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FUNDACIÓN DE GUAYAQUIL

La historia de la ciudad de Santiago de Guayaquil es una de las más polémicas y


discutidas, y se remonta a los primeros años de la conquista. Ante esta situación,
consultando las ventajas que ofrecía el sistema fluvial de la región costanera, la
fertilidad de su suelo y la abundante variedad de su producción agrícola; Benalcázar
decidió levantar nuevamente la ciudad de Santiago en un lugar que sea puerto seguro
para todas las embarcaciones, que en misiones de conquista y colonización surcaban
los mares entre Panamá y el Perú.

Y fue justamente el 25 de julio de 1535, día de Santiago el Mayor, cuando se llevó a


cabo la nueva fundación de la ciudad a la que se llamó -lógicamente- con el nombre de
Santiago.

Dicha fundación se realizó cerca de la desembocadura del río Babahoyo, en el punto


llamado estero de Dimas, y se la hizo de una manera pacífica gracias a un acuerdo
celebrado entre los nativos Huancavilcas, los Chonos y los conquistadores españoles;
quienes prometieron respetar las vidas, propiedades e instituciones de los pobladores
indígenas.

Cumplido el solemne acto, Benalcázar nombró a Diego de Daza con el cargo de


Gobernador de la ciudad, y finalmente partió hacia Quito para continuar la conquista.

Al conocer de este nuevo desastre, Pizarro llamó al Cap. Francisco de Orellana y le


encomendó la misión de llevar cabo una nueva fundación de la ciudad. Orellana llegó
acompañado de un gran número de españoles, y a principios de 1537 levantó la nueva
ciudad en Lominchao, en la falda sur de la colina del Cerrillo Verde, o Santa Ana o
Cerro de la Culata, por lo que se le agregó, a su nombre de Ciudad de Santiago, la
adición explicativa “de la Culata”.

En esta última y definitiva fundación. Ese mismo día Orellana fue nombrado
Gobernador de la ciudad, cargo que ocupó hasta 1541 en que llamado por Pizarro
partió hacia Quito para ir en busca del País de la Canela; expedición que culminó con el
Descubrimiento del Río Amazonas.

Establecida definitivamente la ciudad, en poco tiempo se convirtió en un floreciente y próspero


emporio de riqueza, por lo que durante la colonia, debido a su importante desarrollo económico,
sufrió innumerables ataques e invasiones por parte de piratas y aventureros de los mares que la
quemaron y saquearon más de cinco veces.
Guayaquil se fundó en 1534 pero se asentó en forma definitiva en 1547
De acuerdo con el denominado 'proceso fundacional de Guayaquil' que sostiene el
Ayuntamiento porteño junto con los estudios del Archivo Histórico del Guayas, hoy
rememoramos el acto oficial de la fundación de Guayaquil que ocurrió el sábado
15 de agosto de 1534, en las planicies de Liribamba o Riobamba precisamente el
día en el que el santoral católico celebra la Asunción de la Virgen María.
Ostentando inicialmente el nombre de Santiago (de Quito) -por la región en la que
nace- la ciudad soportó traslados, mudanzas y reasentamientos para cumplir con
los propósitos e intereses de la empresa conquistadora que la llevó al Litoral. Así,
estuvo en la región de indios llamada Chilintomo, sitio La Cruz, boca del río
Babahoyo (actual provincia de Los Ríos). La zona era regida por el cacique
Guayaquile.
También estuvo en Chaday a orillas del río Yaguachi en su desembocadura en el
Río Grande o Babahoyo. De igual manera, en la región de La Culata hasta cuando
después de sortear otros problemas de emplazamientos llegó a su asentamiento
definitivo en las laderas del cerro Santa Ana, Cerrito Verde o Lominchao en 1547.
Salvo ligeras discrepancias en cuanto a personajes y fechas vinculados con los
actos de traslados o mudanzas, la mayor parte de los historiadores acepta que
nuestra ciudad fue fundada el 15 de agosto de 1534 por el mariscal Diego de
Almagro; asimismo, que su asentamiento definitivo sucedió en 1547 tras un largo y
duro peregrinar por diversas zonas de la región litoralense.
La costumbre de celebrar el 25 de julio como la de la fundación, festejo que no
compartían los estudiosos que solo hacían prevalecer la del santo patrono
Santiago el Mayor, en los últimos tiempos está avalada por varios documentos que
confirman que esa fecha juliana de 1547 Guayaquil definitivamente quedó
asentada en las laderas del Santa Ana y desde allí marcó su desarrollo.
No hay que olvidar que durante su peregrinación de la Sierra a la Costa, entre
1534 y 1547, Guayaquil asumió varios topónimos adjetivados como Santiago de
Quito, Santiago de la Culata, Santiago de la Nueva Castilla, Santiago de
Guayaquil o del Río de Guayaquil, Santiago del Río Daule, Santiago de Amay o
del Río Amay hasta su ya histórico y definitivo Santiago de Guayaquil.
Igualmente es oportuno insistir que la metrópoli heredó su nombre del cacique,
población y río Guayaquile, constante en numerosos documentos coloniales. Esto
hace concluir que lo del cacique Guayas y la princesa Quil (Kil) no es otra cosa
que una hermosa leyenda, que es necesario y urgente ubicar en su debido
contexto para terminar de una vez por todas con falsas interpretaciones.
Santiago de Guayaquil recuerda hoy su fundación.
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