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Pedro Ibarra MD
Trauma Anestesia & Cuidado Critico
Clínica Reina Sofía
Profesor Asistente Fisiología Cardiovascular
Universidad Javeriana
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En el edema pulmonar existe un aumento del gradiente Alveolo arterial (A-a) necesario para poder oxigenar los eritrocitos
que atraviesan la microvasculatura pulmonar, por ello empeora la oxigenación y se requieren FiO2 cada vez mas altas. Sin
embargo el CO2 como difunde con mucha mayor facilidad que el O2, es eliminado sin mayores dificultades y la PaCO2 es
normal mientras la PaO2 es mas baja.
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En depresión respiratoria con opioides la FR es muy baja, así como el Vt. Luego la VA se disminuye y la PaCO2 aumenta.
Sin embargo si el paciente respira una FiO2 alta como 50%, el paciente puede mantener una PaO2 normal a pesar de la
hipoventilacion.
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La inspiración persigue obtener la máxima presión parcial de oxigeno posible en
los alvéolos y así tener el mejor gradiente para oxigenar la sangre óptimamente. Esta
presión parcial conocida como presión alveolar de oxigeno (PAO2) se calcula con esta
fórmula:
Ventilación
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llama ventilación del espacio muerto (Vd). La otra parte del Vt se llama ventilación
alveolar (VA) donde ocurre el intercambio. Como idea simple se puede considerar que la
Va es inversamente proporcional a la PaCO2. Así se puede resumir todo lo anterior en:
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Otro volumen pulmonar de suma importancia en anestesiología y cuidado
crítico es el volumen de cierre y su relación con la capacidad residual funcional. En el
pulmón hay dos fuerzas básicas que se oponen: la fuerza elástica retráctil o retroceso
elástico del tejido pulmonar (que explica el colapso pulmonar cuando el tórax se abre) y
la fuerza distensora de la caja torácica que tiende a expandirlo. El volumen pulmonar al
cual las dos fuerzas opuestas están en equilibrio se conoce como la capacidad residual
funcional (CRF). En la CRF el retroceso elástico del pulmón genera una fuerza igual
opuesta a la fuerza distensora de la caja torácica.
Figura 2. Esta ilustra el concepto del punto de presiones iguales (PPI) que cuando ocurre en los bronquiolos respiratorios
desprovistos de cartílago generan el cierre de la vía aérea por colapso. Nótese que solo ocurre en pacientes normales en espiración
forzada. En cambio en pacientes con enfisema ocurre con Vts normales, se puede ver cómo el retroceso elástico al final de la espiración
cae de -5 cmH2O a -1 cmH2O, por lo que una leve espiración de +5 cmH2O hace que la presión intrapleural sea de +4 cmH2O por lo que el
PPI ocurre más distal y se ocluye la vía aérea. Además nótese como se corrige el cierre de la vía aérea con la maniobra de espiración
contra la glotis parcialmente cerrada. Esto es el equivalente fisiológico del CPAP, por eso a los enfisematosos severos se les dice: los
“pujosos rosados” (pink puffers), pues para evitar que el PPI ocurra a Vts normales, mantienen un CPAP constante que hace de férula
sobre los bronquíolos respiratorios y por lo tanto logran una SpO2 normal. Modificado de Benumof. 1
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Es importante recordar que la vía aérea esta recubierta de cartílago hasta la
onceava bifurcación (bronquiolos terminales) y mas allá de la onceava (bronquiolos
respiratorios) ellos ya están desprovistos de este lo que los hace colapsables.
Normalmente el retroceso elástico del pulmón tiende a “traccionar” los bronquiolos
respiratorios y evita que estos se colapsen pues el punto de presiones iguales en las
vías aéreas ocurre normalmente en una parte de los bronquiolos terminales. Sin
embargo al igual que una banda elástica que se estira menos y menos la fuerza de
retracción es menor a menor longitud de estiramiento o lo equivalente en el pulmón, a
menor volumen pulmonar menor retroceso elástico. De esta manera cuando el volumen
pulmonar se reduce (en espiración forzada) se puede llegar a un punto en que la vía
aérea se colapsa si el punto en que las fuerzas son iguales ocurre en un bronquiolo
respiratorio (que carece de soporte cartilaginoso); el volumen al que este fenómeno
ocurre se conoce como el volumen de cierre (VC). Como es de suponerse una vez
llegado este punto el intercambio de gases cesa. En condiciones normales la CRF es
superior al VC por lo que no representa un problema en pacientes sanos, sin embargo
no siempre es así. En muchos pacientes en el perioperatorio el VC se acerca o incluso
excede la CRF (a medida que se envejece la relación entre el VC y la CRF es mayor),
por lo que en espiraciones normales se puede estar observando cierre de vías aéreas y
por ende trastornos de intercambio gaseoso tipo “shunt” en que las unidades
ventilatorias tienen flujo sanguíneo pero no ventilación y por lo tanto la oxigenación cae.
(Figura 3) Esto esta relacionado con la cirugía abdominal alta y la torácica en que el
dolor y otros reflejos intrínsecos que se desencadenan durante la cirugía hacen que la
excursión diafragmática se limite considerablemente y la presión intrapleural se haga
menos negativa y así la fuerza neta de distensión de la vía aérea sea menor y se llegue
a cierre de vías aéreas a volúmenes pulmonares mayores a los normales especialmente
en decúbito. En esta situación el VC es superior a la CRF y se producen áreas de shunt.
De ahí se deduce lo indispensable que es una adecuada analgesia con terapia
respiratoria incentiva en estos pacientes.
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Figura 3. Observe la relación entre el volumen corriente en estado alerta y bajo anestesia general y la capacidad de cierre
(CC). Solo los pacientes sanos tienen Vts bajo anestesia que son superiores a la CC. Los pacientes con patologías pulmonares u obesas
requerirán presión positiva continua (CPAP o PEEP) para lograr mantener sus Vt por encima de la CC. Modificado de Foltz. 2
Figura 4. Efecto de la posición, la anestesia, RNM y el desplazamiento del diafragma por la cirugía. Modificado de Foltz.2
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Para lograr controlar el cierre de las vías aéreas en estas situaciones una
medida muy simple es la de administrar PEEP (si esta en un ventilador) o CPAP (durante
respiración espontánea) al paciente. La presencia constante de una presión positiva
durante la espiración permite que esta fuerza distensora de la vía aérea funcione como
una “férula” que mantiene abierta y previene el colapso de estas vías.
Un concepto fundamental en la circulación pulmonar es el de las zonas de
West. En una persona erecta se consideran tres presiones en los pulmones. La presión
alveolar (Palv), la presión arterial pulmonar (Part) y la presión venosa pulmonar (Pven).
West define tres zonas respecto a estas presiones: la zona I es en el ápice donde la Palv
es superior a la Part y a la Pven. La zona II la Part > Palv > Pven y la zona III Part > Pven > Palv.
(Fig. 5) Así se define la zona I como espacio muerto fisiológico, donde hay ventilación sin
flujo. Si la zona I se amplía (por ejemplo con hipotensión o hipovolemia que produzcan
una caída de la presión en la arteria pulmonar) el espacio muerto se incrementa y la
eliminación de CO2 se altera. Por eso la capnografía es un elemento de extrema utilidad
en los casos de inestabilidad hemodinámica, pues si el CO2 espirado (EtCO2) cae
súbitamente implica necesariamente un cambio hemodinámico severo, así mismo la
recuperación del EtCO2 a valores previos a los del evento sugieren una reanimación
adecuada ya que la producción de CO2 excepcionalmente cambia abruptamente.
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Figura 5. Diagrama de las zonas pulmonares de West. Modificado de West.
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detectar embolismo graso-trombos con una caída de la EtCO2 y un aumento de la PaCO2
si no se modifica el Vm. (Ver figura 6)
Figura 6. Causas de hipercapnia. Obsérvese el efecto de la caída del flujo sanguíneo pulmonar sobre la PaCO2. El EtCO2,
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disminuye y en cambio la PaCO2 aumenta, porque que el CO2 producido no se elimina. Modificado de Foltz.
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vasoconstricción y entonces permite el flujo a través del pulmón colapsado produciendo
un shunt significativo y por lo tanto desaturación arterial. En estas circunstancias es
necesario titular los agentes anestésicos y administrar oxigeno con flujo continuo con
presión positiva (CPAP) al pulmón colapsado para lograr oxigenar parcialmente la
sangre de este pulmón y atenuar el efecto shunt.
Así se ve que las fuerzas que tratan de filtrar liquido son la presión hidrostática
intravascular e intersticial (porque es negativa y “succiona” fluido) y la presión oncótica
intersticial y la que lo trata de impedirlo es la presión oncótica intravascular. En
condiciones normales la Pi es de 10 mmHg, la Pe es de -8 mmHg y la πe es de 8
mientras la πi es de 26 mmHg, por lo que resultado neto de fuerzas oscila alrededor de
cero. Por eso cambio pequeños de alguna de estas variables genera rápidamente la
filtración neta o reabsorción de fluido. Sin embargo la capacidad del sistema linfático
pulmonar es enorme y permite que aun con significativa filtración se puedan preservar
“secos” los alvéolos y solo cuando finalmente se satura el sistema puede aparecer
edema pulmonar clínicamente significativo con alteración de la PaO2.
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Aumento de la Pi Mayor negatividad Disminución de πi Aumento de πe Disminución
de Pe drenaje linfático
Tabla 1. Efectos de modificaciones determinantes de Starling y del drenaje linfático que llevan a edema pulmonar
Distensibilidad pulmonar
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La diferencia entre los valores de la CLD y CLS refleja la resistencia de la vía
aérea. Así un paciente normal tendría 700mls de Vt con una presión pico aérea (Ppa) de
10 cmH2O, una presión meseta de 7 cmH2O y un PEEP de 0, dando estos parámetros,
una CLD de 70mls/cmH2O y una CLS de 100mls/cmH2O. La diferencia representa la
resistencia de la vía aérea. En un paciente con asma se podría tener con un Vt de 700
un gradiente entre PPVA y PEEP de 50 cmH2O y una presión meseta de 10 cmH2O. Así
la CLD seria de 14mls/cmH2O y la CLS seria de 70ml/cmH2O. Claramente habría una
gran diferencia entre las dos atribuible a un gran aumento de la resistencia de la vía
aérea propia de esa patología. Así un paciente infectado con septicemia podría tener los
siguientes parámetros: Vt 700ml, PPVA de 60 cmH2O, una PMVA de 40 cmH2O y un
PEEP de 10 cmH2O dando respectivamente una CLS de 14ml/ cmH2O y una CLD de
23ml/ cmH2O. En esta situación se ve que la diferencia es mucho menor entre las dos y
por lo tanto la alteración de distensibilidad se da por problema parenquimatoso y no por
resistencia de la vía aérea.
Este concepto es muy importante al manejar pacientes con CL disminuida pues
puede haber alteración o de la vía aérea o del parénquima o de ambos que explique esta
situación anómala y obliga a la determinación de la CLS y finalmente tiene implicaciones
terapéuticas (Ej. manejo del ventilador).
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presión elevada de la vía aérea realmente se debe a exceso de volumen alveolar más
que a efecto directo de la presión en si. Por esto el problema se llama considera hoy
como volotrauma. Este problema se observa principalmente en el síndrome de dificultad
respiratoria del adulto (SDRA) en que hay daño extenso de innumerables alvéolos que al
estar “inundados” por elementos infecciosos o detritos inflamatorios se convierten en
unidades extraordinariamente rígidas no funcionales. En cambio persisten focos de
unidades alveolares que persisten en condiciones quasi-normales. (El pulmón en SDRA
avanzado se conoce como “pulmón de bebe” por la menor proporción de tejido
funcional). Así cuando se ventila un paciente con esta patología lo que realmente esta
ocurriendo es que la mezcla de oxigeno administrada se distribuye en esta unidades
quasi-normales y si estas representan por ejemplo el 20% del total del tejido la
administración de volúmenes corrientes normales claramente son excesivas para esta
pequeña parte de tejido. Algo similar ocurre con la administración de presión positiva al
final de la espiración (PEEP). Este PEEP pretende “evacuar” el fluido intraalveolar;
mantener una presión intraluminal que evita el colapso de la vía aérea y así mejora la
relación CRF-VC y finalmente reclutar alvéolos colapsados mejorando la distensibilidad.
En SDRA el problema nuevamente radica en que la mayoría del tejido que esta
“enfermo” (Ej. 80%) al ser muy rígido es virtualmente inmune a las presiones de la vía
aérea por requerir presiones para “abrirlos” en el rango no fisiológico y por esta razón el
PEEP es realmente aplicado al 20% quasi-normal y ubican esos alvéolos con mayor
volumen en la parte menos distensible de la curva presión-volumen. Por esto se acentúa
el fenómeno de concentración de todo el manejo ventilatorio sobre esta fracción del
tejido pulmonar. Así hoy se ha popularizado la limitación de las presiones inspiratorias a
valores inferiores a los usadas anteriormente (40 a 45 cmH2O); el uso de Vt inferiores a
los tradicionales 7-12ml/kg y una optimización del PEEP titulando su efecto sobre el
reclutamiento alveolar. En estos estadios avanzados si no se logra “reposar” el pulmón la
misma terapia ventilatoria induce mayor daño pulmonar al desencadenar mayor
inflamación por el volotrauma.
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De esta manera se entiende que el objetivo de la terapia ventilatoria debe
distanciarse del tradicional de tratar de obtener parámetros gasimétricos normales. Así
como otras variables fisiológicas en situaciones como el SDRA los parámetros deseables
son diferentes: PaO2 » 50-55 mmHg (alrededor de 85-90% SaO2 en Bogota y 88-92% a
nivel del mar) y PCO2 resultantes de un Vt inferior al normal que permita mantener la
PaO2 mencionada. Es importante comprender que un PCO2 de 100 mmHg es
fisiológicamente tolerable si el pH es superior a 7.25 (corrección con tampones como
bicarbonato o THAM).
Problema: HIPOXEMIA
Se define como una SpO2 inferior a la normal al aire ambiente, a nivel de 2640
mts de Bogota, es inferior a 85% (valor arbitrario, pues lo normal es entre 92-95%);
mientras a nivel del mar hipoxemia en una SpO2 inferior a 90%. Este es uno de los
problemas más comunes en la práctica anestésica. Se pueden analizar los siguientes
puntos muy bien descritos por Benumof1:
a) Problema del equipo: puede ser por administración de una FiO2 baja (por
experiencia se requiere al menos 24-5 % de FiO2 en una paciente bajo
anestesia general para mantener una SpO2 similar a la de respirar alerta al
aire ambiente. Se descarta fácilmente con seguir las normas mínimas del
ejercicio de la anestesiología en Colombia y Latinoamérica: el uso
obligatorio de un analizador de O2 a la entrada del TOT del paciente. Otro
problema de “equipo” descrito es la de la obstrucción del TOT, o intubación
selectiva, esto se puede obviar casi siempre con la auscultación rutinaria
de los dos hemotórax posterior a la intubación.
b) Hipoventilación: este es un problema SOLO si la FiO2 es muy baja, pues
como se expresó antes, se puede tener una PaCO2 elevada con PaO2
normales mientras la FiO2 proporcione una PAO2 de al menos unos 55-65
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mmHg a nivel de Bogotá, 90-100 mmHg a nivel del mar; la PaO2 resultante
es normal.
c) Disminución de la CRF: este es un problema común en la práctica
anestésica, y se produce por la posición supina, cambios en el tono de la
musculatura incluyendo el diafragma, la relajación neuromuscular, la
administración excesiva de fluidos, las atelectasias por absorción
relacionada con FiO2 elevadas, la intervención quirúrgica (desplazamiento
de los contenidos contra el diafragma); la taquipnea (ventilación de espacio
muerto); y la reducción de la motilidad mucociliar. Todos estos fenómenos
facilitan la reducción de la CRF y por lo tanto favorecen que sea inferior al
volumen de cierre. Esto produce un aumento de las zonas con shunt
intrapulmonar (relación V/Q muy baja) con la respectivo aumento del
gradiente A-a y por lo tanto favorece la aparición de hipoxemia si la FiO2 no
se eleva.
d) Disminución del GC: una disminución importante del GC en una situación
donde el VO2 sea normal, implica una caída marcada de la SvO2 que hace
que haya mezcla venosa y la PaO2 es menor. (Con una pequeña cantidad
sangre muy desaturada que se mezcle con la oxigenada, a través de
shunts normales, se produce una desaturación global).
e) Inhibición de la vascoconstricción pulmonar hipóxica: la VHP es un
mecanismo que trata de optimizar la relación V/Q de las diferentes
unidades de intercambio. Si hay un área no ventilada, se produce
vasoconstricción que disminuye e flujo por esa área. Si la VHP se inhibe se
“desoptimiza” la relación y se puede empeorar la oxigenación. Este es el
caso que se enfrenta en la ventilación selectiva, donde al colapsar un
pulmón este en condiciones normales tendría una perfusión muy baja, pero
los medicamentos anestésicos al inhibir la VHP permiten un shunt que
puede ser significativo y por lo tanto producir desaturaciones que requieren
de expansiones y/o ventilaciones del pulmón colapsado.
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f) Shunt D-I: en los pacientes normales, el foramen oval no está sellado
anatómicamente, sino funcionalmente. El “flap” del septum interauricular
cierra el foramen adosándose a este cuando las presiones auricular
izquierda es superior a las de la aurícula derecha. Sin embargo este “flap”
es abatible hasta en un 20-30% de las personas sanas. Cuando las
presiones derechas aumentan abruptamente, como en un embolismo
pulmonar, el gradiente de presión se invierte, y se abate el “flap”,
permitiendo un shunt de derecha a izquierda con la resultante caída de la
oxigenación arterial.
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Principios de Fisiología Cardiovascular
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Entonces con estos datos y al recordar que el aumento de la FC es un determinante que
incide tanto para disminuir el aporte como para aumentar la demanda de oxígeno
miocárdico (MVO2) es claro que no es el ideal cambiar la FC para mejorar el GC a través
de incrementar indirectamente, el inotropismo.
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Figura 7A. Efecto del cambio de FC con un marcapaso sobre el GC de un corazón farmacológicamente denervado. Modificada de Ross
Figura 7B Se puede observar el marcado efecto del aumento de la FC sobre el GC en los niños, y el efecto mucho mas discreto sobre los
adultos. Al comparar con la Figura 7A, se puede concluir que el beneficio de la FC sobre el GC en los adultos se produce no por el
aumento de la FC per se, SINO por el efecto inotrópico positivo de la taquicardia. Figura modificada de Lake. 6
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interpretación de estos datos. Estas características están representadas por la
distensibilidad ventricular.
Figura 8A. Se observa como al aumentar el Ca++ sarcoplásmico aumenta la fuerza de contracción de la sarcómeras tanto a
una longitud de 1.9-2.04 micras, como mas estiradas a 2.3-2.5 micras. Esto demuestra el efecto crucial de la disponibilidad de Ca++
intracelular para determinar la magnitud de la fuerza de contracción. Nótese que es un efecto que no depende de la interacción de los
filamentos gruesos y delgados de las sarcómeras. Figura 8B. Esta fantástica gráfica muestra cómo el estiramiento de la sarcómera
aumenta la afinidad de la troponina de los filamentos delgados por el Ca++. Esto hará que la contracción de la sarcómera estirada a 2.36
micras genere mas tensión que la mas corta de 1.81 micras. Modificado de Lynch. 7
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La distensibilidad esta determinada por factores como A) la morfología
cardiaca; B) la función diastólica ventricular, y C) la interacción ventricular.
A) Un ventrículo con hipertrofia concéntrica (Ej. HTA, estenosis aórtica) tiene
una distensibilidad reducida por lo que es necesario tener en cuenta que al tratar de
obtener precargas adecuadas con PCP mas altas de lo usual se puede llegar a valores
críticos para la aparición de edema pulmonar; y viceversa un ventrículo dilatado (Ej. falla
cardiaca, insuficiencia aórtica) tendrá precargas adecuadas con PCP que pueden ser
menores a las usuales al tener distensibilidades muy aumentadas.
B) Recientemente se ha considerado la función diastólica ventricular como un
parámetro muy importante, ya que al existir situaciones en las que hay deterioro del
proceso de relajación ventricular agudo (Ej. isquemia, o administración de inotrópicos) o
subagudo (Ej. miocardio "aturdido") o crónico (Ej. tejido cicatricial post IAM) ocurre una
reducción en mayor o menor grado de la distensibilidad. Como se recuerda no solo la
contracción consume energía sino también la relajación. Sin embargo cuando hay déficit
de energía el miocardio “sacrifica’ primero una relajación completa y luego frente a
escasez mas severa, la contracción. Por ello la distensibilidad cambia agudamente en
los pacientes coronarios y es susceptible de modificarse. Por estos cambios agudos en
los pacientes coronarios, la interpretación de las mediciones de la precarga empleando
los valores de presiones debe ser cuidadosamente realizada.
C) La interacción ventricular también modifica significativamente la
distensibilidad ventricular, siendo bien conocido como la disfunción ventricular izquierda
(por lo tanto volúmenes de fin de sístole y diástole aumentados) limita el llenado del
ventrículo derecho y viceversa como cuando se aumenta la postcarga del ventrículo
derecho (Ej. tromboembolismo pulmonar) se limita el llenado ventricular izquierdo tanto
por efecto mecánico como por disminución del volumen latido derecho.
Teniendo todo lo anterior en cuenta es importante recordar entonces que esta
disminución de la distensibilidad es deletérea ya que al ser necesarias presiones
mayores para lograr adecuadas precargas se incide entonces sobre el aporte de oxígeno
(disminuye el gradiente de perfusión coronaria) y aumenta el consumo (por Ley de
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Laplace se aumenta la tensión) favoreciendo la aparición de isquemia. Es necesario
entonces tener en cuenta todos estos factores para tratar de corregirlos y mejorar la
distensibilidad ventricular (Ej. corrección isquemia, disminución de la postcarga con
vasodilatadores etc.)
Este parámetro tampoco es fácilmente cuantificable pero se puede tener una
idea aproximada de dos formas asequibles: una con un ecocardiograma que estudie la
relajación ventricular o con mayor precisión, las pendientes de llenado ventricular o en
forma clínica observando la respuesta de las presiones de llenado al administrar bolos
de volumen intravenoso. Así cambios importantes de las presiones con bajos volúmenes
administrados sugieren que se esta frente a un ventrículo en una curva de poca
distensibilidad. Viceversa cambios mínimos de presión en respuesta a estos mismos
bolos indican estar en una curva de gran distensibilidad.
Por esta razón al tener que hacer mediciones indirectas de la precarga es
indispensable tener en cuenta la distensibilidad del ventrículo y hacer así una adecuada
interpretación de los datos obtenidos ya que dos ventrículos con distensibilidades
distintas pueden tener VFD muy diferentes a pesar de tener PVC o PCP iguales, y es el
VFD el que determina el Vl no las presiones. (Ver Fig. 9A y 9B y 10A y 10B) y abajo
Distensibilidad).
Figura 9A. Ley de Frank-Starling. A mayor precarga mayor volumen latido o GC.
Figura 9B. Representación del efecto de la mejora de la precarga en una curva presión-volumen.
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Figura 10A. Curvas de distensibilidad ventricular. (Estas curvas son pasivas, son mediciones que se hacen con el llenado
del ventrículo, a diferencia de la curva de Frank-Starling que representa una curva activa de contracción). A mayor precarga mayor PFD,
estas presiones son tanto mayores cuanto menores sean las distensibilidades. Figura 10B. Se puede observar el efecto adverso de una
reducción de la distensibilidad sobre el volumen latido. Para compensar una distensibilidad reducida se tiene que aumentar las presiones
de llenado para mejorar la precarga. Por eso por Ej. Un paciente con una estenosis aórtica depende de la contracción auricular y entra en
falla cardiaca cuando desarrolla fibrilación auricular.
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Otro aspecto muy importante de la postcarga es el hecho de ser un importante
determinante de consumo miocárdico de oxigeno, así en un paciente con isquemia, el
reducir la postcarga representa una mejora de la relación aporte-demanda del MVO2.
Por lo anteriormente descrito se vislumbran las razones por las que la anestesia
regional genera ventajas en casos de disfunción ventricular (siempre y cuando la
monitoría sea equivalente a la que se utilizara con anestesia general).
D)El inotropismo o contractilidad es la "calidad" de la contracción cardiaca y es
un parámetro de difícil cuantificación. Se puede simplificar su explicación afirmando que
éste está determinado por la disponibilidad de Ca++ intracelular. A mayor Ca++ mayor
fuerza de contracción y por lo tanto mayor Vl y viceversa. En la figura 5 en que se grafica
un latido A se observa que el inotropismo se puede representar por la relación volumen-
presión de fin de sístole. Esta relación determina simplemente la máxima presión que
puede generar un ventrículo al contraerse. Si el inotropismo o "calidad" de contracción
aumenta la relación se desplazará a la derecha y por lo tanto un latido con igual VFD e
igual postcarga generará un volumen latido superior (ver latido B en Fig. 12). Es por lo
tanto razonable aumentar el inotropismo para aumentar el Vl teniendo en cuenta que el
inotropismo positivo produce un aumento del MVO2 (aumento que se compensa si se
disminuye el MVO2 al disminuir la dilatación ventricular) y pueden reducir la
distensibilidad miocárdica.
Figura 11A y 11B. El aumento de la postcarga hace que volumen latido disminuya. Este es un efecto transitorio en el
corazón normal, pues este corazón corrige con un aumento de precarga, al quedar un volumen residual mayor. La postcarga es relevante
solo cuando hay disfunción ventricular en quien ya se ha agotado la compensación de la precarga.
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Figura 12. El aumento del inotropismo produce un aumento del volumen latido.
Transporte de oxigeno
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≅ 1000 mlO2/min) y la Er varia discretamente hasta 30-40%. En condiciones patológicas
el DO2 no puede aumentar lo suficiente y si el VO2 esta aumentado (Ejs. por fiebre,
síndrome de respuesta inflamatoria sistémica [SIRS] o respuesta postquirúrgica) la única
opción es aumentar la Er hasta el máximo fisiológicamente posible en forma aguda
50%.
Para mejorar el DO2 se puede intervenir tanto el GC como el CaO2. El GC
normal para una persona de 70 Kg. es 5 l/min y el CaO2 con una Hb de 14 g% y SpO2 de
95% es de ≈20 mlO2/100 ml de sangre. Mejorar el DO2 a través de aumentos del CaO2
es difícil pues aumentar la Hb no es benéfico en esos niveles de hematocrito y con una
SpO2 de 95% el aumento seria de solo un 5%. Luego la única opción es la de mejorar el
GC lo cual se logra muy fácilmente considerando que alguien sano puede duplicar el GC
sin problemas. [Incluso se han reportado GCs de hasta 58 l/min en un atleta de alta
competencia!]
Problema: HIPOTENSION
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cruentas, perdidas de líquidos en el tercer espacio, los pacientes NO están
hipovolémicos bajo anestesia. Sufren una hipovolemia “relativa” al enfrentar “secuestro”
de buena parte de la volemia en los lechos venosos, por la vasodilatación producida por
los anestésicos. Luego administrar volúmenes generosos resulta ser una solución
inapropiada para una aparente situación de hipovolemia.
Hay situaciones sin embargo donde el paciente podría estar hipovolémico pero
sin signos evidentes de ello. En estos casos, la administración de cualquier anestésico
puede producir cambios hemodinámicas severos. Es el caso común de un paciente
traumatizado en quien es fácil errar al evaluar su estado de volemia. La titulación de la
volemia sin embargo, difícilmente puede hacerse con los datos de PVC o PCP. La razón
es sencilla, estos valores dependen del volumen en un recipiente de paredes
cambiantes. Luego dos pacientes con volemias muy distintas pueden tener la misma
PVC! La PVC de un paciente normovolémico puede ser 5 mmHg, mientras que la de un
hipovolémico puede ser igual si el tono venoso es mayor (por Ej. se le esta haciendo una
curación de una herida que produce dolor, y aumento del tono simpático, incluso el
venoso). Así mismo si al primer paciente se le administra una regional, su PVC será baja
(0-1 mmHg) similar a la de un paciente francamente hipovolémico. Estos cambios se
suceden durante en intraoperatorio con cambios de la profundidad anestésica,
mostrando la necesidad de interpretar los datos de la PVC o PCP (parámetros que se
han denominado estáticos) según el tono de la vasculatura o rigidez de las cavidades
ventriculares.8 Por ello se esta reconociendo la utilidad de los parámetros dinámicos para
medir con mejor certeza la volemia. Uno de estos métodos, es útil en pacientes
sometidos a ventilación con presión positiva. En los pacientes hipovolémicos se
encuentra que la presión sistólica máxima es bastante diferente a la mínima sistólica
durante un ciclo respiratorio. Esta variación sistólica de la presión (VSP) mayor a 6-7
mmHg se ha demostrado que se correlaciona mejor con la volemia que los métodos
tradicionales.
Como la VSP solo se puede evaluar en pacientes con ventilación con presión
positiva y con línea arterial, se limitaría un poco la evaluación de la volemia. Una manera
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de evaluarla en forma grosera, es la de hacer maniobras dinámicas y observar sus
efectos sobre la presión. La prueba de ortostatismo siempre y cuando el paciente no
tenga alteraciones del sistema autonómico, permite detectar hipovolemias relevantes,
pues pequeños cambios de posición producen cambios importantes de presión, tanto
mayor la hipovolemia (mientras el paciente NO haya recibido medicación sedante o
anestésica alguna).
Una pregunta interesante es: Qué importancia tiene la hipotensión en un
paciente? No tanta como se ha creído tradicionalmente. La propuesta tradicional de
mantener la PA dentro del 30% del valor inicial carece de explicación alguna. Lo más
importante en el sistema cardiovascular es el flujo, o sea el gasto cardiaco. Mientras el
GC se mantenga, es posible tolerar presiones arteriales bajas sin efectos adversos. Así
hay casuísticas de miles de pacientes ancianos (mayores de 70 años) sometidos a
reemplazos de cadera con PAM entre 45-50 mmHg sin efectos adversos, PERO
9,10
manteniendo el GC normal o aumentado. Incluso se ha demostrado en pacientes
sépticos en cuidado intensivo, que el aumento de la PAM de 65 mmHg a cifras como 75
11
u 85 mmHg de PAM, no se traducen en beneficio alguno para los pacientes.
Nuevamente lo esencial es el flujo a los tejidos.
La anestesia general se asocia a hipotensión tanto por caída de la RVS como
del GC, mientras que la regional disminuye la PA tanto por caída de la RVS como por
disminución de la precarga (venodilatación). Por esta razón es más tolerable la
hipotensión de la regional que el de la anestesia general. En caso de mantener PA bajas
es esencial entonces evaluar el GC. Sin embargo la evaluación del GC aun es
dispendiosa, pues requiere de un catéter de arteria pulmonar, NICO (Non-invasive
cardiac output (recirculación CO2), doppler esofágico, LIDCO, PiCCO etc. Un método de
evaluación indirecta pero altamente eficaz es la de la saturación venosa de oxigeno. Una
SvO2 baja indica una mayor extracción de oxigeno en la periferia y por lo tanto un GC
que apenas suple las necesidades del paciente, mientras que una SvO2 alta sugiere un
GC alto, y adecuado. Por ello la SvO2 ha resurgido como un parámetro sencillo que
27
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permite evaluar el GC apropiadamente. (No necesita ser mixta, puede ser una muestra
central). 12
Si el paciente muestra evidencia del efecto adverso de la hipotensión,
(extrasistolia, cambios ST, caída del EtCO2) además de superficializar al paciente, y
eventualmente administrar líquidos, una medida a seguir es la de administrar
vasopresores/inotrópicos transitoriamente. La catecolamina más accesible y simple de
usar así es la epinefrina. Esta comúnmente esta disponible en frascos de lidocaína con
adrenalina. Así un ml de una solución de lidocaína 1% con adrenalina trae 5 mcg y 10
mg de lidocaína. Una dosis de 5 mcg puede producir un efecto discreto y permitir titular
bolos adicionales o dar tiempo para que las otras medidas hagan efecto (la dosis de
lidocaína administrada es ínfima para producir efectos clínicos). Así mismo se pueden
administrar 2 o 3 mls adicionales si es necesario. Dosis de 10-15 mcg ya producen
efectos mayores. Es importante recordar que la epinefrina se hidroliza rápidamente y su
efecto es transitorio (<1-2 min). En situaciones críticas una ampolla de un mg adrenalina
en 500 ml de SSN suministra 2 mcg/ml de adrenalina y se administra titulando a
necesidad. Dosis bajas proporcionan un efecto inotrópico (receptores β) y a dosis
crecientes efecto presor (receptores α).
En el escenario de la anestesia regional como bloqueos peridurales o espinales
la fisiología esta relacionada principalmente a una caída del tono venoso severo que
reduce el retorno venoso y así cae el Vl. El tono arterial y por tanto la RVS cae en menor
grado y contribuye a la caída de la PA. En esta situación al tener hipotensión sintomática
o hipotensión en un paciente de riesgo (Ej. coronario, enfermedad cerebrovascular o
paciente en cesárea/parto) es necesario recurrir al uso de vasopresores siendo los mas
populares la etilefrina (Effortil ®) en menor grado por su disponibilidad en nuestro medio,
la efedrina que muy es popular en anestesia obstétrica pues produce mayor efecto
inotrópico que constrictor y así tiene efectos discretos sobre la perfusión uterina-
placentaria-fetal. Una medicación difícilmente conseguible en nuestro medio es la
neosinefrina, que es una amina sintética con efecto α puro, y que cada vez esta siendo
considerada como la primera elección inclusive en anestesia obstétrica.
28
P Ibarra- Versión 2005
Es importante tener presente que no toda hipotensión es deletérea, pues si no
hay situaciones especiales que exigen un flujo arterial dependiente de presión
(enfermedad coronaria con estenosis criticas, enfermedad cerebrovascular con estenosis
carotídeas o pacientes embarazadas que tienen perfusión placentaria presión-
dependiente), la hipotensión asociada a GC reducido por los agentes anestésicos se
presentan simultáneamente con caída del VO2 corporal y cerebral, pudiendo existir una
relación DO2:VO2 aceptable al menos transitoriamente.
Problema: ANEMIA
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P Ibarra- Versión 2005
suficientes líquidos para reanimar el paciente y controlar el shock se puede aumentar el
GC y así compensar la caída del CaO2 con un aumento del GC manteniendo un DO2
normal. Importante es recordar que al disminuir el hematocrito la viscosidad sanguínea
disminuye y favorece un aumento tanto del GC, como reducción de la RVS. Esto pues se
optimiza la microcirculación pues se abren muchos lechos que normalmente
permanecen cerrados y se mejora la extracción al hacer mas nutrida la malla capilar en
los tejidos. Así se entiende que si la Hb de 12 g% disminuye a 6 g% una duplicación del
GC compensa la caída del DO2 y así la VO2 debe permanecer sin cambios. Por ello lo
mas importante en este escenario es el de mantener una volemia adecuada y optimizar
la función cardiovascular para que el GC pueda incrementarse a necesidad. Esto es
MUCHO MAS importante que la transfusión per se. Analizando casos se puede entender
que excluyendo los casos de exsanguinación (lesiones de cava retrohepática, o lesiones
aórticas) en quienes aun con cantidades ilimitadas de productos sanguíneos es difícil
obtener buenos resultados, la anemia EXCEPCIONALMENTE es la causa de muerte en
estos pacientes. En cambio el shock producido por la HIPOPERFUSION si es el
responsable de desencadenar todas las cascadas inflamatorias que inducen el SIRS
(Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica).
De esta manera la indicación fisiológica de la transfusión debe ser SOLO,
cuando la transfusión logre una mejora del VO2, o sea que debe hacerse cuando el DO2
optimizado a través de mejorar el GC sea insuficiente para mantener el VO2. La
evidencia muestra como ni siquiera en pacientes coronarios, es necesario mantener
hematocrito superiores a 24% para mantener la homeostasis.
Un comité de estudio de la ASA publicó sugerencias respecto a las
transfusiones: menos de 6 g%, transfundir; de 6-10 g% transfundir a necesidad según la
situación clínica y >10g % no transfundir. La necesidad clínica varia de acuerdo al clínico
que maneja el caso, sin embargo vale la pena realzar que la experiencia muestra que la
transfusión tiene un elemento “cosmético” muy común, “lo transfundí porque estaba muy
pálido”… Una paciente sana de 40 anos sometida a una histerectomía que tenga un Hto
de 24% habitualmente no requiere una transfusión a menos que este con síntomas como
30
P Ibarra- Versión 2005
taquicardia marcada y necesidad de altos volúmenes de líquidos para evitar la
hipotensión ortostática.
Las transfusiones deben asumirse como lo que son: un transplante de un tejido.
Como tal, además del riesgo de transmisión de enfermedades, también inducen una
inmunosupresión por la gran carga antigénica a que se somete el paciente “abrumando”
al sistema inmune. En los pacientes críticos se ha podido identificar que las
transfusiones masivas como factor independiente generan un aumento del riesgo de
muerte independiente de los otros parámetros que demuestran la gravedad clínica de los
13
pacientes. Un estudio reciente ha mostrado dudas de su beneficio aún en pacientes
con eventos coronarios agudos. 14
Una aproximación al problema puede ser nuevamente el utilizar la saturación
venosa SvO2 (con un catéter central simple). Por la formula de Fick anteriormente
expuesta se entiende que si aumenta el VO2, solo hay dos opciones para suplirlo, ya sea
mejorando el DO2 (el GC o CaO2) o aumentando la Er. Se entiende entonces que si el
DO2 cae la única manera de mantener el VO2 estable ( y por lo tanto evitar la isquemia
tisular) es aumentando la Er. Luego la diferencia A-v de O2 aumenta, y la SvO2 es menor.
Así se entiende que observar la evolución de la SvO2 permite saber que tan adecuado es
el DO2, entonces si la SvO2 es baja (<60% que se acerca al límite de la Er máxima)
además de aumentar el GC se puede transfundir para mejorar el DO2 y evitar así que
haya caída del VO2 y por lo tanto acidemia por isquemia tisular. (Fig.13) 15-17
31
P Ibarra- Versión 2005
Figura 13. El objetivo del SCV es el de mantener el VO2 a toda costa, pues esto garantiza la viabilidad del paciente. Como
se ve con la fórmula VO2 DO2 x Er ; el VO2 se puede mantener normal aunque el DO2 baje, pues la Er puede aumentar hasta un máximo
fisiológico de cerca al 60%. Cualquier caída adicional del DO2 implica que como la Er no puede aumentar mas, el VO2 va a empezar a
disminuir. Este punto en que hay una relación lineal entre el DO2 y el VO2 se conoce como el DO2crit. Estos son conceptos teóricos pues
aunque algunos abogan que se puede documentar ésto con un catéter de arteria pulmonar, la verdad es que como el DO2 y el VO2 se
calculan con casi el mismo grupo de datos obtenidos por el CAP, se produce un artificio conocido como [acople matemático[ y genera
datos no confiables. En el mundo perfecto se podría medir el VO2 con calorimetría indirecta (estándar de oro) y el DO2 con gasto cardíaco
real, por flujo aorta ascendente (con un transductor que envuelve la aorta) o incluso con un Doppler aórtico. Estas situaciones son distantes
de la práctica clínica.
Conclusión
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