PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGIA
PROFESORES: María Isabel Gil y P. Alberto Múnera Duque
ASIGNATURA: Teología Moral Fundamental
Enero 22 de 2019

TEMA 1: LA EXISTENCIA DE DIOS

Todos vamos adquiriendo por tradición llámese, oral, familiar, cultural etc. La creencia
en un Dios, dicho Dios en principio se parece a eso que por medio de esa tradición a uno
le fueron enseñando. Lo realmente complejo es que con el pasar del tiempo ese Dios se
va desdibujando, o su imagen simplemente va cambiado y en muchos casos hasta se ve
perdida esa creencia en Dios, en mi caso particular, y para fraseando a Pablo en 1ª
Corintios 13, 11 “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba
como niño; pero, al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño”. Así, al crecer nos
hacemos preguntas sobre la existencia de ese Dios, y existen algunos argumentos que nos
convencen y otros que no, sin embargo, podría decir que Dios tiene que ver con un Dios
que se revela, que se comunica, que se manifiesta, que es una experiencia vivida, que es
tradición, que es Trinidad Santa, y que en éxodo 3 se revela como historia de salvación.

El cristianismo reconoce a Dios como un ser trascendente, superior. Se le declara creador.

La existencia de Dios se ha propuesto desde perspectivas filosóficas que no han llegado a
probar su existencia; pero tampoco se ha podido mostrar su inexistencia.

Una forma de probar la existencia de Dios es recurriendo al argumento de Santo Tomas,

En la "Suma Teológica", primera parte, capítulos 2 y 3, encontramos formuladas las cinco
pruebas tomistas de la demostración de la existencia de Dios.

1. Es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, siendo imposible
de demostrar. Este es el que todos entienden por Dios.
2. Podemos admitir una serie infinita de causas eficiente, por lo que tiene que existir una
primera causa eficiente incausada. Y esa causa incausada es Dios.
3. No todos los seres son posibles o contingentes, sino que entre ellos forzosamente, ha
de haber alguno que sea necesario, ese necesario es Dios.
4. Observamos distintos grados de perfección en los seres de este mundo (bondad,
belleza,...) Y ello implica la existencia de un modelo con respecto al cual establecemos
la comparación, ese modelo es Dios.
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5. Lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige alguien que entienda

y conozca, a la manera como el arquero dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente
que dirige todas las cosas naturales a su fin, ya éste llamamos Dios.

Sin embargo, existen objeciones a la existencia de Dios, como:

*A partir de existencia del universo, con pruebas que van desde una realidad objetiva a un
concepto. *desde la contingencia de finitud, la postulación de Dios no lo hace explicable.
*desde la limitación de las pruebas, ya que no son conclusivas. *desde la experiencia
personal, pues la realidad es absoluta del sujeto. *desde las diferentes preguntas e hipótesis,
suscitando preguntas filosóficas (teísmo-ateísmo). *desde los procesos mentales. Somos
conscientes de los límites de la razón. *desde lo fenómeno y trascendente, los argumentos
fallan por no trascender la realidad del mundo que es fenoménica. Dios no es un fenómeno
que se presenta como hipótesis, es más allá de todo fenómeno. *desde lo infinito y lo finito,
y la mente del hombre, Dios para existir no necesita mostrarse para ser fundamentado, por
ende Dios no se puede demostrar, y la no existencia de Dios no se puede afirmar , lo que
postula un empate 0-0

¿Por qué no se puede mostrar la existencia o no existencia de Dios? Porque Dios es más
grande de lo que se puede pensar. Si se pudiera demostrar, tendríamos que hacer que Dios
cupiera en la mente de lo finito y ese ya no sería Dios, no sería infinito. Estaría limitado por
lo finito.

Para negar la existencia de Dios primero sería necesario hacer que cupiera Dios en la mente
humana para luego negarlo. Sucede lo mismo que en el argumento anterior. Por tanto no se
puede afirmar o negar la existencia de Dios. Se tiene como un empate entre quienes afirman
y entre quienes niegan la existencia de Dios. Con esto llegamos a la conclusión que “Dios es
una Hipótesis”

En este punto, es importante tener en cuenta las religiones. Cada una de ellas parten del
teísmo, de una relación ser humano - Dios. Es una decisión libre de afirmar la existencia de
Dios, no la prueba, no la demuestra, pero la afirma y es hipotéticamente razonable. Quienes
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hacen parte de una religión creen en Dios (Teísta) y lo hacen libre, racional y
voluntariamente. La palabra religión viene de religare, es decir, ligar fuertemente, unir. Se
establece un vínculo o relación con Dios. Ninguna religión es más válida que otra, todas
llevan la finalidad de libremente unirse a Dios. Quienes niegan la existencia, no la prueban,
pero tienen todo el derecho de abstenerse de pertenecer a una religión, estos no entablan
ninguna relación con Dios.
Las religiones construyen a Dios según su ideal. El Cristianismo no proviene de un invento,
de una construcción humana. Surge como intervención de nuestro hipotético Dios en la
historia. No se parte de una construcción humana sino de la revelación de Dios.
Por esta razón citando a Karl Rahner, podemos decir que existe la posibilidad de una
comunicación de Dios, siendo una base epistemológica de una posible revelación de Dios.

Si Dios existe debe tener la plena capacidad de comunicarse. Lo finito se comunica, Dios lo
hace en plenitud. El ser humano se comunica mediante signos que manifiestan la realidad:
estos signos pueden denominarse como palabra “logos”. El solo estar una persona en frente
sin hablar, permite que se le conozca. Todo ser por existir o poder existir es ya una palabra
en sí misma. Es claro que por la fonética es posible profundizar más acerca de la persona,
pero esta es ya palabra que comunica aún sin hablar.

Palabra no se le denomina solo a la fonética, sino a la persona existente que es palabra en sí

misma. La mente puede conocer todo ser existente o posible, todos los seres son
cognoscibles. Todo lo que se nos presenta es palabra que nos autocomunica, es decir, todo lo
existente o posible es “autoluminoso”, se ilumina a sí mismo para que sea captado como lo
que es.

Dios no comunica lo que Él es en sí mismo metiéndose en la mente humana, Él es

trascendente absoluto y el sujeto humano es limitado, por tanto le destruiría su ser. De
comunicarse Dios en la historia tendría que hacerlo por medio de la palabra, aunque no
necesariamente consista en sonidos fonéticos sino en experiencias humanas interiores
(profetas) o palabras que interpretan acontecimientos históricos (hechos, realidades,
sucesos). La comunicación de Dios en la historia es lo que llamamos “Revelación Divina”.
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Se supone a Dios libre y así mismo libre para autocomunicarse. El hombre, por su parte presta
oído a una posible revelación. Dios puede hablar o permanecer en silencio. Este silencio
también se oye, y el ser humano recibe igualmente ese silencio. Dios siempre se revela. Por
su parte el hombre en virtud oye siempre.

Dios quiere comunicarse. Se comunica a lo creado como destinatario de la donación de sí

mismo. (Sacramentum mundi, II 550 - 551). Si quiere comunicarse, suponemos es para crear
una interrelación con la persona abierta a escucharle. La persona es invitada a responder
amando a Dios, entregándose libremente a Él.

La moral consiste en aceptar la comunicación con Dios y entablar una relación con Él, o no.
Religión, relación con Dios que se acepta o no. El hombre es el ente que con su libre amor se
halla ante el Dios de una posible revelación. Se abre al habla o al silencio de Dios. La moral
compete a todos, porque todo ser humano está abierto a la relación con Dios. La moral
cristiana, aunque cristiana, está abierta a todo ser humano.

Dios quiere comunicarse a todo ser humano y ofrecerle su amor. Toda persona está en
condiciones de oir esa revelación y oferta de amor. No todos reciben una revelación explícita,
por ello Dios busca ofrecer un vínculo de amor. Es en la relación con el otro que es posible
recibir la revelación, la comunicación de Dios. La revelación de Dios sucede en la simple
relación entre los seres humanos. Llega la oferta en el terreno de lo ético y su comportamiento
positivo o negativo con sus semejantes. Su respuesta se constituye en la fe o no fe de las
personas.

Cuando el ser humano acepta la comunicación de Dios a través del otro, adquiere la gracia
como vinculación íntima con Dios. Cuando en su comportamiento ético hace el bien al
prójimo, se salva. Dios le hace partícipe de su vida. Aun así, dice el concilio (LG 16), quienes
ignoran sin culpa a Cristo y el evangelio y su Iglesia, pero buscan a Dios.