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Este acápite está basado en material que fuese brindado por la ecologista cubana, Lic.
Angela Corvea Martínez, creadora del Proyecto de Educación Ambiental Acualina, y
por la Dra. Blanca Munster Infante; en los artículos del Dr. Ramón Pichs Madruga ya
mencionados al tratar la crisis energética; por la última Encíclica del Santo Padre
Francisco, sobre el cuidado de la casa común, y por artículos aparecidos en el periódico
Granma. Se debe señalar que en los apéndices incluimos, también, artículos interesantes
sobre la crisis medioambiental.
El medio ambiente se ha deteriorado: las aguas se contaminan, la atmósfera se
envenena, la naturaleza se destruye. Las Naciones Unidas declararon al año 2008, el
“Año Internacional del Planeta Tierra”. Esta denominación tuvo el propósito de crear
una conciencia mundial sobre la importancia del conocimiento del espacio donde se
vive, para cuidarlo, y para mejorar las condiciones ambientales. El tema “cambio
climático” es de suma importancia, de suma actualidad.
La humanidad enfrenta hoy una grave situación de emergencia. Por eso es necesario
invitar a todos a una reflexión, un cambio de conciencia. Importantes medidas y
acciones se están realizando, a nivel mundial, para mitigar y adaptarnos a estos cambios.
Por ejemplo: la educación ambiental, desde temprana edad, y la comunicación a todo
nivel. Nos encontramos en emergencia planetaria, dicen algunos expertos. Se debe
luchar unidos por un cambio de conciencia. Se observan en inundaciones y huracanes
que dejan a familias enteras sin vivienda ni pertenencias.
Hace pocos años, comenzó a informarse que los seres humanos, con sus actividades y
criticables estilos de vida, son los responsables de estar destruyendo el planeta. La peor
dificultad para cuidar el medio ambiente es la ignorancia sobre los temas ambientales.
La prensa mundial trata sobre el calentamiento global, debido a las emisiones de gases a
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la atmósfera, y también de las cantidades de carbono, metano y otros gases de efecto
invernadero que hay que reducir.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresa inquietud por el aumento del
CO2. En efecto, la responsable de las Naciones Unidas para el clima, la costarricence
Christiana Figueres, expresó su “inquietud” y llamó a una acción “urgente” ante la
evolución de la concentración de CO2 en la atmósfera, que está al borde de pasar el
umbral simbólico de los 400 ppm (partes por millón). “Estamos muy cerca de pasar el
umbral de 400 ppm, declaró Figueres a las delegaciones de más de 190 países reunidos
en Bonn (2013), a quienes instó a tener “un sentido de la urgencia más fuerte”. Esta es
la primera cita para analizar el tema del cambio climático desde la Conferencia de
Doha, Catar, a finales del 2012.
Según el Dr. Ramón Pichs Madruga (op. cit., 2010) “existe una estrecha relación entre
la participación de los distintos países en el consumo mundial de combustibles fósiles,
y, la contribución de los mismos a las emisiones del CO2, como principal gas de efecto
invernadero. Así, por ejemplo, los Estados Unidos absorben 23% del consumo mundial
de petróleo, y aporta 21% de las emisiones globales de CO2, lo que se traduce en
emisiones de 21 toneladas métricas de CO2 anuales por habitante. En su conjunto, los
países desarrollados consumen el 58% del petróleo y emiten el 58% del CO2” (PNUD,
op. cit., 2007 y BP, op. cit., 2009).
En un discurso pronunciado en Río de Janeiro por el Comandante en Jefe en la
Conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo el 12 de junio de
1992, Fidel Castro Ruz demostró su gran preocupación por este tema, tal como lo
exponemos a continuación: “Una importante especie biológica está en riesgo de
desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida:
el hombre”. “Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para
impedirlo.”
“Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables
fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las
antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el
atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad.” “Con sólo el
20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los
metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han
envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la
capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas
con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer.”
“Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas
de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión
poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aún a costa
de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias
ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por su orden económico mundial injusto.”
“La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es
que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación
flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada
año en el Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras
mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la
ecología y propician la destrucción del medio ambiente.”
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“Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor
las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en
unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la
Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo
que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un
orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un
desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda
externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.”
“Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya
pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que
impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y
combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta?”
“Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la
irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos
haber hecho hace mucho tiempo.”
El informe coordinado por el economista británico Nicholas Stern (ex economista del
Banco Mundial (BM) y luego consejero del Gobierno del Reino Unido) llama la
atención internacional acerca de la necesidad de actuar cuanto antes para reducir los
impactos adversos del cambio climático, y, consecuentemente, evitar en gran medida,
los elevados costos que se derivarían de la no acción en este campo. Según este informe,
en ausencia de acciones de respuesta ante este reto ambiental, los costos globales
equivaldrían a la pérdida de entre 5% y 20% del Producto Interno Bruto (PIB) global
anual, en tanto los costos de las acciones recomendadas para mitigar el cambio
climático pudieran limitarse a alrededor de 1% del Producto Interno Bruto (PIB) global
anual (Stern, 2006, citado por Ramón Pichs Madruga, op. cit., 2010). La mayoría de los
gases de efecto invernadero tienen una larga permanencia en la atmósfera (más de 100
años en algunos casos), de modo que no sólo se trata de analizar la contribución actual
de los países industrializados al calentamiento global, sino, además, los efectos
acumulados de tales emisiones, lo que evidencia la necesidad de examinar la deuda
ecológica de estos países con la humanidad desde una perspectiva histórica. (Pichs
Madruga, Ramón, op. cit., 2010).
Cabe señalar que BBC Mundo expone cómo en la Unión Europea (UE) un 90% de la
población urbana respira aire contaminado. En efecto, un nuevo informe de la Agencia
Ambiental Europea concluyó que el 90% de las personas, que viven en centros urbanos,
están expuestas a niveles de contaminación atmosférica dañina. A pesar de recientes
reducciones en los niveles de emisiones de gases, la agencia sostiene que los problemas
de contaminación del continente están lejos de ser resueltos. En todos los países
miembros, según el informe, la industria y el tráfico vehicular son los principales
culpables de producir partículas y ozono superficial a niveles que son considerados
dañinos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). (BBC Mundo, “UE: 90% de
población urbana respira aire contaminado”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, 16
de octubre del 2013, página 4).
El Papa Francisco, en su reciente Carta encíclica titulada “LAUDATO SI’ Sobre el
Cuidado de la casa común”, expresa muy bien la problemática cuando dice: “Existen
formas de contaminación que afectan cotidianamente a las personas. La exposición a los
contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud,
especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. Se
enferman, por ejemplo, a causa de la inhalación de elevados niveles de humo que
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proceden de los combustibles que utilizan para cocinar o para calentarse. A ello se suma
la contaminación que afecta a todos, debida al transporte, al humo de la industria, a los
depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los
fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en
general”.
a. Calentamiento Global.
El año 2012 se incluyó en la lista de los diez años más calurosos desde que se
iniciaran registros en 1850, según un informe divulgado por la Organización
Meteorológica Mundial (OMM, 2013). Durante todo el período, la temperatura global
de la superficie de los océanos y de los continentes sobrepasó en 0,45 grados Celsius el
promedio de 14,0 grados observado entre 1961-1990. El mayor aumento de la
temperatura ocurrió al sur de Europa, América del Norte, el oeste de Rusia, zonas del
norte de África y de las regiones más al sur de Sudamérica. El frío se intensificó en
Alaska, en algunas zonas del norte y del este de Australia, y en Asia Central.
El hielo del océano Ártico se derritió a un ritmo récord, en el 2012, el noveno año más
cálido desde que se iniciaron los registros al respecto, afirmó la agencia de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) especializada en estos temas. En un
informe sobre el año 2012, la Organización Meteorológica Mundial (OMM, 2013) dijo
que, en agosto y septiembre de ese año, las zonas heladas del Ártico cubrían sólo 3,4
millones de kilómetros cuadrados, un 18% menos que en el 2007, cuando se había
registrado el precedente récord. Para la Organización Meteorológica Mundial (OMM)
este es “un preocupante signo del cambio climático”.
b. Arrecifes Coralinos.
Los arrecifes coralinos son ecosistemas vulnerables con una gran diversidad de
especies que rodean prácticamente a toda Cuba. Estos se han formado por el desarrollo
y acumulación de corales pétreos durante miles de años. Forman fondos muy variados
como los que los pescadores llaman rompientes o crestas coralinas, cabeceríos,
cangilones, ramajales, veriles y cantos de golfo, entre otros. Tienen gran importancia
para el sostenimiento de la pesca y del turismo de buceo, así como para la protección de
las costas con sus recursos naturales y humanos. Por lo tanto, se hace muy necesario
conocer los acontecimientos claves, relativamente recientes, que atentan nuestra
existencia y el aprovechamiento sostenible de los servicios ambientales de los arrecifes
coralinos. El año 2008 fue llamado “Año Internacional de los Arrecifes”. Todos los
individuos, empresas, escuelas, gobiernos y organizaciones fueron alentados a participar
activamente en una campaña de sensibilización sobre su valor, su importancia y sus
amenazas. Hay que tomar medidas para protegerlos. Los bellos arrecifes de Cuba están,
también, sometidos a impactos y riesgos de tipo natural y a la acción del hombre. El
cambio climático los amenaza y los perjudica con un daño mecánico, contaminación,
sedimentación y la sobre pesca causada por el hombre.
El mundo ha perdido casi la mitad de sus arrecifes de coral en los últimos 30 años.
Los científicos ahora luchan para garantizar que al menos una fracción de estos
ecosistemas únicos sobreviva durante las tres próximas décadas. La salud del planeta
depende de eso: los arrecifes de coral dan sustento a una cuarta parte de todas las
especies marinas, así como a 500 millones de personas en todo el mundo. Incluso si el
mundo pudiera frenar en este momento el calentamiento global, los científicos aún
esperan que más del 90% de los corales muera antes del 2050. Sin una intervención
drástica, nos arriesgamos a perderlos todos. (AP, “La mitad de los arrecifes de Coral
han muerto”, Granma, Mundo, Hilodirecto, La Habana, Cuba, Miércoles 15 de marzo
del 2017, página 3).
c. Basura.
Se convive con la basura. Cada día más computadoras y similares generan enormes
cantidades de basura electrónica. Los derrames tóxicos y de petróleo, producto de
accidentes en buques cisternas, provocan cada día más desastres ecológicos. Pulula la
basura por doquier, y esto es sinónimo de contaminación, y de agresión a la salud.
Quizás no podamos detener este gran desenfreno, pero sí podemos mitigarlos, por
ejemplo, que las autoridades limpien periódicamente los alcantarillados. Sólo el 2,53%
del agua existente en el planeta es dulce, pero las 2/3 partes del total están localizadas
en los glaciares y en las cubiertas permanentes de nieve. Aproximadamente 2 millones
de toneladas diarias de desechos son vertidos al agua, incluyendo industriales químicos
domésticos y agrícolas. El estimado total de aguas de desecho es de 1.500 km cúbicos
anuales. Hay muchos residuos no biodegradables: residuos domiciliarios y comerciales,
residuos de demolición, residuos clínicos, electrónicos e industriales, residuos altamente
tóxicos y radioactivos. Como mismo lo reconoce el Papa Francisco, en su Carta
Encíclica “LAUDATO SI’”: “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más
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en un inmenso depósito de porquería”. (Papa Francisco, Carta Encíclica del Santo Padre
Francisco, Laudato Si’ Sobre el cuidado de la casa común, Colección Documentos
Eclesiales 33, Librería Editrice Vaticana, 2015, Editorial San Pablo, Buenos Aires,
Argentina (director.editorial@sanpablo.com.ar), julio del 2015, p. 205).
d. Biodiversidad.
Entre los logros recientes, en Cuba, en cuanto a la protección del entorno y evitar la
pérdida de la biodiversidad, se puede citar la reducción en más de 900 toneladas del
volumen de productos químicos y desechos peligrosos generados por entidades de la
producción y los servicios en la provincia cubana de Holguín durante el año 2016. Este
resultado contribuye a la conservación de ecosistemas priorizados por la estrategia
ambiental nacional, entre ellos la cuenca del río Toa y la bahía de Nipe. Para más
detalle, se puede afirmar que se recuperaron en el período más de 400 toneladas de
aceites usados como combustible, los cuales se consideran altamente nocivos para el
medioambiente debido al alto contenido de residuos de oxidación. Es importante tener
en cuenta que estos compuestos provocan severas afectaciones al entorno como la
infertilidad de las tierras de cultivo, la contaminación de las aguas subterráneas, la
pérdida de la biodiversidad y el deterioro de las áreas naturales. (“Manejo de desechos
8
peligrosos, logro ambiental en Holguín”, Granma, Cuba, Miércoles 10 de mayo del
2017, página 2).
e. Desertificación y Sequía.
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Sobre el tema de adaptación, también se incluye uno sobre paisajes productivos,
liderado por el Ministerio de la Agricultura, para el cambio de paradigma productivo,
centrado en el bosque y su relación con las cuencas, ganadería, los cultivos y las zonas
costeras. Otro de los proyectos, en proceso de elaboración por la Agencia de Medio
Ambiente, abarca a un grupo de municipios del país y su objeto principal es el recurso
agua y su interrelación en las comunidades vulnerables. En materia de mitigación se
preparan dos proyectos, uno para apoyar el plan de producción porcina, y otro
relacionado con el programa de energía renovable.
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climático para el 2050”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, 3 de septiembre del
2014, página 4).
Todas las regiones del mundo estarán afectadas por el cambio climático, que traerá
entre otros eventos, veranos más calientes, en particular en América Latina, según un
estudio realizado por el Instituto de Investigación del Clima de Potsdam, Alemania. La
acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar, los ciclones tropicales y los
cambios de temperatura incidirán en los medios de vida costeros, el turismo, la salud, y
la seguridad alimentaria e hídrica, especialmente en el Caribe, señaló el informe. Por
otro lado, la investigación indicó la probabilidad de períodos de sequía en el Cercano
Oriente y en el norte de África, donde gran parte de la población depende de la
agricultura y las precipitaciones pluviales. (Prensa Latina, “Cambio Climático afectará a
todas las Regiones del Planeta”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, La Habana,
Cuba, 25 de noviembre del 2014, página 7).
Cuba, por su parte, incentiva la creación de capacidades científicas e investigaciones
sobre el conocimiento de los impactos del cambio climático, para los años 2050 y 2100,
aseguró Elba Rosa Pérez Montoya, Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA) de Cuba. La isla antillana promueve estudios de peligro, vulnerabilidad, y
riesgos de desastres, estrategias climáticas sectoriales, el monitoreo, la comunicación, y
la concienciación social, entre otras acciones. (“Incentiva Cuba acciones contra
impactos del cambio climático”, Granma, La Habana, Cuba, 3 de septiembre del 2014,
página 1).
Además, Cuba implementó desde hace más de tres lustros un programa nacional para
reducir el uso paulatino de sustancias agotadoras de la capa de ozono en diferentes
sectores productivos y de servicios, en cumplimiento de los compromisos
internacionales asumidos como signataria del Protocolo de Montreal, firmado el 16 de
septiembre de 1987, y ratificado hoy en día por la totalidad de los países miembros de
las Naciones Unidas. (Pelaez Mendoza, Orfilio, “Prioriza Cuba eliminación de
sustancias dañinas a la capa de ozono”, Granma, La Habana, Cuba, 4 de septiembre del
2014, página 1).
Es interesante destacar los esfuerzos e investigaciones, realizadas en Sancti Spíritus,
por contrarrestar secuelas del cambio climático, las que son preocupación de no pocos
ante la existencia en gran parte del mundo de algunos sistemas amenazados, eventos
meteorológicos extremos como olas de calor, inundaciones costeras y prolongadas
etapas de sequía, entre otros. Es necesario mencionar que, en diferentes centros
espirituanos, se buscan variedades de cultivos resistentes a la sequía y se han propuesto
como medidas concretas para ejecutar la creación de malecones y estructuras de
protección costera para el control de crecidas, y la preparación de sistemas de alerta
temprana.
Abordar el cambio climático requiere un verdadero multilateralismo. Por ejemplo,
para reducir la cantidad requerida de emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero, el Norte y el Sur tienen que alcanzar un acuerdo justo y aceptable para
ambos sobre cómo compartir las responsabilidades, a la vez que deben asegurar que
puedan cumplirse las aspiraciones de desarrollo legítimas del Sur. Gran parte del debate
actual, en torno al cambio climático, se refiere a las negociaciones internacionales
relacionadas con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kioto (PK).
Según la letra del Protocolo de Kioto (PK), los países industrializados se
comprometieron a reducir el total de sus emisiones de gases de efecto invernadero en un
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5,2%, para el período 2008-2012, con relación a los niveles de 1990. El Protocolo de
Kioto (PK) consideró explícitamente seis tipos de gases de efecto invernadero: CO2,
metano, óxido nitroso, Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y
Hexafluoruro de azufre (SF6). Las metas de reducción de emisiones establecidas en el
Protocolo de Kioto (PK) resultan insuficientes para lograr la estabilización de las
concentraciones atmosféricas de CO2. Aún así, existen pocos indicios de que los países
desarrollados estuviesen adoptando las medidas necesarias para hacer efectivos los
modestos compromisos de reducción de emisiones recogidos en el Protocolo de Kioto
(PK). (Pichs Madruga, Ramón, op. cit., 2010).
Según el Dr. Ramón Pichs Madruga (op.cit., 2010) a la hora de examinar los
mecanismos de mercado del Protocolo de Kioto (PK) y proyectar, en general, el proceso
futuro de negociaciones en torno al cambio climático, debe tenerse en cuenta que en
aquellos casos en que el móvil de las Partes sea más comercial que ambiental, los
resultados en materia de mitigación y adaptación al cambio climático serían
desalentadores. Los criterios de mercado, con una perspectiva de corto plazo, no
resultan adecuados para enfrentar problemas, como el cambio climático, que requieren
una perspectiva de análisis de largo plazo, que considere las prioridades
socioeconómicas y ambientales de los países en desarrollo.
Cualquier iniciativa para hacer frente al cambio climático – según dicho autor y
opinión que se comparte – debe partir de reconocer la responsabilidad de los países
altamente desarrollados con las emisiones históricas de gases de efecto invernadero –
importante componente de la deuda ecológica del Norte -, así como los diferentes
niveles de desarrollo entre el Norte y el Sur. De lo contrario, se acentuarían las
relaciones de subordinación y dependencia del Sur respecto al Norte, y se agudizarían
los desequilibrios económicos ambientales y sociales, que ya hoy en día alcanzan
proporciones alarmantes.
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importaciones procedentes de países que se considere no hacen esfuerzos por limitar las
emisiones de carbono.
Los científicos tienen que ser capaces de resaltar los servicios ambientales que
brindan los ecosistemas, el rol de la biodiversidad asociada a estos servicios y la
necesidad de su conservación. Esta estrategia de actuación es imprescindible para
acaparar la atención de los decisores y favorecer alianzas de trabajo conjunto.
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prolongar un día más de lo previsto a fin de lograr el Acuerdo), al cual se llegó con la
preocupante perspectiva de un recalentamiento del planeta de 3 grados a 5 grados
Celsius. Los 194 países reunidos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre este
asunto, que había anteriormente sesionado en Doha, capital de Catar, habían aprobado
una prórroga hasta el 2020, del período de compromiso del Protocolo de Kioto (PK).
Sin embargo, los analistas concordaron en que el acuerdo era menos que formal, pues
los países que se habían comprometido a reducir sus emisiones representan, en general,
poco más del 15% del total de las emisiones mundiales. El país más contaminante de la
historia, los Estados Unidos, ni siquiera llegó a ratificar por muchísimos años la primera
parte de Kioto, y tampoco se sumó a este segundo período.
Pero algo permitió pensar que esta actitud iba a cambiar en el futuro pues, a fines del
mes de marzo del 2015, el Gobierno de los Estados Unidos envió por vez primera en la
historia de las negociaciones climáticas, su contribución nacional para el acuerdo de
lucha contra el calentamiento global que se había previsto adoptar en París, a fines del
2015. Según reveló un documento estatal de los Estados Unidos, la nación
norteamericana se comprometió, en ese entonces, a reducir sus emisiones entre un 26 y
un 28% para el 2025 con respecto a los niveles del 2005. Ese objetivo, marcado por el
Presidente Barack Obama durante su visita a China, en noviembre del 2014, estaba
incluido en un documento que la Casa Blanca envió, el 31 de marzo del 2015, a la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
(Associated Press, “EE.UU. se compromete a reducir sus emisiones de gas
invernadero”, Granma, Internacionales, Hilodirecto, La Habana, Cuba, 1 de abril del
2015, página 4).
Esto no hace más que confirmar lo dispuesto entre los Estados Unidos y China, el
miércoles 12 de noviembre del 2014, cuando ambos países habían anunciado, en el
marco de la cumbre de Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), que se celebró en
Beijing, un nuevo acuerdo para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Mientras que los Estados Unidos afirmó que recortaría, para el año 2030, sus emisiones
entre un 26 y un 28% con respecto a los niveles del 2005 (se sabe que más
recientemente los Estados Unidos prometieron que lo harían para el 2025, cinco años
antes de la fecha acordada en Beijing), China se comprometió a ponerle un tope al nivel
máximo de sus emisiones para esa fecha o antes, si es posible.
Con este acuerdo, las dos principales potencias mundiales, que suman cerca del 40%
del total de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, buscaron alentar a
otros países a anunciar compromisos similares, para impulsar las negociaciones de cara
a un acuerdo mundial contra el cambio climático, para el 2020, en la reunión que se
celebró en París en el 2015. (“China y los Estados Unidos anuncian acuerdo a favor del
medio ambiente: las dos potencias mundiales suman cerca del 40% del total de
emisiones de gases de efecto invernadero”, Granma, Internacionales, La Habana, Cuba,
13 de noviembre del 2014, página 5).
Otro hecho positivo fue que la 20 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático (COP20) había concluido, el 12 de diciembre del 2014, con el borrador de un
nuevo acuerdo, que los países de América Latina pidieron fuera vinculante y
reconociera el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Aún cuando
hubo muchas señales positivas en cuanto a lograr un texto adecuado, para confirmarlo
era necesario esperar hasta el final de las sesiones, que algunos consideraron que se
podrían extender.
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El entonces Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, hizo un llamado a la
comunidad internacional para hacer del cambio climático un tema central, ya que –
consideró – un acuerdo amplio no es una opción sino una necesidad. Kerry se refirió al
acuerdo alcanzado con China, días atrás: “Nos sentimos orgullosos del acuerdo con
China. Tenemos compromisos con los tres más grandes emisores del mundo. No es
suficiente. Pero es un inicio”, dijo, según Prensa Latina (PL). “Y no es secreto que
hemos tenido desacuerdos en el pasado. Pero nos hemos unido, y hemos anunciado
compromisos post 2020. Esperemos que más países se sumen a esto”, indicó el
Secretario de Estado norteamericano.
Por su parte, el entonces Secretario General de las Naciones Unidas (UN), Ban Ki-
Moon, señaló que “como nunca antes hay un entendimiento compartido de que debemos
estar juntos en esto, porque juntos es la única forma en que transformaremos esta crisis
en oportunidad”, expresó. Resaltó que, en la semana anterior, se había superado el
monto de $EE.UU. 10.000 millones, destinado al Fondo Verde para el Clima, que tiene
como objetivo financiar las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático en
las naciones en desarrollo. Además, señaló que no se podría erradicar la pobreza sin
fortalecer la resistencia climática o sin utilizar “fuentes de energías más limpias y
seguras”. (“COP20 finaliza en la búsqueda de un nuevo acuerdo climático”, Granma,
Internacionales, La Habana, Cuba, 13 de diciembre del 2014, página 4). Ese monto, no
era ni es suficiente para hacer frente a todos los daños producidos por el cambio
climático.
En efecto, se dio la existencia de otras opiniones no tan optimistas como fueron las de
Kerry y Ban Ki-Moon, tal como fue la del Profesor de la Universidad Politécnica de
Cataluña y Presidente de la Asociación Proyecto Gobernanza Democrática Mundial, Dr.
Josep Xercavins I Valls, quien en un artículo denominado “Kioto II: demasiado nombre
para tan poca cosa” (Granma, enero del 2013, página 9) dijo: “Y claro, buenos y
experimentados conocedores de cómo van las negociaciones climáticas expresaron que
no se puede apostar nada acerca de que tendremos el nuevo “instrumento”, para el 2015
(total, no debe entrar en vigor hasta el 2020. Y quedan muchas noches de ahora hasta
entonces para resultados de negociaciones por cansancio). Por lo tanto, tenemos, desde
el 2013 hasta el 2019, para no hacer nada serio en la mitigación de emisiones. La
concentración en la atmósfera de las emisiones de CO2 no parará de crecer porque, a
pesar de las crisis, la economía mundial sigue creciendo y creciendo. Y por ello aquella
llegada a un pico máximo de concentración en la atmósfera, y una posterior bajada hasta
la que había en 1990, no la veremos en ningún caso dentro de esta década que debemos
calificar, claramente, como perdida.”
A modo de reflexiones finales, dicho profesor expresó:
“a) Pero… y la “madre tierra” ¿qué dirá a todo esto? Sólo su sabiduría al nivel de
Gaia puede hacer tambalear este panorama tan triste, a costa, claro está, de más
desastres y sufrimientos que quién sabe si harán reaccionar a alguien.
b) La Plataforma de Durban prevé que el nuevo “instrumento” debe serlo en el
contexto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC). Y este es otro lastre que, en cambio, no nos hemos sacado de encima. El
anexo I de la convención con la lista de partes (estados) que se comprometían a mitigar
emisiones es obsoleto y, por lo tanto, la convención misma es, desde el punto de vista
de este profesor, obsoleta. El mundo del año 1992 (en el que se redactó la convención)
no se parece demasiado al mundo del 2012. No sé pues, cómo nosotros lo haremos para,
algún día, estar a la altura de las circunstancias.”
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Habiendo considerado esta especie de antesala tan diversa a esta tan esperada
Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (COP21), llevada a cabo en París, capital francesa, se expondrán
algunas reflexiones respecto de dicha Conferencia y sus resultados, ya que es la última
que trató sobre un tema que es de carácter tan perentorio, por lo importante para el
destino presente y futuro de este convulsionado Planeta Tierra…
Los resultados son vistos por los diferentes analistas desde un prisma diferente… En
efecto, algunos lo ven desde un ángulo de verdadero avance político, pero ciertos
hombres y mujeres de ciencia lo ven diferentemente… Estos son más pesimistas ya que
consideran que los cambios no son lo suficientemente rápidos, y no se ven
verdaderamente soluciones revolucionarias… Algunos de ellos querrían que la solución
al problema se lograra inmediatamente, especialmente, teniendo en cuenta la cantidad
de años que se viene discutiendo al respecto sin logros tangibles y concretos… Que
siempre se llega a lo mismo sin evidenciarse avance alguno que resalte a la vista…
Pero, hay que tener en cuenta cuán difícil es llegar a un consenso, rápidamente, a través
de las negociaciones multilaterales, especialmente en Conferencias como ésta donde
participaron representantes de 195 países miembros…
Según reconocieron los expertos, todo lo que Cuba ha venido planteando, como son
los temas de adaptación, financiación, transferencia de tecnología, utilización de los
resultados de las ciencias, entre otros, han estado reflejados en el acuerdo. Lo más
importante son dos aspectos a tener en cuenta: el de la mitigación de los efectos del
cambio climático y, para los países en desarrollo y países menos adelantados, es el de la
adaptación.
Cuando uno se refiere a la adaptación hace alusión a cómo, los países en desarrollo y
países menos adelantados, nos adaptamos a los efectos, cada vez más nocivos del
cambio climático, teniendo en cuenta que son efectos que influyen negativamente en
diferentes sectores de la vida económica y social de dichos países y que tienen también
no sólo un carácter sectorial, sino implicancia territorial, pues van a afectar en forma
diferente según sea un territorio cercano al mar y océanos, o en el que predominen las
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montañas, o las zonas forestales, según sean zonas ubicadas en occidente, centro u
oriente, norte o sur de un país.
Lo que es dado preguntarse es ¿qué pasará, desde ahora hasta el 2020, en que el
Acuerdo de París entre en vigor? Un hecho positivo es que se avizoró la creación y se
creó en esta Conferencia un llamado Comité de París, que tiene entre sus funciones el
asegurar que se llegue a cumplir y aplicar por todos los países el Acuerdo de París… No
hay que olvidar que lo que las naciones en desarrollo han pedido es que la
responsabilidad sea “común pero diferenciada” pues, en efecto, no se le puede exigir a
los países en desarrollo y países menos adelantados la misma responsabilidad que tienen
los países desarrollados, quienes cuentan con un nivel seguro de financiación y
conocimiento tecnológico (“know-how”) que les falta a los países en desarrollo y países
menos adelantados…
En este último respecto, cabe enfatizar que los países en desarrollo y los países menos
adelantados deben contar con la asistencia financiera y tecnológica de los poderosos: los
países desarrollados, que tienen una responsabilidad certera en proveerla… Se
determinó que se necesitan al menos una cifra global de 100 billones de dólares para
ayudar a hacer frente al problema trágico del cambio climático… Esta debe ser tomada
17
como una cifra de base, una cifra a la que se llegó políticamente, pero que no alcanza a
la cifra que los científicos opinan que es necesaria para hacer frente, efectivamente, a
este flagelo… Pero algo es algo y mejor que nada...
Hay que destacar que los países desarrollados no se comprometieron con cifras
específicas y concretas tal como lo prometieran públicamente los Estados Unidos y
China, fuera del marco de la Conferencia, como fue visto anteriormente, lo que indica
su intención de rehuir a cualquier cosa que los pudiera comprometer profundamente…
Eso no es de extrañar pues siempre tienden a hacer lo mismo en muchas Conferencias
Internacionales…
Es de resaltar que el problema del cambio climático está estrechamente vinculado con
los problemas del desarrollo. Se llegó, en París, a un consenso que ninguna acción en
favor de la lucha contra el cambio climático puede ir en desmedro de lo que cada país
destina para luchar contra otros flagelos importantes, que azotan a los países en
desarrollo y países menos adelantados, como lo son el fenómeno de la pobreza y el de la
seguridad alimentaria. Todos estos aspectos tienen que ir, de la mano, en cuanto a la
forma y el nivel de ayuda que reciben los países en desarrollo y países menos
adelantados.
Pero, cabe insistir sobre el hecho que, para ello, los países desarrollados tienen que
asumir e internalizar su gran responsabilidad, que es y tiene, indudablemente, que ser
mayor que la de los países en desarrollo y países menos adelantados, pues son los países
más contaminantes, y los que cuentan con los debidos fondos de financiación y la
capacidad tecnológica (“know-how”). Esa toma de conciencia tiene que resultar en
políticas adecuadas y, sobre todo, en una acción comprometida y asumida que dé
resultados concretos en la realidad. Pero, lo que es preocupante es ¿qué pasará en el
18
interín desde que finalizó la Conferencia en un acuerdo, hasta el 2020, en que entre en
vigor dicho Acuerdo de París, que es, como dijimos, un acuerdo vinculante?
El Plan Trump, quien decidió abandonar el Acuerdo de París, para los presupuestos
del año fiscal 2018, cuya aprobación y modificación depende del Congreso, planteó la
eliminación de 3.200 empleos y un recorte del 31% para la Agencia de Protección
Medioambiental estadounidense, dirigida ahora por Scott Pruitt, un escéptico del
cambio climático, así como la supresión de fondos a las Naciones Unidas para la lucha
contra ese fenómeno. (“ONU insiste en aplicar el acuerdo climático, pese a los recortes
de Trump”, Granma, Mundo, La Habana, Cuba, Miércoles 22 de marzo del 2017,
página 5). Más recientemente, el Presidente estadounidense, Donald Trump, expresó su
decisión de retirarse completamente del Acuerdo de París. Esto es un duro golpe para el
resto de la comunidad internacional que significará un retroceso seguro en la materia en
cuestión.
A pesar de esa postura, hay que guardar cierta esperanza y una posición más
optimista, como lo manifestó el Papa Francisco, pues esos días de trabajo intensísimo y
serio, en París, permitieron manifestar la clara diferenciación entre lo que tienen que
hacer los países desarrollados y lo que deben hacer las naciones en desarrollo y menos
adelantadas, o como otros las llaman: las naciones subdesarrolladas.
Eso es un logro, o al menos una reiteración del “deber ser” manifestada ya en otras
Conferencias anteriores en forma menos nítida… Pero si bien hay reiteración, es cierto
que muchas veces se aprende sólo con la repetición y, tarde o temprano, el mensaje, que
es muy bueno, tendrá que ser asimilado por los gobernantes de todo el mundo, en
especial de las naciones desarrolladas, que son las más reticentes a cumplir sus
compromisos que están de acuerdo con su gran responsabilidad al respecto. Eso quedó
19
demostrado con la última decisión del Presidente estadounidense, Donald Trump,
relacionado al Acuerdo de París.
A pesar de que sea, en parte, una repetición de compromisos ya enunciados por otras
Conferencias que tratan, directamente, con el candente y espinoso tema del cambio
climático, desde hace más de veinte años, la diplomacia multilateral puede llegar, poco
a poco, y con gran paciencia por parte de todos nosotros, a producir sus frutos,
influyendo en un cambio de la mentalidad de los diferentes Jefes de Estado y de
Gobierno de los otros países desarrollados.
¿Es que sin la presencia de los Estados Unidos aún se puede tener esperanza en los
frutos positivos que pueden derivar de este Acuerdo? Quién sabe. Pues siempre cuando
hay un diálogo respetuoso y sincero, en que ambas partes no sólo tengan en cuenta sus
propios intereses, sino que busquen, realmente, lograr avances, que se deriven de una
mutua comprensión de posiciones, lo que seguramente resultará es un acercamiento que
puede permitir una conclusión que satisfaga a ambas partes, o a todas o la mayoría de
las demás, cuando se trata de un diálogo entre muchas partes… ¿Será que siempre
tratamos de ver el lado positivo de las cosas? ¿Será que tenemos una excesiva confianza
en las Conferencias Internacionales, sobre todo las que se llevan a cabo en el seno de las
Naciones Unidas?
Para hacer esto que se recomienda comprendiendo mejor la temática se hace, acto
seguido, una breve síntesis de lo acontecido en previas Conferencias de Naciones
Unidas sobre el tema en cuestión. Alteraciones en la cuestión climática siempre han
existido. Podemos citar como ejemplo el de hace dos siglos, cuando una erupción
volcánica alteró el clima planetario. En 1816, el volcán Tambora, situado en la actual
Indonesia, estalló violentamente. La primera erupción comenzó el 5 de abril, y el
estruendo fue tal que se oyó a una distancia de más de 1.000 km. La segunda erupción,
aún más intensa, sucedió el día 10 de abril. Durante dos días, la ceniza bloqueó la luz
solar en 600 km a la redonda. La gran cantidad de azufre que el volcán arrojó a la
20
atmósfera provocó una alteración climática que hizo desaparecer el siguiente verano. El
de 1816 fue el más frío registrado en el hemisferio norte desde el año 1601. (Granma,
Internacionales, La Habana, Cuba, lunes 6 de junio, página 4). Esto es un antecedente
lejano de un problema que se hizo hoy candente en el mundo entero.
21
dióxido de carbono, después del período 2008-2012, fecha en que venció el Protocolo
de Kioto (PK), señaló Marlene Moses, representante de la Alianza de los Pequeños
Estados Insulares, integrada por 44 miembros. La hora para hacer ese trabajo ya había
acabado, enfatizó la misma. Según varios especialistas, el propósito de alcanzar un
acuerdo exitoso chocaba con la falta de intención de los Estados Unidos, y otras
naciones desarrolladas, de ratificar dicho convenio internacional.
Después de una lectura rápida de los principales documentos aprobados, y de las
informaciones que han ido dando diferentes medios de comunicación, se podían obtener
unas primeras valoraciones y conclusiones sobre cómo había quedado y qué futuro se
podía prever sobre el estado de las negociaciones en el contexto de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Por un lado, se había acabado con el ruido que tanta polémica generaba del segundo
período de compromisos del Protocolo de Kioto (PK). Había pues, finalmente, un Kioto
II, en el período del 2013 al 2020, siendo el 2020, tal y como aprobó implícitamente
Durban, el final definitivo del Protocolo (para volver a evitar la polémica permanente
que nos ha acompañado, desde el 2007, en Bali, alrededor de este instrumento que, con
todos sus defectos, ha sido y seguirá siendo, hasta el 2020, el único buque insignia que
identificará la lucha comprometida, cada vez más diluida, contra el cambio climático).
Eso sí, con la salida de partes (estados) muy importantes (Canadá, Japón y Rusia), de
tal modo que, en este segundo período, sólo se comprometieron a algo un conjunto de
países que, en ese entonces, sólo fueron responsables del 15% de las emisiones
mundiales. Por otra parte, se han incinerado, efectivamente, los restos de lo que había
quedado de la muerte en Durban del “Plan de acción de Bali” que fue una guía hasta
Copenhague. El grupo de trabajo correspondiente, que también terminó disuelto, cerró
un trabajo, no del todo malo, sin ninguna vinculación legal. Y no ha parado de repetir la
cantinela del famoso “Acuerdo de Copenhague” (que por no ser ni fue aprobado) según
el cual no superaríamos los 2 grados Celsius pero sin decir cómo.
La Primera Reunión del Grupo de Trabajo y la Reunión Inter-sesiones del Foro de
Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe había sesionado, desde el
1 de abril hasta el 3 de abril del 2013, en Quito, Ecuador. Auspiciada por el Ministerio
ecuatoriano del Ambiente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la
reunión revisó los acuerdos adoptados allí por los ministros el 3 de febrero del 2012. El
objetivo del evento fue diseñar políticas y prioridades ambientales de la región, a través
del fortalecimiento de capacidades nacionales, subregionales y regionales en esta
materia.
22
segundo foco fue la cuestión sobre cómo colaboraría la comunidad internacional en el
abordaje del cambio climático en el futuro. Se esperó en vano una decisión en Durban
sobre el futuro del Protocolo de Kioto (PK), teniendo en mente que el primer período de
compromiso del Protocolo de Kioto (PK) habría de concluir en el 2012.
Asimismo, la cuestión sobre la cooperación, a largo plazo, en el marco de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
había sido tratada por el Grupo de Trabajo Especial sobre Nuevos Compromisos de las
Partes del Anexo I en el marco del Protocolo de Kioto (GTE-PK 16), y el Grupo de
Trabajo Especial sobre Cooperación a Largo Plazo en el marco de la Convención (GTE-
CLP 14) y la Conferencia de las Partes (CP). Se esperaba que las discusiones se
centraran en un cronograma para el desarrollo de un futuro marco bajo la Convención y
también en una próxima revisión de la adecuación de, y el avance hacia, el límite del
aumento de la temperatura promedio global a 2 grados C. Esta revisión fue programada
para que se realizara entre el 2013 y el 2015. Como lo esperaban muchos, en Durban no
se realizaron grandes avances.
23
movilizar en conjunto $EE.UU. 100 mil millones por año para el 2020. Pero, ¿cuánto
de esto se llevó a cabo? Y ¿creen los países desarrollados que ésta es una suficiente
ayuda financiera? Expertos y científicos en el tema del medio ambiente, como se vio
anteriormente, no lo creen así.
En el marco de la vía del Protocolo, una decisión incluyó un acuerdo para completar
el trabajo del Grupo de Trabajo Especial sobre Nuevos Compromisos de las Partes del
Anexo I en el marco del Protocolo de Kioto, y hacer que los resultados fuesen
adoptados lo antes posible por la Conferencia de las Partes, a tiempo para garantizar que
no hubiese una brecha entre el primer y el segundo período de compromiso.
La Conferencia de las Partes también instó a las Partes del Anexo I a aumentar el
nivel de ambición de sus metas de reducción de emisiones, con vistas a lograr reducción
de emisiones conjuntas que fuesen consistentes con el rango señalado en el Informe de
la Cuarta Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Las Partes adoptaron una decisión sobre uso de la tierra, cambio en el uso de la tierra y
silvicultura (UTS). Los mandatos de los dos Grupos de Trabajo Especial fueron
extendidos hasta la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
realizada en Durban (Sudáfrica).
vi. Conclusiones sobre las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático.
Pero, cabe la pregunta ¿cuánto cedieron los ricos países desarrollados y en qué medida
la información que hayan brindado está de acuerdo a las expectativas del resto del
mundo? No hay duda que mucho se logra, generalmente, con el diálogo. Pero ¿es que
esa premisa se aplica también para este tipo de Conferencias de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático? Para que haya progreso y avance es necesario que todas las
partes pongan de sí para alcanzar los objetivos propuestos en beneficio de todo el
planeta. Si falta voluntad política, de parte de los grandes, el resto no puede hacer nada.
24
Esa falta de voluntad política impidió durante largo tiempo un verdadero avance en las
negociaciones y hace que los expertos desconfíen de la utilidad de las mismas. Como
dijo una experta en medio ambiente cubana: “Nada nuevo hay. Cada conferencia es una
repetición de la anterior. Los gases de efecto invernadero en vez de decrecer continúan
creciendo. No veo la utilidad de estas conferencias a alto nivel”. Con la decisión del
actual Presidente estadounidense de retirarse del Acuerdo de París, las consecuencias
para la presente y las futuras generaciones no son en nada halagüeñas, ya que los
Estados Unidos es el segundo país más contaminante del Planeta Tierra. La actitud del
Presidente estadounidense es una actitud egoísta. Sólo piensa en el devenir de los
Estados Unidos pero el cambio de la estrategia medioambiental y energética que ha
adoptado en relación con la de la administración anterior es muy preocupante.
Según previsiones del Foro Económico Mundial de Davos, de enero del 2016,
fracasarían los intentos de adaptación al cambio climático y la mitigación del mismo.
Esa visión pesimista se debería, entre otras cosas, a las consecuencias del Fenómeno del
Niño, el incremento de la temperatura, la desertificación creciente, la insalubridad del
agua dulce, etc. Hay que ver qué surgió de la Conferencia de Nueva York, respecto del
Acuerdo Global, tal como fue dispuesto por el Acuerdo de París, en la COP21,
noviembre-diciembre del 2015. Pero si algo bueno surgió de ella, seguro que fue la
punta del iceberg y el 2017 siguió estando el cambio climático entre los mayores riesgos
globales del planeta.
25
tecnológica, debe ser puesta al servicio del cuidado ambiental. La aplicación de la
tecnología a la preservación del medio ambiente genera oportunidades de inversión,
innovación y creación de empleos de calidad que pueden sostener una nueva fase de
crecimiento global. Sin embargo, para encauzar las inversiones en la dirección deseada
y hacerlas viables, es necesario generar los incentivos correctos, esto es, redefinir el
marco institucional y de gobernanza global y regional, y las políticas nacionales,
mediante cambios en las estructuras de precios relativos, las regulaciones y los
estándares, así como en los montos y destinos de la inversión pública”.
26
B”. Es de esperar que los poderosos de los países industrializados más contaminantes no
sólo piensen sino que actúen en una forma acorde a este seria y perentoria advertencia
para el bien de la supervivencia humana… “Todo está relacionado, y todos los seres
humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación,
entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une
también, con tierno cariño, al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la
madre tierra” (Papa Francisco, op. cit.)
Como dice la Lic. Angela Corvea Martínez, en su última publicación del 2017,
especialmente dedicada a la concientización sobre los peligros que se afrontan en estas
temáticas y en la cual hace sugerencias sobre lo que hay hacer para hacerles frente:
“Aunque es complicado entender cómo se produce el cambio climático y cuáles son sus
causas, debemos realizar este esfuerzo de modo que los niños lo entiendan, ya que son
los más pequeños los que heredarán este planeta y tendrán que enfrentarse al mayor
problema ambiental que existe hoy en día”. Y la autora nos pregunta, a continuación,
“¿Te animas a aprender?”… Es aconsejable transcribir textualmente lo que dicha
experta, en forma tan clara y concisa nos explica, pues podemos sacar ventaja de ello
más que si leemos sobre todas las Cumbres de las Conferencias de las Naciones Unidas
sobre el tema. “El cambio climático y el calentamiento global son palabras que vemos y
oímos a cada momento, ¿palabras de moda? NO. Significan, desafortunadamente, uno
de los desafíos más grandes que enfrenta nuestra generación.”
“De estas medidas y acciones, las más importantes e impostergables, deberían ser la
educación y la comunicación ambiental a todos los niveles, principalmente, desde las
edades más tempranas. Cambios valientes, drásticos y rápidos se necesitan para
modificar nuestros actuales estilos de vida. Estamos en emergencia planetaria, apuntan
algunos expertos, y si luchamos unidos por un cambio de conciencia en todos los
habitantes de este bello y amenazado planeta azul, habrá esperanzas. ¿Cómo se ve el
cambio climático?... Nos asombramos cada vez que llueve mucho, se sufren las
extremas sequías y vemos cómo cada año se tornan más calurosos los veranos. Más
preocupaciones, más enfermedades, menos agua, y alimentos,… Incendios forestales,
desertificación y sequía son parte de un mismo problema. Nuestra zona geográfica es
azotada por huracanes.”
“El cambio climático – sigue diciendo la destacada experta cubana – del que tanto se
habla, se hace sentir con inundaciones y huracanes más violentos, terremotos, incendios
forestales, derretimiento de glaciares, elevación del nivel del mar y todos estos eventos
naturales afectan ciudades, pueblos y dejan a familias enteras sin vivienda y sin sus
pertenencias. ¿Conocemos – se pregunta la Lic. Angela Corvea Martínez – cuáles
podrían ser nuestros aportes, como simples ciudadanos, aunque sean minúsculos, para
27
revertir esta grave situación planetaria? Y, acertadamente responde ella misma: “Para
ello, el único iceberg que tiene que derretirse es la ignorancia y esto sólo se logrará si
destinamos conocimientos, esfuerzos y recursos urgentes en el planeta, en la labor de
educación y concientización. Ante el cambio climático cada acción cuenta… entonces
piensa y actúa. No podemos detener o desviar el curso de un huracán. Tampoco saber
con exactitud cuando ocurrirá un terremoto o un tsunami, ni solucionar de inmediato
una sequía extrema o controlar fuertes precipitaciones, pero sí podemos realizar
pequeñas acciones para adaptarnos.” Acto seguido enumera varias que se recomienda
tener siempre en cuenta:
• Se debe tratar de que nuestra familia y los que conocemos usen menos el auto.
• Se debe sembrar más y cuidar las plantas y los árboles que nos rodean.
• Se debe participar en todos los eventos ambientalistas que uno pueda, así se
aprende y se coopera.
• Debemos pensar que los seres humanos podemos adaptarnos al intenso calor;
usar ventilador, bañarnos varias veces, sentarnos debajo de un árbol… pero, ¿y
los animales y plantas cómo resuelven esta situación?... Ellos pueden muy bien
decirnos: ‘Somos seres sintientes. Protégenos y trata de mantenernos cómodos’.
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Y la Lic. Angela Corvea Martínez finaliza la sección de esta publicación diciendo
estas sabias palabras: “Queda mucho por hacer. Todos tenemos el compromiso de lograr
cambios… Pero, apúrate, no hay un minuto que perder.” Se deja ahora a ustedes
concluir por vosotros mismos…
Es cierto. Lo que se necesita en el mundo para hacer frente mejor a las crisis que
acabamos de analizar son verdaderos cambios, dirigidos por cuadros revolucionarios
como los soñó el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz. Como lo afirmó en un
discurso en el acto homenaje a los Mártires del asalto al Palacio Presidencial, Escalinata
de la Universidad de La Habana, 13 de marzo de 1962, Departamento de Versiones
Taquigráficas del Gobierno Revolucionario, en http:/www.cubagob.cu/:
B. APÉNDICES
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Con el decursar de los años, tal tendencia se agudizó mucho más y condujo a reforzar
el llamado efecto invernadero, el consiguiente aumento de la temperatura media de la
Tierra.
En busca de respuestas a las interrogantes referidas a la probable influencia de la
actividad humana sobre el clima mundial, en 1988 fue creado el Panel
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, conocido por sus siglas en
inglés IPCC.
Bajo el auspicio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Panel
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ratificó en su último
informe que el calentamiento del sistema climático del planeta es inequívoco, tomando
en cuenta el incremento observado en la temperatura media mundial, el aumento del
nivel del mar y la pérdida notable de las capas de hielo.
Lo preocupante de este cambio climático inducido por la actividad humana es que
desde el punto de vista histórico, ocurre en un plazo de tiempo tan breve que hará muy
difícil la adaptación de los ecosistemas naturales.
MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN
Más allá de modelar los escenarios futuros, el país concede máxima prioridad a las
acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, elementos fundamentales en la
preparación de la sociedad para enfrentar el más grande desafío ambiental del presente.
Prueba de ello es el programa Cambio climático en Cuba: Impacto, mitigación y
adaptación, puesto en marcha en el actual 2013, bajo la dirección del Doctor en Ciencias
Eduardo Planos Gutiérrez, especialista del Centro del Clima.
Según explicó a Granma el científico, en una primera etapa comprende 16 proyectos
en ejecución donde intervienen 27 instituciones nacionales y cerca de 150
investigadores, dirigidos encontrar soluciones viables a los problemas planteados por el
calentamiento global en sectores priorizados, como son la agricultura, los recursos
hídricos, suelos, bosques, asentamientos y ecosistemas costeros, diversidad biológica,
salud humana y veterinaria.
En lo inmediato, manifestó, ya existen 35 propuestas de opciones de mitigación que
incluyen, por ejemplo, el uso de tecnologías más eficientes para reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero, en tanto se implementan medidas de adaptación en el
cultivo de la papa, arroz y tabaco, con énfasis en el empleo de variedades más
resistentes a las tensiones ambientales, el manejo sostenible de la tierra y mejorar la
eficiencia en el uso del agua para riego.
APÉNDICE II: “Cambio climático: 2020 será demasiado tarde”, artículo escrito
por Gerardo HONTY en el periódico Granma, Internacionales, La Habana, Cuba,
Viernes 23 de agosto del 2013, página 8.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó un reporte especial sobre el futuro
del clima y las negociaciones internacionales con un llamado de atención urgido a los
gobiernos: el año 2020 será demasiado tarde para tomar decisiones. A juicio de la
agencia algunas medidas deben ser adoptadas antes de esa fecha si se quiere “mantener
vivo el objetivo de 2 grados C’’ y el sector energía debe reducir sus emisiones a partir
de ahora a una tasa de 5 % anual.
Evitar el cambio climático peligroso implica mantener un nivel de concentración de
gases de efecto invernadero por debajo de las 450 ppm que asegure un aumento de la
temperatura media del planeta no superior a los 2 grados C. Esta es la meta que se trazó
la Convención de Cambio Climático en el 2009.
La última ronda de negociaciones de la Convención de Cambio Climático (Doha,
diciembre del 2012) estableció una nueva hoja de ruta – “Doha Climate Gateway” –
estableciendo el año 2015 como fecha límite para alcanzar una serie de acuerdos que
31
entrarán en vigor en el año 2020. Pero lo que viene a alertar este informe es que esa es
una fecha demasiado retrasada para asegurar el mantenimiento de la estabilidad
climática en virtud de las emisiones que se habrán acumulado hasta entonces.
El sector energía es responsable por el 80 % de las emisiones globales y se espera que
para el año 2020 éstas alcancen un nivel de cuatro gigatoneladas de dióxido de carbono
equivalente (GtCO2e) por encima de la trayectoria consistente con el objetivo de los 2
grados C. Para lograr esta meta es necesario que las emisiones alcancen su “pico” en el
2020 y luego comiencen a declinar vigorosamente. Con las emisiones creciendo
constantemente y un acuerdo que recién comience a implementarse en esa fecha, esto
resultará imposible.
LAS MEDIDAS
En virtud de ello la agencia propone cuatro medidas urgentes a ser aplicadas con el fin
de “comprar un tiempo precioso mientras las negociaciones continúan”. La primera de
ellas es la adopción de medidas específicas de eficiencia energética, lo cual podría
aportar la mitad de las reducciones necesarias. Una segunda propuesta es limitar la
construcción y uso de las plantas de generación de electricidad a carbón (21 % de las
reducciones). La tercera medida es minimizar la fuga de metano proveniente de las
actividades de explotación gasífera y petrolera (18 % de las reducciones). Y finalmente,
acelerar el desmantelamiento de los subsidios al consumo de combustibles fósiles que
en el 2011 alcanzaron $EE.UU. 523 mil millones.
El documento recuerda que para tener un 50 % de las posibilidades de no sobrepasar
el objetivo de los 2 grados C, el total de emisiones posible hasta la primera mitad de
este siglo es de 1.440 Gt CO2e. De este “presupuesto de carbono” 420 Gt ya han sido
emitidas entre el 2000 y el 2011 y otras 136 Gt serán emitidas de sectores no
energéticos (agricultura, deforestación, etc.) hasta el 2050. Esto deja un máximo posible
de emisiones de 884 Gt del sector energía para esa fecha, para lo cual es necesaria una
reducción de las emisiones del sector a una tasa de 5 % anual. (Fragmentos tomados de
Rebelión)
APÉNDICE III: “Del calor y otros demonios”, artículo escrito por Elson
CONCEPCIÓN PÉREZ, aparecido en Granma, Internacionales, La Habana,
Cuba, Miércoles 3 de septiembre del 2014, página 5.
Mario Luis, mi vecino de al lado, se asoma todas las mañanas al balcón para expresar su
sufrimiento por el calor. No me creo mucho eso de la sensación térmica. El calor actual
es un puro demonio, me asegura. Pero la realidad climática de nuestros días es algo más
que el calor que sentimos los cubanos, es un fenómeno que se extiende por regiones,
océanos y hasta los más inhóspitos lugares del planeta Tierra.
El cambio climático y la economía basada en el uso intensivo del carbono causan la
muerte de alrededor de cinco millones de personas cada año y originan pérdidas
económicas equivalentes al 1,6% de Producto Interno Bruto (PIB) mundial, según
revela el segundo informe presentado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
sobre Vulnerabilidad Climática. El documento especifica que de los cinco millones de
muertes al año, unas 400 mil se deben al hambre y las enfermedades transmisibles
32
agravadas por el cambio climático y 4,5 millones vinculadas a la contaminación
atmosférica. El fenómeno ya está costando a la economía mundial 1,2 billones de
dólares al año; y los más perjudicados, como ocurre siempre, son los países más pobres
que tendrán pérdidas hasta de un 11% del Producto Interno Bruto (PIB) como promedio
para el año 2030, agrega el informe. Un claro ejemplo negativo de lo que está
provocando actualmente el cambio climático se observa en el océano Ártico donde el
volumen de hielo se ha reducido un 36% en la temporada de otoño y un 9% en la de
invierno.
Se conoce que un grupo de investigadores, identificados con datos del satélite CryoSat
desde el 2008, han comprobado la pérdida de unos 4.300 kilómetros cúbicos de hielo en
el Ártico en otoño y alrededor de 1.500 kilómetros cúbicos en invierno. Por su parte, el
Panel Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre
Cambio Climático (IPCC) asegura que “ya no hay ninguna duda de que el clima está
cambiando”, y añadió que “el 95% de este cambio se debe a la actividad humana”. En
este contexto, el presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, señaló en particular la
necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, un factor “del que
dependerá lo que suceda en muchas partes del mundo en los próximos años”.
Está claro que el deshielo y la disminución de los casquetes polares constituyen la
parte más visible del cambio climático, pero, sin dudas, el calentamiento global tendrá
consecuencias muy graves también en otras regiones, especialmente en los trópicos,
donde las variaciones de temperatura y humedad darán lugar a climas inéditos hasta
ahora. El impacto sobre el clima producido por las emisiones de gases contaminantes
salidos de las chimeneas de las grandes industrias y de los tubos de escape de los miles
de millones de automóviles que circulan en el mundo, forman parte del componente
destructor del hábitat actual y del futuro.
Un ejemplo de este impacto negativo se refleja en un despacho noticioso de la agencia
inglesa Reuters, que señala que las emisiones combinadas de Associated British Foods,
Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International, Nestlé,
PepsiCo y Unilever, totalizan 263,7 millones anuales de toneladas de gases causantes
del efecto invernadero. Los diez grandes gigantes de la industria alimentaria emiten
juntos una cantidad de gases de efecto invernadero mayor que la mayoría de los países
del mundo, según denunció la organización Oxfam ambiental. Se estima que los
productos como los cereales y algunos lácteos podrían subir su precio hasta un 44% en
los próximos 15 años como consecuencia del cambio climático.
En un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en cuanto al
tema se refleja la pérdida de un 80% de los arrecifes de coral del Caribe, lo que puede
tener un costo anual entre $EE.UU. 7 mil y 12 mil millones. A su vez, una de las
secuelas más impresionantes del calentamiento del planeta es el aumento del nivel del
mar, unos 17 cm durante el siglo XX, cifra muy superior a la de siglos precedentes.
No es ocioso volver a la conclusión que aparece en el informe del Panel
Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en cuanto a que “el cambio climático
está sucediendo ahora mismo, no hay vuelta atrás”. Puede ser esta sentencia la que
permita abrir las entendederas a gobiernos y empresas de todo el planeta,
fundamentalmente del mundo rico, en cuanto a la urgencia de adoptar medidas
concretas a favor del medio ambiente, que es igual a decir en favor de la vida.
Resulta obvio que mi vecino se convencerá de que el único demonio no es nuestro
actual sofocante calor, sino la realidad de un mundo en que, como advirtiera Fidel en la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río
33
de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, “una importante especie biológica está en riesgo de
desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida:
el hombre”. También explicó el Comandante en Jefe que “es necesario señalar que las
sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción de
medio ambiente”. “Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han
debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran
las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer”,
aseveró. Y finalmente advirtió: “Mañana será demasiado tarde para hacer lo que
debimos haber hecho hace mucho tiempo”.
34
LA RELEVANCIA DE LA BIOMASA CAÑERA, EL VIENTO, EL SOL Y LA
HIDROENERGÍA
Rosell Guerra Campaña, director de energía renovable del Ministerio de Energía y
Minas, expresó que “las plantas térmicas utilizadas para la generación eléctrica tienen
baja eficiencia, por los altos índices de consumo de combustible que inciden
directamente en el costo del kWh generado, lo que afecta la competitividad de las
producciones y servicios de la economía nacional”.
Asimismo, el directivo argumentó que en consonancia con la política, se priorizará
para la generación eléctrico el bagazo de caña, la biomasa forestal, el viento, el sol y el
aprovechamiento del agua de las presas y canales construidos.
Explicó, además, que “la electricidad a partir de la biomasa cañera es una generación
base para el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), ya que el combustible empleado es el
bagazo que puede ser almacenado para utilizarlo en el momento necesario, lo que no
ocurre con otras fuentes renovables como el viento y el sol, que dependen de las
estaciones del año, el horario del día y la condiciones meteorológicas”.
Agregó Guerra Campana que esa electricidad, entregada por 19 bioeléctricas que se
instalarán en centrales azucareros, “mantiene los parámetros técnicos que requiere el
Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para garantizar, en condiciones normales de
operación, que llegue a los consumidores un voltaje y una frecuencia estables,
parámetros fundamentales de la calidad del servicio eléctrico y por tanto puede operar
esta energía de forma similar a la de sus termoeléctricas, evitando inversiones en ellas,
las cuales consumen combustibles fósiles para generar la electricidad”.
En cuanto a la energía eólica, hoy en día el país cuenta con cuatro parques
demostrativos instalados con un total de 11.700 kW de potencia. Según indicó el
directivo, desde el 2005 y durante más de tres años se ejecutó un proyecto para la
prospección y caracterización del potencial eólico cubano, el cual incluyó la instalación
de una red de 88 estaciones automáticas de medición de los parámetros del viento a
alturas hasta 50 metros, en 23 zonas del país y una red de 12 estaciones meteorológicas
de referencia, con mediciones hasta 100 metros de altura.
Por su parte, el potencial registrado de radiación solar en el país es de
aproximadamente cinco kWh promedio por metro cuadrado por día. A partir de este
potencial desde el 2013 y hasta la fecha se han construido ocho parques solares
fotovoltaicos (PSFV) con una potencia total de 12.000 kW, mientras que en el año 2014
se trabaja en la construcción de siete nuevos parques con 10.000 kW de potencia.
Asimismo, informó GUERRA CAMPAÑA que como parte de la política se instalarán
700.000 kW en parques solares fotovoltaicos (PSFV), conectados al Sistema Eléctrico
Nacional (SEN), que si bien están definidas sus ubicaciones en áreas cercanas a los
centros de consumo, también se estudia el aprovechamiento en este sentido de los
techos de almacenes, frigoríficos, naves y talleres.
En la hidroenergía, a partir del potencial identificado en los embalses, trasvases,
canales y espejos de agua, se proyecta la construcción de 74 pequeñas centrales
hidroeléctricas, con una potencia superior a los 56.000 kW. Hoy en día existen en el
país 163 pequeñas instalaciones con una potencia de 65.000 kW que generan 127
millones de kWh anuales y benefician a más de 8.400 viviendas aisladas en zonas
rurales.
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En este sentido y teniendo en cuenta la amplitud de la política, indagamos sobre cuál
sería la incidencia del empleo de las Fuentes Renovables de Energía (FRE) en las
actuales zonas de bajo voltaje, a lo que el directivo respondió que la generación de
electricidad con las Fuentes Renovables de Energía (FRE) es una continuidad de la
Revolución Energética realizada por el país a partir del 2005, en particular el desarrollo
de la generación distribuida y sus impactos positivos van desde elevar la calidad de
energía entregada a los consumidores, disminuir las pérdidas de distribución en la redes
eléctricas hasta integrarse a los microsistemas para el suministro de electricidad en caso
de eventos meteorológicos que afecten el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
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Aun cuando la generación de electricidad a partir de las fuentes renovables de energía
(FRE) favorece a nuestra economía, el ahorro y la elevación de la eficiencia energética
tendrán la primera prioridad, tanto para el sector productivo como para el residencial.
En el interior de los hogares, según precisó el especialista, “el empleo de equipos
eléctricos más eficientes reduce el consumo eléctrico en las viviendas; de igual forma, el
uso de equipos que emplean las fuentes renovables de energía (FRE), sustituyen
electricidad generada por la Unión Eléctrica con combustibles fósiles, por lo cual la
combinación de ambos representan ahorro y un beneficio económico para las familias”.
Por ejemplo, el calentamiento de agua con energía solar permite disminuir el
consumo, tanto eléctrico como de combustible fósil, empleado en este propósito. Para el
peculio personal, no es lo mismo calentar el agua con electricidad o con gas, que con
esta alternativa. Las posibilidades de ahorro y de protección del bolsillo de la familia
aumentan con la energía que el sol es capaz de proveer. Ha de incluirse en las ventajas
el confort que les propicia a los hogares.
Al respecto, abundó Guerra Campaña, los programas hasta el 2030 prevén la
instalación de 100.000 calentadores solares en viviendas y más de 33.000 en fábricas,
hoteles, hospitales y otras instituciones que utilicen el agua caliente. De acuerdo con esa
línea estratégica, el directivo expresó a Granma que está prevista también la venta de
forma progresiva en la red comercial de calentadores, paneles solares fotovoltaicos y
cocinas de inducción, con precios asequibles y facilidades de crédito, además de la
venta de lámparas que utilizan Diodos Emisores de Luz (LED).
Comentó que dos millones de hornillas eléctricas deben ser sustituidas por las cocinas
de inducción, las cuales son un 30% más eficientes. Es decir, consumen mucho menos.
Similar comportamiento se refleja con el empleo de la iluminación Diodos Emisores de
Luz (LED), que es 50% más eficiente tanto en el sector residencial como el del
alumbrado público. De frente a esas propiedades, “se ha elaborado un programa para la
instalación de 13 millones de lámparas de tubo Diodos Emisores de Luz (LED) de
nueve W en sustitución de lámparas de 18 W en las viviendas, manteniendo la misma
iluminación, e instalar 250.000 luminarias Diodos Emisores de Luz (LED) en el
alumbrado público”, precisó Guerra Campaña.
En cuanto a la esfera de la producción y los servicios, el ahorro, por ejemplo, puede
expresarse en el enorme potencial que existe en el calentamiento de agua tecnológica en
las industrias farmacéutica, alimentaria y en el sector del turismo, por sólo citar algunos.
Mientras ha de esmerarse, en el orden de la eficiencia, por el empleo de equipos de
menos consumo de energía y por el uso de las fuentes renovables de energía (FRE), que
hagan más competitivas sus producciones y reduzcan sus costos.
EL ALCANCE
La incidencia del empleo de las fuentes renovables de energía (FRE) y del uso
eficiente de la energía es tan abarcadora y transversal a los principales objetivos de los
planes de desarrollo a largo plazo del país, que se conecta con todos de manera muy
directa.
Por ejemplo, en el sector empresarial si las principales entidades productivas dejan de
comprar combustible al utilizar las fuentes renovables de energía (FRE), el no erogar
por ese concepto las haría más eficientes, lo cual desde el pasado año es directamente
proporcional al ingreso del trabajador con el objetivo de desatar las fuerzas productivas.
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Para la realización de estos programas aprobados en la Política de Desarrollo de las
Fuentes Renovables de Energía se requieren importantes cifras de financiamiento
provenientes de diversas fuentes, dentro de las que está prevista la participación del
capital extranjero para el desarrollo de estas tecnologías en las distintas zonas del país,
incluida la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, a través de las diferentes
modalidades contempladas en la Ley 118 para la Inversión Extranjera.
Asimismo, la política industrial del país deberá tener como objetivo la producción de
piezas de repuesto, equipos y medios para desarrollar las fuentes renovables de energía
(FRE) y para elevar la eficiencia en el uso de la energía, cuyo propósito sea sustituir
importaciones y disminuir los costos de inversiones. En este sentido, el Grupo
Empresarial de la Electrónica posee una planta para fabricar paneles solares en Pinar del
Río, con una capacidad para producir 14.000 kW anualmente. Además, el Grupo
Empresarial de la Sideromecánica (GESIME) cuenta con una fábrica de calentadores
solares en Ciego de Ávila.
Mientras, debe existir un vínculo entre el desarrollo territorial y la optimización del
aprovechamiento de las fuentes disponibles en la localidad. Por su parte, la introducción
de nuevas tecnologías en el uso de las fuentes renovables de energía requerirá de una
capacitación del personal calificado para enfrentar el ambicioso programa y priorizará la
investigación científica y la innovación sobre la base de una estrategia integral que
contemple la modernización de la infraestructura científico-tecnológica.
La magnitud de esta política puede apreciarse en la información gráfica en estas
páginas, pero valdría sólo un dato para entender el alcance. Cuba se propone llegar en el
2030 a generar un 24% de su energía eléctrica a partir de las fuentes renovables de
energía (FRE), lo cual le ahorraría al país más de un millón 300.000 toneladas de
combustible fósil que equivale a aproximadamente $EE.UU. 780 millones al año.
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escenario propicio gracias al marco regulatorio implementado luego de la aprobación de
la nueva Ley de Inversión Extranjera.
Durante el último período, se han intensificado los trabajos sobre las unidades de
generación térmica. Actualmente se ejecuta un mantenimiento capital en la unidad seis
de la termoeléctrica 10 de Octubre de Nuevitas que concluye en febrero del 2015 y
quedan fuera de ciclo tres unidades, una unidad en la termoeléctrica Máximo Gómez de
Mariel, la unidad ocho, la unidad tres de la termoeléctrica Este Habana de Santa Cruz
del Norte; en esta última se iniciaron los trabajos de mantenimiento capital en el pasado
mes de octubre.
Así se realizan trabajos que abarcan todos los equipos principales: caldera, turbina,
generador y transformador incluyendo los equipos auxiliares, los sistemas automáticos y
eléctricos, para la integración, supervisión y protecciones del proceso productivo.
Todos los mantenimientos capitales están programados, y el último concluye en el
2016; cada uno tiene duración de aproximadamente 250 días y cuentan con el
aseguramiento financiero, la contratación de las piezas de repuesto y materiales
necesarios así como el personal que garantice el trabajo continuo.
Nota: el kilowatt (kW) es igual a mil Watt (W), que es una unidad de potencia
eléctrica del Sistema Internacional de Unidades; mientras que el kilowatt hora (kWh) es
la energía que resulta de la multiplicación de la potencia por unidad de tiempo. Ejemplo,
en un hogar con una plancha eléctrica de un kW de potencia, se consumirá un kWh si se
plancha durante una hora.
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Los días y los años transcurren. Los hielos de los polos se derriten. El agua del mar
sube su nivel. El hambre y las enfermedades acechan. El medio ambiente se contamina.
El planeta Tierra no aguanta más y pide auxilio.
Parecería una novela de ciencia ficción o una película de suspenso, pero es una
realidad y somos los seres humanos los máximos responsables del problema creado y de
su urgente solución.
En este contexto una noticia comenzó a circular hace poco más de una década, cuando
empezó a hablarse del gas de esquisto como una posible tabla de salvación ante el
inminente agotamiento del petróleo y el gas convencionales.
¿Gas de esquisto?, nos preguntamos muchos. Y cuando indagamos, supimos que se
lograba con una novedosa técnica, el “fracking” (o fractura hidráulica), por supuesto
sólo dominada por las grandes transnacionales que como buitres se lanzaban a su caza y
que causa comprobados daños al medio ambiente y por lo tanto a la vida.
Hace sólo unos días que el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció en un
acto en Caracas la “destrucción que se le provoca al planeta Tierra y a los lugares donde
se están aplicando estos métodos bárbaros, salvajes, antihumanos para sacar petróleo y
gas llamado de esquisto”.
El mandatario boliviano acusó a Washington de inundar el mercado con petróleo de
esquisto para perjudicar a los grandes países productores, como Rusia y Venezuela.
Ya el 5 de enero del 2012, el líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en
Jefe Fidel Castro Ruz, escribió una Reflexión, titulada “La marcha hacia el abismo”, en
la que advertía sobre el gas de esquisto, y citaba un despacho de IPS, donde se precisaba
que “… la explotación de una plataforma con seis pozos puede consumir 170.000
metros cúbicos de agua e incluso provocar efectos dañinos como influir en movimientos
sísmicos, contaminar aguas subterráneas y superficiales, y afectar el paisaje”.
En el citado texto se explica que “para extraer el gas de esquisto de las lutitas se apela
a un método bautizado como “fracking” (fractura hidráulica), con la inyección de
grandes cantidades de agua más arenas y aditivos químicos. La huella de carbono
(proporción de dióxido de carbono que libera a la atmósfera) es mucho mayor que la
generada con la producción de gas convencional.
“Como se trata de bombardear capas de la corteza terrestre con agua y otras
sustancias, se incrementa el riesgo de dañar subsuelo, suelos, napas hídricas
subterráneas y superficiales, el paisaje y las vías de comunicación si las instalaciones
para extraer y transportar la nueva riqueza presentan defectos o errores de manejo”,
agregó.
Baste señalar que entre las numerosas sustancias químicas que se inyectan con el agua
para extraer este gas se encuentran el benceno y el tolueno, que son sustancias
terriblemente cancerígenas.
Recientemente la gran prensa norteamericana citó al analista internacional, Raúl Sohr,
que se refería al rol que cumplen los Estados Unidos a nivel mundial en materia
energética y advertía que “la situación de la matriz energética mundial es incierta en la
medida que los Estados Unidos se ha convertido en un creciente productor de gas de
esquisto y petróleo de esquisto. Hay una idea de que esto podría darle la autonomía
energética que ha venido buscando desde hace décadas”.
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La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés: “International
Energy Agency”) ahora informó que la producción de gas y petróleo de esquisto en los
Estados Unidos sigue aumentando, convirtiéndose en un país que incluso sería capaz de
exportar energía a mediano plazo. Con esto ¿se modifica el mapa energético mundial?
¿y cómo afecta en le juego de las alianzas estratégicas internacionales una supuesta
independencia energética por parte de la potencia estadounidense? se preguntan
analistas de prensa.
Ante el evidente peligro por los daños medioambientales que provoca la extracción de
este gas, la IEA dijo que la solución debe venir de una combinación de inversiones en
energía solar, hidroeléctrica y otros renovables, representando el 60% de las nuevas
inversiones.
No pocas instituciones y Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) han
denunciado el impacto medioambiental y social ligado a la extracción del citado gas,
proceso que involucra a las más ricas transnacionales petroleras.
Tal es el caso de la empresa alemana “Wintershall” (filial de BASF), la
estadounidense “Chevron” y otras comprometidas a poner más de $EE.UU. 5.000
millones en inversiones a corto plazo.
En semanas recientes, el Tribunal danés suspendió la prospección de gas de esquisto
en ese país, según publicó el diario “Nordjyske Stiftstidende”.
La extracción de ese combustible es polémica porque según varios expertos en la
materia existe para las aguas subterráneas un alto riesgo de mezcla contaminante de
sustancias nocivas y peligrosas arrastradas en los tubos del pozo al realizar la
perforación, entre otros puntos, explicaron las autoridades danesas.
Desde Durban, Sudáfrica, la agencia Tierramérica advirtió que la tecnología del
“fracking” (fractura hidráulica) va en busca en busca de los últimos depósitos de gas
natural alojados en lechos recosos de extensas zonas de los Estados Unidos y el oeste de
Canadá, alentando una nueva fiebre de hidrocarburos que aleja el horizonte de energías
limpias para enfriar el planeta.
Quienes viven cerca de los pozos se quejan desde hace tiempo de que el agua que
beben está contaminada y muestran imágenes del líquido inflamable que sale de sus
grifos. “Pero es difícil probar esa contaminación, porque a las empresas no se les exige
revelar qué tipo de sustancias emplean para hacer que el gas fluya fuera de la roca”,
aparece publicado por Tierramérica.
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El V Informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC), pronostica incluso un escenario peor, no sólo para la región, sino para todo el
planeta, y confirma, con 95% de certeza, el peso predominante de las actividades
humanas.
Aun cuando la agenda aprobada para la 20 Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático (COP20), que sesiona en Lima, Perú, incluye, medidas de respuesta,
pérdida y daño, medios de ejecución, transferencia de tecnologías y creación de
capacidades para enfrentar los efectos del impacto climático, las naciones
latinoamericanas presentes en la reunión hicieron algunas demandas.
Tal es el caso de Venezuela, por la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra
América (ALBA), que solicitó que las negociaciones sobre el texto del nuevo acuerdo
que se espera lograr para el 2015, maneje un enfoque integrado hacia la mitigación y la
adaptación, los medios de ejecución y el cierre de la brecha de ejecución.
Nicaragua, en nombre de los países en desarrollo afines, enfatizó en que las
negociaciones del futuro acuerdo son cruciales para limitar las diferencias y alcanzar un
consenso.
A su vez, México por el Grupo de Integridad Ambiental, destacó la importancia de
implementar esquemas de transparencia y evaluar el régimen de mitigación en el lugar,
además apoyó la redacción del borrador de un acuerdo, con tareas definidas, para ser
aprobado en el 2015.
Chile, por AILAC (Alianza Independiente de América Latina y el Caribe), señaló que
la reunión de Lima es decisiva para el futuro de un régimen multilateral sobre el cambio
climático y pidió transparencia, negociaciones inclusivas y productivas, e instó a los
países a hacer contribuciones al Fondo Verde para el Clima.
También los pueblos indígenas aludieron a la responsabilidad de los gobiernos en
respetar sus derechos en los acuerdos sobre cambio climático.
Sin embargo, todo pasa por la decisión de los países desarrollados, principales
responsables históricos y actuales del problema, que deben aumentar sus compromisos
de mitigación, además de favorecer con tecnología y financiamiento para que los países
en desarrollo puedan enfrentar el cambio climático.
De ello dependerá la supervivencia de los pequeños estados insulares, la agricultura y
la vida en las naciones más pobres. (Prensa Latina (PL)).
C. ANTECEDENTES PERSONALES
La Máster en Ciencias Marta Beatriz NICANOVICH CINGOLANI, autora del libro
“La Crisis Económica Mundial, el Desarrollo y el Rol de las Naciones Unidas:
Realidades y Desafíos del Centro de Comercio Internacional y de otras Agencias
Especializadas, particularmente en Cuba”, uno de cuyos capítulos trata sobre la mega
crisis sistémico estructural, dentro de la cual encontramos la Crisis Ecológica, nació el 4
de diciembre de 1950 en Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina. Graduada de
Bachiller Comercial en el Colegio Inglés de Rosario (1969); y Licenciada en Ciencia
Política y en Relaciones Internacionales, egresada de la Facultad de Ciencia Política y
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Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (1975). Cursó
estudios de posgrado en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de
Ginebra, Suiza, donde obtuvo el título de Maestría “Diplôme de Hautes Études
Internationales” (1985).
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es miembro fundador. Aquí tuvo que competir con 159 participantes provenientes de
diferentes países del mundo entero.
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