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TIPOS DE DEPRESIÓN

El trastorno depresivo grave

También llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas


que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de
las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a
la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión
grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona, pero
mayormente, recurre durante toda su vida.

Trastorno Depresivo Mayor

Es el más característico y el que concentra la mayoría de síntomas. Cuando el


paciente se muestra extremadamente apático y con inhibición psicomotriz, se habla
también de melancolía; en los casos más graves conduce al estupor depresivo. En
el que el paciente se encuentra inmóvil e incluso puede rechazar comer o beber.

Existe un subtipo en el que aparecen trastornos delirantes, es decir creencias


firmemente sostenidas, pero sin fundamentos adecuados. Los delirios suelen ser
de culpa o ruina.

Distimia

Se distingue por su cronicidad, la inestabilidad del humor, la fuerte ansiedad y la


fluctuación del estado de ánimo. La baja autoestima y la desesperanza son también
características de la distimia.

El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de


larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a
una persona, pero sí impedirle desarrollar una vida normal o sentirse bien. Las
personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión
grave a lo largo de sus vidas.

Trastorno ansioso-depresivo.
Es una mezcla de ansiedad y depresión, en general moderada. Es más bien
diagnosticado por separado como un trastorno depresivo con rasgos de ansiedad o
viceversa. El trastorno mixto ansioso depresivo se refiere a aquellos casos en donde
las personas no pueden ser diagnosticadas con ansiedad o depresión ya que no
cumplen con todos los síntomas, sin embargo, muestran tener algunos síntomas de
ambas patologías de manera simultánea.

Las personas con este tipo de depresión o mejor dicho trastorno mixto presentan
los siguientes síntomas:

 Encontrarse bastante irritable y molesto la mayor parte del día


 Tener una preocupación constante e intensa aún sin tener motivos reales para
estar preocupado
 Dificultad para concentrarse en cualquier tipo de actividad y para aprender alguna
habilidad nueva
 Tener problemas de sueño
 Experimentar cansancio y fatiga
 Tener pensamientos obsesivos negativos casi todo el día
 Encontrarse sumamente sensible y con ganas de llorar
 Sentimientos de inutilidad y baja autoestima
 Preocupación excesiva por lo que va a ocurrir en el futuro y sentir la necesidad de
protegerse
Depresión Atípica.

Se caracteriza por gran reactividad del estado de ánimo a situación diversas, con
marcada ansiedad y síntomas depresivos” invertidos”: empeoramiento por las
tardes e hipersomnia.

El ánimo depresivo puede mejorar en respuesta a sucesos positivos. Otros síntomas


clave comprenden mayor apetito, sentir pesadez en brazos o piernas y sentirse
rechazado.
A pesar de su nombre, la depresión atípica no es poco frecuente ni inusual. Puede
afectar el modo en que te sientes, piensas y comportas, y puede provocar
problemas emocionales y físicos. Es posible que tengas dificultades para realizar
las actividades cotidianas y que, a veces, sientas que no vale la pena vivir.

El tratamiento para la depresión atípica comprende medicamentos, terapia del habla


(psicoterapia) y cambios en el estilo de vida.

Trastorno afectivo estacional.

Aparece de forma regular y repetida, coincidiendo con cambios estacionales, en


general, en otoño e invierno, y asociado a los cambios
lumínicos. Somnolencia excesiva, apetencia por los hidratos de carbono junto con
los síntomas típicos de la depresión, destacando la fatiga.

Se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del
invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente
desaparece durante la primavera y el verano. El trastorno afectivo estacional puede
tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el 50% de las
personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la terapia de
luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden reducir los síntomas
del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma independiente o combinados con
la terapia de luz.

Trastorno Bipolar.

También llamado enfermedad maniaco- depresiva, no es tan común como la


depresión grave o la distimia. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos
en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo muy elevado (por ejemplo,
manía) a estados de ánimo muy bajo (por ejemplo, depresión).
Implica la existencia de episodios depresivos graves alternados por otros de
exaltación de las funciones mentales (“manía”), consistente en aceleración del
pensamiento, hiperactividad, gastos descontrolados, insomnio e irritabilidad.

Ciclotimia

Manifestaciones leves e imprevisibles con cambios frecuentes de estado de


ánimo (de la euforia a la tristeza) en varios días, sin motivo aparente; son sujetos
muy inestables. Es difícil diferenciarla de los cambios normales.

La ciclotimia causa altibajos emocionales, pero no son tan extremos como en el


trastorno bipolar I o II.

Con la ciclotimia, tienes períodos en los que el estado de ánimo tiene altibajos
notorios desde tu punto de referencia. Puedes sentirte en la cima del mundo por un
tiempo, y luego tener un período en el que te sientes algo deprimido. Entre estos
altibajos ciclotímicos, puedes sentirte bien y estable.

Si bien los altibajos de la ciclotimia son menos extremos que los del trastorno
bipolar, es fundamental buscar ayuda para controlar estos síntomas porque pueden
interferir en tu capacidad para funcionar y pueden aumentar el riesgo de trastorno
bipolar I o II.

Las opciones de tratamiento para la ciclotimia comprenden la terapia de


conversación (psicoterapia), los medicamentos y el seguimiento de cerca y continuo
con el médico.

Trastorno adaptativo.

Los síntomas depresivos son leves, están presentes durante un período breve de
tiempo y se deben a algún problema (factor estresante agudo) que ha sufrido el
paciente.
Es la respuesta fisiológica a situaciones de estrés que implican la aparición de
síntomas emocionales o conductuales significativos clínicamente. Los síntomas
consisten en un malestar mayor a la esperable dada la situación estresante, con o
sin deterioro significativo de la actividad social o laboral, y aparecen durante los tres
meses siguientes al inicio del acontecimiento estresor.

Este trastorno debe resolverse dentro de los seis meses que siguen a la
desaparición del estresor, pero los síntomas pueden persistir durante un periodo
prolongado de tiempo si aparecen como respuesta a un estrés crónico (una
enfermedad crónica) o a otra situación estresante con repercusiones importantes.

Algunas formas de trastorno depresivo muestran características levemente


diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo
circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo
en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión.

Depresión psicótica

Ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está acompañada por alguna
forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad, alucinaciones, y delirios.

La depresión psicótica puede confundirse fácilmente con la esquizofrenia puesto


que, a veces, la depresión puede manifestarse con síntomas psicóticos, tales como
alucinaciones o delirios.

A menudo, el proceso del diagnóstico puede resultar complicado. Sin


embargo, junto a estos síntomas psicóticos hay un factor recurrente que ya nos
revela la presencia de algún tipo de depresión: la baja autoestima.

Estamos ante una condición grave y peligrosa.


Asimismo, cabe señalar que la depresión psicótica es un subtipo de depresión
mayor. Entra dentro de ese cuadro clínico con la característica propia de que
aparecen alucinaciones y comportamientos psicóticos.
Depresión posparto

Se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de


depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al
15 por ciento de las mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz. “

Depresión en el anciano

Es uno de los máximos exponentes de la enfermedad psiquiátrica entendida bajo


un paradigma teórico bio-psico-social, requiriendo un abordaje terapéutico en los
tres ejes de actuación.

En una relación con la presentación clínica de la depresión en el anciano, la


alteración del estado de animo puede ser poco significativo, y puede presentarse
enmascarada con otros síntomas principales, tales como la perdida de apetito, fallos
médicos, insomnio, perdida de interés por el entorno presencia en primer plano de
quejas somáticas, pensamientos hipocondriacos, ansiedad o irritabilidad. Cuando
predominan los síntomas de tipo deficitario se habla de pseudodemencia depresiva.

Depresión en la infancia y adolescencia

En este grupo de la población también puede resultar difícil el diagnostico, ya que


la queja fundamental en muchas ocasiones no es la tristeza o un estado de animo
bajo. En la primera infancia pueden aparecer síntomas como quejas somáticas
vagas o difusas, problemas con loa alimentación, enuresis, etc.

En la adolescencia, la sintomatología puede manifestarse como un comportamiento


irritable-desafiante, con diversos trastornos de conducta asociados, entre los que se
incluyen el consumo de sustancias psicoactivas, conductas parasuicidas,
problemas escoloare4s.

Reacción de duelo

Queda contemplada en los problemas adicionales que pueden requerir un


tratamiento, si bien no cumple criterios para el diagnostico de alguna de las
condiciones previas. Se trata de la común reacción a la muerte de una persona
próxima.

Pueden darse síntomas propios de una depresión mayor, si bien la duración es


variable y generalmente con condiciones socio-culturales propias de cada sujeto.
En cualquier caso, si los síntomas se mantienen mas de dos meses tras la pérdida,
se puede pasar a diagnosticar como una depresión mayor.

¿Qué enfermedades coexisten con la depresión?

En este apartado hay que incluir los síndromes depresivos que pueden formar parte
del conjunto de síntomas de otras enfermedades psiquiátricas (por ejemplo, el
trastorno bipolar) y no psiquiátricas (por ejemplo, anemias, esclerosis múltiple,
hipotiroidismo).
La depresión a menudo coexiste con otras enfermedades. Tales enfermedades
pueden presentarse antes de la depresión, causarla, y/o ser el resultado de esta.
Es probable que la mecánica detrás de este cruce entre la depresión y otras
enfermedades difiera según las personas y las situaciones. No obstante, estas otras
enfermedades concurrentes deben ser diagnosticadas y tratadas. Los trastornos de
ansiedad, tales como el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-
compulsivo, el trastorno de pánico, la fobia social, y el trastorno de ansiedad
generalizada, acompañan frecuentemente a la depresión. El abuso o la
dependencia del alcohol o de otras sustancias también pueden ser coexistentes con
la depresión. La depresión a menudo coexiste con otras condiciones médicas como
enfermedad cardiaca, derrame cerebral, cáncer, VIH/SIDA, diabetes, y la
enfermedad de Parkinson. Estudios han demostrado que las personas que padecen
depresión además de otras enfermedades médicas graves, tienden a presentar
síntomas más graves, tanto de la depresión como de las enfermedades médicas.

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