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Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Sociales – Ciencia Política


Alumno: Franco De Pian
Materia: Comunicación y Cultura Política
Cátedra: Lutzky (Prof. Torry)
Entrega: 8 de octubre de 2010

Parcial Domiciliario “Vos no me dejaste nena…”

Desde hace un tiempo, distintos espacios televisivos, radiales o gráficos (ni


hablar de los digitales) hablan de nuevos enemigos que tiene el ser humano,
los cuales son variados, pequeños y aunque parezca extraño, debo decir que
son inofensivos. ¿A que me refiero? A las drogas, el sexo, el juego, el alcohol.
Puede pensarse que nada de esto en primera vista es “inofensivo”, pero todos
estos elementos son sólo eso… elementos, factores que por si solos no se
mueven. Sin embargo todas estas palabras cambian su sentido cuando se las
coloca junto a la palabra “adicción”. Este es un vocablo que nunca viaja solo, la
sociedad siempre lo ubica junto a prefijos y lo redefinen como “adicción al” o
“adicción a”. En este último tiempo la lista de objetos adictivos ha aumentado
considerablemente, pero por más que esto siga o se tomen medidas
focalizadas, el problema de fondo sigue siendo el mismo.

El avance de la tecnología, la sociedad globalizada y la satisfacción inmediata,


pero efímera de los nuevos deseos que nos infunda el siglo XXI ha llevado a
crear nuevos flancos de combate contra las adicciones. Es muy frecuente
observar como la televisión ofrece mas programas sobre adicción a la cocaína,
al juego, la problemática de la adicción a la pornografía y demás temas. Pero
en este espacio también se han configurado panegiristas de distintas drogas
como el cannabis, la morfina e incluso la cocaína, aunque con mucho menos
exposición y tomados menos enserio. Ambos discursos pueden articularse ya
que coinciden en la idea de un corrimiento de la línea divisoria (que la sociedad
ha inventado y madurado durante mucho tiempo) que demarca lo que es una
adicción, y lo que no es. Durante el siglo XX esta línea estaba delimitada
principalmente por el alcohol y el tabaco, por ende, estos y todo lo que
estuviera por encima de ellos eran vistos como narcóticos adictivos,
conjuntamente con la unión de dos palabras en una: adicción=droga.

Anteriormente mencionaba que existe aquí un problema de fondo. Para


resolver esta temática, pocos expertos en el tema han pensado que la solución
no esta en el objeto sino en el sujeto de adicción. Con todas las exigencias del
mundo y la sociedad, el hombre busca satisfacer ese vacío que le plantea su
existencia. Se buscan virtualidades para tapar la ausencia de una plenitud, por
ende se buscan refugios de los tipos mas variados, desde la heroína hasta el
nuevo juego de futbol para una consola de videojuegos. Freud, en su texto
“Über Coca” algo adelanta cuando reitera su defensa en pos de la cocaína
explicando que el tratamiento de la adicción a la morfina mediante la coca no
supone simplemente cambiar un tipo de adicción por otro: el adicto a la morfina
no se convierte en un coquero1. Por ende tal vez no tengamos adicciones, sino
mas bien, personalidades adictivas, personas con carencias y vacíos que
buscan ser llenados o incluso saturados. Pero acaso… ¿no son estos espacios
por donde puede entrar el mercado? Sin mencionar que los distintos tipos de
consumidores pueden derivar en los mas variados rangos de adicciones.
Entonces si existen reglas del mercado a través de los estupefacientes, el
juego, el alcohol, la pornografía, el azúcar (y la lista sigue) no es de sorprender
que desde algunos sectores aliados se disparen campañas de desprestigio
para reducir el consumo, o estigmatizar a los consumidores.

Resulta necesario entonces, poder coordinar la noción de “Adicción Sexual”


hacia adentro. Es un fenómeno interesante, si tenemos en cuenta la liberación
sexual definitiva que llego de la mano del uso del preservativo, luego de la
preocupación social generalizada por el SIDA. Se da durante este tiempo un
redescubrimiento de la sexualidad y la genitalidad en ambos sexos, pero
acentuado esto en las mujeres. Sin embargo, en todos estos programas que
ofrece la cadena MTV (lo cual no es un dato menor siendo que es el medio
televisivo mas influyente en la población adolescente desde su creación en
1980) aparecen mujeres lamentándose de tener una vida de affairs y nunca
poder establecer una “vida normal”, que corresponde a tener pareja estable,
casarse, etc. A esto podemos sumarle la condena a la adicción sexual que
propagan los nuevos movimientos conservadores (si, se reconstruyen) con la
idea de la fidelidad, virginidad y castidad.2
A modo de conclusión puede pensarse que todo esto responde a un juego del
mercado, el cual, a la vez que alienta el consumo estigmatiza al sujeto,
generando un equilibrio nada sano. Este ida y vuelta, a su vez es alimentado
por los medios de comunicación que generan el impulso y su freno, incluso
dentro de una misma señal, como es el caso de Canal 13 que saca notas sobre
adicción sexual en el mismo programa en donde se hace un racconto del baile
del caño de Showmatch. Por ende el triángulo se torna cuadrado cuando en la
educación tenemos la comunicación que dinamiza esta doble operación de
fomentar y condenar.

1
Freud Sigmund, “Über Coca”, 1884, Fuente: Scribd http://www.scribd.com/doc/7005974/FREUD-
Otros-Trabajos-Uber-Coca-Sobre-La-Cocaina
2
Un ejemplo claro son los Jonas Brothers y su campaña de los anillos de castidad.

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