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CEAL PUCV

PROGRAMA DE MAGÍSTER EN RELACIONES INTERNACIONALES

CURSO: Metodología de la Investigación

Prof: Christián Ramírez

Nombre: Nicolás Lara Parada

Semestre III – 2019

Trabajo de investigación:

Ensayo

“La Pregunta por la Técnica”

Martin Heidegger

(Traducción de Francisco Soler)

Objetivo: ​A partir del texto “La pregunta por la Técnica” de M. Heidegger: ¿qué papel
juegan y qué valoración asigna usted a los conceptos de ​poiesis ​y ​aletheia, ​trasladados a
la construcción y conducción de una investigación?

El texto debe tener a lo menos 2000 palabras y, obviamente, todo lo que un ensayo debe
tener, introducción, desarrollo, conclusión, hipótesis, etc. Puede utilizar y citar el texto
cuando guste.
Poiesis y aletheia en la filosofía hedeggeriana: Consecuencias metodológicas

En “la pregunta por la técnica”, el filósofo alemán Martin Heidegger busca develar lo que
constituye la esencia de la técnica. Antes de comenzar por los conceptos de poiesis y
aletheia, sobre las que versa el presente ensayo, es importante, a mi modo de ver, realizar
algunas precisiones sobre el texto en general. El texto corresponde al primero de once
escritos agrupados bajo el título “ Vorträge und Aufsätze”, una serie de ensayos y
conferencias llevadas a cabo entre 1936 y 1953.

La filosofía heideggeriana, de la mano del enfoque fenomenológico, da una vuelta de tuerca


al concepto mismo de Ser, representando la culminación de la filosofía metafísica desde
Parménides y Aristóteles, como también el agotamiento de la noción misma de metafísica en
los términos en que la había planteado la filosofía occidental. En efecto, desde los remotos
tiempos de Heráclito y Parménides donde la discusión filosófica giraba en torno a la
comprensión de la naturaleza misma o physis, y el problema de conciliar el cambio y la
permanencia, lo Uno y lo Múltiple, el sentido común decía que por un lado se encontraba el
Ser, aquello que la cosa es en sí misma, con todos los atributos de idéntico a si mismo,
único, finito, ingénito, imperecedero, atributos que conformaban esta esencia estática del Ser
de Parménides, que sin embargo, chocaba con la realidad al no dar cuenta en forma
satisfactoria del movimiento. Por otro lado, en las antípodas, la tradición ubicaba a Heráclito,
que da cuenta de la esencia de las cosas como el cambio continuo e incesante,
representado en la metáfora del fuego, el Devenir. Por mucho tiempo se sostuvo que Ser y
Devenir eran nociones excluyentes entre sí, incapaces de conciliarse en una realidad única.
Heidegger logra conciliar el Ser y el Devenir como aspectos de una realidad, unificados por
la pertenencia de ambos al ámbito del Tiempo, donde la forma específica que adquiere el
ser histórico (temporal) es el continuo devenir. Este ser histórico, no se da en el vacío, sino
que se trata de un Da-Sein “ser-ahí”, un ser en las cosas, en el mundo que nos rodea;
constituyendo la experiencia de la existencia en el mundo, la novedad y característica
​ s un ser arrojado al mundo, un ser-en- el-mundo, como gusta
definitoria del Ser. El ​Dasein e
de llamarle Heidegger, y en este mundo debe enfrentarse a otros ​Dasein ​y especialmente a
sí mismo, a sus limitaciones, sus contradicciones y a su carácter inacabado, pues todos sus
proyectos se ven truncados por el hecho fehaciente de su propia muerte. Más aún, esta
existencia del hombre tiene como certeza ineludible, la constatación de la muerte, por ello es
que la existencia constituye un “ser hacia la muerte”, y la trascendencia a la cual toda
existencia está llamada, no se trata de una trascendencia metafísica, sino que superar el
marco temporal de la existencia individual y proyectarla en la historia a través de los demás
con quienes compartimos esta característica existencial.
Lo que se intenta hacer en el presente ensayo es analizar las nociones de poiesis y de
aletheia, gravitantes al momento de preguntarnos por la técnica, y valorar dichas nociones, y
a partir de ahí, desarrollar de qué manera estas nociones influyen metodológicamente en la
construcción y conducción de una investigación. Para ello es vital, desentrañar qué
entendemos por técnica. Sobre la técnica se dice que es un medio para un fin y un hacer del
hombre. Esta representación corriente de la técnica, podemos llamarla determinación
instrumental o antropológica. Ello que es correcto, no constituye la esencia misma de la
técnica. Para lograr encontrar la esencia de la técnica, debemos ir más allá de lo meramente
correcto.

La determinación de la técnica como medio y fin del hombre, nos lleva a la noción de causa.
La filosofía (aristotélica) enseña que hay cuatro causas: a) la causa materialis: la materia,
con la que se prepara, por ejemplo una copa de plata; b) la causa formalis: la figura en la
que se introduce la materia, el aspecto que hace que sea una copa; c) la causa finalis: el fin
al cuál se destina, por ejemplo en el caso de la copa el sacrificio para la consagración y la
ofrenda; y d) la causa efficiens: aquella que realiza el efecto, en este caso, el platero
(artesano). Es de advertir que el platero reúne en sí a todas los modos de causar, como
aquél desde quién nace lo producido Estos cuatro modos de causar traen algo a aparecer,
dando lugar a, haciendo aparecer lo presente.

Es aquí donde este traer o aparecer, delimita la primera noción sobre la que hablamos. En
efecto, todo lo que da- lugar- a, siempre va y procede de lo no presente a lo presente, y se
denomina producir (en griego, poiesis). La physis, que surge desde sí misma, es también un
producir, al igual que lo producido en el artesano (que tendrá el brotar del producir, ya no es
sí mismo, sino que en el artesano). Este paso de lo velado a lo desvelado, los griegos lo
designaban con la palabra “aletheia”, que significa verdad. Cabe señalar que aletheia es un
palabra compuesta, con el prefijo “a”, que significa sin, que precede a la raíz “lath” (estar
escondido o latente). De ahí que literalmente, aletheia significa aquello que no está
escondido, que se manifiesta. La técnica no es, pues, simplemente un medio; es un modo
del desocultar, un modo de aletheia. Ella desoculta lo que por sí mismo no se produce, ni
está ahí delante, es decir, desoculta lo creado, lo producido por alguien; por lo que puede
aparecer y ocurrir ya de una manera, ya de otra.

Se puede objetar que esto vale ciertamente para la técnica manual, pero que no puede
aplicarse la técnica moderna, porque se apoya en la ciencia exacta. Pero ¿qué es la técnica
moderna? Es también un desocultar, pero a diferencia del desocultar en la técnica manual,
en la técnica moderna no se despliega en un producir en el sentido de la poiesis, segundo
concepto que se analizará. El desocultar dominante en la técnica moderna es un provocar
que pone en la naturaleza la exigencia de liberar energías, que en cuanto tal, puedan ser
explotadas y acumuladas ¿Pero acaso eso no vale para el viejo molino de viento?. Este
provocar las energías naturales, y que es de la esencia de la técnica moderna, exige a la
naturaleza, la provoca y ello con una finalidad preconcebida: impulsar la mayor utilización
que sea posible con el mínimo esfuerzo. Las energías ocultas en la naturaleza, lo
descubierto, es transformado; lo transformado, acumulado; lo acumulado, a su vez, dividido;
y lo dividido, se renueva cambiado. Este desocultar es tan exigente, tan provocante, que
tiene por finalidad la apropiación de lo develado.

La técnica moderna se presenta entonces siempre como constante. Un avión de transporte


que está en la pista de despegue, es aún, un objeto. Sin embargo, está oculto en la vía de
transporte como constante, en cuanto está establecido para asegurar la posibilidad de
transporte. Ello, el establecimiento de la posibilidad y aseguramiento de las redes de
transporte aéreo, con sus consecuencias, constituye la esencia de la técnica, y sin embargo
nos permanece oculto. ¿Hasta qué punto puede el hombre con ellor? Si el hombre está
provocado, es exigido y establecido, para provocar a su vez a las energías de la naturaleza,
entonces ¿no pertenece el hombre más originariamente aún que a la naturaleza a lo
constante?. Queremos decir con esto, por ejemplo, que el guardabosque está hoy
establecido, sépalo o no en la industria de la madera, en la producción de celulosa, que a su
vez, está provocada por la necesidad de papel, distribuida a los diarios, que predisponen a la
opinión público que devoren lo impreso, para que su contenido pueda establecerse por la
opinión pública.

El desocultar de la técnica moderna, podemos advertirlo de manera notoria, en la aparición


de la moderna ciencia natural exacta. Su manera de representar pone a la naturaleza como
una conexión calculada de fuerzas. El hombre, en cuanto está exigido de tal manera por la
técnica moderna, se encuentra en el ámbito esencial de lo dispuesto, no puede, en absoluto
trazar posteriormente una relación con ese desocultar, en alguna medida se aliena. La
esencia de la técnica moderna lleva al hombre al camino de aquel desocultar, es decir lo
destina a ese desocultar constante. Desde este destino, se determina la esencia de toda
historia. El hombre es histórico ante todo como algo destinado. Esta destinación es también
un producir, es decir, es una creación, una poiesis. Lo dispuesto por la esencia de la técnica
moderna no sólo amenaza al hombre consigo mismo y con todo lo que es, dónde éste
domina expulsa todas las otras posibilidades de desocultamiento, transformando lo
constante en exclusivo; disloca el aparecer y dominar de la verdad, en otras palabras disloca
su aletheia. La amenaza no viene de que las máquinas y aparatos puedan actuar de modo
más mortífero, sino que la más peculiar amenaza ya se ha introducido en la esencia del
hombre y amenaza con la posibilidad de que el hombre pueda rehusar retrotraerse a un
desocultar más originario.

Cabe analizar ahora, la noción de poiesis, que significa “creación o producción”. La técnica
en el sentido, de medio dispuesto al fin y hacer del hombre es una poiesis. Ambas nociones
se encuentran entrelazadas, toda vez que, es mediante esta poiesis que se trae algo a, que
algo viene de lo presente a lo presente; es decir, mediante la poiesis se produce la aletheia.
La técnica no es, pues, simplemente un medio; es un modo de producir lo que por sí mismo
no se produce, es decir, desoculta lo creado por alguien. En otro tiempo se llamó techné o
técnica al producir de lo verdadero en lo bello. Techné se llamó a la poiesis de las bellas
artes, y en consecuencia techné refiere a todo arte, a todo desocultamiento de lo esencial en
lo bello, y es que lo poético hace aparecer lo bello. Aquí cabe hacer notar la etimología de la
palabra poesía, que deriva precisamente de poiesis ¿Deben ser llamadas las bellas artes al
desocultar poético? Si al arte le está confiada ésta la más alta posibilidad de su esencia en
medio de tal peligro, nadie puede saberlo. Porque la esencia de lo técnica no es nada
técnico, por eso tiene lugar la reflexión esencial sobre la técnica y la contraposición decisiva
con ella en un ámbito que de un lado está emparentado con la esencia de la técnica, y de
otro es fundamentalmente distinto. Tal ámbito es el arte.

¿De qué forma estas nociones de aletheia y poiesis pueden ser valoradas en la construcción
y conducción metodológica de una investigación? Si hacemos una analogía cualquier trabajo
de investigación constituye una poiesis, se trata de una creación o producción, que hace
aparecer algo. Y en tal sentido, dicha poiesis o creación tiene su fundamento en una techné,
una determinada técnica que es la que hace aparecer algo. El objetivo de toda poiesis, y en
este caso de una investigación, es que ello que es producto de la investigación, tenga
sentido para los demás, haciendo aparecer algo, trayendo a lo presente, es decir que se
constituya en aletheia. Para lograr este objetivo, vital son la coherencia interna de aquello
que se propone, correspondiendo en tal caso, a proponer una adecuada problematización y
definición de objetivos.

La problematización, como aspecto metodológico de una investigación, consiste en un


preguntar, y como tal, dicha pregunta nos lleva a un desocultamiento. La problematización
consiste en el primer aspecto relevante al momento de realizar una investigación.
Dependiendo de la formulación del problema, es que se analizará el estado de la cuestión o
marco teórico, así como aspectos relativos a desde qué enfoque teórico esta investigación
se asume, lo cual nos dará luces sobre los resultados a los que llega; ello último constituye
el marco conceptual.

La manera en que ese desocultamiento se encuentra dispuesto, debiera estar contenida en


la definición de los objetivos. En efecto, ello consiste en el modo de disponer la
investigación, de dirigirla hacia determinado contenido; por ello la adecuada correlación de
los objetivos con el problema propuesto es requisito para el correcto desarrollo del
investigar. Cuando hablamos de que los objetivos son de algún modo la manera en que se
destina la investigación, debemos ser plenamente conscientes que es lo que queremos
preguntar con tal investigación. Teniendo claro ello, podemos verificar siempre la relación
entre objetivos y destinación, abriendo el paso al examen metodológico. Dependiendo de los
objetivos también es que la técnica consistirá en tal o cual, si es pertinente un análisis de
caso o un muestreo de datos, cómo confrontaremos las hipótesis, evidencias y que enfoque
conceptual y teórico ha de usarse.

Para concluir, diremos, que los aspectos metodológicos son vitales dentro del marco de
cualquier investigación, y que dichos aspectos están ligados con dos aspectos
fundamentales, a saber: la problematización, mediante la cual de alguna forma, hacemos
aparecer algo, algo es traído a. Es la formulación del problema una poiesis, algo que es
producido, de alguna forma creado, y que sólo debe ser confirmado mediante una correcta
técnica metodológica. Asimismo, el planteamiento de objetivos consiste en la destinación
que constituirá la esencia de la investigación propuesta. Por ello es que es en este aspecto
que se da cuenta de la libertad en que recorremos el problema, y a fin de poder traer a lo
presente, las respuestas correctas, la metodología como técnica nos iluminará sobre la
correcta relación entre problema y objetivos, así como de los instrumentos por los cuales
dichos objetivos serán desarrollados.

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