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“Dichoso el abogado a cuyo alegato debe seguir necesariamente el Juez al momento de

sentenciar, pues su razonamiento exhaustivo no sólo lo ha convencido de su razón, sino


que, además, le ha cerrado todas las puertas posibles de escape en busca de otros
argumentos para hacer ganar el pleito a la contraparte” – Alvarado Velloso Adolfo.

El Alegato es el momento en que las partes examinan la prueba rendida con relación a los
hechos afirmados en la demanda y contestación, para demostrar su exactitud o
inexactitud.

ESTRUCTURA DEL ALEGATO


No tiene una forma procesal impuesta, a los fines de cumplir su propósito de “alegato de
bien probado”, es aconsejable que el alegato contenga las siguientes previsiones:
1. Planifique la disertación jurídica.
 Busque información: Ley, jurisprudencia, doctrina y consideraciones de
testimonios; en su orden estricto.
 Estructure y planifique la información: Esquematícela y desarróllela
mentalmente para fomentar la improvisación controlada que hemos de
transmitir en estrados.
 No me memorice preguntas ni conclusiones: Tener un conocimiento
exhaustivo no es igual a memorizar las cosas, no se porte como un robot.
2. Fines del Alegato.
 Comunique.
 Demuestre
 Persuada.
3. Partes del Alegato.
 Introducción – Es prescindible.
Brevísimo alegato introductorio que puede servirnos para apelar a la situación de nuestro
cliente o a las especiales características del asunto.

 División – Es prescindible.
Comenzar con una exposición de los hechos controvertidos que han quedado acreditados
para realizar acto seguido un análisis de la prueba practicada en relación con la acción
ejercitada y la jurisprudencia que la desarrolla.

 Exposición.
Supone el arranque de nuestras conclusiones. Podemos aprovechar cuando digamos
“como lo venía, esta parte, previa remisión a los hechos y fundamentos jurídicos de nuestra
demanda, procedo a realizar una valoración de la prueba practicada en el acto de esta
vista” para centrar los términos del debate jurídico con ENERGÍA y SEGURIDAD.

 Argumentación: Valoración de pruebas, subsunción jurídica y refutación –


PARTE ESENCIAL DEL ALEGATO.
Esta parte es fundamental para valorar la prueba y para persuadir al Juez. Centrémonos en
llamar la atención del Juez sobre el resultado de las pruebas, inclinando la balanza del lado
de la acreditación de la tesis fáctica y jurídica defendida por nosotros.
En esta fase tendremos que cuidar los elementos PARAVERBALES1, tales como
modulación del tono y el énfasis, haciendo pausas breves de vez en cuando para mantener
la atención del Juez.
Comenzaremos con la valoración de un medio de prueba importante para nuestros
intereses, y de ser posible colocando siempre en primer lugar la prueba documental que se
haya practicado. Sigamos un orden cronológico para ello.
Conviene finalizar la fase de argumentación refutando los argumentos contrarios,
adelantándonos al informe de la contraparte.

 Conclusión y epílogo.
“Por todo lo expuesto, solicito Señoría…”
Las conclusiones no se deben memorizar ni preparar de tal forma que vayan a ser
reproducidas literalmente durante el informe oral. Podemos tener prevista la valoración
de los medios probatorios que ya estén incorporados al procedimiento, pero es imposible
adelantarnos al resultado de la prueba practicada en el acto de la vista. Por ello,
preparemos un esquema que nos facilite el guion de lo que queremos dejar claro en nuestro
resumen y que, en caso de un hipotético bloqueo o de un “cambio de paso” por parte del
Juez, nos va a permitir retomar ese guion en el punto en el que había sido interrumpido.

El paralenguaje es el conjunto de las variaciones físicas del significado lingüístico. El lenguaje verbal, ya sea
oral o escrito, está constituido por elementos físicos que pueden variar intencionalmente, como la intensidad
(o "volumen") El código paralingüístico se vale, entonces de los accidentes intencionales del lenguaje verbal.
En el PLANO ORAL encontramos:
Tono (volumen): Más agudo o más bajo. Refleja la emocionalidad y la afectividad del emisor. La adecuación
emocional del tono de voz utilizado en la conversación no sólo refleja, sino que también condiciona muchas
veces el tipo de voz.
Intensidad: Suave, regular o fuerte, expresa la adecuación del emisor a la situación, su intencionalidad de
imponerse o su timidez ante la situación, y el énfasis temático que se da a una palabra o frase.
Ritmo: Se refiere a la fluidez verbal con que se expresa la persona. Puede ser átono o marcado, monótono o
expresivo, entrecortado o fluido, rápido o lento
Entonces:
A. Exposición metódica y razonada de los hechos afirmados (ordenación del discurso).
B. Las pruebas aportadas para demostrarlos (confirmación).
C. El valor de esas pruebas (confirmación y valoración).
D. La impugnación de las pruebas aportadas por el contrario (refutación).
E. La negación de los hechos afirmados por la contraparte (refutación).
F. Las razones que se extraen de los hechos probados (confirmación y
argumentación).
G. Las razones legales y doctrinales que se aducen en favor del derecho invocado
(confirmación y argumentación).
De lo dicho se deduce que el acto de alegar no debe desdeñarse ni cumplirse a la ligera,
pues en primera instancia es la última oportunidad procesal que tiene el abogado para
invocar todas sus razones y refutar las del contrario. Y, sin lugar a dudas, sus
conclusiones tendrán influencia en la sentencia.

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