Vous êtes sur la page 1sur 3

El zapatero que era feliz

PRIMER ACTO

En una zapatería muy humilde, un zapatero se encuentra cantando y


arreglando un par de zapatos. De pronto, un hombre vestido de manera muy
elegante entra a dejarle unos mocasines.
Hombre rico: Buenas tardes señor me han contado que es un excelente
reparador de calzado y es por eso que he venido hasta aquí.
Me han dicho que es usted un zapatero muy bueno y que además, cobra
bastante bien.

Zapatero: Así es señor, gracias a Dios el trabajo no me falta. Y aunque no


gano demasiado, aquí me tiene, siempre esforzándome en lo que hago.
Me gusta mucho prestar servicio a las personas y todo lo que hago, lo realizó
con mucho agrado
Hombre rico: ¿De verdad no gana mucho? Sin embargo yo lo veo muy
contento.
Zapatero: Lo estoy, señor. Me gusta bastante lo que hago.
Hombre rico: ¿Y le alcanzó a para vivir? ¿Me imagino que tiene familia?
ESPOSA E HIJOS
Zapatero: Si señor tengo una hermosa familia, una esposa, tres hijos, dos
varones y una niñita.
Hombre rico: Pues qué bueno que así sea. Además de confiarle mis zapatos
para que los arregle, tengo un regalo para usted. (Saca una bolsa de monedas
de oro de su abrigo). Tome, para que se dé un buen descanso, junto a su
familia.
Zapatero: Pero señor, ¡esto es mucho dinero! ¡No se lo puedo aceptar tenga
lléveselo. ES demasiado dinero.
Hombre rico: Disfrútelo, pues, NO SEA TONTO ¡disfrútelo hombre dese un
buen gusto a su familia nos vemos cuando vuelva por mis zapatos.
Zapatero: ¡Gracias, señor! ¡Muchas gracias! Creo que esto no es necesario, si
ni me conoce, no lo merezco.

SEGUNDO ACTO
En el interior de una casa pobre, la mujer del zapatero da de comer a sus dos
hijos, quienes no dejan de hacer ruido ni moverse mientras están sentados a
la mesa. Mientras tanto, su padre se mira nervioso, como si tuviera miedo de
algo. No deja de mirar por encima de su hombro.
Zapatero: Voy a mirar a ver si el dinero sigue en su lugar.
Esposa: ¡Es la sexta vez que te paras a comprobarlo! ¿Quién crees que se lo
va a llevar? ¡Si nadie sabe que está debajo del colchón!
Zapatero: ¡Shhhh! (La calla bruscamente). ¡Mujer, que las paredes tienen
oídos! Eso es mucho dinero y la verdad es que no puedo dejar de pensar en
que aquí no es lo suficientemente seguro. Nos van a robar…
Esposa: ¿Sabes? Desde que trajiste tanto dinero a casa has dejado de estar
de bueno humor. ¿Dónde estaba el hombre que siempre nos contaba chistes
y nos hacía reír?
El zapatero parpadea sorprendido.
Zapatero: ¿De qué hablas? Yo no he cambiado.
Hijo 1: Sí, papá, Ahora todo el tiempo estás enojado. Nunca estas contento,
regañas por todo.
Hijo 2: A mí me gustaba más como eras antes. Siempre nos contabas chistes
y andabas de buen humor, ahora no te ríes con nada.
Hijo 3
El zapatero se sienta y se lleva una mano a la cabeza.

Vous aimerez peut-être aussi