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· A. NEUROSIS TRAUMATICAS
FENICHEL, Otto (1945)
Teoría psicoanalítica de las neurosis,
Buenos Aires: Paidos, 5è ed: 1973, 814p.
CAPÍTULO VII
EL CONCEPTO DE TRAUMA
ATAQUES EMOCIONALES
COMPLICACIONES PSICONEUROTICAS
delinear ahora mismo ciertos rasgos psiconeuróticos que nunca faltan del
todo en las neurosis traumáticas.
Hay en toda persona cierta cantidad de energías instintivas rechazadas,
mantenidas, por obra de las fuerzas de defensa, al margen de toda descarga,
y que procuran, a pesar de todo, abrirse paso. Mientras se mantiene cierto
equilibrio entre los impulsos reprimidos que pujan por una descarga y las
fuerzas defensivas que se oponen a la descarga, la persona puede sufrir cierto
empobrecimiento de la personalidad, pero en todo lo demás se mantiene rela-
tivamente bien. Pero tQ_d_¡¡ perturbación de este equilibrio acarrea el peligro
<!..~!l!la irrupción de los impulsos reprimidos.._y la ll~$e_sidad_ c!e crear nuevos
y mejores métodos de d~f~~ en otras palabras; el peligro de una neurosis
(43[)~ -Las ex-per~ precipitantes de una neurosis representan siempre
una alteración del relativo equilibrio primitivo entre impulsos rechazados y
fuerzas rechazantes.
Freud señaló que en la etiología de la neurosis la causa precipitante
y la predisposición neurótica (es decir, la constitución más las experiencias
infantiles) son complementarias. Un individuo que, a consecuencia de su
constitución y su fijación infantil, tiene predisposición a la neurosis, reaccio-
nará incluso a una dificultad pequeña con una reactivación de los conflictos
infantiles, y por consiguiente, con una neurosis. Un individuo menos predis-
puesto puede hacer también una neurosis, siempre que sus experiencias al-
cancen a ser bastante graves para ello. Desde el punto de vista etiológico,
los casos forman una serie: en un extremo de_ ~sta están los casos en que
eTTaaorpredpitante efectivo -c-arece prácticalllente de importancia, y en el
otro extremo los casos en que el factor ·-precipilante específico desempeñá
un PªI!~Lpreª()_minante ( 596) . · ·--
---- No hay duda de-que ciC!t()J>~rcentaje de las neurosis que se describen
como traumáticas son, en realidad, pslconeurosis que fueron precipitadas por
~~ a_c.~!_?en~. Esto puede ser corroborado por la grotesca desproporción que
a veces existe entre la relativa insignificancia del "trauma" y la neurosis
bastante grave que se supone haber sido precipitada por el mismo. Cuanto
más intensas son las represiones previas y más inestable el equilibrio en los
conflictos defensivos, más rápidamente sucederá que una determi"nada expe-
riencia tenga carácter traumático. Todo individuo tiene un "umbral de rup-
tura". Pero la facilidad con que puede ser alcanzado ese umbral varía gran-
demente de una persona a otra.
En las personas con disposición neurótica no existe solamente un empo-
brecimiento cuantitativo del yo, que permite que los ___estimulos--provoqueri
situaciones traumáticas. Hay también una ~e11sibilización cualitativa en ciertos
_puntos de existencia __ d~_ ''c~IIlP!~ios". Las experiencias p;oducidas en--el
ámbito de los complejos tienden a producir efectos traumáticos. (Esto se
verá con más claridad cuando nos ocupemos de las psiconeurosis.)
Sería una tarea de la mayor importancia para la psiquiatría aplicada a las tareds
del reclutamiento, •el descubrir las personalidades para las cuales la situación militar
por sí sola constituye un "punto de complejo" de esta índole. Las ideas referentes al
hecho de "pertenecer a una gran unidad", así como la provisión asegurada de alimento
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Ya hemos dicho que el "stress" crónico puede tener el mismo efecto que un
Jrauma. Existe un tipo especial de recargo crónico de tensión qué tiene- ~n resultado
específico. Las frustraciones extremas, las que hacen que una persona se sienta real-
mente abandonada, y sienta que nadie ni nada cuida de él, precipitan en las personas
adultas estados de apatía comparables a las "depresiones primarias" de los niños
(véase pág. 516), o incluso comparables a la forma en que los niños pequeños hos-
pitalizados, lejos del amor materno, quedan en cierto modo "sometidos".
Todos los psiquiatras militares conocen las características depresivas de las neu-
rosi~ traumáticas de aquellos soldados cuyo camarada fue muerto mientras ellos se
salvaron. Esto no significa necesariamente que hayan tenido sentimientos especialmente
ambivalentes hacia el' camarada perdido. Lo que motiva su sentillliento de culpa es
más bien la esperanza que habían abrigado de que si "el número de alguien es dado
de baja", será el de algún compañero y no el propio.
BENEFICIOS SECUNDARIOS
de las compensaciones, que pueda servir para todos los casos. La mejor
solución quizá sea la de conceder una sola compensación y a su debido tiempo.
Dado que la evolución y el carácter especial de la sintomatología de las
neurosis traumáticas depende en gran parte de las "complicaciones paico-
neuróticas" implicadas, muchos de los problemas correspondientes serán
más fáciles de abordar luego del estudio de las psiconeurosis.