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Virgulilla

La virgulilla es un signo ortográfico en forma de coma, rasguillo o trazo. La virgulilla


generalmente es identificada como la tilde de la eñe o virgulilla de la eñe1 (~),
aunque la Real Academia Española acepta también como ejemplos de virgulilla el
apóstrofo (’), la cedilla (¸) y el acento agudo (´). Las palabras «tilde» y «virgulilla»
se pueden referir a cualquier trazo, sin embargo, el contexto puede indicar que se
habla específicamente del signo ~.

En el idioma español, las palabras tilde y virgulilla se pueden referir a cualquier trazo,
como el apóstrofo o el acento agudo, sin embargo el contexto puede indicar que se
habla específicamente del símbolo "~".

Cuando aparecían dos letras "n" seguidas (algo muy habitual en latín) podía ocurrir
que se confundiesen con una m.

Para evitar esta confusión, los copistas colocaron una "n" más pequeña sobre la otra
"n", y con el paso del tiempo la letra superior fue disminuyendo de tamaño hasta
quedar en el trazo actual.

La letra "ñ" fue "tomada" del castellano como parte de su alfabeto en los siguientes
idiomas: aragonés, asturiano, aymara, bubi, chamorro, filipino, gallego, guaraní,
euskera, mapudungun, mixteco, quechua, tagalo, tetum, wolof, zapoteco.

El idioma inglés admite la "ñ" en préstamos del castellano como en el caso de las
palabras "cañón" (canyon), "cañada" (Cañada de Oro en Arizona), "jalapeño",
"piñata" o "niño" (en la corriente marina y en la Oscilación del Sur El Niño).

Signo de exclamación o admiración

Los signos de exclamación o signos de admiración1 (¡ !) se usan para indicar una


expresión y para enfatizar algo. En el idioma español esto es importante para todo el
signo con que se inicia la exclamación es «¡» y con que se la termina es «!».

Este signo tiene la función de representar en la escritura la entonación exclamativa


de un enunciado. En la pronunciación, los enunciados que van entre signos de
exclamación tienen un tono final descendente, pero con un momento previo de
ascenso brusco, en palabras como qué, cuánto, quién, cuándo...

En castellano, el uso del signo inicial «¡» es obligatorio, 2 mientras que en gallego y
en catalán su uso es opcional.

Los signos de exclamación son signos ortográficos dobles (¡!) utilizados para
expresar enunciados cargados de afectos, sentimientos.
Exclamar significa, en la definición de la RAE, “emitir palabras con fuerza o
vehemencia para expresar la viveza de un afecto”
Estos signos se encargan de dar una forma gráfica a esta particular forma de
expresar las vocablos.
Ejemplos:
!Qué gusto que hayas llegado para el cumpleaños!
¡Me encanta tu actitud!
¡Ay!
¡Gracias por todo!

Pronunciación de las oraciones exclamativas

Al igual que las oraciones con signos de interrogación, los enunciados exclamativos
requieren una pronunciación distinta que la diferencien de un enunciado común.
Es decir, también debe pronunciarse con una curva melódica que tenga el efecto de
transmitir al oyente que, efectivamente, quien pronuncia estas oraciones le está
dando cierta emotividad y realce.

Reglas básicas para el uso de los signos de exclamación

- Son signos dobles. Es decir, existe un signo de apertura y otro de cierre.

El primero, lleva el punto supraescrito (¡) y el segundo, suscrito (!).


- Se escriben pegados a la primera y a la última letra de la expresión que enmarcan
- Debe dejarse un espacio entre las palabras que le preceden o lo siguen, a no ser
que, si lo que sigue es otro signo de puntuación. En ese caso, no se deja espacio
Ejemplo: !Por fin tendré vacaciones! Aprovecharé para ir de vacaciones - No
necesariamente deben colocarse al inicio del enunciado
Ejemplo: Diana llegó hoy. ¡Estoy tan contento!

Uso de los signos de exclamación cuando la pregunta no coincide con el inicio


del enunciado
Vocativos: El vocativo puede quedar fuera de la expresión exclamativa
Ejemplo: Andrés, ¡cuanto me alegro que hayas venido!

Luego de adverbios y locuciones adverbiales: Es costumbre escribir entre signos de


exclamacion o interrogación luego de adverbios como sinceramente, francamente, o
de locuciones adverviales como con la mano en el corazón
Ejemplo: Con la mano en el corazón, ¡gracias por todo!

Luego de oraciones dependientes (prótasis condicionales y concesivas)


Ejemplos: Si llegara a aprobar, ¡que fiesta organizariamos!

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