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El Suicidio de Alan García

Introducción:
Desde inicios del primer gobierno del expresidente fallecido existía
la corrupción , así que es un hecho mencionar que ya había estado
presente desde hace mucho, además se puede afirmar que el aspecto
más característico por el que fue criticado popularmente en forma
continua fue porque reiteradamente se lo tildaba de corrupto y en
tiempos recientes podemos acertar que no eran señalamientos
erróneos, aspectos que en definitiva causaban de alguna manera
cierto furor en el exmandatario basándonos en las actitudes con las
que se defendía de aquellas acusaciones.
Según lo argumentado, algo terrible para la economía en aquellas
épocas y para el estado en conjunto ya que hubo bastante pobreza
generado por un extenso desempleo.
Aquellas acusaciones por las que hoy en día continuamente se
investiga cada vez salen más a la luz respecto a las acciones ilícitas
que realizaba el expresidente cuando se le fue otorgado el máximo
poder sobre nuestra nación en dos ocasiones, aquella gobernanza
que empezó con pie derecho pero que fue decayendo a través del
tiempo, afirmando esto basándonos en estadísticas de aprobación de
su gobierno que empezó con un 96% y que en consecuencia se
redujo a un 9%.
Nadie puede negar que al ingresar a la presidencia del Perú existían
problemas graves como el terrorismo liderado por Sendero
Luminoso pero esto no era razón para no continuar liderando un país
con moral y honestidad o en cuanto menos sacar a flote de la
gravedad en la que se encontraba nuestro país.
Posteriormente se dieron a conocer delitos que había cometido tales
como lavado de activos, robo de presupuesto, etc. Que fueron
negados por el exmandatario en cada ocasión que se le examinaba.
Nunca pretendía negar ningún delito cometido pues su egocentrismo
era tan gigantesco que le impedía asumir la propia responsabilidad
de sus actos.
Esto no impidió que se continúen las investigaciones que cada vez
más revelaban la ilegalidad de los actos cometidos en tiempos de
gobierno y que constantemente seguían realizándose de manera
indirecta, uno de los casos de gran relevancia por el que fue acusado
se revelo al pueblo peruano, el caso Odebrecht fue punto clave para
determinar en definitiva los actos ilícitos de robo al estado que
fueron millones y que en relación a esto no se pudieron avanzar
tantas obras en nuestro país trayendo retraso en el desarrollo
continuo de tantos proyectos que debieron ejecutarse.
Además de intentar escapar de todo el peso de la ley con el que iba a
ser castigado jamás pudo llegar a concretarse su salida pese a que
busco el asilo político, cual fue negado por el gobierno Uruguayo
causando un refuerzo de impedimento de salida al exmandatario
debido a que sus delitos iban sumándose.
El comportamiento de Alan García siempre fue caracterizado por
tener un ego bastante alto, quizás para ejemplificar debemos poner
el caso de un adolescente que busca conseguir lo que quiere a como
dé lugar y si no es así le causa tanta rabia que es capaz de generar
odio a sí mismo, tanto que podría llevarlo al suicidio.
Esto fue lo que primo por dentro del exmandatario para cometer tal
acción a parte de imposibilitarse llevar una vida normal libre de
tener una conciencia atroz que llevo a lo largo de sus años.
Le resultaba algo muy bajo e humillante ser castigado por la justicia
y que sus peores enemigos puedan presenciar la caída del poder que
alguna vez ejerció de forma bastante radical.
Su defensa siempre fue la de pretender que los demás países en
general crean que definitivamente se trataba de una persecución
política, la que jamás se dio con esas intenciones.
En consecuencia, las circunstancias que rodearon el hecho no solo
conmociono al país entero sino que adicionalmente, dividió aún más
a los peruanos y genero un debate que recién se inicia y que tiene
que ver con las causas del acontecimiento pero también con el
personaje que lo consumo, con las acciones que lo indujeron a
hacerlo y hasta con el imperio de la justicia en un país como el
nuestro, convulsionando por el accionar de las mafias, que ha
colocado al Perú virtualmente al borde de un acantilado.
Debo referenciar a modo de comprender de manera óptima su actuar
que según especialistas, es el acto por el que una persona, de forma
deliberada, se provoca la muerte que no encuentra salida y que suele
ser el resultado de una desesperación incontenible derivada de una
dolorosa e incurable enfermedad mental como el trastorno maniaco-
compulsivo, el cual fue diagnosticado el exmandatario.
El uso de un arma de fuego es la forma más rápida para acabar con
una vida según estudios que señalan que así para el autor del
suicidio sería una forma menos dolorosa de morir, esto fue un
escape rápido de la “persecución” por la cual era buscado.
Que la muerte fuese impuesta por el Estado, que derivaría de una
enfermedad mental, o que fuere resultado de una desgracia
insuperable que rebasara la resistencia emocional del afectado. A
esta ideología podría haberse acogido García quien, de alguna
manera, se despidió meses antes y en la rueda de prensa que ofrecía
en víspera.
Todos estos elementos, nos dan aliento suficiente para juzgar el
hecho ocurrido el pasado 17 de abril en circunstancia en la que el
expresidente resistió -a su manera- la orden de captura dictada por el
poder judicial para el cumplimiento de una presión preventiva.
Habida cuenta de la naturaleza de los delitos por los cuales se le
incriminaba y que eran sustantivamente semejantes a los que habían
llevado tras las rejas a varios de sus colaboradores.
Pero ellos también sirven para desorientar y confundir a personas de
bueno fe que sin los antecedentes del caso y llevados tan solo por
elementos subjetivos, pueden ser susceptibles de engaño.
Nadie en su sano juicio, podría decir que Alan García fue víctima de
una persecución puesto que no fue así ni que los cargos enarbolados
por la justicia contra el fueran motivador por razones de orden
político.
Por el contrario su detención era esperada hacía mucho tiempo y
más bien la ciudadanía se preguntaba por qué ella no ocurría,
existiendo poderosos elementos de juicio en su contra para su
posterior encarcelamiento.
Por lo demás los cargos levantados se basaban en acusaciones
puntuales como ya mencionado anteriormente que derivaban en su
gestión gubernativa del uso de fondos del Estado y de recepción del
exterior obtenida de forma dolosa e ilegal.
La certeza de la autenticidad de estas acusaciones en su contra y la
seguridad de que en cada caso existían pruebas incontestables, la
presencia en su mente de los trágicos hechos que protagonizo en el
pasado.
Seria por eso un grave error de percepción el considerar que las
circunstancias de su muerte, borren la responsabilidad de sus
acciones.
Conclusión:
Al tomar la decisión de terminar con su vida, tenía claro que al
condenársele, en ningún caso tendría la oportunidad de cumplir su
condena como detención domiciliaria sino que tendría el mismo
destino que aquellos otros que fueron acusados por similares actos
ilícitos.
Independientemente del hecho ocurrido, tanto los delitos cometidos
en el área de pertinente, como los crímenes consumados contra
centenares de ciudadanos, siguen en pie puesto que no dejo de
existir.
En esta dimensión debemos recalcar que Alan García nunca será
absuelto por la historia, un fin bastante trágico para una persona que
cautivo con su verbo pero que más tarde defraudo como tantos otros.

Bibliografía:
https://www.lavanguardia.com/internacional/20190418/4617161992
95/alan-garcia-suicidio-peru-conmocion-corrupcion.html
https://www.publico.es/internacional/peru-suicidio-alan-garcia-
agudiza-debate-accion-justicia-casos-corrupcion.html
https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/04/17/se-
suicido-alan-garcia-ex-presidente-peruano/
http://www.noticiasser.pe/opinion/donde-nos-deja-el-suicidio-de-
alan-garcia

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