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Profesional en Deporte
Introducción
La evaluación del rendimiento consiste en el reconocimiento y la calificación del nivel individual de los
componentes de un rendimiento deportivo o de un estado de rendimiento deportivo.
Dado que los procedimientos específicos de evaluación del rendimiento y los detalles de la
organización del entrenamiento se desarrollan de forma especial para cada capacidad (la resistencia,
la fuerza, la velocidad, la movilidad y la coordinación), en este documento nos limitaremos a exponer
las nociones, relaciones y fundamentos generales necesarios para su comprensión.
Para garantizar una optimización del rendimiento en el proceso de entrenamiento a corto, medio y
largo plazo, debemos examinar el estado de rendimiento conseguido en cada momento con la ayuda
de procedimientos de evaluación. Los datos registrados se tienen en cuenta para la planificación de
los días y semanas siguientes, en el sentido de la modificación o mantenimiento del trabajo que se
viene efectuando.
Así pues, la regulación del entrenamiento incluye la modificación selectiva del valor real
momentáneo bajo la perspectiva del estado ideal planteado. El proceso de la regulación se puede
representar, de forma esquemática y fuertemente simplificada, con la cadena que se muestra.
No obstante, dado que este esquema no incluye información retroactiva sobre la magnitud de salida
ni comparaciones entre valor ideal y valor real, se amplió en la dirección del modelo de circuito
regulador.
En contraposición con el esquema rígido esbozado anteriormente, el modelo del circuito regulador
ofrece como ventaja la posibilidad de variar la planificación del entrenamiento sobre la base de
controles constantes del entrenamiento y de la competición.
En este modelo se distinguen componentes intrínsecos, variables y limitadores (Grosser y cols., 1986
y Grosser/Carl, 1992,).Como componentes intrínsecos que forman parte de la organización del
entrenamiento– se consideran:
En un primer paso se registra, con los procedimientos de evaluación del rendimiento (v. explicaciones
posteriores), el estado de rendimiento momentáneo, de forma directa, a través del rendimiento
deportivo complejo, o indirecta, a través de componentes aislados. De aquí se deduce, en niños y
jóvenes, la clasificación en las llamadas etapas de entrenamiento.
El ATP es el último eslabón de la energía química dentro de las células. Posteriormente se convierte
en energía mecánica y térmica, su degradación asegura el cumplimiento de las diversas funciones
celulares una de las cuales es la contracción muscular.
La organización y regulación de los factores determinantes del rendimiento se sitúan las capacidades
físicas (resistencia, fuerza, velocidad y movilidad), coordinativo-técnicas, psíquicas y cognitivo-tácticas
todas medidas dentro de componentes de reacción bioquímica.
Por tal motivo, la evaluación del rendimiento es un requisito previo de la organización del
entrenamiento. Una organización eficaz del entrenamiento presupone fiabilidad en los valores de las
pruebas (cf. Bartonietz, 1992).
Entre los procedimientos de evaluación del rendimiento (Grosser/Neumaier [1988] hablan también de
procedimientos de control), se pueden distinguir:
1. Encuesta, entrevista:
Observación (a cargo del entrenador/preparador; con documentación cuadrículas,
vídeo/película, ordenador y similares):
2. Test deportivo-motores.
3. Evaluaciones de la psicología deportiva;
4. Evaluaciones de la medicina del deporte (cardiológicas,
5. Fisiológicas y bioquímicas);
a. evaluaciones anatomo-funcionales;
b. evaluaciones biomecánicas.
En medicina del deporte la frecuencia cardíaca… Una frecuencia cardíaca baja con la misma
intensidad señala una mejora del estado de rendimiento en resistencia, y una frecuencia elevada, un
empeoramiento. La comparación con las mediciones previas o posteriores nos permite constatar una
mejora, un empeoramiento o un nivel constante del estado de entrenamiento y el lactato en sangre
desempeñan un papel especialmente importante como parámetros de organización.
A continuación siguiente tabla muestra las posibilidades del control de rendimiento directo e indirecto en el
ejemplo del fútbol.
Inconvenientes
Se consideran inconvenientes específicos de los tests de juegos deportivos (Sass, 1985):
• La complejidad del rendimiento de juego es imposible de registrar.
• La actitud y la motivación frente al test presentan grados muy diferentes en cada jugador, lo cual influye
considerablemente en los resultados de aquél (un jugador peor desde el punto de vista del juego puede
efectuar un test de Cooper con una motivación sustancialmente mayor que la de un jugador mejor, pues el
primero ve aquí una posibilidad “objetiva” de rehabilitar su diagnóstico de capacidad de rendimiento global).
Límites
El valor informativo de los test de evaluación del rendimiento no se debería sobreestimar. Los resultados
aislados de test físicos, sobre todo en modalidades complejas como, por ejemplo, los grandes juegos
deportivos, informan sólo sobre componentes parciales de la capacidad de juego compleja. Tomando como
ejemplo los test de condición física, Grosser/Starischka (1986) resumen de la siguiente forma las limitaciones
de los test de evaluación del rendimiento: “Los test de condición física son válidos para la evaluación gruesa
de componentes aislados, en parte también complejos, de la condición física. La evaluación fina de las
capacidades físicas se reserva para los estudios bioquímicos, biomecánicos y deportivo-médicos, costosos
y complejos desde el punto de vista organizativo.
• Los rendimientos deportivo-motores (acciones deportivas motoras) no están determinados ni se explican
sólo por las capacidades físicas, sino que en ellos influyen muchos otros componentes del rendimiento,
asociados a la personalidad del deportista (y capaces de compensar en gran medida las carencias en dichas
capacidades). Así pues, los tests de condición física registran sólo aspectos parciales de los rendimientos
de fuerza, de resistencia, de velocidad, etc.; además, aunque unas secuencias motoras relativamente
elementales (con escaso componente coordinativo) permitan sacar conclusiones sobre el grado de desarrollo
de las capacidades físicas, no se puede conocer con suficiente exactitud su participación real en el origen
de los rendimientos deportivos.
• Los rendimientos físicos expresan sólo funciones parciales de la personalidad del deportista, de las cuales
no se puede sacar conclusiones adicionales sobre la personalidad global de éste.
• El valor informativo de los diferentes tests de condición física mantiene una estrecha relación con los
conocimientos seguros disponibles acerca del objeto de estudio.
Los tests físicos sólo producen resultados útiles si tienen en cuenta y se simulan las condiciones de exigencia
(estructura) del rendimiento deportivo-motor en cuestión, esto es, si reflejan componentes esenciales de
éste.
• Aun teniendo rigurosamente en cuenta las condiciones de realización el resultado del test y cada medición
puede estar condicionado en grado variable por factores de distorsión como los acontecimientos del
momento, el efecto del test esto es, la incidencia de una realización del test sobre los valores de la segunda
realización, la tercera y también por errores casuales.”
Los procedimientos de test asociados a las formas principales (características) de trabajo motor, es decir, a
la resistencia, fuerza, velocidad y flexibilidad, suelen carecer, en el ámbito de los juegos deportivos, de la
validez y de las posibilidades de comparación necesarias. En la literatura especializada de los juegos
deportivos no se encuentran (o apenas) tests normalizados, especificados por grupos de edad, de sexo o de
rendimiento. En la mayor parte de los casos se deja a los entrenadores la tarea de comparar los valores
registrados dentro de un grupo, de compararlos con valores de años pretéritos o futuros y de extraer de ello
consecuencias metodológicas.
En la realización de los tests se da por hecho que el entrenador profesional dispone de posibilidades
(financieras, personales y de tiempo) diferentes a las del entrenador no retribuido de un equipo de categoría
regional. Por ello, intentamos presentar diferentes posibilidades de tests.
Como resumen podemos afirmar que la planificación del entrenamiento, la evaluación del rendimiento y la
organización del entrenamiento presentan interrelaciones muy estrechas.
Sobre la base de la planificación del entrenamiento, y con la ayuda ofrecida por los procedimientos de
evaluación del rendimiento, la organización del entrenamiento intenta dirigir de forma selectiva un valor real
dado hacia un valor ideal planteado; de forma paralela se planifican las cargas de entrenamiento en función
de la situación, se controlan y se evalúan de forma individual.
Es un hecho común oír hablar de test, batería, prueba, perfil, examen, etc. en el ámbito de la motricidad
como en el ámbito psicológico. No obstante, resulta obvio que la intención que mueve al investigador o
pedagogo a realizar una medición de la motricidad es la de adentrarse en el conocimiento de los sujetos
bajo su cargo. Acertar a destacar sus características, sus potencialidades, sus debilidades, en
definitiva a conocerlos.
Los tests generales y específicos permiten reconocer y corregir errores en la planificación y
organización del entrenamiento y en la utilización de métodos y contenidos. Sólo mediante un control
constante de la eficacia del entrenamiento, esto es, mediante la comparación de valores ideales y valores
reales, se puede organizar y optimizar de forma suficientemente detallada el proceso de entrenamiento a
largo plazo. Distinguimos procedimientos de control y de test para calcular la resistencia general y la
específica, siendo más relevante el cálculo de la segunda
Entre las pruebas de esfuerzo o laboratorio y test de campo. La diferencia básica es que la prueba de
esfuerzo se realiza en laboratorio, en un entorno controlado que suele ser de aplicación individual y
utiliza aparatos y protocolos específicos que garantizan la fiabilidad, con el principal objetivo de evaluar la
respuesta fisiológica del organismo durante el esfuerzo. Mientras que el test decampo se lleva a cabo en una
situación de competición simulada (aunque no siempre, en función de lo que se quiera valorar), y
se utilizan medidores portátiles no tan fiables como los del laboratorio pero que tienen una gran validez
porque el patrón de movimiento es idéntico al del deporte que se va a practicar, es decir, es más específico.
Se utilizan ambos tipos de pruebas ya que cada una tiene sus objetivos ventajas. Las pruebas de esfuerzo
permiten controlar de forma exacta las diferentes variables fisiológicas mientras que los tests de
campo son más específicos y se utilizan más para predecir el rendimiento y/o ritmos de
entrenamiento. A su vez, los dos tipos de prueba pueden ser directas y predictivas en función
de si se obtiene directamente lo que se quiere medir; y máximas o submáximas en función del criterio que
se elija para terminar la prueba y de las variables que se quieran obtener.
Existen 3 tipos de pruebas para la valoración de la condición física, ya sea con objetivo de mejorar el
rendimiento o simplemente con el objetivo de garantizar un buen estado de salud:
Pruebas cineantropométricas: evalúan dimensiones y composición corporal.
Pruebas de laboratorio: como hemos comentado, se evalúan en condiciones controladas y rigurosas
parámetros relacionados con la respuesta fisiológica del organismo en situaciones que
requieren esfuerzo físico.
Test de campo: directamente relacionados con el rendimiento específico de una modalidad
deportiva, respetando al máximo las condiciones de la competición y estructura de la modalidad. En
el caso del triatlón se pueden elaborar tests específicos de cada una de las disciplinas que lo
componen y test específicos que combinen las disciplinas para valorar el rendimiento
en situaciones específicas de la competición
Es conveniente aclarar que los 3 tipos de pruebas son necesarios para el control y evaluación del deportista
ya que cada una tiene unos objetivos específicos y unas limitaciones que complementan las otras.
Existen diferentes puntos de vista entre la utilización de test de campo y laboratorio para evaluar las
características fisiológicas de los deportistas.
El test de campo puede ser más barato, más específico y precisa de menos equipamiento (Svenson &
Drust, 2005). Sin embargo en el test de laboratorio obtenemos una información en unas condiciones
estándar que nos permitirían comparar con futuros test en las mismas condiciones de medición.
Este último punto no sería posible con un test de campo, ya que las condiciones ambientales
serían difícilmente reproducibles. Por otro lado el consumo máximo de oxígeno pudiera ser
mejor predictor de la potencia aeróbica que el umbral de lactato (Wiswell et al., 2000), umbral habitual
en los tests de campo.
Test de campo
La ventaja de las investigaciones de campo radica en su mayor especificidad por modalidad deportiva, y en
un registro mejor y más preciso de los cambios de la capacidad de rendimiento deportivo en el transcurso
del entrenamiento; su desventaja radica en la dificultad de estandarización, reproducción y ejecución (Keul
y cols.1981).
Los estudios de campo resultan especialmente adecuados para observar y, dado el caso, corregir la
intensidad de trabajo en las formas de entrenamiento aeróbicas y anaeróbicas; aquí interesa sobre todo
comprobar la concentración de lactato en sangre durante una carga de entrenamiento (Kindermann/Keul,
1977).
El desarrollo de las pruebas de campo dimensiona una amplia gama de protocolos de valoración de la
condición física y el rendimiento deportiva.
Como se mencionó anteriormente, en los primeros párrafos de este documento la capacidad de rendimiento
físico existen tres sistemas de reacciones bioquímicas cuya función es mantener el suministro constante de
energía:
Basado en esta orientación podríamos clasificar los distintos test de valoración del rendimiento deportivo y
de aptitud física según su metabolismo. Pero de igual forma podríamos clasificarlos en protocolo es según
la orientación física técnica y táctica o cognitiva. En este caso podríamos hablar de test para:
1. La valoración de la resistencia
2. La valoración de la fuerza
3. La valoración de la velocidad
4. La valoración técnica
5. La valoración coordinativa
6. La flexibilidad
7. La táctica o lo cognitivo.
Tests y formas de control de la resistencia para el diagnóstico del rendimiento y la organización del
entrenamiento
Test de fuerza y ejercicios de control para el diagnóstico del rendimiento y la organización del
entrenamiento.
Fundamentos generales
La problemática de los tests en general, formulada por Sass (1985), afecta también los tests de la fuerza.
Como los tests se suelen efectuar en condiciones próximas a las de laboratorio, aisladas del acontecer
deportivo propiamente dicho, su utilización conlleva siempre una considerable limitación: la desmembración
de la actividad deportiva propiamente dicha en componentes parciales, separados del acontecer deportivo
stricto sensu. Este fraccionamiento resulta inevitable, y por ello la persona que evalúa deberá tener claros
los límites del valor informativo del test para el rendimiento deportivo, evitando así conclusiones precipitadas
o incluso erróneas. No obstante, para registrar los progresos del rendimiento en el proceso de entrenamiento
conviene efectuar tests sobre componentes parciales de la capacidad de rendimiento deportivo. Nos
limitamos aquí a advertir del riesgo de sobrevalorar los resultados del test.
Tipos de tests
Modalidades de ejecución.
Tablas de evaluación
Dentro de los tests distinguimos entre tests de laboratorio y tests de campo, y entre tests generales y
específicos de la modalidad. Como ejemplo de un test específico del fútbol podríamos mencionar, por
ejemplo, el test de fuerza de tiro.
Distinguimos además entre tests estáticos y dinámicos, hecho relevante sobre todo en el ámbito de la fuerza.
En este contexto hemos de tener en cuenta que: Los tests de fuerza estáticos reducen la influencia del factor
intermuscular, de modo que la fuerza muscular mensurable depende fundamentalmente del número, del
grosor y del estiramiento previo de las unidades contráctiles, y también de su capacidad de activación (cf.
Beneke y cols., 1990).
• En los tests de fuerza dinámicos crece la influencia de la coordinación intermuscular –nos referimos al
funcionamiento combinado de los músculos participantes en el movimiento (agonistas y antagonistas) –
dependiendo de la complejidad y velocidad de ejecución del ejercicio del test (Bührle/Schmidtbleicher, 1981
Hollmann, 1987). La idoneidad de los diversos procedimientos de test y de control depende de que se trate
de la fuerza máxima, de la resistencia de fuerza o bien de diferentes capacidades de fuerza específicas de
la modalidad, como la fuerza de tiro o de lanzamiento.
Como cualquier otro componente de la capacidad de rendimiento deportivo global, la velocidad necesita una
revisión periódica que tiene lugar en forma de tests generales y específicos en momentos dados. Para
efectuar el control se debería incluir en el esquema de trabajo un test de velocidad cada 4 a 6 semanas.
Estos tests deben facilitar al deportista poder comprobar su nivel de rendimiento en el momento. Las
debilidades individuales se pueden superar a continuación, de forma selectiva, mediante un entrenamiento
específico.
Tests y formas de control de la movilidad como medios de diagnóstico del rendimiento y regulación
del entrenamiento
Las consideraciones previas acerca del diagnóstico de la movilidad ilustran la dificultad de que un laico evalúe
de forma detallada un nivel de movilidad no constatable visualmente. Con las correspondientes reservas,
presenta.
Test de laboratorio
La ventaja de los estudios de laboratorio radica en sus mejores posibilidades de estandarización y
reproducción; sus desventajas tienen que ver con la carencia, manifiesta hasta la fecha, de especificidad por
modalidad deportiva, y con un diagnóstico que sólo registra componentes parciales de la capacidad de
rendimiento.
Las nuevas tecnologías se aplican en el deporte desde hace algún tiempo, sobre todo en los deportes que
necesitan gran precisión en los registros, por ejemplo en las carreras de velocidad (ciclismo y atletismo) se
utilizan células fotoeléctricas para registrar los tiempos empleados. No sólo se emplean en competición sino
que también se utilizan en el entrenamiento diario para calcular parámetros fisiológicos, bioquímicos,
biomecánicos, etc, que posteriormente serán utilizados para calibrar el entrenamiento.
El proceso de entrenamiento de los atletas requiere un control exhaustivo de los esfuerzos realizados por
éste y las nuevas tecnologías nos aportan los aparatos de medida para controlar y planificar el entrenamiento
deportivo.
Actualmente en el deporte, el proceso de observación del deportista se encuentra relacionado generalmente
con el uso de equipos de medición, que cada vez son más sofisticados para darnos la información precisa.
Entre los distintos aparatos que se incorporan a la investigación para dirigir el entrenamiento deportivo
tenemos:
3. Fotografía.
4. Tomas cinematográficas.
Los datos que se obtienen de estos registros sirven para estudiar las características cinemáticas, es decir,
desplazamientos, velocidades, aceleraciones, etc, como por ejemplo en salto de altura conocer la velocidad
inicial en el salto vertical.
La fotografía estereoscópica (se utilizan 2 cámaras) es más precisa que la plana, ya que
permiten registrar los movimientos de los deportistas en tres dimensiones.
Registros Ópticos-electrónicos.- Transforman las imágenes en señales eléctricas.
Podemos destacar las siguientes:
Teleciclografía.- Registran la trayectoria de un movimiento y se puede reproducir en
televisión.
Vídeo.
Células fotoeléctricas.- Se utilizan para medir los tiempos de carrera, principalmente en
aquel tipo de competición de poca duración y en las que existen escasas diferencias entre
los atletas (carrera de velocidad, 100 metros lisos).
Métodos Electromecánicos y telemétricos.- La precisión de estos métodos va a depender
de la precisión de las instalaciones telemétricas y de valoración de los cálculos y también
de la calidad de los transductores de la información, que deben ser lo más pequeños
posibles y que no perjudiquen los movimientos del deportista. Durante la actividad del
deportista, se producen señales bioeléctricas que se suelen llamar potenciales biológicos.
Estas señales nos informan de procesos fisiológicos que nos sirven para ver cómo responde
el organismo ante una serie de esfuerzos de entrenamiento y, con ello, poder ir adaptando
los sistemas de trabajo para conseguir los mejores resultados posibles.
8. Ergómetros.- Sirven para medir la Fuerza, Potencia, Velocidad, etc, acercándose lo más posible a
las condiciones de la competición. Podemos destacar: tapiz rodante, cicloergómetro,
remoergómetro, piscinas ergométricas, etc.
9. Transductores de aceleración.- Se utilizan con el fin de medir la fuerza de inercia que surge al
acelerar o frenar un cuerpo en movimiento.
10. Goniómetros.- Estos se utilizan para medir los desplazamientos angulares, que nos permite corregir
aspectos técnicos de los movimientos para obtener la posición más rentable para el deportista.
11. Analizadores de ácido láctico.- Se utilizan para conocer la concentración de ácido láctico en la
sangre. Funcionan con una micro muestra de sangre que, normalmente, se toman de la oreja o el
dedo. Existen analizadores fijos y portátiles.
12. Analizadores de parámetros bioquímicos.- Sirven para calcular parámetros como la urea,
creatina, etc. Estos aparatos necesitan de una calibración previa para su correcto funcionamiento.
13. Analizadores de gases.- Registran los parámetros ventilatorios como son el volumen ventilatorio,
volumen de CO2, consumo máximo de oxígeno (VO2 máx), equivalente respiratorio, etc. Existen
modelos portátiles y fijos.
17. Cronómetros –
Bibliografía