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DE LA CONVENIENCIA Y NECESIDAD DE LA

REVELACIÓN

1. NO ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO LA REVELACIÓN DE LAS VERDADES


NATURALES DE LA RELIGIÓN

Aquellos que negaban la doctrina de la Iglesia en este punto son, por un lado: a) los
racionalistas que negaban la conveniencia de una revelación sobrenatural: ya que esto
implicaría que las verdades naturales de la religión serían superfluas o se aceptaría la
abdicación de la razón. b) los semiracionalistas que admitían la conveniencia de verdades
naturales de la religión pero rechazaban la conveniencia de la revelación de misterios
sobrenaturales. Por otro lado, c) el tradicionalismo y el fideísmo que afirmaban que la
revelación sobrenatural de las verdades naturales de la religión era absolutamente necesaria.1

R. Garrigou-Lagrange advierte que el tradicionalismo fideísta, según su intención era


oponerse radicalmente al racionalismo. Y así como el seudosobrenaturalismo y fideísmo de
los primeros protestante condujo al racionalismo liberal; así también el tradicionalismo de
Lamennais condujo al indiferentismo y al liberalismo, ya que para la salvación era suficiente
creer en las verdades naturales de la religión, que los diversos pueblos de modo infalible
trasmiten por tradición y son manifestación de la revelación primitiva.2

Del indiferentismo (contra Felicidad de Lamennais)


[De la Encíclica Mirari vos arbitramur, de 16 de agosto de 1832]
Tocamos ahora otra causa ubérrima de males, por los que deploramos la presente aflicción de la
Iglesia, a saber: el indiferentismo, es decir, aquella perversa opinión que, por engaño de
hombres malvados, se ha propagado por todas partes, de que la eterna salvación del alma puede
conseguirse con cualquier profesión de fe, con tal que las costumbres se ajusten a la norma de
lo recto y de lo honesto... Y de esta de todo punto pestífera fuente del indiferentismo, mana
aquella sentencia absurda y errónea, o más bien, aquel delirio de que la libertad de conciencia
ha de ser afirmada y reivindicada para cada uno. (DS 1613)

De la fe y la razón (contra Luís Eug. Bautain)


[Tesis firmadas por Bautain, por mandato de su obispo, el 8 de septiembre de 1840]
1. El razonamiento puede probar con certeza la existencia de Dios y la infinitud de sus
perfecciones. La fe, don del cielo, es posterior a la revelación; de ahí que no puede ser alegada
contra un ateo para probar la existencia de Dios [cf. DS 1650]. (DS 1622).

El Concilio Vaticano I señalaba:

CONCILIO VATICANO, 1869-1870 XX ecuménico (sobre la fe y la Iglesia)


SESION III (24 de abril de 1870)
Constitución dogmática sobre la fe católica

Cap. 2. De la revelación
[Del hecho de la revelación sobrenatural positiva]. La misma santa Madre Iglesia sostiene y
enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz
natural de la razón humana partiendo de las cosas creadas; porque lo invisible de Él, se ve,
partiendo de la creación del mundo, entendido por medio de lo que ha sido hecho [Rom., 1, 20];
sin embargo, plugo a su sabiduría y bondad revelar al género humano por otro camino, y éste
1
R. Garrigou-Lagrange señala: Secundum traditionalismum rigidum, homo nullam notionem intellectualem
haberet, sine traditione proveniente a protoparente Adam, quia sine revelatione primitiva homo non invenisset
loquelam, R. Garrigou-Lagrange, De Revelatione per ecclesiam catholicam proposita, Volumen I, Marietti,
Roma 19505, (= DR), pág. 378.
2
DR pág. 379.
sobrenatural, a sí mismo y los decretos eternos de su voluntad, como quiera que dice el Apóstol:
Habiendo Dios hablado antaño en muchas ocasiones y de muchos modos a nuestros padres por
los profetas, últimamente, en estos mismos días, nos ha hablado a nosotros por su Hijo [Hebr. 1,
1 s; Can. 1]. (DS 1785).

[De la necesidad de la revelación]. A esta divina revelación hay ciertamente que atribuir que
aquello que en las cosas divinas no es de suyo inaccesible a la razón humana, pueda ser
conocido por todos, aun en la condición presente del género humano, de modo fácil, con firme
certeza y sin mezcla de error alguno. Sin embargo, no por ello ha de decirse que la revelación
sea absolutamente necesaria, sino porque Dios, por su infinita bondad, ordenó al hombre a un
fin sobrenatural, es decir, a participar bienes divinos que sobrepujan totalmente la inteligencia
de la mente humana; pues a la verdad ni el ojo vió, ni el oído oyó, ni ha probado el corazón del
hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman [1 Cor. 2, 9; Can. 2 y 3]. (DS 1786).

Para entender la doctrina de la Iglesia en este punto debemos ver los distintos sentidos
que puede tomar la noción de necesario en Santo Tomás:

Respondeo dicendum quod necessitas dicitur Hay que decir: Necesidad tiene múltiples
multipliciter. Necesse est enim quod non acepciones. 1) Necesario es lo que no puede
potest non esse. Quod quidem convenit alicui, menos de ser. Esto se puede predicar de un
uno modo ex principio intrinseco, sive sujeto por razón de su principio intrínseco,
materiali, sicut cum dicimus quod omne bien material, como cuando decimos que todo
compositum ex contrariis necesse est compuesto de contrarios necesariamente debe
corrumpi; sive formali, sicut cum dicimus corromperse; bien formal, como cuando
quod necesse est triangulum habere tres decimos que todo triángulo necesariamente
angulos aequales duobus rectis. Et haec est tiene tres ángulos iguales a dos rectos. Es ésta
necessitas naturalis et absoluta. Alio modo una necesidad esencial y absoluta. 2) Otra
convenit alicui quod non possit non esse, ex acepción está originada en el sujeto por razón
aliquo extrinseco, vel fine vel agente. Fine de un principio extrínseco, bien final, bien
quidem, sicut cum aliquis non potest sine hoc eficiente. Por razón del fin, se da cuando sin
consequi, aut bene consequi finem aliquem, ut algo determinado no puede conseguirse o
cibus dicitur necessarius ad vitam, et equus ad difícilmente es alcanzable el fin. En este
iter. Et haec vocatur necessitas finis; quae sentido se dice que el alimento es necesario
interdum etiam utilitas dicitur. Ex agente para la vida, y el caballo para viajar. Esta es
autem hoc alicui convenit, sicut cum aliquis llamada necesidad del fin. También es llamada
cogitur ab aliquo agente, ita quod non possit utilidad. 3) Por razón del agente, la necesidad
contrarium agere. Et haec vocatur necessitas surge cuando un sujeto es obligado por él a
coactionis. (I, 82, 1) algo, sin serle posible obrar de otro modo. Es
llamada necesidad de coacción.

En un esquema:

absoluta (fundada en causas intrínsecas)

necesidad estricta (impotencia


física)
desde el fin
moral (impotencia moral)
hipotética
desde el agente (necesidad de
coacción)

De aquí podemos afirmar la siguiente tesis de modo silogístico:

Premisa Los primeros principios naturales de la razón son conocidos sin el magisterio, la
mayor tradición y la revelación.
Premisa Es así que desde estos principios fácilmente la razón natural conduce al
menor conocimiento de la existencia de Dios como primera causa y supremo legislador.
Conclusión Por consiguiente la razón humana, sin auxilio de la revelación, puede también
conocer fácilmente algunas verdades naturales de Dios...

Premisa Prima rationis principia naturaliter cognoscuntur absque magisterio, traditionis


mayor et revelatione.
Premisa Atqui ex his principiis faciliter ratio naturalis ducitur ad cognotionem
menor existentiae Dei causae primae et supremi legislatoris.
Conclusión Ergo ratio humana, sine auxilio revelationis, potest etiam faciliter cognocere
quasdam veritates naturales de Deo.

También la sola razón natural puede probar la existencia del libre arbitrio y la
inmortalidad del alma.

2. ES MORALMENTE NECESARIO LA REVELACIÓN DE LAS VERDADES


NATURALES DE LA RELIGIÓN

Esta revelación no es estrictamente o simplemente necesaria ya que nuestra razón


desde si sola no es físicamente incapaz de conocer todas las verdades naturales de la religión,
sin embargo, la revelación de todo el conjunto de verdades naturales de la religión es
moralmente necesaria para el conocimiento firme, rápida y sin error de todas estas verdades
especulativas y practicas tomadas colectivamente.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos da una síntesis en los n° 36-38, cuando


desarrolla el tema III, El conocimiento de Dios según la Iglesia.

36 “La santa Iglesia, nuestra madre, mantiene y enseña que Dios, principio y fin de
todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante la luz natural de la razón humana a
partir de las cosas creadas” (Cc. Vaticano I: DS 3004; cf. 3026; Cc. Vaticano II, DV 6). Sin
esta capacidad, el hombre no podría acoger la revelación de Dios. El hombre tiene esta
capacidad porque ha sido creado “a imagen de Dios” (cf. Gn 1,26).

37 Sin embargo, en las condiciones históricas en que se encuentra, el hombre


experimenta muchas dificultades para conocer a Dios con la sola luz de su razón:

A pesar de que la razón humana, hablando simplemente, pueda verdaderamente por


sus fuerzas y su luz naturales, llegar a un conocimiento verdadero y cierto de un Dios
personal, que protege y gobierna el mundo por su providencia, así como de una ley natural
puesta por el Creador en nuestras almas, sin embargo hay muchos obstáculos que impiden a
esta misma razón usar eficazmente y con fruto su poder natural; porque las verdades que se
refieren a Dios y a los hombres sobrepasan absolutamente el orden de las cosas sensibles y
cuando deben traducirse en actos y proyectarse en la vida exigen que el hombre se entregue y
renuncie a sí mismo. El espíritu humano, para adquirir semejantes verdades, padece dificultad
por parte de los sentidos y de la imaginación, así como de los malos deseos nacidos del
pecado original. De ahí procede que en semejantes materias los hombres se persuadan
fácilmente de la falsedad o al menos de la incertidumbre de las cosas que no quisieran que
fuesen verdaderas (Pío XII, Enc. “Humani Generis”: DS 3875).

38 Por esto el hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios, no solamente
acerca de lo que supera su entendimiento, sino también sobre “las verdades religiosas y
morales que de suyo no son inaccesibles a la razón, a fin de que puedan ser, en el estado
actual del género humano, conocidas de todos sin dificultad, con una certeza firme y sin
mezcla de error” (ibid., DS 3876; cf. Cc Vaticano I: DS 3005; DV 6; S. Tomás de A., s.th.
1,1,1).

Esta última respuesta el Angélico la desarrolla en la Summa Contra Gentiles:

En primer lugar señala la conveniencia de la revelación de verdades que de suyo puede


alcanzar la razón:

Quod veritas divinorum ad quam naturalis Se propone convenientemente a los hombres,


ratio pertingit convenienter hominibus para ser creídas la verdad divina accesible a la
credenda proponitur. (I CG 4,) razón natural

Ya que existe un doble ordenes de verdades: las naturales y las sobrenaturales.

Duplici igitur veritate divinorum Existiendo, pues, dos clases de verdades


intelligibilium existente, una ad quam rationis divinas, una de las cuales puede alcanzar con
inquisitio pertingere potest, altera quae omne su esfuerzo la razón y otra que sobrepasa toda
ingenium humanae rationis excedit, utraque su capacidad, ambas se proponen
convenienter divinitus homini credenda convenientemente al hombre para ser creídas
proponitur. Hoc autem de illa primo por inspiración divina. Mas nos ocuparemos
ostendendum est quae inquisitioni rationis en primer lugar de las verdades que son
pervia esse potest: ne forte alicui videatur, ex accesibles a la razón, no sea que alguien crea
quo ratione haberi potest, frustra id inútil el proponer por inspiración sobrenatural
supernaturali inspiratione credendum traditum lo que la razón puede alcanzar.
esse. (I CG 4,)

Si la Revalación no comunicase algunas vedades naturales se siguen tres dificultades

Sequerentur autem tria inconvenientia si Si se abandonarse al esfuerzo de la sola razón


huiusmodi veritas solummodo rationi el descubrimiento de estas verdades, se
inquirenda relinqueretur. (I CG 4,) seguirían tres inconvenientes.

La verdad de Dios sería conocida por pocos...

Unum est quod paucis hominibus Dei cognitio El primero, que muy pocos hombres
inesset. A fructu enim studiosae inquisitionis, conocerían a Dios. Hay muchos
qui est inventio veritatis, plurimi impediuntur imposibilitados para hallar la verdad, que es
tribus de causis. fruto de una diligente investigación, por tres
Quidam siquidem propter complexionis causas: algunos por la mala complexión
indispositionem, ex qua multi naturaliter sunt fisiológica, que les indispone naturalmente
indispositi ad sciendum: unde nullo studio ad para conocer; de ninguna manera llegarían
hoc pertingere possent ut summum gradum éstos al sumo grado del saber humano, que es
humanae cognitionis attingerent, qui in conocer a Dios. Otros se hallan impedidos por
cognoscendo Deum consistit. el cuidado de los bienes familiares. Es
Quidam vero impediuntur necessitate rei necesario que entre los hombres haya algunos
familiaris. Oportet enim esse inter homines que se dediquen a la administración de los
aliquos qui temporalibus administrandis bienes temporales, y éstos no pueden dedicar a
insistant, qui tantum tempus in otio la investigación todo el tiempo requerido para
contemplativae inquisitionis non possent llegar a la suma dignidad del saber humano
expendere ut ad summum fastigium humanae consistente en el conocimiento de Dios. La
inquisitionis pertingerent, scilicet Dei pereza es también un impedimento para otros.
cognitionem. Es preciso saber de antemano otras cosas, para
Quidam autem impediuntur pigritia. apoderarse de lo que la razón puede inquirir
Ad cognitionem enim eorum quae de Deo de Dios; porque precisamente el estudio de la
ratio investigare potest, multa praecognoscere filosofía se ordena al conocimiento de Dios;
oportet: cum fere totius philosophiae por eso la metafísica, que se ocupa de lo
consideratio ad Dei cognitionem ordinetur; divino, la última parte que se enseña de la
propter quod metaphysica, quae circa divina filosofía. Así, pues, no se puede llegar al
versatur, inter philosophiae partes ultima conocimiento de dicha verdad sino a fuerza de
remanet addiscenda. intensa labor investigadora, y ciertamente son
Sic ergo non nisi cum magno labore studii ad muy pocos los que quieren sufrir este trabajo
praedictae veritatis inquisitionem perveniri por amor de la ciencia, a pesar de que Dios ha
potest. Quem quidem laborem pauci subire insertado en el alma de los hombres el deseo
volunt pro amore scientiae, cuius tamen de esta verdad.
mentibus hominum naturalem Deus inseruit
appetitum. (I CG 4,)

...después de muchos análisis...

Secundum inconveniens est quod illi qui ad El segundo inconveniente es que lo que llegan
praedictae veritatis inventionem pervenirent, a apoderarse de dicha verdad lo hacen con
vix post longum tempus pertingerent. dificultad y después de mucho tiempo, ya que,
Tum propter huius veritatis profunditatem, ad por su misma profundidad, el entendimiento
quam capiendam per viam rationis non nisi humano no es idóneo para apoderarse
post longum exercitium intellectus humanus racionalmente de ella si no después de largo
idoneus invenitur. ejercicio; o bien por lo mucho que se requiere
Tum etiam propter multa quae praeexiguntur, saber de antemano, como se dijo, y, además,
ut dictum est. porque en el tiempo de la juventud el alma,
Tum etiam propter hoc quod tempore “que se hace prudente y sabia en la quietud”,
iuventutis, dum diversis motibus passionum como se dice en el VII de los “Físicos”, esta
anima fluctuat, non est apta ad tam altae sujeta al vaivén de los movimientos pasionales
veritatis cognitionem, sed in quiescendo fit y no está en condiciones para conocer tan alta
prudens et sciens, ut dicitur in VII physic.. verdad. La humanidad, por consiguiente,
Remaneret igitur humanum genus, si sola permanecerla inmersa en medio de grandes
rationis via ad Deum cognoscendum pateret, tinieblas de ignorancia, si para llegar a Dios
in maximis ignorantiae tenebris: cum Dei sólo tuviera expedita la vía racional, ya que el
cognitio, quae homines maxime perfectos et conocimiento de Dios, que hace a los hombres
bonos facit, non nisi quibusdam paucis, et his perfectos y buenos en sumo grado, lo
etiam post temporis longitudinem proveniret. verificarían únicamente algunos pocos, y éstos
(I CG 4,) después de mucho tiempo.

...y con resultados plagados de errores.

Tertium inconveniens est quod investigationi El tercer inconveniente es que, por la misma
rationis humanae plerumque falsitas debilidad de nuestro entendimiento para
admiscetur, propter debilitatem intellectus discernir y por la confusión de fantasmas, las
nostri in iudicando, et phantasmatum más de las veces el error se mezcla en la
permixtionem. investigación racional, y, por tanto, para
Et ideo apud multos in dubitatione remanerent muchos serían dudosas verdades que
ea quae sunt etiam verissime demonstrata, realmente están demostradas ya que ignoran la
dum vim demonstrationis ignorant; et fuerza de la demostración, y principalmente
praecipue cum videant a diversis qui sapientes viendo que los mismo sabios enseñarían
dicuntur, diversa doceri. verdades contrarias. Por otra parte, entre
Inter multa etiam vera quae demonstrantur, muchas verdades demostradas se introduce de
immiscetur aliquando aliquid falsum, quod vez en cuando algo falso que no se demuestra,
non demonstratur, sed aliqua probabili vel sino que se acepta por una razón probable o
sophistica ratione asseritur, quae interdum sofistica, reputada como verdadera
demonstratio reputatur. demostración. Por esto fue necesario presentar
Et ideo oportuit per viam fidei fixam a los hombres, por vía de fe, una certeza fija y
certitudinem et puram veritatem de rebus una verdad pura de las cosas divinas.
divinis hominibus exhiberi. (I CG 4,)

3. ES ESTRICTAMENTE NECESARIO LA REVELACIÓN DE LOS MISTERIOS


SOBRENATURALES

Como habíamos visto en la Introducción Santo Tomás afirmaba la necesidad de una


Doctrina Sacra en razón del fin sobrenatural al cual esta destinado el ser humano:

Respondeo dicendum quod necessarium fuit Hay que decir: Para la salvación humana fue
ad humanam salutem, esse doctrinam necesario que, además de las materias
quandam secundum revelationem divinam, filosóficas, cuyo campo analiza la razón
praeter philosophicas disciplinas, quae ratione humana, hubiera alguna ciencia cuyo criterio
humana investigantur. fuera la revelación divina.
Primo quidem, quia homo ordinatur ad Deum Y esto es así porque Dios, como fin al que se
sicut ad quendam finem qui comprehensionem dirige el hombre, excede la comprensión a la
rationis excedit, secundum illud Isaiae LXIV, que puede llegar sólo la razón. Dice Is 64,4:
oculus non vidit Deus absque te, quae ¡Dios! Nadie ha visto lo que tienes preparado
praeparasti diligentibus te. para los que te aman. Sólo Tú.
Finem autem oportet esse praecognitum El fin tiene que ser conocido por el hombre
hominibus, qui suas intentiones et actiones para que hacia El pueda dirigir su pensar y su
debent ordinare in finem. Unde necessarium obrar. Por eso fue necesario que el hombre,
fuit homini ad salutem, quod ei nota fierent para su salvación, conociera por revelación
quaedam per revelationem divinam, quae divina lo que no podía alcanzar por su
rationem humanam excedunt. (I, 1, 1) exclusiva razón humana.

Lo anterior dicho de modo silogístico, se puede expresar de la siguiente manera:

Premisa Simplemente o estrictamente necesario es el fin preconocido por los hombres,


mayor que sus intencione o acciones deben ordenar a ese fin.
Premisa Es así que el fin sobrenatural, al cual los hombres deben ordenar sus intenciones
menor o acciones, no puede ser conocido sin Revelación.
Conclusión Por consiguiente la Revelación de este fin sobrenatural y los medios
proporcionados a este fin es simplemente y estrictamente necesaria, supuesta la
gratuita ordenación de los hombres a este fin.

Premisa Simpliciter seu stricte necesse est finem esse praecognitum ab hominibus, qui
mayor suas intentiones et actiones debent ordinare in finem.
Premisa Atqui finis supernaturalis, ad quem hominis debent ordinare suas intentiones et
menor actiones, non potest cognosci sine Revelatione.
Conclusión Ergo Revelatio huiusce finis supernaturalis et mediorum proportionatorum est
simpliciter seu stricte necessaria, suposita gratuita ordinatione hominis as hunc
finem.

En este sentido la Revelación de los Misterios sobrenaturales es hipotéticamente y


estrictamente necesaria.

En este sentido el Catecismo de la Iglesia Católica afirma en el n° 50, en el Capitulo


segundo - Dios al encuentro del hombre:
50 Mediante la razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de
sus obras. Pero existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de ningún modo
alcanzar por sus propias fuerzas, el de la Revelación divina (cf. Cc. Vaticano I: DS 3015). Por
una decisión enteramente libre, Dios se revela y se da al hombre. Lo hace revelando su
misterio, su designio benevolente que estableció desde la eternidad en Cristo en favor de
todos los hombres. Revela plenamente su designio enviando a su Hijo amado, nuestro Señor
Jesucristo, y al Espíritu Santo.

También se puede persuadir la conveniencia de la ordenación gratuita del género


humano a un fin sobrenatural.

Sea desde la consideración de la infinita bondad de Dios:

Unde quidquid pertinet ad rationem boni, A la naturaleza del bien pertenece


conveniens est Deo. comunicarse a los demás, según escribe
Pertinet autem ad rationem boni ut se aliis Dionisio en el c.4 De Div. Nom. Por
communicet, ut patet per dionysium, IV cap. consiguiente pertenece a la naturaleza del bien
De Div. Nom.. sumo comunicarse a la criatura de modo
Unde ad rationem summi boni pertinet quod superlativo. Lo cual se realiza en sumo grado
summo modo se creaturae communicet. Quod cuando Dios une a sí la naturaleza creada de
quidem maxime fit per hoc quod naturam tal manera que se constituye una sola persona
creatam sic sibi coniungit ut una persona fiat de tres seres: el Verbo, el alma y la carne,
ex tribus, verbo, anima et carne, sicut dicit como dice Agustín en el libro XIII De Trin...
Augustinus, XIII de Trin.. De donde resulta evidente la conveniencia de
Unde manifestum est quod conveniens fuit que Dios se encarnase.
Deum incarnari. (III, q.1, a. 1, co)

Sea desde la consideración de deseo natural de ver a Dios:

Inest enim homini naturale desiderium Porque cuando el hombre ve un efecto,


cognoscendi causam, cum intuetur effectum; experimenta el deseo natural de ver la causa.
et ex hoc admiratio in hominibus consurgit. Si Es precisamente de ahí de donde brota la
igitur intellectus rationalis creaturae pertingere admiración humana. Así, pues, si el
non possit ad primam causam rerum, entendimiento de la criatura racional no
remanebit inane desiderium naturae. Unde llegase a alcanzar la causa primera de las
simpliciter concedendum est quod beati Dei cosas, su deseo natural quedaría defraudado.
essentiam videant. (I, q.12, a. 1, co) Por tanto, hay que admitir absolutamente que
los bienaventurados ven la esencia de Dios.

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