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FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

DEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA

LITERATURAS LATINOAMERICANAS DEL SIGLO XIX

Presentado por: Geraldine Ortiz

LOS NACIENTES ESTADOS AMERICANOS BAJO LA MIRADA DEL LIBERTADOR

En la carta de Jamaica, el gran libertador de las naciones americanas, Simón Bolívar, se remite a
vislumbrar, bajo sus propios criterios, el posible futuro de las recién emancipadas naciones de
latinoamérica que habían sido sometidas por el imperio español hacía casi tres siglos.

Dentro de las disertaciones que Bolívar expone en su manuscrito, se encuentra una muy fuerte: la del
futuro político y social de los pueblos liberados. Es evidente su inclinación hacía la formación de
repúblicas en vez de monarquías, que como bien lo presume él, podrían llevar a las naciones a
encontrar cómo construir su camino por sí mismas bajo el rigor de los poderes ejecutivos, legislativos
y judicial. Esta visión casi que premonitoria, se instaló en todos las naciones, relegando los modelos
monárquicos, que, contrariamente a lo que se pensaría, no fue una forma política heredada o que
siquiera se tuviese en cuenta para fundar estado.

También implícitamente se presenta su deseo de una unidad entre los países americanos que iba más
allá de una unión meramente fraternal: el proyecto de la Gran Colombia. Este proyecto que no llegó a
cumplirse a cabalidad por los intereses particulares que poseía cada nación en el momento histórico
por el que atravesaban. Aunque elogia el sistema federal del que hacen uso los europeos en sus
naciones, lo desprecia y afirma que para la américa, novata en la construcción de estado, sería
preferible uno centralizado. Bajo sus amplios conocimientos históricos, basa sus afirmaciones en el
sistema político empleado en Roma y parte de allí para justificar su extinción. Me inclino a pensar que
la base de todas sus teorías sobre el futuro político de América nacen de no querer repetir la historia
que aquel antiguo imperio, porque como lo advierte la popular dicho: “el pueblo que no conoce su
historia se encuentra condenado a repetirla”

Después de una denuncia directa a la actitud tomada por los países ajenos a estos procesos, por su
negligencia y por su estado de “espectadores”, como él mismo lo refiere, encontramos otra
preocupación latente: el destino de la cultura y las artes. Mediante una mirada crítica y muy
consciente del atraso en todas las disciplinas ante el nuevo mundo, se reafirma la idea de que los
pueblos explorarán estos campos. El nacimiento de una identidad cultural propia, de algún modo,
también significaría traer de nuevo sus raíces, rescatar aquello que los españoles y los siglos dejaron
en el pasado; reivindicar y apropiarse de la identidad que en algún momento fue suya y que les fue
arrebatada de las manos bajo el dominio del yugo español.

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