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Montaña de la Ventana
Por
I. El Despertar
trabajo y seguiría durmiendo». Pero, como tantos, no podía darse ese lujo.
siempre la bandejita con el café con leche y tostadas con manteca. Ella
siempre sostenía que la comida más importante del día era el desayuno.
Era descreído, así lo sentía y, sin embargo, una explicación recibida desde
la pantalla le daba más confianza. Tenía esa contradicción tan común: no creer
en lo que dicen los que nos rodean y sí en ese aparato presente en la mayoría
siempre.
Sebastián nunca había tenido buena relación con sus padres. Su madre
siempre trataba de imponerle lo que según ella debía hacer, pero además le
Con el tiempo fueron naciendo sus hermanos; quería mucho a los que eran
momento de plantear alejarse del hogar. Su madre armó gran alboroto y quiso
que su marido lo llamara al orden. La objeción era: «no puedes hacer lo que
Nadie supo cómo pero fue la primera vez que el padre se puso los
ser que tengas algo que decir contra ella—. Esto último dicho en tono fuerte.
los ayudaba aun en los peores momentos. No era familiar consanguíneo, pero
por ser amiga de los abuelos de Sebastián había adoptado a la familia. Habían
fallecido hacía tiempo, y ella tomó el papel de madre de Jorge y Laura, luego
abuela cuando nació el Sebas, como ella lo bautizó, y sus hermanos.
Jorge Duarte.
Hacer estas cosas tan necesarias para los hijos, salvo la de ponerlos en su
chiquilines que eran, con cantos, con alegría, sin necesidad del rezongo o la
penitencia. Parecían creer que los niños no son tan humanos como para tener
criterio propio y aceptar una explicación de lo que se puede hacer y lo que no.
que exteriorizaba era nada más que una forma de defenderse para no sufrir la
hostilidad del medio circundante, pese a ser querido en los ámbitos donde se
movía.
su trabajo. Parecía más bien una forma de refugiarse en algo que no le dejara
decidido aislarse por no sentir la libertad de espíritu necesaria, tanto así que su
pareja parecía un calco de su madre.
las veces conseguía lo que quería. Eso sí, muy católica, al punto de lograr que
él asistiera al ritual de la iglesia.
Si salían era nada más que a bailar a algún lugar que estuviera de moda.
buen cóctel.
La Cuqui era una interrogante para Chela: ¿cómo podía ser que su nieto se
El único comentario que la abuela hizo respecto a esta relación fue: «Tu
sabes que el espíritu no está guardado detrás de los muros de una Iglesia sino
que valore solo lo que un señor con sotana diga en la resonancia de un edificio
es inteligente o afectuoso. Ese ámbito no puede llegar a convertirnos en un
de que sus palabras eran como un eco. Relacionó todo lo que Chela le había
enseñado y se dio cuenta del significado del comentario que hizo como al
Hacía tiempo que dormía intranquilo con una imagen que se repetía en su
pelo largo y lacio hasta la cintura, una belleza que lo perturbaba, poblaban ese
—No sé, hijo —le contestó—. Quizás sea mi futura nuera, ya que casi
mismo rostro de mujer en su cabeza, y ahora no solo ella sino también un niño
de brazos el cual asumía como hijo de ella.
IV. La Familia
En la casa no sabían qué hacer con él (en realidad nunca habían sabido qué
hacer con ninguno de sus tres hijos).
El Tino, como le decían, tenía muchas cosas menos eso, tino. Abandonados
los estudios, se dedicaba a vagar y escapar de la realidad con amigos, que lo
eran hasta que no había más para consumir. Tanto es así que en la casa no
su hermano iba a la cocina por el agua para el mate, buscar dinero en los
iba a dejar sin nadie que lo quisiera ayudar y al final iba a terminar muerto. Se
lo llevó a un internado pero con el tiempo Carlitos se escapó y volvió a la
droga. Sebastián hizo varios intentos para enderezarlo, incluso tuvo charlas
muy duras con sus padres. Debían ir a hablar con los psicólogos de la
institución, pero no lo hicieron. Él entonces desistió, hay molinos de viento
que no se pueden enfrentar.
Estaba bastante avanzado en los estudios de guitarra, y ese gusto por la música
hacía que los tres cantaran a coro temas de rock, murga, folclore y otros
ritmos. Agustín parecía orientarse al folclore, en estos encuentros lo ponía a su
apareció más. Esto le dio enorme alegría a Chela, pero no hizo ningún
comentario al respecto.
ejecutar con el equipo que designara. La idea de los técnicos estaba basada en
llevando a un familiar si lo deseaba, y por supuesto con todos los gastos pagos.
cumbre. Este hecho era importante para los lugareños, que consideraban santo
el lugar donde se enfocaba el haz de luz.
en él, y él, en un nivel menos consciente, también, por algo los químicos
En cambio, recorrer el campo, charlar con la gente del lugar sobre sus
esencial del alma, por eso ella presentía que este viaje sería fundamental en la
porque lo conocía a fondo, la bondad que tenía para con todos era el índice
principal.
Pronto llegó el día de la partida. El vuelo duró seis horas que sintieron muy
avioneta rumbo al sitio designado. Los esperaba una camioneta contratada que
parecía un conjunto de latas pegadas por herrumbre. Se miraron como
por las orejas, lo que, junto al ruido de los metales del vehículo, hacía que el
viaje fuera poco menos que exasperante, sobre todo para los dos técnicos
—¡No nos gusta que nos vengan a robar de un lugar santo, váyanse de
aquí!
pueblo.
Solo una muchacha de ojos brillantes y hermoso pelo negro, con sencillo
quedaron enfocados uno con otro fijamente. Era muy parecida, según
Los ojos de la muchacha brillaron aún más cuando se dio cuenta de que el
Su nombre era Inda Condorcanqui y vivía sola en los bordes del valle de la
montaña tan nombrada. Luego de las presentaciones, Chela se sintió muy
—Una cosa es —contestó— la gente que viene de paso y otra muy distinta
la que viene al valle a instalarse con laboratorios.
—¿Por qué es eso y qué se supone que vamos a robar? —preguntó
Sebastián.
momento y sostuvo que ya averiguaría por qué la zona cambia a la gente que
Sebastián tartamudeaba:
Creyó que estaba un poco loca, porque le contestó que ya lo iba a averiguar.
se están llevando parte del valle y con eso nuestra riqueza y nuestra suerte.
Cuando vienen turistas primero van al hotel del pueblo y luego tienen visitas
guiadas donde no se les permite llevarse nada. Aquí fue donde el inca Túpac
Amaru fue muerto por el invasor español. Otra cosa, yo vivo a orillas del valle
porque soy la que lo cuida. Los equipos que les enviaron están en el galpón de
mi casa.
cómo les recomiendo trabajar. Si hacen lo que les digo no tendrán problemas
con el pueblo. Ese señorón del gobierno no sabe lo que es la gente alzada
defendiendo lo suyo.
—Che, me parece que aquí están todos locos y este —por Sebastián— se
departamento.
Anduvieron los quilómetros que separaban el pueblo del valle a los saltos
bajaban y colocaban en el galpón todos los bolsos, que había algo muy
especial en el lugar.
—¿Ves? —le dijo Inda—. Ya has comenzado a cambiar—. Y largó una risa
Estos dos ya le estaban dando bronca porque los había oído murmurar y le
molestó bastante durante el viaje. Inda se dio cuenta y para que se aflojara le
bronca, tiraban los bolsos de las carpas cuando Sebastián se puso firme y dijo:
trabajo haciendo mal las cosas, no quería ni saber lo que pasaría si no les
paraba el carro desde el principio.
Entraron a la casa los tres y la propietaria les indicó los lugares para dormir.
de conejo que tenía a fuego lento desde temprano. Les alcanzó primero
Mientras comían, él tenía tantas preguntas para Inda que no sabía por dónde
Sebastián se quedó de una pieza. Era cierto; pero además, ¿cómo era que se
más, pero quedaron para atrás debido a la comida que no tenía desperdicio.
como de mucha gente junta allí cerca. Ante las miradas de interrogación de
respuestas.
sin dudas es la comida más importante del día. Encontrará todo en la cocina,
ya vuelvo.
Otra cosa más que lo dejó tieso de la sorpresa y Chela que repetía que esa
chica era una maravilla. Del interior se escuchaba a Inda dirigirse a todos.
—Les dije hace tiempo —decía con sonora pero femenina voz— que
vendrían extranjeros, y sobre todo uno que sería muy importante en nuestras
vidas. Cuando la luna dé su luz por la ventana de la montaña sabremos que es
él el esperado.
—La verdad que sí —dijo Chela—, me agrada no ser cortada al medio por
alguno de esos azadones que tenían al hombro.
—Yo he predicho muchas cosas que me pueden hacer parecer loca ante la
mirada de ustedes, pero este pequeño llano y la gente que vieron son testigos
de que no es así. Hace mucho que sentí que vendrías y que tú eres muy
importante. —contestó ella.
—¿Por qué? ¿Qué tengo de particular para ti y para esta gente? —interrogó
él.
tú eres el esperado.
Él cada vez entendía menos, pero Inda cortó las interrogantes diciendo:
No sabía bien por qué pero comenzó a cuestionar menos y dejarse llevar más
por los acontecimientos, algo contrario a su lógica de científico pero más
acorde con su espíritu. Sentía que le estaban ocurriendo cosas que, aunque no
las entendiera totalmente, por primera vez le permitían ser él mismo e ir
liberando su interior.
que la conocía hacía mucho en sus sueños. Aunque solo le había dicho que era
la cuidadora del lugar, Sebastián presentía que el rol que ejercía era mucho
más importante, aunque por el momento no lo pudiera definir con palabras.
todo de manera que contó con los elementos como para quedar bien con su
prestigio de preparar la comida más importante del día.
Sebastián tenía en su interior la sensación de que esta etapa iba a ser la más
si no había nada que interfiriera con la precisión de los aparatos estaría todo
perfecto.
—La gente del lugar ya sabe que ustedes van a trabajar allí, yo se los he
Las miradas entre ambos a esta altura eran más que significativas, como de
algo más que una amistad reciente. Podría decirse que para Sebastián mucho
más que agradecimiento por la hospitalidad. Pero había que trabajar y los
técnicos le preguntaron si podría supervisar el montaje de todos los aparatos
para que no hubiera fallas en la tarea encomendada.
El clima en el lugar era con lluvias de baja intensidad a lo largo del año y
No tardaron mucho en armar todos los equipos como para trabajar. Al final
de la tarde Inda invitó a Sebastián a caminar un rato. El campo era como una
variado.
de color blanco rodeada de una pelusa suave. Ella le explicó que echando agua
hirviendo en una tetera con esas pelotitas blancas se hacía un té, antídoto para
muchas enfermedades.
persona. Pero también los pétalos sirven, los tuestas en el horno y los mezclas
porque han seguido desde el gobierno las pistas de las curas a través de
sangre y las han llevado a la dependencia del ministerio, y aparecen las curas
pasado los datos a los laboratorios para los cuales tú trabajas. El problema es
que las condiciones para que esta planta se reproduzca se dan solo aquí, no se
Ante la mirada incrédula de Sebastián ella le reafirmó que las cosas eran tal
cual se lo decía.
Hay un pacto de silencio entre todos los de la comunidad, ¿qué harás tú?, ¿nos
expondrás a vagar como parias por obtener renombre y dinero o te sumas a
nosotros?
premio Nobel; el dinero no iba con su persona, solo lo necesitaba para vivir.
Pensó luego en todo lo que ella le decía, la gente del lugar tenía demasiado
para perder. Bien conocía él a los pulpos para los que trabajaba y sabía que
exprimirían hasta dejar sin vida el lugar. Peor aún, dejarían a la gente sin nada
de qué vivir, Inda ya le había dado todas las pautas de lo que ocurriría.
primera actuación casi cae preso por actos de corrupción, la cuestión no era
juego.
Sintió un calor fuerte en el pecho, como que el cariño por ella iba creciendo
cada vez más. A su vez deseaba el bien para toda aquella gente. Se definió
rotundamente:
—Estoy contigo, más bien estoy con ustedes sin duda alguna.
secreto.
Inda.
—¿Cómo que inventaremos? —Preguntó Inda— El que los maneja eres tú.
ocurriendo la manera de que ellos se vayan para otra zona y tú no, tocaremos
su orgullo. La cuestión podría ser hacerlos viajar hacia el lado del Amazonas.
pensando en voz alta dijo: por lo que he visto y oído de estos dos, estarán un
buen tiempo discutiendo en la selva quién es el nuevo jefe de misión,
presumió Inda.
—Allí —dijo Sebastián— juega lo orgullosos que son. Estoy seguro que a
tiene.
venir.
—Bien, —dijo Sebastián— con los resultados y lo ambiciosos que son por
quedar bien con los laboratorios centrales van a dar curso a mi idea; perdón, a
nuestra idea —acotó rápidamente—. Además los alemanes y suecos van a
querer recuperar con creces la inversión que han hecho en este viaje.
dijo Sebastián.
—Ya es bastante tarde, será mejor que cenemos y durmamos, ¿no te parece,
Inda?
Daniel arqueó las cejas, ese tono tan de confianza le hacía sospechar algo,
pero se calló la boca, una manaza de Sebastián, bien podría estrellarse contra
Inda apreció el gesto, pero era más astuto que se retiraran a ver qué había
cocinado Chela. Ella había dejado en la cocina pronta una olla de conejos al
escabeche. Al abrir la puerta se la encontraron muy acomodada en el sofá
comedor había dejado una nota donde decía: «creo que me quedó muy rico,
modestia parte, por lo menos yo me comí dos platos, espero que les guste.
disponible. Para Sebastián fue descubrir una mujer hermosa de veras, para
Inda alguien con una gran ternura y espíritu.
A la mañana siguiente les costó despertarse, pero los ruidos que provenían
de la cocina anunciaban uno de los famosos desayunos de la abuela. Inda
apareció primero saludando, directo al baño y con los ojos entre cerrados.
Luego salió Sebastián con la melena que parecía haber metido los dedos en el
—Parece que fue una noche agitada, —dijo Chela sonriendo— el pelo te
saltaba en un pie.
Terminó usando el baño del galpón y de paso saludó a Luis y a Daniel que,
recién despiertos, se extrañaron de que no impartiera órdenes.
—Se debe estar bañando, hijo, cosa que harás a su vez, supongo.
—¡Qué hermosa estás con el pelo mojado! Los ojos de ambos se cruzaron
solo por verse mientras ella, aún en bata de baño, se terminaba de secar el
pelo. Fue al dormitorio y él la siguió.
planes que tenían, en voz baja para que no escucharan los de afuera. Sebastián
comenzó a armar una encuesta. El punto principal era a qué lugar había
acudido la persona para curar su enfermedad. La dejó pronta en la
Fueron con Inda en la moto que ella tenía para movilizarse al pueblo y se
Sebastián.
Esto fue hasta que ella comenzó a explicarle que quien la acompañaba
tanto de la idea que tenían sobre cómo librarse de las autoridades y los
intereses que los podían dejar en pésimas condiciones. Parte del plan, le
dijeron, era que la población asistida por los médicos de la ciudad se dirigiera
a la casa de Inda.
—Ya mismito reúno a la gente que tú me indicas y los pongo al tanto del
lugar de la selva que deben señalar como aquel en el que se han curado. Para
mí que lo mejor es que indiquen la ruta del río Urubamba, y luego el río Manú
hasta llegar a la comunidad de los Tayakome y de esa manera los mandamos
el nuevo proyecto.
X. Trato y Treta
para informarles que estaban instalados y que las condiciones de trabajo eran
sobre la idea de encuestar a las personas para ir más directo a lo que estaban
—Aquí tienen los formularios para encuestar, creo que son preguntas
Ambos leyeron y Daniel sugirió agregar, después del lugar, quién o quiénes
—Muy bien Daniel, quedas encargado de agregar ese punto. Tú, Luis, vas a
técnicos. Su sonrisa al entrar les dio la pauta a Inda y Chela de que el plan
estaba bien encaminado. Inda había preparado un estofado con carne de
venado.
miró por una rendija de la esterilla de la ventana y vio a todos los del pueblo
frente a una mesa donde Daniel y Luis recababan la información. Inda y
verdad? »
Daniel.
—¿Cuál ha sido la respuesta acerca del lugar y con quién han logrado sanar
—Mira, —dijo Daniel— los que han conseguido sanar hablan de un lugar y
una comunidad en la zona amazónica. Deberemos ver los mapas, lo extraño es
marcaban el lugar a que acudían los del pueblo con sus problemas de salud.
Daniel sostenía que debían solicitar a la compañía trasladarse hasta allí. Los
otros dos hicieron acuerdo, pero Sebastián agregó que una de las tareas era
tomar muestras de sangre para hacer pruebas.
Les planteó que sería buena idea dividir la misión en dos y dejar allí lo
preguntó Sebastián con el tono más inocente que pudo. Yo no tengo problema
en quedarme aquí, pueden resultar datos interesantes.
Daniel, como pinchado con una aguja, dijo inmediatamente que sí.
Quedó entonces hecha la designación de Daniel como jefe del equipo que
iría donde los Tayakomes. El actual jefe de misión quedaría en la zona de
doble tracción, ya que tendrían que andar por terrenos cercanos a dos ríos y
—Yo te amo —le contestó ella— con el corazón y con el espíritu de mis
ancestros.
—Sí, así es, a partir de ahora tendrás todo de mí, pero fundamentalmente
Él la miró preguntándole:
—¿Qué historia puede ser esa en un lugar tan tranquilo?
—Es que supuse que era un apellido muy común aquí —adujo él.
—¿Te es conocido?
rebelión más grande del virreinato siendo reconocido por su gente como
Túpac Amaru II. Murió ejecutado en la plaza de Cuzco.
—Eso es lo que cuentan, no deberías creerte todo lo que los libros dicen —
de la hacienda en Tinta. Esa niña sobrevivió, fue dejada por su tío a una
familia que vivía en Cuzco, y ellos la tuvieron como una de sus hijas, sin que
nadie supiera nada. Su tío continuó la rebelión que se extendió incluso hasta lo
les decían tupamaros. No es más que una deformación que los españoles
hicieron de su nombre. ¡Entiendo! Entonces tengo el honor de ser el amante de
—El amante ahora —dijo ella—, pronto serás el esposo y sabrás todo.
Ella le manifestó que sus espíritus estaban conectados cada vez más.
—Yo sé —le dijo ella— que te surgió la idea, que parece loca, que yo
podría ser la hija de Túpac Amaru II, que sobrevivió hace doscientos años.
—La verdad es que no, no pasó por mi cabeza, pero por cómo eres y
cerebro como una voz que no sabía de dónde provenía, es que chocó con una
realidad no esperada:
Sebastián se quedó de una pieza y sintió como que el mundo que había
Inda se dio cuenta de todo lo que se debatía en el interior de él. Si bien era
—Me parece increíble lo que me cuentas, pero no sé, como que siento que
—Me encanta, pero cualquiera diría que a tan poco tiempo, ya estás
embarazada.
Sebastián era un tipo valiente, capaz de jugarse por lo que creía. Lo había
y su adicción a las drogas, pero le confesó a Inda que todo lo que ella le estaba
—No —le contestó él—, quiero estar junto a ti por el resto de nuestras
—Un poco la capacidad que tienes de saber sobre el pasado tanto como la
Amaru!
—El niño que venga encontrará en Chela una excelente abuela, ¿no te
parece? Creo que ella vivirá muchos años, nuestro hijo la tendrá casi como tú
—¡Y dale con el niño!, como si ya supieras que dentro de nueve meses vas
a parirlo.
—¡Transcurrido ese tiempo vas a ser padre Sebastián, qué cabeza dura
de lo que sabía de su pasado le era dado pensar que podría estar acertando en
lo referente al futuro.
—Tú me dices que no tema pero no sé por qué el tema de tus padres es algo
—¡Me estás diciendo que Túpac Amaru era tu padre! ¿Te das cuenta que a
impacto.
—¡Te imaginarás que me cuesta mucho pensar lo que me estás diciendo!
Como te darás cuenta lo que me dices se sale totalmente de lo racional —
increpó Sebastián.
—¿Tú eres tan solo un ser racional? ¿No sientes que el espíritu de alguien
pueda permanecer de diferentes formas y que el espíritu de mi padre, madre y
tal cual me ves ahora? —preguntó Inda sin temor a la reacción de él.
pregunta Inda—. Nuestra historia hace que todo lo que sufrieron nuestros
ancestros deba ser resuelto, y nosotros somos el camino elegido para continuar
su senda con la fuerza que ellos tuvieron y que nos hace ser lo que somos.
de miedo pensarlo.
—Por supuesto que puedo amor, ¿estás dispuesto a escuchar lo que ocurrió
Puyucahua, créeme.
—Te ruego, mi amor, que tengas la paciencia de escucharme —le dijo Inda,
dándose cuenta de que debía lograr que él entendiera lo que había ocurrido en
el pasado para construir un futuro—. Mi tío Diego quiso protegerme, por eso
en aquel momento me contó toda la verdad. Mis hermanos y mi madre fueron
atando sus extremidades a cuatro caballos de tiro. Como era muy fuerte, no
lograron su objetivo. Empeñados en cortarlo en pedazos lo trajeron a este
Valle. Aquí estamos cerca de Cuzco, la capital del imperio inca. Su cabeza,
ensartada en una lanza, fue mostrada en Cuzco y Tinta, sus brazos exhibidos
hermano. Ese dieciocho de mayo de 1781 fue fatídico para mi familia, y por
supuesto para mí, como única sobreviviente. La luna llena a través del agujero
En ese momento vi salir una luz del pecho noble, de su corazón, que apuntó
directamente al mío. Sentí una voz en mi interior que decía: «¡Hija, por ti no
me podrán matar jamás ,vivirás joven hasta que aparezca un hombre noble que
Como parte de la naturaleza que la había mantenido a ella tal cual, así se
habían encontrado ambos herederos de dos culturas nativas, sobrevivientes del
—Aún hay más —afirmó ella—, la luz que se esparció del cuerpo de mi
encontrado al hombre más digno, cuyos ancestros también pelearon por ser
quienes pelearon contra el imperio español. Estar juntos significa la unión que
hará posible continuar con el legado que nos marca nuestra historia.
—Eso es parte —le dijo ella— de un todo que tiene que ver con la memoria
de los que nos precedieron y del futuro de nuestra gente.
cruzó con Chela que le preguntó qué hacía levantado tan temprano. Sebastián
Chela le daba charla porque, como lo conocía muy bien, se daba cuenta de
su estado de ánimo al punto que, presintiendo sus pensamientos, le dijo que le
de esa manera.
Él le manifestó que tendrían que contarle a Chela todo lo que había pasado.
buscado pueden lograr. Todo lo que tiene que ver con lo espiritual es el
milagro de la naturaleza, solo que los humanos con nuestra arrogancia nos
ponemos candado en el corazón.
Otra cuestión, observó él, de la que deberé estar pendiente es mi trabajo, los
reclamen nada. Daniel y Luis obtendrán hierbas curativas para males menores
a partir de las indicaciones de los miembros de la comunidad a la que se han
Además la palabra preocupar quiere decir que te ocupas de los hechos antes de
que ocurran, es mejor que te ocupes de nuestro presente y no de lo que vendrá.
Hoy es un día muy importante, déjate llevar, Sebastián.
interpelada.
— Así es, pero no me diga don sino Gumersindo a secas. Chela le gustaba,
mucho más ahora que se enteraba por Inda de todas las novedades: su elección
de esposo, su embarazo y todo lo ocurrido con los que habían sido extraños y
— A eso de las cinco de la tarde comenzará a llegar la gente, Inda, así que
ustedes dos, —refiriéndose a Chela y Sebastián— si ya a esa hora comienzan a
XIV. La Hondonada
— ¡Él está enterrado allí, tu padre está en ese lugar y ahí es donde se dirige
la luz de la luna a través del agujero en la montaña! Que fuéramos aquel día no
solo era para que supieras la verdad, sino también para saber cuánto podría ser
parte de ti su espíritu, antes de que se exprese esta noche —le marcó Inda. Lo
has logrado saber según me parece porque no estuviste tranquilo hasta que te
—le aclaró.
cuenta porque recibió el plato más completo que los demás. Pese a ser delgado
y no de mucho comer alabó la comida y la encaró con ganas.
— Me parece que sé por qué nadie habla mientras come —dijo Inda.
— Está bien que te guste el té —le dijo Chela— algún defecto tenías que
tener. Gumersindo la miró con extrañeza a lo que ella le dijo:
— ¿Tú crees que habrá otro casorio además del nuestro? —preguntó él.
— Si lo creo, es más, nos vamos a casar los cuatro al mismo tiempo, así
— ¿Cómo sabes eso? La verdad es que sería muy bonito porque nos vamos
a tener que alternar con Gumersindo para entregar a las novias, ¡qué lío! —
aseveró Sebastián.
— Déjate de ver problemas donde no los hay, será muy hermoso —dijo
Inda. — Es que ella ha sido madre y abuela para mí, ya sé que él es un hombre
de bien con todas las letras pero es que abuela ha estado sola tanto tiempo... —
dijo Sebastián.
— Sí, ocupándose de ti y de tus hermanos —le contestó Inda. A propósito,
tu hermano Agustín te extraña, lo presiento, y trae además importantes
— ¿Lo estás presintiendo o has tenido una visión sobre esto? —preguntó
él.
espetó ella.
«¡Caramba con la señora mujer que tengo! Solo le faltó la parte que dice que
y cuando miró hacia el campo vio que la gente del pueblo llegaba en lo que
podía, motos, camionetas, toda clase de vehículos, desde los más pequeños
hasta los más grandes y con la gente a cuestas.
Las camionetas más grandes traían a la vista leña, que supuso sería para
armar fogones. Ahí se dio cuenta que ya eran las cinco de la tarde. Fue donde
Inda, sin reparar en Chela y Gumersindo que preparaban la merienda entre
arrumaco y arrumaco. Entró al cuarto, Inda entreabrió los ojos.
preguntó Sebastián.
hermanos se van a quedar un tiempo como para asistir a las dos bodas.
Después soñé con lo de esta noche, tenemos que salir a las once de la noche a
las ocho. Entre todos cocinaron para la cena charlando animadamente, con las
Lo divertido fue el juego de cartas para ver qué pareja lavaba los platos.
—¿Quieren seguir con el partido o hacemos uno nuevo a ver quién lava los
platos?
Inda dijo que pensaba que Chela sabía mucho de ese juego pero había que
jugar para ganar. La aludida, que se vio herida en su orgullo, se puso seria
tanteador cuando ésta remató con otra flor. Esta vez Chela contestó con una
contraflor al resto e Inda la aceptó cantando cuarenta y cinco tantos de mano.
Gumersindo, nos toca lavar los platos, presumí de ser buena en este juego y
Le salió el tiro por la culata con su nueva nieta que en ese instante se
era tiempo y quería saludar a la gente allí reunida. Se encaminaron los cuatro
el otro, como acompañadas por las luces de los fogones que desprendían
chispas como luciérnagas. Las luciérnagas a su vez también danzaban
alrededor de la pareja en una ceremonia previa que daba a entender que algo
importante estaba por ocurrir y la naturaleza era la principal promotora de los
hechos.
Sebastián. Este sintió resonar en su cabeza algo que creía escuchar solo él:
«Tupac Amaru III está sobre esta tierra en el vientre de mi hija. Reclamará su
nombre un día para que todos sepan quién es y lo sigan en el camino a la
conectando sus órganos con su cabeza, su cabeza con sus sentimientos, su piel
resquebrajándose por los haces de luz que lo atravesaban al igual que a Inda.
intensidad.
padre de Inda. Los dos irradiaban felicidad y, al entrar, Sebastián la abrazó por
la cintura besando su vientre.
preguntó Chela.
—Mi mente no estaba como para registrar nada, solo mi espíritu junto al de
Inda, fue como una carga de energía para toda la vida —señaló él.
—Ella ha vivido desde ese fatídico 18 de mayo de 1781 hasta ahora, mis
—le señaló Gumersindo—, desde niño la veía siempre igual hasta ahora que
soy un hombre con años, me va a parecer mentira si llego a ver que envejece
—dijo Gumersindo.
de su tumba. Ahora que, menudo trabajo le toca a nuestro hijo, con el mundo
tal cual está hoy día tendrá que cuidarse para no terminar igual que su abuelo.
—es exactamente así como lo estás pensando, abuela, esa era la bendición
que Inda esperaba de su padre para mí, poder prever mucho de lo que ocurrirá.
El espíritu humano está relacionado con la energía del cosmos. El ser está
es la energía pura que le da movilidad, mucho más cuando muere pues ella se
une más armónicamente con el resto de las que ocupan los espacios del
Inda y ahora a mí, pero además a ella le ha permitido llegar hasta ahora tal
que siempre había creído en la espiritualidad del ser humano, sobre todo en la
de su nieto pero que ambos habían superado largamente sus expectativas en
ese sentido. Por lo pronto, saber que cuando muriera igual estaría cerca de sus
seres queridos, le da una tranquilidad que no podía expresar con palabras,
terminó diciendo.
—dijo Inda—, debemos prepararnos para mañana, serán días ajetreados los
que vengan.
parte podemos quedarnos en vela charlando sobre todo lo que ocurrió hoy, si
quieren. Además Inda había sido para él madre, hermana e hija con el correr
—, nunca más que ahora, había tenido una experiencia como esta desde que
falleció mi esposa.
infinitos temas hasta que salieran a relucir más licores bajativos y, por
supuesto, la baraja.
No hubo suerte para Chela y compañía de manera tal que quedó establecido
nieto:
—¡Sebastián, no puedo creer cómo nos han ganado, pensar que nunca
—¿Qué les parece anotarnos para que las bodas sean el 21 de junio?, es la
Inda se había guardado una sorpresa que había presentido y que le había
—¡No me digan que mis otros niños están al venir, no puedo creerlo!
disparada a la puerta y se encontró con los muchachos. El abrazo que les dio
junto con Sebastián fue tan apretado que casi los deja sin aire.
—Y…ya no soy el Tino, abandoné toda esa porquería y a los buitres que
están alrededor.
—De la forma más dura —dijo Carlitos— abrí los ojos cuando un amigo
antes de morir en el hospital me dijo que si no largaba la pasta base iba a
terminar como él. Ese fue su último aliento. De ahí me fui derecho a una
fundación que trabaja con adicciones. Conocí muchos que estaban saliendo del
tranquilo.
—¿Quién hubiera dicho que el grandote iba a ser una malva?, solo tú, Inda,
lo pudiste lograr.
—Es que Sebastián tiene ternura para regalar, pero pasen, estarán
Entraron a la casa con las mochilas e Inda les indicó el baño. Después se
—Yo sé que no sirven los reproches porque soy responsable de mis hechos
Agustín comentó que sus padres ahora se llevaban mejor pues se daban
cuenta que solo se tenían uno al otro. Luego desenfundó la guitarra para alejar
cualquier tristeza y todos disfrutaron mucho de su música.
—Oye —señaló Inda— tocas y cantas muy bien, quizás podamos darte a
conocer por el país.
—Sí, ambos hemos notado tu cambio, tienes una paz que se transmite a tu
descansaran. Hecho esto, las parejas se pusieron a charlar sobre las futuras
bodas. Gumersindo planteó que tendría que venir el alcalde de otro pueblo
pues él era uno de los novios, pero no habría problema, él tenía uno que era
amigo suyo y estaba seguro que estaría pronto para la tarea de casarlos en la
fecha a acordar. Sin perder más tiempo fue a llamarlo por teléfono.
piedras en el camino, pero todo el pueblo querría estar presente por lo que
todas maneras el veterano alcalde sostuvo que más sabe el diablo por viejo que
por diablo y apalabraría buenos cocineros para la comida típica de la zona.
necesiten. Esa noche la cena fue más que divertida pues además de tener mil
pues Gumersindo, estricto como era, los levantó para ir a elegir los alimentos
para la fiesta de casamiento. Las protestas no se hicieron esperar y él paró a las
mujeres:
—A estos dos los dejo que protesten pero ustedes parloteando valen por un
ejército. El pez por la boca muere así que sin chistar se me vienen hasta el
campo donde tengo los animales buenos.
todo eso pero como entrada, me gustaría que fueras tomando nota, Chela —
ella tomó papel y lápiz de la guantera—, un buen jamón del país y unos
chicharrones.
—Es que en Uruguay los chicharrones son lo que queda después de derretir
Agustín contestó que un cordero y una ternera con sus achuras, que ellos
Ante las caras de Inda y Gumersindo, Chela les dijo que no se preocuparan,
que quedaría exquisito.
—Eso sí, —dijo Carlitos—, necesitamos mucha leña bien oreada para el
fuego. —No sé cuánto precisen pero estos troncos de aquí son de madera
alcalde no entendía mucho ya que nunca habían visto una cosa así, pero de
todas formas les comunicó que en la cocina de la alcaldía daba el espacio para
preparar todo lo que necesitaran.
que estuvieran a la orden de los muchachos. Inda dijo que faltaba decidir sobre
Alcaldía.
era su querida secretaria y amiga de siempre. Ya anda con bastón acotó él pero
igual hace de todo en la alcaldía, no les extrañe que ya esté dirigiendo a todo
el mundo. Inda prefería que don Gumersindo, además de casarse fuera su
porque era su costumbre, pero Sebastián se vio poco menos que impulsado por
Gumersindo en el sofá.
—A ver muchacho, presiento que con el ánimo de ellas dos el día va a ser
que fuera eso con ese nombre, dijo Sebastián y a continuación le aseguró que
no era para tanto, que se iba a acostumbrar al mate y le iba a gustar.
—Yo tomaba mucho más mate que ahora cuando era estudiante, ayuda a
—¿Cuál es el motivo de tanta risa? Las dos miraron serias como enojadas.
—¿Ah , sí?, pues se van a tener que encargar del desayuno y el almuerzo,
nosotras estamos muy ocupadas, dijeron a coro como picadas por víboras.
a pesar del asomo de enojo de ellas que no era más que consecuencia de los
nervios.
El grupo de cocineros trasladó todo a los fogones que ardían con gran
con las palas iban arrimando solo las brasas. El murmullo de dudas sobre el
resultado de ese método para cocinar recorrió todas las bocas pero los
muchachos no prestaban atención.
Como padrinos de una y otra pareja tendrían que aprontarse para entregar a
las novias pero ya habían dejado instruidos a quienes los ayudaban de cómo
Las ceremonias sin duda serían cortas y ahí los muchachos se cambiarían
entraron.
Los que habían quedado a cargo de las carnes y las achuras cumplieron con
las instrucciones de rodear con las brasas el asado con cuero de forma tal que
tiempo que no veían una luna tan grande. Don Gumersindo se sentó a la
cabecera de la mesa reservada a los novios, a su lado su mujer y hacia su otro
iban a servir.
creído, ni nadie en el pueblo, que cocinar con brasas fuese tan rico.
aprobación que las anteriores. Sebastián hizo a los muchachos una seña de
dedo pulgar hacia arriba y estos que sonreían y brindaban como todos a la
de uno y otro país que habían llevado unos días de ensayo. Para eso eran las
Vino el típico vals para los novios que bailaron primero, sumándose luego
toda la gente. Volaron a los asientos corbatas, sacos y chales y todos a sacudir
—La noche de bodas habrá que quedarse en mi casa, yo con tanto pizco no
manejo, —le dijo Gumersindo a Chela.
—Vos siempre tan centrado, me encanta eso, —le contestó ella que era el
Sebastián quien giraba alrededor de ella. Él sabía lo que bailaban, de forma tan
erótica ella atrayéndolo hacia sí. El punteo de la guitarra y el son del cajón,
arreglado los muchachos con los demás músicos: un candombe. Ahí se largó a
bailar todo el mundo, los tambores llamaban la sangre a moverse. Siguieron
avanzado bastante. Las dos parejas se fueron yendo de a poco entre los saludos
abandonando la fiesta en la que el resto seguiría hasta altas horas. Se bañaron
y cambiaron en lo de Gumersindo.
por mucho tiempo. En tanto Inda le comentaba a Sebastián cómo había estado
habían unido como pareja, atravesados por los rayos cósmicos, sentía un
cambio tan profundo que todo lo bueno que había recibido hacía sacar lo
mejor de su interior. Cayeron rendidos, mañana sería otro día tan poco
particular como los que los habían precedido desde la llegada de Sebastián y
Chela al pueblo.
que festejó comiendo de todo un poco ante la mirada incrédula de los demás.
que habían preparado los muchachos y que nunca había visto cocinar de esa
provocando una sonrisa en los demás que no siguió a risa para que Inda no se
sintiera culpable de comer tanto.
—Vamos a ver si con el mate baja todo lo que mandamos al estómago, pensó
en voz alta Sebastián.
—Sí, le respondió el otro que ya había comprobado las cualidades del mate
para evacuar las necesidades, pero si las mujeres siguen sin soltar el baño nos
vamos a desgraciar entre las plantas.
Se rieron a gusto con las ocurrencias de este hombre que podía decir las
cosas más graciosas con la cara totalmente inmutable, lo que provocaba más
reclamar el sanitario.
tener varios baños? Aquella había sido la casa de su familia desde tiempo
inmemorial cuando todo era campo y luego el pueblo se fue construyendo a su
había logrado huir, entre ellos Inda, cuidada como un tesoro. En honor al
Libertador fue que bautizaron el pueblo lo que trajo no pocos problemas a los
Bastida que, protegidos por las montañas, defendieron su hogar con las armas
en la mano.
Les salvó el tío de Inda que preocupaba más pues estaba al frente de la
gente que peleaba desde todos los rincones del Virreinato. Luego llegaron las
luchas orientadas por Bolívar y San Martín y el pueblo quedó con el nombre
Aunque la vieja costumbre era que la mujer pariera sola, en este caso el padre
padre de Inda, habían dado su vida por la libertad, transmitiendo esa fuerza
—¡Oye Sebastián, mira que la casa ahora tiene dos baños, eh! Ambos
Una noche se desató una tormenta bastante fuerte. A eso de las tres de la
—Es hora.
—¿Ahora, con este tiempo?, dijo él. La expresión de la cara de Inda lo hizo
esposa.
Ella se hincó sobre las mantas y comenzó a cantar algo ininteligible. Así
empezaba el trabajo de parto, ni un ay de dolor, solo el cántico. Comenzó a
aparecer la cabeza de Gabriel y ella respiraba muy agitada sin dejar de cantar.
Montaña de la Ventana. Inda lo acercó al pecho y Sebastián los rodeó con sus
reflejaba en los tres pero sobre todo en el niño. Escucharon una voz que
brazos de su madre envuelto en rebozos tejidos por ella. Sebastián pesó al niño
que alcanzaba sus cuatro kilos ciento cincuenta gramos y ejercitaba muy bien
haciendo las tareas de la casa. Gabriel se manifestaba con llanto solo a las
Los días y las noches transcurrían con calma. Sus padres y abuelos lo
respectivas carreras y además debían cuidar a sus padres que tenían nada más
que los achaques propios de la edad.
Le contestaron a Sebastián que sería bueno que se dieran una vuelta por
Sebastián le comentó a Inda la idea y ella, que nunca había salido del valle,
pensó que sería una buena experiencia porque quizás pudieran no solo visitar
la capital de Uruguay.
Su marido captó que ella querría recorrer algunos lugares que tenían que
ver con los ancestros de él. Habían sido exterminados por aquellos en quienes
habían depositado su confianza y a quienes habían servido como valientes
planta curativa. Ello implicaba sustituir con sintéticos las propiedades que
estas poseían.
De esa manera podría lograr medicamentos sin tener que recurrir al valle,
Comenzaron los aprontes para viajar. Gumersindo dijo que él también iría
secretaria. Chela acotó que por supuesto que el iría con ella porque para algo
era su marido. Según sé, sostuvo el aludido, no solo para viajar soy tu marido.
que comprendía los motivos de sus nervios pero que se quedara tranquila que
todo iba a estar en orden con un tono imperativo que la hizo pisar tierra.
a su madre. Esta extendió sus brazos y el tambaleo del niño se fue haciendo
más seguro y directo hacia ellos. Chela quedó muda, como pocas veces, y
—Ahora sí que esta bueno con el cachorro de tigre sobre sus piernas.
que trastocaban la vida cotidiana pero que no perturbaban la calma natural del
niño.
con su nieto José Gabriel. El niño los compró desde el principio con la calma y
suegros quedaron encantados con su nuera. Inda los miraba a los ojos como
además de que les provocó enorme curiosidad el deseo manifestado por Inda.
En ese momento el niño salió de su calma dando pequeños gritos y haciendo
aspaviento con los brazos. Su madre y su padre rieron porque comprendieron
contra los charrúas en 1831. Se enteraron de que se realizaría por esos días una
300 habrían sido tomados prisioneros, algunos de los cuales lograron huir.
considerado por Artigas como su heredero político entre los charrúas, tomó
parte en la reconquista de las Misiones Orientales hasta su derrota en manos
La decisión de poner fin a esos grupos charrúas habría quedado así a cargo
del Presidente Rivera, que había establecido buenas relaciones con algunos
Caciques en la época de los combates contra los diversos ocupantes del
charrúas, Venado, Polidoro, Rondeau y Juan Pedro ―junto con sus mujeres y
arroyo Salsipuedes, diciéndoles que el Ejército los necesitaba para cuidar las
murieron en cautiverio. La única excepción fue Tacuabé, que logró huir con la
hija que tuvieran con Guyunusa, nacida en Francia, y no hubo más registros de
su paradero.
Sobre todos estos temas departían los padres de Sebastián, él mismo y sus
Hugarte y Vidart que la cultura charrúa había desaparecido, pero la gente allí
reunida reclamaba que en su ADN corrían testimonios de aquel pueblo