La Confederación de los Trabajadores de la Salud (Fetsalud) ha
logrado desempeñar desde su fundación un 24 de mayo de 1974, un papel protagónico en casos de emergencia y en las distintas actividades en beneficio de la población nicaragüense.
La Compañera Enfermera Silvia Ferrufino, que entregó su vida
durante la dictadura Somocista, es un ejemplo de esas trabajadoras y trabajadores de la salud que a diario luchan y trabajan arduamente por una sociedad mejor.
Silvia Ferrufino, nace en abril de 1943, estudia enfermería y logra
culminar la carrera, su primer trabajo lo comienza en el hospital "El 1 retiro" aquí en Managua, desde su puesto de trabajo inicia a involucrarse en la lucha por los derechos de los trabajadores de la salud.
Su primer involucramiento fue en la denominada huelga del "pan
duro”, el 1973 en la huelga nacional de los trabajadores de la salud y en 1974 en la huelga histórica, por medio de la cual se consigue el primer convenio colectivo a nivel nacional.
En Julio de 1978 buscando el cumplimiento del convenio, participa
en otra huelga nacional que fue reprimida por la criminal guardia nacional somocista y en donde son despedidos miles de trabajadores del sector salud. En enero de 1979, Silvia participa junto a otros compañeros de la Federación de Trabajadores de la Salud (FETSALUD) en una huelga de hambre en demanda al reintegro de los más de dos mil colegas suyos de los hospitales que habían sido despedidos injustamente por las políticas revanchistas del régimen somocista.
Silvia se mantuvo inclaudicable en la huelga, fueron 33 días de no
probar alimento alguno, pero entró en un deterioro irreversible para su salud.
Los médicos que apoyaban su lucha deciden sacarla del local de la
Cruz Roja, donde realizaba la huelga y enviarla a un centro asistencial en el país vecino de Costa Rica, pero los doctores de allá dan la terrible noticia de su desahucio. 2 Posteriormente es trasladada al hogar de sus padres en Jocote Dulce, comarca al sur de Managua, donde finalmente fallece el 25 de Mayo de 1979.
Poco antes de morir, Silvia dijo sus últimas palabras: "Estoy
convencida que mi sacrificio no ha sido en vano" .
Es por ello que nuestro Buen Gobierno nos exhorta a la práctica de
la humildad, de la hermandad, sencillez, el servicio a los demás y a buscar la Paz.