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JJ D I V E R S I D A D N A C I O N A L D E T U C U M A N

D E P A R T A M E N T O D E I N V E S T I G A C I O N E S REGIONALES

INSTITUTO DE HISTORIA, LINGÜISTICA Y FOLKLORE INSTITUTO D E HISTORIA, LINGÜISTICA Y FOLKLORE


XI

ÍUBIACAClüh' ES ESPECIA LES

SECCION HISTORIA MANUEL LIZONDO BORDA


(DE L A A C A D f M l A NACIOMAL D E L A HISTORIA)
I. —• 1. Documentos tucumanos: Actas de la Sala de Le presentantes, vol I, DIRECTOR D E L INSTITUTO

1823 1835, Tucumán, 1938. — V o l II. 18360852. T u c u . c á n . 1939.

IV. — 2. DC'yumcntos argentinos: Gobierno de Alejandro íícreáia. . . 1332-1838.


Tucumán, 1939.

V . — 3. Documentos tucumanos: Actas del Cabildo. V o l . I. 1810-1S16. T u -


cumán, 1939. — V o l . II, 1817-1824. T u c u m á n . 1940.

V I . — 4. Historia del Tucumán (siglos XVII y XVI11), por M . Lizcndo Borda.


DESCUBRIMIENTO
Tucumán, 1941.

V I I I . — ó. Historia del Tucumán


cumán, 1942.
(siglo XVI), por M . Lizondo Borda. T u -
-
DEL T U C U M A N
E L PASAJE D E AL.MAGEO - LA ENTRADA DE ROJAS
I X . — 6. Estudios sobre Historia Eclesiástica de Jujuy, por el Canónigo M i - E L ITINERARIO DE MATIENZO
guel Angol Verga ra. Tueamán, 1942.

X I . — 7. Descubrimiento del Tucumán, por M . Lizondo Borda. Tucuuián, 1943.

SECCION LINGÜISTICA
II. — 1. Tucumán indígena (Diaguitas, Lules y Tonocotés: pueblos y len-
guas— siglo XVI), por M . Lizondo Borda. Tucumán, 1938.
PUBLICACION HECHA EN CONMEMORACION D E L
•CUARTO C E N T E N A R I O D E L A E N T R A D A D E
SECCION FOLKLORE
D I E G O D E ROJA.S E N E L T U C U M A N (1543-1943)
III. — 1. Cantares tradicionales del Tucumán, por Juan Alfonso Carrizo. T u -
cumán, 1939.

V I I . — 2. Bosquejo de una Introducción al Folklore, por Augusto Raúl Cortázar.


Tucumán, 1942.

X . — 3. El Folklore de Santiago del Estero, por Ore^tes D i Lullo, T u c i m á n .


1943.

T U C U M A N
A R G E N T I N A
1943
78 M. L IZO N DO V. O lí D A D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C ü MAX 19

5. Óe Tambo del Llano a Rincón de las Salinas. — Saliendo que los Tambos de Buena Yerba debieron estar un poco abajo del
del Tambo del Llano, después de andar 4 «leguas buenas» Abra del Toro, donde el arroyo Punta Ciénega entra en la Que-
llegaba al Rincón de las Salinas, lugar «despoblado». Lo que brada del Toro; lugar que tiene lo que dice Matienzo: ciénegas o
quiere decir, por la distancia, que este paraje debió estar en el vertientes y además buena yerba.
actual de Rinconadillas, como opina Boman, si el camino venía
por la orilla occidental de la Laguna de Guayatayoc. (Porque si 8. De Tambos de Buena Yerba al Pie del Puerto. — De los
venía por la orilla oriental —lo que es menos probable— ese pa- Tambos de Buena Yerba el camino seguía hasta dar, andadas 5
raje tendría que haber estado entre Salitral de Purara y Pozo leguas, en otro tambo del Inga, «al pie del puerto que se pasa
Cavado de hoy día.) para entrar en el Valle de Calchaquí». Ante este dato es extraño
que Jaimes Freyre, siguiendo un ramal del camino del Inga, haga
6. De Rincón de las Salinas a Tambo de Morer.o. —Desde continuar el del Itinerario desde los Tambos de Buena Yerba por
el Rincón de las Salinas hasta el Tambo de Moreno había 8 le- la Quebrada del Toro, pues así nos aleja del puerto de entrada
guas de «muy buen camino», por «un llano de salinas» que esta- «en el Valle de Calchaquí» que, por la misma cita de Lozano —que
ba despoblado. Y 8 leguas de las referidas hay más o menos él hace—, tuvo que estar en el extremo norte del Valle, por eP
hoy desde Rinconadillas, cruzando las Salinas Grandes, hasta el Nevado del Acay. Dice este cronista, en efecto, que el embaidor
Oratorio de Moreno; por lo que, de acuerdo con Boman, en este Bohórquez una vez «determinó despachar —a Simón de los San-
lugar nosotros también ubicamos el Tambo de Moreno. tos— por el despoblado de Acay, Tambo del Toro y Casabindo,
a la real Audiencia de los Charcas». Lo cual prueba que el ca-
( 1 )

mino de los Valles, o sea el del Itinerario de Matienzo, venía por


7. De Tambo de Moreno a Tambos de Buena Yerba. — Se-
el despoblado de Acay. Cuanto al Tambo del Toro, en que hace
gún el Itinerario, del Tambo de Moreno el camino seguía a «los
pie Jaimes Freyre para hacer continuar el camino por la Quebra-
Tambos de Buena Yerba que por otro nombre llaman la Ciénega
da del Toro, sólo puede servir para corregir a Boman, pero no a
Grande»; lugar despoblado, distante 6 leguas de Moreno. Boman,
nosotros. Porque dicho tambo puede ser muy bien uno de los lla-
no sabemos porqué, ubica dichos Tambos en Cangrejillos, junto
mados Tambos de Buena Yerba o Ciénega Grande por Matienzo;
a Receptoría, hacia el oeste de Moreno, en camino a San Antonio
desde que, para .nosotros, ellos estaban en el Abra del Toro, al
de los Cobres. Disentimos de esta ubicación. Porque no es in-
comienzo de la Quebrada del Toro. De lo expuesto resulta, a nues-
dispensable que el camino doblase de Moreno al oeste y que fuese
tro juicio, que del paraje en que hemos fijado los Tambos de
por San Antonio de los Cobres; luego la distancia de Moreno a
Buena Yerba, el camino se desviaba al poniente, inclinándose al
Receptoría es mucho menor de 6 leguas; y además, por allí no hay
sur, hasta dar en ese tambo incaico que estaba al pie del puerto,,
sitios de buena yerba ni de ciénegas. Estamos más bien de acuer-
que daba paso al Valle de Calchaquí, tambo que, por la distancia,,
do con Jaimes Freyre, en cuanto hace seguir el camino de Mo-
debió estar en Incahuasi actual o entre este lugar y Casa Blanca,.
reno hacia el sur hasta la Quebrada del Toro, aunque no más allá.
Hay que contar, pues, las 6 leguas del trayecto en estt dirección.
Y contadas, por el camino que aún hoy viene de Moreno, resulta (1) Lozano, op., t. V.. p. 159.
1» M. L I Z O N D O BORDA D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C U M A N 19

cir este testigo como habían comprado el dicho navio que la pre- distinto que se iba a cumplir poco después: el descubrimiento
gunta dice los capitanes Diego de Rojas e Felipe Gutiérrez e sabe de nuestro Tucumán.
este testigo quel dicho Lucas Martínez envió un navio suyo car-
III
gado a Chile con Diego García de Villalón, para socorrer al dicho-
Gobernador Pedro de Valdivia.. .> — Y por fin Antonio de Ulloa 1. Del norte ju-jeño al sur de Tucumán. — Sobre el camino
declara «que estando este testigo en las provincias de Chile, llega
seguido por Rojas, desde que entró en la Puna de Jujuy hasta
a las dichas provincias un navio que era de Lucas Martínez, car-
que salió al llano de nuestro Tucumán, creemos firmemente, co-
gado de muchas cosas para la tierra.. . ; e que oyó decir quel
mo ya hemos dicho, que no pudo ser otro que el descripto 22 años
dicho Diego de Rojas e Felipe Gutiérrez deshacían la gente que
después por el oidor Matienzo en su conocido Itinerario. Y así
iba a Chile...». (Op. cit., t. II, 184-193.)
en el estudio que hemos consagrado a éste, puede seguirse, jor-
Pues bien, esta noticia que así aparece constatada por va- nada por jornada, el derrotero que en toda esa parte debieron
rios testimonios, confirma o aclara más de un punto oscuro y traer Rojas y sus compañeros. Sólo en un punto tal vez se po-
presenta otros nuevos, relativos a la Entrada de Rojas. Porque si dría señalar diferencia entre aquel camino y este derrotero. Y
dicha noticia es en todo exacta, nos plantea desde luego estas pre- es en el paraje del Valle de Calchaquí donde Rojas se desvió del
guntas: ¿porqué Diego de Rojas y Felipe Gutiérrez «deshacían la camino —incaico— de Chile para enderezar a los cerros del na-
gente que iba a Chile» en ayuda de Valdivia y querían privar a ciente y dirigirse hacia el Valle de Tafí. Porque, a nuestro jui-
éste de todo socorro? ¿Es que ellos deseaban que Valdivia aban- cio, según se verá, el camino del Itinerario de Matienzo se apar-
donase Chile, porque pensaban suplantarlo enteramente en la con- taba del de Chile per los alrededores de el Bañado actual, mien-
quista de dicha región? Todo esto es posible. Pero lo más pro- tras que Rojas pudo haberse desviado antes, al llegar a Tolom-
bable, a nuestro juicio, es que Rojas y Gutiérrez comprasen el
bón. Esto parece sugerir un pasaje de Cieza de León, ya citado
navio que dice la información referida, sencillamente porque lo
en nuestro trabajo sobre Almagro, cuando dice que un enviado
necesitaban para transportar por el mar caballos, esclavos, armas
de Rojas encontró a Felipe Gutiérrez en el pueblo de Irequire o
y otras cosas que les eran indispensables para su exploración y
Quirequire, y que en ese paraje «estaba el real camino que iba
conquista en el sur de Chile, por la región del río Arauco. Y re-
a Chile»; como dando a entender que allí Gutiérrez esperaba,
fuerza esta suposición el poder que publicara Levillier, otorgado
porque le dijeron que por allí se apartaba el camino a Tucumán
por Rojas en 1542 a su yerno Francisco de Cárdenas, donde le
que siguió Rojas. Lo que confirmarían soldados de la Entrada,
encomienda la compra de esas cosas, autorizándole a me.erlas en
al hablar de «la provincia de Quiri-Quiri», donde ellos, cuando
navios fletados o comprados para llevárselas «al puerto de la pro-
vinieron con Heredia, se quedaron «para tomar alguna guía» que
vincia de Chile o al puerto de Arauco». Mas, como ya se verá,,
( , )

les indicase el camino seguido por Rojas y Gutiérrez. Y como


mientras Rojas y Gutiérrez proyectaban una u otra cosa, a rea-
un asiento de Quirequire hacia fines del siglo XVI habría esta-
lizar en Chile, el destino, o sea la Providencia disponía algo muy
do en el lugar llamado también Los Tolombones (según consig-
namos en el trabajo de mención), de ahí nuestra suposición de que
(1) Levillier, op., I, p. 91.
D E S C U B R I M I E N T O D E L TUCÜM AN
M. LIZONDO lUUtltk

Rojas pudo haberse desviado en este lugar. Sin embargo, esto ligasta, para entrar después en los llanos de Santiago por la
pudo ocurrir realmente por el Bañado o acaso por Colalao del orilla izquierda del Dulce, sin tocar en éste, hasta llegar a So-
Valle, a cuya altura terminaba, al parecer, el Valle llamado pro- concho. Y nos fundamos, en que si hubiese ido por la margen
piamente de Calchaquí (que empezaba en el pueblo de Chicoa- derecha de ese río, pasando por donde hoy está la ciudad de San-
na), pues en la parte sur de dicho Valle estaba la provincia de tiago, hubiese descubierto los numerosos pueblos de diaguitas
Quirequire. Pero el que Rojas se desviase en los Tolombones, o que por allí sus compañeros descubrieron después. Y nada de
en Colalao del Valle, para enfilar hacia Amaicha, no contradice esto dicen los cronistas. (Aunque también se puede suponer que
mayormente nuestra afirmación de que transitó por el camino siguieron por esta otra orilla; pero que viendo abandonados los
del Itinerario de Matienzo. (La razón de no llegar al Bañado, pueblos, pasaron de largo...)
pudo ser para esquivar a los bravos indios Quilmes.)
4. Entre los diaguitas del Dulce. — Sobre la provincia de
2. En los llanos tucumanos del &ur. — A l salir a los llanos los yugitas o diaguitas, a donde fueron los expedicionarios des-
de Tucumán, por la Quebrada del Portugués sin duda, Rojas ya pués de la muerte de Rojas y donde se estuvieron más de un año,
no anduvo por caminos conocidos, porque no los había: y así según declaración de algunos de ellos, confirmaremos lo dicho
debió abrirse paso por sendas de los inÜios. Pero sabemos en en el relato de la Entrada con otras consideraciones. Porque es
qué dirección fué, puesto que llegó al pueblo de Tucuma y lue- éste un punto de importancia, ya que para nosotros, ahora, esa
go al de Capaya cuya ubicación hemos estudiado en nuestro provincia no estuvo por Catamarca, como se ha creído, sino so-
«Tucumán indígena», fijándolos sobre los ríos Gastona y Me- bre el río Dulce, por su margen derecha, casi en el centro de San-
dina respectivamente. Fuera de eso, sabemos también que Rojas tiago. Así, a las razones que sobre esta afirmación hemos dado,
y sus soldados anduvieron incursionando por las comarcas ve- agregaremos las siguientes: Diremos, en primer lugar, que como
cinas; pero nada más. Fernández, el Palentino, describió a los pueblos de esa pro-
vincia de diaguitas, sin nombrar a éstos, de igual modo los des-
3. De Tucumán a Soconcho. — De los llanos de Tucumán cribió Cieza de León, al hablar de la entrada de Rojas en Tucu-
Rojas se dirigió a la provincia de Soconcho, que estuvo sin duda
mán, cuando pinta a sus naturales, en sus personas y vestidos,
en la comarca donde hoy está Soconcho, cerca de Atanisqui, en
como los pinta Fernández, y cuando luego agrega: «estas costum-
Santiago del Estero. Y dicha provincia, de acuerdo a los datos
bres e manera de indios, se entienden los que están pasada la pro-
de investigadores y cronistas, no puede ser otra que la que Cieza
vincia de Tucumán...». Luego, como otra prueba casi conclu-
de León llama Concho (sólo una vez), por error o por lo que sea.
yente de que los diaguitas de esa provincia eran los de la orilla
Nada tiene que ver, pues, esa provincia con el lugar de Conso o
del Dulce, citaremos una información del Cabildo de Santiago,
Consho que hubo o hay cerca de Guasayán, contra lo que han
hecha a fines del siglo XVI, donde se dice que en 1550, al entrar
supuesto ciertos estudiosos santiagueños. Ahora, cuanto al derro-
Núñez de Prado, estos indios «en general andaban desnudos con
tero de Rojas desde Tucumán a Soconcho, nosotros decimos en
unos plumeros de avestruz y las indias también desnudas y con
nuestro trabajo que debió pasar el río Grande o Salí por Chiqui-
86 M. I.IZON DO H O R D A • 7
D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C U M A N

Nevada por el mejor camino que había»; pues, según los prácticos dicha provincia, donde él se detuvo; y de este centro, en su parte
de todos esos pasos, no hay ninguno mejor que ese de San Fran- más sur, por el actual poblado de Molinos. Suponíamos esto, por-
cisco, para llegar a Copiapó o a la parte norteña de Chile. que no conocíamos referencias antiguas al respecto, y porque
sabíamos por el P. Julián Toscano, buen conocedor de esa región,
8. De Chicoana adelante. — Establecido este otro punto del que de Molinos parte un viejo camino, todavía transitado, el cual
trayecto, queda, como último problema, la determinación de la ruta subiendo por la quebrada de Amaicha y pasando después por Ta-
más cierta o más probable, seguida por Almagro y su ejército, cuil, o bien por Hualfín —otro ramal del mismo—, conduce a An-
entre Chicoana y el paso de San Francisco, dentro de las actua- tofagasta de la Sierra (en la actual Gobernación de los Andes) y
les provincias de Salta y Catamarca y tal vez de la Gobernación de allí al paso andino de San Francisco, para bajar a Copiapó de
de los Andes. Y eso es lo que ahora vamos a resolver, o a tratar Chile. Y por ese camino pensamos que había transitado Almagro,
de resolver; pues no sabemos que haya sido resuelto de un modo como al principio también creyó Toscano. Pero ahora conocemos
definitivo todavía. dos referencias antiguas que nos llevan a pensar otra cosa.
Siete años después del pasaje de Almagro, en 1543, vino
Diego de Rojas con su expedición, y sin duda por el mismo cami- 9. Paso por Quiriquiri. — Una de esas referencias es del ve-
no que ya hemos fijado, llegó también a la provincia o valle de raz e informado cronista de la Entrada de Diego de Rojas, Pedro
Chicoana, en el cual se detuvo. Y fué allí donde, según Diego Cieza de León. Y es cuando dice que Rojas, estando en Tucumán,
Fernández y Pedro Cieza de León, cronistas primitivos dignos del envió a Pablo Montemayor a que llamase a Felipe Gutiérrez, jefe
mayor crédito, Don Diego de Rojas cambió el rumbo de su expe- de la segunda partida que venía detrás; y cuando cuenta que aquél
dición. Diego Fernández dice en efecto, que por allí, estando Rojas «le encontró en un pueblo que ha por nombre Irequire, que es en
en Chicoana, «era el camino que habían de tomar para Chile por el cabo de la provincia e valle de Chiquana»... ; y cuando agrega
el río Daule a dar en la ciudad de Santiago»; pero noticias de que «en aquel paraje estaba el real camino que iba a C h i l e » . . .
gallinas que habría pasadas las montañas, «fueron causa de tor- Esta noticia es de gran importancia, y es raro que no haya lla-
cer el camino» para salir al Tucumán. Por su parte Cieza de León mado la atención de los historiadores. Porque nos informa pri-
nos cuenta que llegado Rojas al valle de Chicoana, «supo como mero, que en ese pueblo y paraje de Irequire terminaba por el
adelante había gran poblado e muchas gallinas de Castilla»; pol- sur la comarca que entonces llamábase provincia o valle de Chi-
lo cual sus compañeros le rogaron «que dejase el camino oriental coana; y segundo, parque nos afirma que de allí arrancaba, o
[era el occidental] que llevaba hacia el río de Arauco [en Chile] continuaba, «el real camino que iba a Chile». De manera que si
e que entrase en aquella parte que los indios decían»; lo que él pudiéramos determinar precisamente el punto donde estuvo Ire-
hizo, descubriendo así el Tucumán. quire, ya sabríamos bastante. Y felizmente creemos que está de-
terminado con la otra referencia a que aludíamos.
Pero ¿en qué punto del valle o provincia de Chicoana se des-
Ésta se encuentra en una carta del Gobernador de Tucumán,
viaba o seguía adelante el camino para Chile que siguiera Alma-
Juan Ramírez de Velasco, dirigida al Rey desde el Valle de Cal-
gro? Nosotros creíamos hasta ahora que en el centro indicado de
chaqui en 1588, y acompañada con un «testimonio de la paz» dada
D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C U M A N 39
38 M. LIZONDO LORD A

10. De Quiriquiri a Hualfín. — Por este camino, en conse-


a Calchaquí. En la carta dice el Gobernador que estaba en el
cuencia, vino con seguridad la expedición de Diego de Almagro,
«asiento de Quiriquiri», y estando allí llegó «Calchaquí con hasta
después de salir de Chicoana. Pasó entonces, como es fácil dedu-
80 indios» a ofrecerle amistad y pedirle socorro contra indios ene-
cir, por los lugares donde están hoy los pueblos de Colalao del
migos. Y el testimonio aclara y completa esa noticia, cuando dice
Valle (en Tucumán) y Santa María (en Catamarca), para do-
que «estando su Señoría aloxado en un asiento que lltman ellos
blar luego la Punta de Balasto e internarse en el desierto del Cam-
[los indios] Tolombones entraron de noche ciertos mensajeros di-
po del Arenal y de los Pozuelos. Pasado éste debió llegar la expe-
ciendo eran del cacique de Calchaquí y venían de paz»; y que al dición a Hualfín actual de Catamarca, siguiendo en esa parte el
volver al otro día, resultó ser el cacique, hijo de Calchaquí, pues curso del río de Hualfín o Nacimientos.
ya éste había muerto... Y ¿qué resulta de estos pasajes de la
( 1 )
Hasta allí el itinerario es indudable, pues no sólo es una par-
carta y del testimonio? Algo muy importante también: que el
te del camino posterior que iba a Londres sino que está confir-
asiento de Quiriquiri y el de Tolombones eran la misma cosa; o
mado por datos de cronistas. Uno de ellos, Córdoba y Figueroa,
sea que unos indios llamaban Tolombones al paraje que otros y nos dice: «Proseguían las tropas su destino [después de la salida
los españoles llamaban Quiriquiri o Quirequire. Y el Irequire de de Chicoana] por país menos poblado, por lo cual comenzaron a
Cieza de León, no es otra cosa que mala grafía de Quirequire, co- escasear los bastimentos, hasta que (se) llegó a un terreno árido
mo es fácil comprobarlo con declaraciones de soldados de la En- y salitroso [sin duda el del desierto referido] : padecióse en su
trada de Rojas, cuando hablan de «la provincia de Quiri-Quiri», tránsito bastante penalidad, porque la Providencia no pudo ser
en que se quedaron «para tomar alguna guía» que les indicase el bastante a tan crecido número de tropas y vivanderos como los
camino de Tucumán, donde ya estaban las partidas que fueron que venían. Por fin —agrega —se salió a una encañada fértil y
adelante. amena». . . Por su parte, Fernández de Oviedo nos cuenta que de
Chicoana «partió este ejército con toda orden por aquellos yer-
Con estas noticias fidedignas, ya podemos afirmar, sin temor
mos, llevando el ganado [de llamas] que les quedó cargado de
a equivocarnos, que en el pueblo de Quirequire o sea en el paraje
maíz, aunque estaba flaco y cansado. Asímesmo —sigue refirien-
de los Tolombones, a la altura de Tolombón actual, en bs Valles
do— hallaron avestruces en este camino y tierra ya dicha. Si-
Calchaquíes de Salta, se apartaba al sureste, cruzando el río de
guióse continuando este trabajoso viaje, que un día entero fué el
Santa María, el camino que trajo a Rojas para Tucumán y los ejército por un río sin salir del agua en el cual murió la mayor
llanos; y que de allí seguía hacia el sur por los Valles «el real ca- parte del ganado qje llevaban e los indios de servicio se ausenta-
mino que iba a Chile». <> 2
ron e fueron. Allí dejaron el maíz por no tener en que llevarlo y
en el río se sumió mucha parte de e l l o » . . . Cuenta también que «en
(1) Ramírez de Velasco, op. este camino hallaron dos pueblos desta gente de guerra y en una
(2) ¿Porqué dijo Cieza de L e ó n que allí estaba y no que por illí seguía fuerza estaban todos recogidos»... Pueblos éstos que debieron
( 1 )

Valle de Sal a por la Quebrada de las Conchas, salía una calzada imaica (que
entraba por la Qnebrada del Toro) para seguir hacia Chile, va empalmada con (1) Córdoba y Figueroa, op., p. 7; y F e r n á n d e z de Oviedo, op., I. X L V I I ,
el otro camino qw> veuía por los Valles Calchaquíes. c. III.
M. LIZONDO BOBDA D E S C U B R I M I E N T O D E L T V CU MA N 51

balgaduras, casi sin agua dulce para apagar la sed, y sin leña para Tucumán, habíamos de deberlo entonces a gallinas, nada menos
hacer fuego, a no ser la de tola o de yareta; bajo una tempera- que a pobres y humildes gallinas! Rojas supuso, al parecer, que
tura helada, con aire enrarecido apenas respíraWe, cargado de donde había gallinas habría cristianos que «estaban muy prós-
electricidad, y en una atmósfera reseca que curte la piel, quiebra peros», porque la tierra era «muy rica» de oro y plata, según en-
las uñas y agrieta los labos... tendió de los indios.

6. El tránsito por los Valles sáltenos. — De Moreno, siguien- 8. El cambio de rumbo. — Resuelto a la nueva aventura, sin
do siempre al sur, Rojas pasaría por los tambos de Buena Yerba,, esperar la llegada de Gutiérrez, pero dejando alguna gente en el
en los principios de la Quebrada del Toro, límite de la actual real, Rojas con unos 40 españoles siguió por el Valle central, ha-
provincia de Salta, para ladearse un poco hacia el oeste y dar, cia abajo, siempre por el camino incaico. Recorriendo este cami-
por Incahuasi, al norte del Nevado del Acay, en lo que Matienzo no, debieron pasar por Angastaco y por los actuales lugares de
llamara «el pie del puerto que se pasa para entrar en el Valle de San Carlos, de Animará y de Cafayate, hasta dar en Tolombón,
Calchaquí». Pasó así por el despoblado y la cuesta del Acay r trayecto muy poblado por indios de guerra, diaguitas, que si no
para continuar ya por, pleno Valle siguiendo el curso del río molestaron a la partida de Rojas, atosigaron bastante a las otras
Calchaquí, hasta llegar a la provincia de Chicoana en que hizo de Gutiérrez y Heredia. Después de pasar por Tolombón, cruzan-
alto. Estaba entonces el centro de dicha provincia, con su pue- do el río de Santa María, Rojas debió dejar el centro del Va-
( , )

blo principal, en los Valles Calchaquíes, probablemente —como lle, para recostarse hacia las faldas de los cerros del este y en-
muchos suponen —entre los actuales poblados de Cachi y de trar al fin en ellos y en nuestra provincia, por Amaicha, para
Molinos. enfilar hacia el Valle de Tafí, siempre por camino incaico, o ra-
mal de él que hasta allí conducía, según el itinerario del oidor
7. La estada en Chicoana. — En Chicoana Rojas estable- Matienzo.
ció un real con ánimo de esperar la llegada de las partidas de
Gutiérrez y Heredia, antes de seguir hacia la Cordillera y a Chile. 9. La salida al llano de Tucumán. — Del Valle de Tafí, con-
Pero allí luego ocurre lo imprevisto, lo providencial, que torció el ducido por los indios vaquéanos, Rojas cruzó nuestra montaña
rumbo de la expedición. Y es que estando a la espera en su real para salir al llano, sin duda por la amplia quebrada que después
de Chicoana, indios del Valle contaron a Rojas que más adelan- transitaban los conquistadores, o sea por la del Portugués; pues
te, «pasadas las montañas había gran poblado», donde los natu- sólo ella tenía lo que dice Matienzo: que «en todas partes hay
rales «poseían muchas gallinas de Castilla». Y ante esta novedad,, buena dormida». Cuando pasaron las partidas de Rojas esta que-
después de consultar con su gente, Rojas decidió dejar el camino
brada estaría en partes muy cerrada con su maravilloso boscaje
de Chile para seguir adelante hacia el sur. De modo que —como
dice un cronista— «las gallinas fueron causa de torcer el cami-
no, creyendo Diego de Rojas hallar mejor tierra». ¡Quién iba a (1) Como va hemos dicho aut^s, tuvo que ser en Tolombón, y no m á s
arriba como se ha creído, donde Rojas torció dejando realmente el camino de
decir que el descubrimiento de nuestro Tucumán, y de todo el Chile..
EL I T I N E R A R I O DE M A T I E N Z O

(1566)

1. La relación del Itinerario. — No habrá casi un investi-


gador de nuestro pasado que no conozca o cite con frecuencia
el llamado «Itinerario del oidor Matienzo». Está, como se sabe,
en la carta que el 2 de enero de 1566 dirigió al rey de España el
licenciado Don Juan de Matienzo, oidor de la Real Audiencia de
Charcas. Y dicho Itinerario, en su parte más interesante, no
es sino la relación de las varias jornadas y distancias que había
en el camino más transitado entonces entre las ciudades de La
Plata y Santiago del Estero.

2. Su estudio sobre el terreno. — Algunos estudiosos han


tratado, en diversas oportunidades, de fijar sobre el terreno
actual, determinados trayectos de ese Itinerario. Y quien hizo
el trabajo más valioso al respecto es el sabio Eric Boman que
para identificar el camino y sus jornadas desde el extremo nor-
te de Jujuy hasta San Carlos de Salta, viajó a todo lo largo de
ese recorrido. Pero, con ser acertada su identificación en gran
parte, no lo es para nosotros en algunos puntos. Y así, tanto
para corregir éstos, como para completar la fijación ya dicha
del Itinerario, desde Jujuy hasta Santiago del Estero, hemos
trabajado —desde hace años— nosotros también. No hemos
viajado, como Boman, desde el extremo norte de Jujuy hasta
San Carlos, por la Puna y los valles que recorría el camino; pero
sí desde San Carlos hasta Santiago del Estero. Y vamos a dar
74 M. LIZONDO BORDA D E S C U B R I M I E N T O DEL T UCUM AN 75

nuestras conclusiones. Porque tiene una gran importancia, a ra para ese camino que venía sobre uno incaico, bien hecho y
nuestro juicio, esto de aclarar de una vez todo el recorrido, lleno delineado, que tenía tambos a distancias regulares de tres y cua-
de puntos oscuros, del Itinerario. Ya que, por donde solían ve- tro leguas. Y que además, según nos informa Cieza de León,
nir al principio los colonizadores siguiendo ese camino, debieron debía tener señales o mojones a cada topu incaico, equivalente
entrar seguramente los descubridores... a una legua y media de Castilla. Consideramos por lo tanto, que
Pero antes conviene decir lo que hay que tener, y hemos las distancias en leguas que da el Itinerario son en general exac-
tenido en cuenta, para la más correcta interpretación del Itine- tas, aunque sólo más o menos exactas. Porque allí las cifras son
rario sobre el mismo terreno. calculadas siempre en números redondos, no teniéndose en cuen-
ta, sin duda, las pequeñas fracciones de las leguas.
3. El camino incaico del Itinerario. — Debemos expresar,
en primer término, que el camino descripto por Matienzo, desde 5. Las leguas del Itinerario. — Pero ¿qué longitud tenían
que entra en Jujuy hasta que sale de Salta y aún más adelante, las leguas españolas del Itinerario? Este es otro problema, aún
venía por el camino militar, de la Puna jujeña y los Valles Cal- más importante que el otro; pues de dar a esas leguas una lon-
chaquí es, que los Incas mandaron hacer para sus conquistas en gitud que no es la que medían, ha resultado, sin duda, la con-
el Noroeste Argentino y para llegar hasta Chile. Y ello es evi- fusión y el fracaso de algunos estudiosos en la fijación actual
dente no sólo por citas expresas de Matienzo, sino por las que de las jornadas del Itinerario. Y a nosotros antes nos ocurrió lo
hace de tambos incaicos en todo su trayecto. mismo... Mas hoy es otra cosa. Porque teniendo en cuenta la
Fuera de esto, además de los tambos que en casi todas las sugestión dada por varios autores y estudiando sobre el terreno
paradas del camino va citando Matienzo, sabemos por él que en las distancias existentes en kilómetros entre puntos inalterables
el trayecto había otras «tamberías del Inga... todas con agua hasta ahora del Itinerario, hemos llegado a la conclusión firme
y yerba y leña y casas y paredones descubiertos, porque todas de que las leguas de Matienzo no son las nuestras actuales sino
las jornadas del Inga son de tres leguas y las que más de cua- otras más largas: las de 17 leguas y media por grado, de 6368
tro» . . . Lo que quiere decir que el camino del Itirerario, por metros de longitud cada una; leguas que, por otra parte, pare-
venir sobre el incaico, era no sólo provisto de lo necesario sino cen haber sido las usuales entonces para la medición de largas
bien trazado, medido y arreglado... Y esto es importante. distancias en América, según lo deja entender en una de sus Dé-
cadas Herrera. ( l )

4. Las distancias del Itinerario. — Porque con lo antedicho


casi se aclara un problema que podía trabar la aplicación ade- 6. Lugares del Itinerario. — Diremos ahora que los puntos
cuada del Itinerario en el terreno: el de la exactitud o inexacti- o lugares inalterables todavía del Itinerario, que pueden servir-
tud de la distancia en leguas que da Matienzo, de un punto a
(1) Es cuando nar:a que en la cuestión do jurisdicción entre Almagro 7
otro, para cada jornada. Pues si puede ser dudoso que los es- Bizarro, el piloto Hernando Galdin dijo eque contando las leguas, que por la Es-
pañoles de entonces pudiesen calcular bien distancias en trayec- fera salen a diez i siete Leguas i tercio, o diez i siete Leguas e media cada gra-
do...», en su opinión, como en la de otros pilotos, d a ciudad del Cuzco caía en
tos largos de topografía accidentada, no lo es de ninguna mane- la Governación de Don Francisco P i z a r r o . . . » (Herrera, op., Déc. VI, 1. III, c. V.)
7t¡ M. LIZONDO ÜOKD A
D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C U M A N

nos como hitos o mojones para su aplicación actual sobre el te-


2. De Calahmjo a Moreta. — De Calahoyo el camino bajaba
rreno, en la parte argentina, son éstos: en primer término, la
a Moreta, «pueblo de indios chichas y tambo del Inga», distante
ciudad de Santiago del Estero; después, Calahoyo, que está, como
7 leguas, según dice Matienzo. Existe todavía un poblado lla-
se sabe, en un extremo norte de la Puna jujeña, donde ya lo fi-
mado Moreta, a unos 58 kilómetros más o menos al sur de Ca-
jaba Fray Reginaldo de Lizárraga a fines del siglo XVI. Otro
lahoyo, con el cual Boman identifica el antiguo Moreta. Pero
de esos lugares es, para nosotros, el llamado Oratorio de Moreno,
como éste sólo distaba unos 45 kilómetros de Calahoyo, que son
que por los datos y distancias del Itinerario no puede ser otro
las 7 leguas que fija Matienzo, a nuestro juicio, el antiguo Mo-
que el tambo de Moreno de que habla Matienzo. Y otro es, en
reta debió estar más arriba del moderno, a la altura de Ciénega
fin, a nuestro juicio, Angastaco, que por las mismas razones an-
tedichas es indudablemente, sin cambio de la ubicación, el An- Grande y Rinconada, aunque más al oriente, o sea como a 12 kiló-
gostaco del Itinerario. metros del actual. Lo que no es difícil, desde que sabemos como
era frecuente en la época colonial el traslado de pueblos indí-
genas con sus nombres de unos lugares a otros.
7. Cartas geográficas. — Por último, advertiremos que pa-
ra la fijación, sobce el terreno, del Itinerario, nos hemos valido
3. De Moreta a Casabindo. — De Moreta, a 6 leguas y V2
especialmente, como guías principales, de' las cartas del noroeste
argentino confeccionadas por el Instituto Geográfico Militar. Por- de camino se hallaba Casabindo el Chico, «tambo del Inga», in-
que ellas son, sin duda, las que más fe desde luego podían mere- mediato a indios encomendados en un vecino de La Plata. Este
cernos ; y porque hemos tenido ocasión de comprobar, en las zonas lugar hace suponer otro Casabindo (el Grande), que pudo ser el
que conocemos bien, la exactitud general de sus informaciones. actual, al suroeste del otro. Porque de acuerdo a su distancia del
Dicho todo esto, podemos entrar de lleno en nuestro estudio. lugar donde hemos colocado a Moreta, Casabindo el Chico, tuvo
que estar donde lo ubica Boman, o sea en la «proximidad del río
Doncellas», sobre el camino que viene hoy de Cochinoca.
II

1 . Calahoyo. — Tomaremos el Itinerario desde Calagoyo o 4. De Casabindo a Tambo del Llano. — Bajando 5 leguas y
Calahoyo, no sólo porque desde allí comenzaba —^según Fray Re- Va desde Casabindo el Chico, se daba en el Tambo del Llano, don-
ginaldo de Lizárraga— la jurisdicción eclesiástica (y sin duda de había «jagüeyes de buena agua y mucha». E n medio de am-
política) del Tucumán en el siglo XVI, sino porque ese lugar está bos lugares quedaban «los tambos grandes de Casabindo»; o sea
todavía en un extremo norte de Jujuy, casi en la misma fron- justamente a la altara del actual Casabindo, aunque más al na-
tera argentina. Según Matienzo, Calahoyo era «tambo real del ciente; lo que confirma lo que ya supusimos de un Casabindo el
Inga», ya despoblado, pero tenía a su alrededor varios «pueblos
Grande. Ahora, conforme a su distancia de Casabindo el Chico
de indios chichas». Y el hecho de ser tambo real significaba que
y a los demás datos enunciados, el tambo del Llano viene a que-
fué uno de los tantos abrigos y paradas del camino incaico por
dar sobre el río Tusaquilla, en la punta norte de la Laguna de
donde venía el camino del Itinerario.
Guayatayoc, que es donde lo fija ya Boman.
ií. L I Z O N D O B O R D A D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C U M A N 31

al norte del Nevado de Acay. Y diremos que desde conde hemos tar por San José o entre San José y Peña Agujeriada, al norte de
ubicado los Tambos de Buena Yerba viene hoy todavía un camino Seclantás; es decir por donde salen también caminos que vienen
hacia Incahuasi (cuyo nombre quiere decir Casa del Inca). Ob- de Salta por la Quebrada de Escoipe y la Cuesta del Obispo.
servaremos, por último, que Boman fija el pie del puerto junto
al pueblo de San Antonio de los Cobres: lo que en nuestro enten- 12. De Chicoana a Guaxnil. — De Chicoana a «Guaxnil, pue-
-der es un error derivado de su error anterior. blo de indios», el Itinerario pone 4 leguas. Por lo cual nosotros lo
fijamos entre Angos;ura y Banda Grande (que está frente a Mo-
9. Del Pie del Puerto al Tambo de la Paloma. — Dice des- linos) : más o menos donde lo ubica Boman.
pués Matienzo que —pasando la noche, sin duda, en el Tambo
del Inca, al pie del puerto— «por la mañana se pasa el puerto al
13. De Guaxnil a Angastaco. — Bajando de Guaxnil, a 4 le-
Tambo de la Paloma», distante 4 leguas, no habiendo «otra cosa
guas se hallaba Angastaco o «Angostaco, pueblo de indios» igual-
que no sea muy llana». Este Tambo tuvo que estar, por tanto,
mente ; el cual por la distancia y por el nombre que persiste, estuvo
pasada la Cuesta del Acay, más o menos donde hoy está el luga-
con seguridad en el actual poblado de Angastaco. Boman lo fija
rejo de Las Juntas, sobre el río Blanco,,ya dentro del Valle Cal-
•chaquí. Boman, por su parte, coloca dicho Tambo antes, al pie allí también.
de la Cuesta del Acay, donde comienza el Valle. . .
14. De Angastaco a la ciudad de Córdoba. — Por fin, salien-
10. Del Tambo de la Paloma a Pascamao. — Del Tambo de do de Angastaco, después de andar 6 leguas, se llegaba «a la ciu-
la Paloma «a Pascamao, pueblo de indios de Calchaquí» que es- dad de Córdoba que solía ser de españoles» y que ya estaba «des-
taba alzado, había 6 leguas. Boman ubica este pueblo en Payo- poblada por el alzamiento de Calchaquí». Y esta ciudad, de acuer-
.gasta actual, al norte de Cachi. Mas, de acuerdo a la distancia do a esa distancia, tuvo que hallarse asentada, como a su vez opina
que nosotros calculamos desde Las Juntas, debió estar más arri- Boman, por donde hoy está el pueblo de San Carlos. Ubicación
ba de Payogasta, por donde figura hoy el poblado de Pueblo •que, por otra parte, le han dado la generalidad de los investigado-
Viejo, próximo a otro llamado Palermo, siempre sobre el río res, interpretando documentos de la época de su fundación.
Calchaquí.
15. De la ciudad de Córdoba a los Tolombones. — Continuan-
11. De Pascamao a Chicoana. — Bajando otras 6 leguas desde do con el Itinerario, dice Matienzo que «de Córdoba a los Tolom-
Pascamao, se llegaba al famoso Chicoana o «Chiquana, pueblo de bones, pueblo de indios», había 5 leguas; de lo que resulta que este
Calchaquí»; el cual, según se desprende del propio Itinerario, y de pueblo estaría como a cuatro kilómetros más abajo del centro
múltiples documentos antiguos, estaba entonces en el Valle de del poblado actual de Tolombón, tal vez sobre el mismo río o arro-
Calchaquí, sin duda sobre el río del mismo nombre. Boman lo yo que pasa cerca de éste. Hasta donde, aunque hubiese empezado
ubica por el actual poblado de Seclantás. Pero midier.do las 6 le- en aquel centro, bien pudo estar extendido el pueblo de los To-
guas antiguas desde Pueblo Viejo, resulta que Chicoana debió es- lombones.
82 M. L I Z O N D O BORDA D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C U M A N 83

16. De los Tolombones a los Tambos de la Ciénega. — A 4 17. De los Tambos de la Ciénega a Gualaqueni. — Por allí
leguas de este pueblo, se hallaban dos tambos de la Ciénega», don- debió continuar, por lo tanto, la línea principa', del camino de los
de, según Matienzo, se apartaba —sobre la mano derecha— «el ca- Incas hacia la Punta de Balasto, para internarse en Catamarca,
mino del Inga para la ciudad de Londres y de allí para Chile por y seguir hasta Chile. Y desde allí, dejando esa línea, sigue el Iti-
la Cordillera de Almagro»; y donde «sobre la izquierda se toma- nerario que estudiamos por el camino incaico secundario que se-
ba el camino para Cañete y Santiago del Estero..., metiéndose guía pai a el Valle de Tafí. Dice así Matienzo que, tomando a la
hacia los llanos del Río de la Plata». Pero ¿dónde estuvieron esos- izquierda, «la primera jornada de los Tambos de la Ciénega» era
tambos de la Ciénega, paraje divisorio de estas dos rutas? E n a «Gualaqueni, pueblo de indios», distante 3 leguas. Y midiendo
opinión de Juan Alfonso Carrizo, el camino del Itinerario desde esta distancia desde los alrededores de Bañado sobre el camino
los Tolombones se recostaría al naciente para cruzar el río Santa lógico que de allí podía seguir para el Valle de Tafí, que es por
María y el centro del Valle, y continuar hacia el sur por la falda Amaicha, tenemos que el pueblo de Gualaqueni debió estar un
de las Cumbres Calchaquíes hasta dar, poco antes de llegar a poco más arriba de Amaicha, por los Zazos de hoy, junto a la
Amaicha, en esos Tambos de la Ciénega o donde él considera que quebrada que da salida al río.
estuvieron. Nosotros creímos hasta hace, poco en algo parecido.
Pero ya no pensamos lo mismo. Pues ¿cómo se puede admitir ló- 18. De Gualaqueni a Tambcria del Inga. — De Gualaqueni,
gicamente que el camino del Inca (por el cual venía el del Itine- a una «Tamberia del Inga», el Itinerario pone otra jornada, pero
rario) en su línea principal, que seguía hacia Chile, iba a hacer ya de 4 leguas. Por lo cual esa Tamberia incaica tenía que estar,
desde los Tolombones esa gran curva ociosa por las faldas del na- a nuestro juicio, pasado el Infiernillo, al empezar el Pajonal, so-
bre el arroyo de la Puerta.
ciente para volver otra vez al centro del Valle y seguir hacia el
sur? ¿Porqué no podía seguir rectamente desde los Tolombones al
19. De Tamberia del Inga a la Boca de la Quebrada. — Lue-
sur, como el camino actual? AJiora, si se nos objetara que los ca-
go, el Itinerario fija 5 leguas desde la referida Tamberia del Inca
minos incaicos buscaban las faldas de las sierras y no el plan de
hasta «la Boca de la Quebrada, entrada de los Andes de Tucu-
los valles, nosotros contestaríamos que en este caso el camino ven-
mán». Lo que significa que en esta jornada se pasaba de largo el
dría, en esa parte, por junto a las faldas de los cerros del poniente, Valle de Tafí y se iba a hacer noche en un extremo sur del mis-
y no por las otras. Porque eso es lo lógico. Por eso nosotros da- mo, en la boca de una de las quebradas que cruzan la montaña
mos por seguro que el camino del Itinerario, siguiendo el incaico, para salir a nuestros llanos. Y como esta quebrada no puede ser
continuaba rectamente al sur desde los Tolombones. Y contando otra que la del Portugués, hasta su boca que está en el Rincón de
así las 4 leguas que había hasta los Tambos de la Ciénega, nos las Carreras, por Esquina, hay que contar las dichas 5 leguas. Y
damos con que éstos debieron estar por los alrededores de Bañado esa es más o menos la distancia desde el Pajonal o arroyo de la
actual, o entre este lugar y Tala Pozo, nombres que ya nos indican Puerta en leguas antiguas que venimos contando. Observaremos
por sí mismos que en tiempos pasados —más que en la actuali- ahora que en el Valle de Tafí terminaba, sin duda, el ramal de
dad— hubo por allí ciénegas o vertientes. camino del Inca que arrancaba de los Tambos de la Ciénega (pro-
84 M. LIZONDO Ií O R D A D E S C U B R I M I E N T O D E L T UCUMAX 85

ximos a Bañado actual). Y terminaba allí, entre otras razones, por- En este punto, para comprobar o rectificar esa ubicación de
que Matienzo no vuelve a citar para adelante ningún tambo incaico. Cañete, vamos a continuar con la fijación práctica del Itinerario
entre dicha ciudad y la de Santiago del Estero, partiendo ya de
20. De Boca de la Quebrada a la ciudad de Cañete. — Por ésta por ser sitio conocido e invariable desde la época de Matien-
último, de la Boca de la Quebrada «a la ciudad de Cañete», Ma- zo hasta la actualidad.
tienzo pone 9 leguas; 7 —dice— «por la quebrada abajo, donde
salen muchos brazos de ríos y es el nacimiento del río d*l Estero 21. De la ciudad ae Santiago a Tipiro. — Dice el Itinerario
que entra en el río de la Plata». Y agrega que esta distancia po- que de «la ciudad de Santiago del Estero» a Tipiro había 5 leguas.
día repartirse «en dos jornadas, cada uno como las quiera tomar, Y midiendo esta distancia por las leguas largas que vamos apli-
porque en todas partes hay buena dormida». Dato éste que prue- cando, tenemos que dicho Tipiro debió estar por donde hoy está el
ba que se refería a la Quebrada del Portugués, porque sólo ella pueblo viejo de Jiménez, o sea un poco más lejos de Santiago que
—y no así la de la Angostura— tiene «en todas partes» sitios de Tipiro actual. Y nada mpide que así fuera en razón de esos fre-
«buena dormida». Cuanto a la distancia de 7 leguas que da Ma- cuentes traslados de pueblos indígenas con sus nombres, que ya
tienzo por la quebrada abajo, observaremos que como allí no ha- hemos referido.
bía ya la referencia de los mojones y tambos incaicos, y se trata-
ba de una quebrada sinuosa con ríos y arroyos, el cálcalo debió 22. De Tipiro al Pasaje de los hiles. — De Tipiro «al Pasaje
hacerse sólo por el tiempo que se empleaba en pasarla. Pues cal- de los lules», pone Matienzo otras 5 leguas, agregando que pasá-
culada sobre el mapa resulta una distancia menor. Pero, dadas base «por allí el Río». Alude, por supuesto, al río Dulce; y con-
las vueltas que hace aún el camino y sus bajadas y subidas por tando esas leguas desde Jiménez por un camino más o menos rec
esa quebrada, la distancia es o parece, más o menos la que dice to, nos damos con que el Pasaje de los lules venía a quedar por
Matienzo. Ahora, en lo que se refiere a las dos leguas que había el actual paso de las Termas de Río Hondo, inmediato al cual está
hasta la ciudad de Cañete, desde la salida de dicha Quebrada, Atacama que, si no nos equivocamos, fué sitio de un paso conoci-
diremos que esa distancia nos lleva a ubicar esta ciudad un poco do y antiguo del río.
más afuera de donde estuvo la de San Miguel de Tucumán, o sea
por donde está el poblado actual de la Florida si no más abajo. 23. Del Pasaje de los lules al río de Yomancuma. — Siguien-
Lo que bien pudo ser, por cuanto si es admisible que San Miguel do del Pasaje de los lules en dirección de Cañete, a las 7 leguas
se fundó muy cerca de donde estuvo Cañete, no lo es que fuera se llegaba «al río Yomancuma». Lo que quiere decir que el ca-
precisamente en el mismo sitio; pues, de serlo, ello se habría di-
mino venía por la margen izquierda del río Dulce no lejos de éste,
cho en el acta de su fundación. Y nada se dijo. Fuera de lo cual,
más o menos por el viejo camino carretero que entra en nuestro
vecinos de San Miguel afirmaron en 1684 que mientras su ciudad
departamento de Leales por cerca de Yalapa, y sigue hasta Los
estaba «en sitio antes alto que bajo», Cañete estuvo en «valle y
Herrera; a esa altura debía cruzar el río Grande o Salí, para
lugar bajo». ( 1 )

luego pasar por el pueblo de Chiquil¡gasta y continuar por Am-


para adelante... Contando ahora las 7 leguas españolas desde
(1) V é a s e en nuestra «Historia <tel Tucumán (siglos XVII y XVIII)», p. 184.
87
D E S C U B R I M I E N T O D E L T U C U M A N
86 M. LIZONDO BORDA

Ensenada y al mismo Alto de las Lechuzas. Todo lo cual com-


el paso de las Teimas por ese camino, tenemos que el punto del
río de Yomancuma, final de la jornada, que dice Matienzo, tenía prueba plenamente el camino que damos en ese trayecto al Iti-
que estar un poco más arriba de Atahona, por Alto de las Lechu- nerario del oidor Matienzo.
zas o Ensenada de la actualidad, justamente sobre un antiguo
25. Conclusión. — Con esto llegamos al final de este estudio
río, o arroyo, hoy lecho muerto llamado Yumansuma. Y esta ubi-
sobre el famoso Itinerario, en su aplicación actual sobre el te-
cación de ese punto del Itinerario no es antojadiza, como se verá.
rreno desde Calahoyo, frontera norte de la Puna jujeña, hasta la
ciudad de Santiago del Estero, pasando por las actuales provin-
24. Del río de Yomancuma a la ciudad de Cañete. — Final-
cias de Salta y Tucumán. Y para terminar sólo haremos esta
mente, desde el río de Yomancuma hasta la ciudad de Cañete,
observación: que hemos podido equivocarnos tal vez en la pre-
Matienzo pone unas 6 leguas; distancia que por el camino de en-
cisa ubicación de más de un sitio o lugar de las jornadas del Iti-
tonces, es más o menos la existente hoy entre Alto de las Lechu-
nerario, entre otras razones porque la total identificación de la
zas o Ensenada y la Florida (o, si se quiere, las ruinas del pueblo
auténtica línea del camino es hoy día imposible. Pero podemos
viejo de San Miguel de Tucumán) por donde se encontraba Ca-
afirmar que nuestra interpretación de las leguas es la verdadera;
ñete. Cuanto al camino que unía esos dos puntos, saliendo de Ca- y así nuestro cálculo de las distancias, conforme a las mismas,
ñete bajaba hasta Gastona, probablemente por Río Seco o acaso es en general exacto. Porque la comprobación de ello, entre pun-
por Amberes; y desde Gastona, sabemos con seguridad que seguía tos extremos e intermedios del Itinerario, está para nosotros en la
hacia el naciente por el interior del actual departamento de Chi- coincidencia admirable de sus distancias en leguas con nuestras
quiligasta, hasta dar con el río de Yumansuma. Porque en un do- distancias actuales en kilómetros. Lo que es un elogio también
cumento tucumano de 1G06, sobre una medición de tierras por para Matienzo, por la exactitud', así: {fogatada de su Itinerario.
allí, se cita expresamente el «camino real de carretas que va de
Gastona para Yomansuma, viaje de Santiago». Y en otro de
1586, sobre la merced de unas tierras en Tucumán, se dice que és-
tas se hallaban «en el río Grande, camino viejo que va por el pue-
blo de Yumansuma a la de Santiago del Estero, llamadas Solisitas.
siete leguas poco más o menos de la dicha ciudad de Tucu-
mán». . . Por último, otros documentos nos hacen saber que el
( , )

pueblo Yumansuma estaba a dos leguas de las tierras aludidas,


las cuales empezaban a legua y media del río Grande. De modo
que a 3 leguas y media (ya más cortas) al poniente ce este río,
se hallaba asentado el pueblo indígena de mención: '.o que nos
llev?. a ubicarlo por Ingas o Sandovales de hoy, o sea próximo a

(1) Véase en nuestros «Documentos coloniales...-» t. I, p. 72.


C 2 61 60

ITINERARIO DE LA EXPEDICION
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I! 2.500.000
Escala: JO 100 K m

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