosario, Argentina (1999-2000);
• Agregada del “Consulado de Bangladesh”, La Habana, Cuba (2001-2004);
• Colaboradora “Ad-honorem” de la “Nunciatura Apostólica de la Santa Sede”
(Embajada del Vaticano en Cuba), La Habana, Cuba (2007-2008);
• Profesora en la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba
(ANEC Nacional), La Habana, Cuba (2013-2017).
• Investigadora y Traductora Colaboradora “Ad-honorem” del Centro de
Investigaciones Jurídicas del Ministerio de Justicia de Cuba (MINJUS), La
Habana, Cuba (2016-2017).

La autora es diplomada en inglés de la Universidad de Cambridge, Inglaterra y de


Naciones Unidas, y de francés de la Alianza Francesa de Rosario, Argentina, idiomas
que domina fluidamente.

Obtuvo premio mención en el Concurso organizado por la Asociación Cubana de las


Naciones Unidas (ACNU) con motivo del 70 Aniversario de la Fundación de la ONU,
en el 2015; y, Primer Premio en el Concurso organizado por la Organización de las
Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), con motivo del 50 Aniversario
de la Fundación de esa Agencia Especializada de las Naciones Unidas, de la cual Cuba

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es miembro fundador. Aquí tuvo que competir con 159 participantes provenientes de
diferentes países del mundo entero.

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