PENTAGONISMO

ELISA CALLE ROJAS

JUAN CARLOS HERRERA RUIZ

GEOPOLÍTICA

MARZO DE 2019

UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN
MEDELLÍN
2019
En el libro “El Pentagonismo como sustituto del Imperialismo” de Juan Bosch, se plantea
una nueva corriente denominada Pentagonismo o, como puede ser llamado por algunos,
neo imperialismo.

El imperialismo, cuyo final se considera hasta el término de la Segunda Guerra Mundial en

1945 e incluso unos años más, consistía en la conquista militar de colonias con la finalidad
de extraer materias primas, obtener mercados compradores e invertir capitales sobrantes.

Con el sobredesarrollo del capitalismo industrial, se rompe el imperialismo, pues con la

evolución en las formas de producción de materias primas se alcanza una alta productividad
y un crecimiento del poder adquisitivo, a un grado que el imperialismo no lo hubiera
permitido.

En función de llenar los vacíos de poder que dejaba Inglaterra, nace el pentagonismo,
siendo parte de la geopolítica Estadounidense como nueva estructura de defensa. El
pentagonismo, que es similar al imperialismo en términos de sus efectos, más no sus
dimensiones, así como también se diferencia en sus intereses.

Es entonces, como la conquista militar colonial y explotación económica se sustituye por la

colonización de la metrópoli, a través de la guerra entre el ejército metropolitano y otros
territorios extranjeros. En el Pentágono hay una visión de la industria armamentista como
medio generador de recursos. Así, podemos evidenciar un cambio de intereses de
conquistar dominios coloniales a impulsar la producción industrial de la guerra.

Esto tiene varias implicaciones:

- Explotación del pueblo pentagonista como colonia, es decir, explotación del propio
pueblo, ya que es éste quien financia los gastos de la guerra a través de sus
impuestos. Al ser colonia, pero seguir siendo metrópoli simultáneamente, Bosch se
refiere a esta nueva circunstancia como "impentagonal o metropocolonia"
- En términos de rentabilidad, es más beneficiosa la guerra, lo que ha hecho que el
poder militar disponga de más dinero que el gobierno federal.
- Con relación al numeral anterior, el hecho de que el poder militar posea más medios
que el civil, hace que éste último sea controlado por el poder militar dentro de un
 escenario político. Adicional a esto, el poder militar promueve cada vez una mayor
concentración del poder industrial.
- La guerra es vendida al pueblo pentagonista en nombre del honor, la libertad e
incluso, el beneficio del territorio atacado, justificando producción de equipos
costosos y de corta duración y disposición de los soldados.
- En protección de los propios intereses del pentagonismo y de la estabilidad de éste
mismo, es indispensable asegurar el mercado militar a través de la guerra
permanente en algún lugar del mundo.
- Quienes manejan el poder pentagonal y se reparten los beneficios económicos son
los “hombres de negocio americanos”, es decir, un sector particular representado por
políticos, industriales, banqueros y comerciantes. Lo anterior no quiere decir que a
este pentagonismo no se sumen otros actores. Como lo menciona el senador
Fulbright “Más y más nuestra economía, nuestro gobierno y nuestras universidades
están adaptándose a sí mismas a las exigencias de una guerra continua, guerra total,
guerra ilimitada y guerra fría… (porque) estamos convirtiéndonos en una sociedad
militarizada”.

Así mismo, podemos afirmar que el pentagonismo es una extensa industria privada
ligada a las fuerzas armadas por el lazo de intereses comunes y ha sido el producto
natural de la libertad de ganar dinero en una sociedad de masas dominada por el
capitalismo industrial sobre desarrollado. También se considera el resultado de un
poderoso establecimiento militar permanente.

Se considera la nueva cara del imperialismo, puesto que contiene elementos

referenciales de éste, sin embargo, busca otros fines. Ya no se interesa en explotar otros
territorios débiles, sino que se enfoca en establecer y mantener su ámbito de influencia
en la política mundial, garantizando la promoción de sus negocios en el exterior, al
mismo tiempo que logra contratos ventajosos. El pentagonismo logra una organización
del mundo colonial a su manera con el control de territorios destinados a consumir
productos de la industria de guerra de Estados Unidos, lo que advierte un crecimiento
para la economía norteamericana. El pentagonismo, según Bosch, es una nueva forma
de estructurar el poder político y la economía.
Todo esto conlleva a una división de los campos de acción donde los civiles conservan
el control de la política interna, mientras que los militares dominan en la política exterior.

Esta política exterior se caracteriza por subordinación de los ejércitos de países

dependientes, como lo son los de América Latina. Lo que principalmente se presentó y
se sigue presentando como un problema para la viabilidad de la democracia en estos
países.