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1. ¿Qué es la paciencia?

Se conoce como paciencia a la capacidad humana de soportar o tolerar


situaciones molestas, irritantes o de adversidad con tal de conseguir
un objetivo deseado, o de hacerlo de una manera deseada.

Las personas pacientes podrían de esta manera soportar condiciones externas


con ánimo ecuánime, es decir, controlando sus emociones y sabiendo esperar o
perseverando en su conducta.

El término paciencia proviene del latín, especialmente del


vocablo pati (“sufrir”), herencia del griego pathos. De allí que esté
emparentado con paciente (de hospital): “el que sufre”. Quizá por eso el
cristianismo lo asume como una de sus virtudes del espíritu, dado que
esta religión temprana valoraba el sufrimiento del cuerpo como una vía de
elevación hacia dios.

Sin embargo, la paciencia es un rasgo común entre las personalidades tenidas


como maduras o iluminadas, no sólo en la tradición occidental, sino en las
orientales. El budismo zen a menudo representa a sus hombres sabios como
infinitamente pacientes, libres de las urgencias y los atropellos de la juventud o la
ignorancia.

A menudo la paciencia se interpreta como la capacidad de esperar a que las


cosas se produzcan, sin anticiparse o angustiarse en exceso, pero no debe en
ese sentido ser confundida con la comodidad, la depresión o la apatía.

La paciencia es, a diferencia de estas, una postura activa frente a los eventos que
se desea que ocurran. El contrario de la paciencia es la impaciencia, es decir, el
apuro, la premura, la desesperación.

Ver también: Entusiasmo.

2. La paciencia como valor

La paciencia ha sido considerada un valor por diversas tradiciones culturales


humanas, y en la actualidad se la considera un rasgo de toda personalidad
madura. Sin embargo, la paciencia puede apreciarse de diversas formas y en
distintas situaciones:

 La paciencia como perseverancia. El talento para resistir en situaciones


de lentitud, de opresión o de espera prolongada, como pueden ser los
trámites burocráticos, las salas de espera en el médico o el retardo de un
medio de transporte, es una de las formas principales de paciencia. Las
personas pacientes no desesperan cuando se enfrentan a estas
situaciones, y comprenden que frustrarse y abandonar la carrera antes de
tiempo no los llevará a cruzar la meta. En cambio, insistir en su cometido a
pesar de lo molesto de la espera, eventualmente les dará lo que persiguen.
 La paciencia como tolerancia. Otra forma valiosa de paciencia es la que
se exhibe ante conductas irritantes, molestas o contrarias de otros
individuos. En lugar de rabiar, molestarse o emprender peleas inútiles, que
por lo general no resuelven nada, las personas pacientes pueden tolerar el
disenso, dejar que los demás se expresen a pesar de no estar de acuerdo o
incluso esperar al momento adecuado para opinar a su vez. De esta forma,
la paciencia puede llevar también a la asertividad.
 La paciencia como autocontrol. Otro caso emblemático de paciencia es
el que se da cuando nos vemos forzados a postergar algo que deseamos
mucho, cuando no se nos revela de inmediato una información o nos
hallamos en una situación estresante, violenta o aterradora. La paciencia
puede entonces imponerse como método y permitirnos llegar con cabeza
fría al mejor camino hacia nuestro objetivo. Es decir, la paciencia puede
consistir en aguardar por el momento perfecto para acometer una acción
deseada.

3. Frases sobre la paciencia

Algunas frases y proverbios relacionados con la paciencia pueden ser los


siguientes:

 Cualquier cosa se puede obtener mediante constancia y paciencia.


 La paciencia es el camino a la sabiduría.
 Es dulce el fruto de la amarga paciencia.
 Quien sea un maestro en la paciencia, podrá serlo en cualquier otra cosa.
 La paciencia es fuerza concentrada.
 Lo mejor se hace esperar.
 El tiempo de Dios es perfecto.
 No por mucho madrugar amanece más temprano.

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